Censura y control de las prácticas democráticas

Censura y control de las prácticas democráticas

Editorial por Alejandro Tiscareño

Criminalización del derecho a la libre expresión

Hay varias prácticas que contribuyen al desarrollo de la democracia en una sociedad, como la protesta social y los derechos a la libertad de expresión e información. El tres de mayo se celebró el Día Internacional de la Libertad de Prensa. Derecho fundamental para la calidad del debate en temas de interés público.

Esta labor se ha visto amenazada de distintas maneras ya sea por asesinatos a periodistas, la precariedad laboral de los/as mismos/as y la dependiente relación entre el Gobierno y medios de comunicación (tendientes a una lógica de carácter mercantil). Según las organizaciones Artículo 19 y Comité para la Protección de Periodistas, en México han sido asesinados 31 periodistas de 2010 a la fecha, así lo publicó el portal de noticias Animal Político, http://bit.ly/1s7Pbav.

Pero esta no ha sido la única práctica entorpecida por el sistema. En abril de este año, circularon numerosas publicaciones en redes sociales en contra de la Ley secundaria en Telecomunicaciones (telecom) propuesta por el Presidente Enrique Peña Nieto. Muchas personas se manifestaron en la web con el “trending topic” mundial en twitter: #EPNvsInternet, como lo publicó el periódico El Informador, http://bit.ly/1qjh2sC. El movimiento saltó a las calles de ciudades como Guadalajara, Hermosillo y Ciudad de México en la #MarchaContraElSilencio.

La ley Telecom, “además de atentar contra la libertad de expresión y el acceso a tecnologías de información, otorga al gobierno la posibilidad de censura, le resta autonomía al Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFETEL) y quita fuerza a la democratización de la información”, explicó José Bautista Farías, académico del Programa de Empoderamiento y Conflictividad del CIFS.

La manifestación es un derecho humano

En México “la manifestación de las ideas no será objeto de ninguna inquisición judicial o administrativa, sino en el caso de que ataque a la moral, los derechos de tercero, provoque algún delito, o perturbe el orden público” según la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, 2012, Artículo 6.

En Jalisco el PAN lanzó una propuesta para “regular” marchas a principios de 2014, “que en lugar de garantizar los derechos humanos, los limitaría, de acuerdo con la nota de Reporte Índigo. Esto es un retroceso al ejercicio de los derechos humanos, comenta Carlos Peralta, Coordinador del Programa Institucional de Derechos Humanos y Paz, porque el Estado tiene la obligación de garantizar, promover y proteger como la libre expresión y la manifestación.

Acciones de cambio

Conforme a Derecho Internacional de los Derechos Humanos, el Estado mexicano tiene la obligación de garantizar la implementación de medidas de protección a periodistas, la intolerancia a la impunidad, los derechos de manifestación, libertad de expresión y el acceso a la información.

Nuestra ciudadanía también tiene la obligación de informarnos, exigir al gobierno que garantice nuestros derechos, denunciar violaciones a Derechos Humanos y tomar acciones para hacerlos ejercerlos y hacerlos valer.

Te invitamos a conocer más del CIFS: cifs.iteso.mx

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DERECHO HUMANO AL ACCESO AL AGUA Y LA FRACTURA QUE LO IMPEDIRÁ.

DERECHO HUMANO  AL ACCESO AL AGUA  Y LA FRACTURA QUE LO IMPEDIRÁ.

 

Miguel Ángel Montoya*

 

Existe una mayoría de legisladores que no necesita coartadas, que no repara en formas cuando de votar los temas por consigna se trata. Así lo demostraron con la aprobación de la reforma constitucional en materia energética, de tal modo que podría pensarse que esa mayoría no necesita servirse de tretas ni de simulaciones para procesar las leyes secundarias derivadas de tan lamentable modificación constitucional.

No obstante, hay reformas cuyo impacto social y ambiental será tan lesivo que se requerirá una dosis de artilugios para mantener inerte a la sociedad y a la opinión pública. Así lo han pensado algunos de los hacedores de política pública del país para hacer presentable lo impresentable: otorgar un marco legal al fomento y permisión de una actividad (obtención de gas de esquisto o shale gas) cuyo método de extracción implica el uso indiscriminado de millones de metros cúbicos de agua limpia o de primer uso y cuyas reservas a explotar se encuentran en zonas hidrológicas de baja y muy baja disponibilidad de agua y en permanente estrés hídrico. La toxicidad de los químicos a mezclarse con el agua para fracturar las rocas a profundidad y obtener el shale gas harán imposible la reutilización de esa agua y ecológicamente inmanejable su disposición y manejo. Eso y mucho más –como daños potenciales a la salud humana y contaminación de los acuíferos– es la fractura hidráulica o fracking y el Gobierno Federal a través de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) ha armado un ardid legislativo para posibilitarlo.

Del cajón del olvido desempolvaron una reforma secundaria pendiente que jamás les interesó, la del derecho humano al acceso al agua y su saneamiento, que toda vez que se plasmó en la Constitución el 8 de febrero de 2012 obligaba al Congreso a expedir una Ley General de Aguas derogando la Ley de Aguas Nacionales (LAN) vigente para realizarlo. La construcción de esta Ley ha estado en la agenda de la academia y de la sociedad civil a través de la red Agua para Tod@s, y justo es reconocer que también en la agenda legislativa del PRD. Y paremos de contar, ya que ni en la plataforma electoral del PRI-PVEM ni en el Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018, publicado en mayo pasado, existe alusión ni mención explícita alguna a que el país deba contar con una Ley General de Aguas que oriente y determine las políticas públicas para la gestión integral y sustentable de este recurso.

Pero repentinamente surgió un inusitado interés por legislar el “pendiente”; y además con prisa. La base de esta propuesta legislativa será el borrador que redactó la propia Conagua, el cual contempla la pervivencia de la LAN vigente, lo que de entrada atenta contra la reforma que se promulgó en febrero de 2012. La derogación de este ordenamiento no es un asunto de formalismo legal: la reforma al artículo 4º constitucional implica un cambio profundo al sistema de administración y gestión del agua en México para hacer efectivo el “acceso y uso equitativo y sustentable de los recursos hídricos”, y la LAN es justo lo opuesto a estos objetivos ya que es una ley orientada a la explotación indiscriminada del agua y no a su aprovechamiento sustentable. En la LAN la sustentabilidad es solo un tópico contenido en un puñado de artículos  y no un principio que oriente cada una de sus disposiciones.

La estructura medular de la LAN es su sistema de concesiones y asignaciones cuya prevalencia representa un atentado al acceso equitativo y sustentable del agua. Las concesiones pueden durar 15, 20 o hasta 30 años con derecho a prórroga, los volúmenes concesionados no pueden ser afectados a lo largo del tiempo que dure la concesión. La extracción no se mide en tiempo real ni tampoco la disponibilidad, no hay obligación para los usuarios de tratar todas las descargas ni incentivo alguno para reusarlas. No se prohíbe ni se restringe el cambio de uso de las concesiones, lo que constituye una trampa al tímido orden de prelación que prioriza el agua para consumo humano.

Toda esta estructura que fomenta la inequidad, el acceso y la irracional explotación del agua permanece prácticamente intocada en el borrador propuesto, por el contrario, las reformas a la LAN que se contemplan en este “ardid legislativo” están orientadas a favorecer la industria extractiva, tanto en el sector minero –de por sí privilegiado–, como en el de hidrocarburos, y al hablar de hidrocarburos estamos hablando de fracking.

Insistimos en que se trata de un ardid, –en conjunto con las reformas a la LAN– porque se nos presenta un dislate denominado Ley General de Aguas sólo para cumplir las formas legales y conceptuales; es decir, que sólo por compromiso se aborda el tema del derecho humano al acceso al agua y el mecanismo que propone para garantizarlo es a través de un “Consejo General para el Derecho Humano al Agua” que se conformará por 12 funcionarios federales, tres estatales y tres municipales, un representante de la Asociación Nacional de Empresas de Agua y Saneamiento (ANEAS), además de un representante de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin). Que el limitado número de espacios de participación ciudadana sean ocupados por el sector privado y que éstos sean destinados a los paladines de la privatización del agua (ANEAS) o a los que se han beneficiado del modelo expoliador del agua (Concamin) podría llamar a escándalo si no fuera porque la propuesta de Ley sólo le otorga al Consejo facultades de opinión y de recomendación. Esta propuesta de Consejo es a la vez una afrenta y una burla.

Lo que no es una burla en esta propuesta legislativa es el fortalecimiento de la privatización, no sólo de los servicios de agua potable y saneamiento y de la infraestructura hidráulica (que solo de cierto modo se permitía a través de la Ley de Asociaciones Público Privadas) sino de la propia gestión y administración de las aguas. Menciono el caso de los trasvases, práctica que rompe las condiciones hidrológicas para la conservación del agua y que pone en riesgo a los ecosistemas asociados a su producción, por lo que de no prohibirse, debería estar permitido únicamente para casos excepcionales y previstos en la Ley, como los de una emergencia hídrica –especialmente si se trata de una sequía. Pero no: la propuesta de Conagua, lejos de restringir los fomenta, previendo además que sean los concesionarios, es decir, los privados, quienes puedan realizarlo.

Estas disposiciones contenidas en la propuesta de una nueva Ley General de Aguas ajustan en perfecta sincronía con la propuesta de reforma que se propone a la LAN, misma que se concentra en desarrollar el sistema de transmisión de derechos y dedica un apartado a las disposiciones para la explotación del shale gas.

El que empresas mineras puedan disponer y explotar millones de metros cúbicos en zonas de baja y muy baja disponibilidad de agua se lo debemos a la transmisión de títulos contemplada en la LAN; los títulos que amparan esa explotación en algún momento beneficiaron a usuarios de riego, ejidatarios y a comunidades rurales. El principio y origen de la transmisión de títulos de concesión en la Ley partía de la garantía de que toda persona tiene para ejercer derechos sucesorios. No obstante, ese principio se corrompió y se convirtió en un mecanismo  para obtener un título de concesión en zonas donde la autoridad del agua tendría que negarlo.

El conjunto de reformas que se presentan en esta treta legislativa sí concentran su atención en la transmisión de títulos, pero no para prohibir esta práctica; los cambios están orientados a perfeccionar lo que era un informal mercado de agua. Los títulos de concesión ya no podrán transmitirse en forma parcial sino total; no habrá forma de que un industrial, un municipio o un campesino reclame derechos sobre esa agua si ha firmado un convenio de transmisión con alguna empresa. La Ley permitirá el despojo y también la expoliación del recurso natural, porque reconociendo que las transmisiones se dan en zonas de veda o de baja disponibilidad de agua, la Conagua permitirá la transmisión pero descontando desde un 10 por ciento hasta un 40 por ciento del volumen concesionado originalmente, lo cual no contribuye a remediar la sobreexplotación del agua.

Toda vez que se permitirán los trasvases al por mayor, y que los propios particulares sean quienes puedan realizarlo y se reactive un mercado de títulos de agua con todas las garantías para el comprador, cobran sentido las disposiciones que esta reforma propone para la explotación de shale gas; porque la propuesta no obliga a las empresas a utilizar aguas residuales tratadas para el método de fractura hidráulica; sólo lo deja como una opción, como también el uso de aguas salobres o fósiles. La alternativa por la que las empresas optarán será bajo la permisión de “importar agua desde cuencas o acuíferos circunvecinos con disponibilidad de agua suficiente” y “la adquisición de los derechos de agua de concesionarios asentados en la zona de interés”, ya que la mezcla de químicos que emplean para realizar el fracking le exige disponer de agua limpia y de calidad.

Parece no quedarle claro a Conagua que se trata del empleo de químicos altamente tóxicos y eso también lo demuestra cuando mandata a las empresas a “Cumplir las disposiciones establecidas en las normas oficiales mexicanas relativas a la construcción, rehabilitación de pozos”. No se trata de una inocente extracción de aguas subterráneas. La construcción de ademes y el encamisamiento tradicional de un pozo de extracción de  de poco servirán para contener y aislar una mezcla potencialmente cancerígena que se inyectará al subsuelo y se expandirá horizontalmente para realizar el fracking o fractura hidráulica.

Que este conjunto de reformas se presente como las que van a regular el derecho humano al acceso al agua, es una de esas tretas de antología.

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* Consultor independiente y asesor del Grupo Parlamentario del PRD en la Cámara de Diputados en materia de Gestión Integral del Agua.  Miembro de la Asociación Nacional de Ingeniería Urbana (ANIU) y de la Federación Mexicana de Ingeniería Sanitaria (FEMISCA).

miguel_angel_montoya@hotmail.com

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Feminismo: avances y retos en el país

Feminismo: avances y retos en el país

Por Elsa Ivette Jiménez*

El 8 de marzo de 1857, un grupo de obreras textiles tomó la decisión de salir a las calles de Nueva York para protestar por las pésimas condiciones en las que laboraban. A partir de entonces, las huelgas se sucedieron con frecuencia. El 5 de marzo de 1908 más de cien mujeres murieron calcinadas en la fábrica que trabajaban cuando el dueño decidió incendiarla como respuesta a la huelga que mantenían. Para recordar este hecho, en 1960 las Naciones Unidas comenzaron a celebrar el Día Internacional de la Mujer.

La conmemoración de esta fecha es una llamada de atención para reflexionar sobre los  progresos que las mujeres hemos alcanzado en el reconocimiento de nuestros derechos y para plantear lo que aún hace falta por hacer. Es un momento para celebrar los actos de valor y determinación realizados por feministas: académicas y activistas quienes gracias a sus movilizaciones, manifiestos, análisis, cabildeos, huelgas, participaciones han conseguido que los derechos y necesidades de las mujeres se integren en convenciones internacionales, legislaciones nacionales, programas y políticas públicas.

Sin embargo, aunque son muchas las injusticas que de género se han venido revirtiendo en las leyes y en la cultura gracias a la práctica feminista, con mucha frecuencia el feminismo ha sido penalizado en el imaginario social. Se concibe el término como opuesto pero equivalente al machismo, se habla de un odio irracional hacia los hombres, se le tiñe con lesbofobia.

Concebirse como feminista es un paso que muchos y muchas no se atreven a dar, pues conlleva una fuerte estigmatización, además de un esfuerzo constante de cuestionamiento y análisis sobre la manera como se configuran la sociedad y sus estructuras y como participamos y reproducimos los esquemas tradicionales –considerados naturales, normales e inmutables-.

Señalan Gisela Espinosa y Ana Lau Jaiven que “desestabilizar el orden social y simbólico del género, revolucionar las relaciones y cuestionar el poder sexista no es cualquier cosa, pues los problemas que enfrentan y focalizan las mujeres (…) están profundamente anclados en una cultura milenaria y en estructuras y relaciones de poder también construidas en la larga duración del tiempo social” (2011,11). Por esa razón, en este espacio propongo un reconocimiento a los colectivos feministas mexicanos que a lo largo del último siglo han venido trabajando para promover mejores condiciones para las mujeres mexicanas, buscando ampliar el reconocimiento a sus derechos y denunciar la opresión y violencia.

Cito, a manera de ejemplo, al Club Hijas de Cuauhtémoc –integrado en 1910-, al Consejo Feminista Mexicano -años 20s-; el Frente Único Pro Derechos de la Mujer -años 30s-, cuyas demandas fueron atendidas hasta el 17 de octubre de 1953 cuando se reconoció el derecho de las mujeres a votar y ser votadas. Pero aún falta mucho por hacer. Lamentablemente, hasta la fecha, tan sólo 6 mujeres han sido electas gobernadoras y ninguna ha ocupado la Presidencia del país.

*Centro Universitario Ignaciano, pertenece al Programa Interinstitucional de Derechos Humanos.

Conmemorar en lila

Conmemorar en lila

Por  Ana Georgina López Zepeda
Red de Género ITESO

Existen diversas versiones sobre el origen del 8 de marzo. Registros históricos, narraciones, metáforas políticas y actos cotidianos que rememoran las huellas del tránsito social de múltiples luchas y movimientos de mujeres.

Pero más que recordar un hecho en sí o una fecha, sirve enfocarnos en los conjuntos de hechos, de procesos, de dinámicas, de configuraciones históricas en determinadas situaciones en combinación con las nostalgias de los sujetos que emergen en los márgenes. En los inicios del siglo XX, las mujeres obreras textiles fueron pioneras al salir a protestar a las calles, al exigir sus derechos y al transformar una lucha personal-política en un sentido de vida entre una serie de sucesos, revoluciones, socialismos, comunismos y anarquismos de la época.

Las obreras peleaban contra las miserables condiciones de trabajo, las desigualdades salariales y las situaciones de precariedad a las que estaban expuestas. Entre sus peticiones se encontraban: la reducción de la jornada laboral con justa remuneración económica, el implemento de maquinaria y condiciones seguras para laborar, el ejercicio de sus derechos reproductivos en cuanto al periodo posparto y de lactancia, además de un trato digno y solidario.

En marzo de 1911, en la Fábrica textil Triangle Shirtwaist murieron más de 140 personas, principalmente costureras al lado de máquinas en donde la tela de color lila predominaba. Aunque no se supo con certeza la causa del incendio, la maquinaria que se utilizaba no era adecuada ni las instalaciones del lugar, pues no había mangueras, extintores ni ningún sistema de seguridad o alarma. Dos años antes, las mujeres de esa Fábrica protestaron ante las condiciones insalubres a través de huelgas y de la conformación de su sindicato, pero nunca fueron escuchadas hasta la tragedia, situación que conllevó a ciertos arreglos parciales, una mejora en las prestaciones laborales e instalaciones más seguras. Sin embargo, no hubo ningún cambio de raíz, ni de mentalidad.

Hay que conmemorar y no celebrar, luchar por la condición de las mujeres de cada pueblo, ciudad o país. La desigualdad, la corrupción y el poder exacerbado transgreden a los derechos humanos fundamentales, no sólo los de las mujeres, sino los de aquellos en cualquier situación en desventaja con respecto al sistema desigualitario que hemos creado.

Son violencias sociales y políticas. Se trata de toda una ideología que hemos introyectado, de una tecnocracia de género, de la cual intentamos salir, reconociendo nuestros anclajes históricos. Reflexionemos. Pensemos que estrategias cotidianas revierten las injusticias y abren las brechas de esperanzas.

Usemos un simbólico lazo lila, color de resistencia, paz y autoreivindicación.

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Donde hay opresión, hay resistencia

Por: Alejandra Sandoval Godoy

Voces de fuego. La prensa guerrillera en Jalisco es el segundo tomo de la colección Archivo Memoria de la Resistencia en Jalisco, donde Juan Antonio Castañeda,  Jesús Zamora y Armando Rentería, ex integrantes de la Liga Comunista 23 de septiembre en Jalisco, comparten su experiencia de lucha en los años 70 por eliminar la represión que existía en la Universidad de Guadalajara y en el país, el cual era gobernado por Gustavo Díaz Ordaz.

 “Voces de fuego es la lucha por romper los diques del olvido” – Juan Antonio Castañeda

 Una de las brigadas estudiantiles, llamada Unión del Pueblo, tenían como objetivo generar dispositivos comunicativos de prensa, que les permitiera abrir el discurso para que las masas los siguieran, guiándose principalmente por ideologías Marxistas.

Sin embargo, parece que estas brigadas estaban formadas únicamente por estudiantes de universidades públicas, pero por sorpresa, dos estudiantes de administración del ITESO, resultaron ser parte de estas brigadas, en donde callaron sus voces con tortura y violencia.

¿Cómo fue posible esto? ¿Qué tan grande era la represión y poder del gobierno?

 En 1892, la empresa San Rafael, se constituyó como líder en el ramo de la creación de papel en forma artesanal. Esta empresa monopolizaba el papel, sin embargo, comenzó a imponer precios bastante altos, lo cual ocasionó que “El Universal” creara campañas en contra de la empresa, ya que los editores no estaban de acuerdo en pagar dicha cantidad por el papel, para hacer sus publicaciones diarias.

Estas campañas incluyeron la exigencia al gobierno de Lázaro Cárdenas,  de importación de papel a bajo precio, lo cual, obligó a Lázaro Cárdenas a fundar PIPSA (Productora e Importadora de Papel S, A.), la cual era manejada únicamente por el gobierno.

Esta empresa era la única que podía importar papel y solo esta podía tener la distribución y producción del papel, lo cual se convirtió en un monopolio, otra vez.

 “En esos tiempos era peligroso escribir, imprimir y editar con un enfoque diferente. PIPSA robaba el papel” – Armando Rentería

 Durante su distribución dentro del país, corrían rumores acerca de que, si tu periódico no estaba de lado del gobierno, probablemente no suministrarían papel para tu periódico, pero después de escuchar las palabras de Armando Rentería, supuse que no eran rumores, era la realidad que el país vivía y no entiendo cómo es que hasta la fecha, este tema no sale a la luz tan fácilmente.

Este monopolio dio beneficio a los políticos por simple hecho de poder tener controlado a un medio de comunicación sumamente importante, y al tener un medio de comunicación masivo controlado, es más sencillo tener controlados a los ciudadanos ¿no?, era una manera inteligente y silenciosa de manipular la información por debajo del agua.

 El 16 de octubre de 1990 se anunció la apertura del mercado de la compra del papel para los periódicos, lo que se consideró el fin del monopolio de 54 años de PIPSA.

(Zacarías, 1996: 81)

 Voces de fuego. La prensa guerrillera en Jalisco busca mantener vivo el recuerdo de aquellas voces con ideales y esperanzas que luchaban por informar a los ciudadanos, y que a base de torturas, asesinatos y cárcel, intentaron callar esas Voces de fuego.

Mi obligación como estudiante de Ciencias de la Comunicación, es exigir el derecho a la información para los ciudadanos y para mí, debo exigir al gobierno que respete nuestra libertad de expresión, pero necesito que todos levanten la voz conmigo.

Debemos recordar que el gobierno debe temerle al pueblo, no el pueblo al gobierno y para lograr esto, debemos estar informados. Un pueblo informado es poderoso. ¡Infórmate!

Fuente: Zacarías, A. El papel del papel de PIPSA en los medios de comunicación mexicanos. 1996. (págs. 73-87)

Puedes ver una cápsula de la presentación del libro en el ITESO, en esta liga.

Los que vengan de Michoacán, “Revísenlos”

Por Gerardo Moya

Se escuchó recientemente en diversos medios de comunicación, la “estrategia” del Gobierno del Estado de Jalisco, de “blindar” la frontera con nuestra vecina entidad federativa de Michoacán, para “evitar que se pasen los delincuentes”.

Francamente, cuando la escuché, se dibujó en mi cara una leve sonrisa burlona; no sé si por la ingenuidad de las autoridades Jaliscienses de creer que con dicha acción pueden “detenerlos”, o por la ingenuidad de pensar que los ciudadanos nos vamos a creer que la estrategia funcionaría. Como un desliz, pasaron por mi mente las imágenes de diversos puestos estratégicos, en los que servidores públicos jaliscienses, tanto estatales como municipales, se encontraban apostados revisando a cuanto Michoacano quería pasar a Jalisco, como si en Jalisco fuéramos los puritanos vecinos del Norte, no queriendo dejar pasar a los “mojados mexicanos”. Continuar leyendo “Los que vengan de Michoacán, “Revísenlos””

El sentir-saber de nuestros ancestros (Tercera parte)

¿Por qué los campesinos e indígenas son sabios a pesar de no conocer la universidad ni los libros? Por eso, porque no perdieron el vínculo, aprendieron a escribir con el arado y a leer con las estrellas lo que la madre tierra les enseñó y compartió en diversas formas.

Por Rodolfo González Figueroa rodorganico@hotmail.com

En su cotidiano estar-siendo, en su permanente convivencia con lo no humano (tierra, plantas, animales, agua), los y las campesinas e indígenas del mundo tienen mucho que compartirnos a las sociedades actuales. Animados por impulsos más que por razones,  enclavados en barrancas, laderas o montañas -donde la colonización y neocolonización no ha llegado tan salvajemente- mantienen la sabiduría y la unidad en reciprocidad y complementariedad con su entorno físico, biológico y cósmico. Son custodios del equilibrio, la espiritualidad, las semillas, los saberes, los sabores, la salud, el bien-estar colectivo.

Foto por Karenina Casarín
Foto por Karenina Casarín La vida moderna está colmada de ruidos humanos, que nos tienen desvinculados de la armonía y de los mensajes de la naturaleza. Urgentemente nos hace falta el silencio y sobra el conocimiento porque necesitamos escuchar la sabiduría de una roca, aprender de lo majestuoso de un atardecer, educarnos fuera de espacios antropomórficos, reconocer los mensajes de los vientos, como en  el campo que  contiene otras voces, otras enseñanzas más sutiles y más profundas.

Ahora varias universidades de Latinoamérica están proponiendo y reconociendo la incorporación de los saberes ancestrales en la curricula de las carreras con el objetivo de crear espacios de convergencia entre la ciencia occidental y las ciencias originarias  para que trascienda en el fortalecimiento del tejido social comunitario por medio de proyectos de revalorización de saberes locales, instalando además en la discusión académica el paradigma del Vivir Bien inspirado en el sentimiento de unidad de nuestros ancestros, así como propuestas alternativas de vida a través Agroecología.

Esto por un lado podría funcionar, pero ante ello, yo preguntaría; ¿y si dejamos de asistir y de mandar a nuestros hijos a las universidades y que sea el campo, la propia vivencia en naturaleza y que sea ella quién nos eduque? ¿Por qué los campesinos e indígenas son sabios a pesar de no conocer la universidad ni los libros? Por eso, porque no perdieron el vínculo, aprendieron a escribir con el arado y a leer con las estrellas lo que la madre tierra les enseñó y compartió en diversas formas. Superando eso que muchos académicos ponen de moda en universidades como el diálogo intercultural o inter y transdisciplinario (humanos con humanos), y ejerciendo cotidianamente en cambio un diálogo interespecies es decir, generando aprendizaje por medio de su continua y profunda relación e interrelación con otras especies más que humanas.

Ancestros mayas y andinos han augurado un “renacimiento”, un “despertar” de la humanidad por estos tiempos ¿cómo animamos este renacer en nuestro contexto social local? Hay quienes aseguran que el cambio es a nivel personal y desde nuestro interior, la verdad se esconde dentro de nosotros, hay que buscarla y abrazarla. Pero también, podemos contemplar el alba, el ocaso, deslumbrarnos con el manto estelar y sentir que también a ese nivel está habiendo muchos cambios que sin duda estimulan el propio.

La gente campesina con quienes trabajamos-convivimos  igual está percibiendo muchos cambios tanto a nivel climático como emocional. En constantes pláticas informales me doy cuenta de ello. La perspectiva se polariza. Por un lado hay quienes ven en la modernidad la mejora y el progreso. Pero son mayoría quienes están, desde su memoria, retomando o buscando esos saberes, esos “códigos” identitarios que hacen revalorizar el “tiempo de antes” y añorarlo. Como asegura Silvia Ribera Cusicanqui, indígena y socióloga Chilena, “estamos oprimidos pero no vencidos”.

En la memoria colectiva y genética conservamos lo útil para despojarnos de la subordinación imperial e ir reconstruyendo nuestro conocimiento local no contaminado con la visión antropocéntrica-eurocéntrica que tanto ha colonizado nuestro ser, nuestro saber y quehacer. La pregunta aquí es ¿cómo interpretar nuestra realidad, reconocer al ser humano integral que fuimos-somos si la mayoría tenemos instalados anteojos conceptuales que nos colocó el colonizador? Es necesario romper los códigos provenientes del saber hegemónico y desde luego, quebrar esos anteojos o no, mejor reciclarlos de alguna manera.

Diálogos de la migración

Gobierno, académicos y sociedad civil en favor de una política migratoria incluyente.

Por Paloma Patlán.

El pasado 7 de noviembre se llevó a cabo el Foro Nacional de Consulta Pública para la Elaboración del Programa Especial de Migración 2014-2018. La dinámica del foro se compuso por siete mesas de diálogo en las que gobierno; organizaciones de la sociedad civil como  el Consejo Económico y Social de Jalisco (CESJAL), La Estancia del Migrante González y Martínez, FM4 Paso Libre, el Programa de Asuntos Migratorios del CIFS del ITESO; y académicos con una gran trayectoria en derechos humanos y migración  como Ofelia Woo y Alejandro Canales compartieron puntos de vista y propuestas claras para crear una política migratoria incluyente que mejore las condiciones de los migrantes y sus familias, y fortalezca a  las organizaciones de la sociedad civil  que velan por sus derechos humanos.

En el Foro se puntualizaron temas y problemáticas existentes en Jalisco como la falta de políticas públicas que generen un empoderamiento de los migrantes hacia sus comunidades, la repatriación de migrantes y extranjeros, la integración y reinserción laboral de los  migrantes retornados, protección al migrante para un tránsito digno, la gestión de fronteras y la protección de los mexicanos en el exterior.

Intervención universitaria. Foto: Karenina Casarín

Una de las propuestas expuestas por Sofía de la Peña -Coordinadora del Programa de Asuntos Migratorios del ITESO- es la necesidad de concientizar a la sociedad sobre una cultura de inclusión y hospitalidad para promover la interculturalidad que el fenómeno de la migración ofrece y así evitar el rechazo y exclusión a los migrantes en tránsito y de las comunidades migrantes.

Entre las propuestas elaboradas por los participantes  en el foro  se puntualizaron:
•    La creación de un Instituto para la atención de migrantes mexicanos o extranjeros en cada Estado del país con transparencia en rendición de cuentas
•    La profesionalización de los servidores públicos que atienden al migrante
•    El reconocimiento de los papeles universitarios en el extranjero por parte del estado mexicano
•    La credencialización de los migrantes para prevenir  que sean víctimas de abusos de autoridad y delincuencia.

Al final del foro se crearon relatorías sobre las conclusiones finales de cada mesa de diálogo para que estas sean tomadas en cuenta en la elaboración del Programa Especial de Migración 2014-2018 que la Secretaría de Gobernación está gestionando. Estarán disponibles AQUÍ  

Mirar con perspectiva de género: el juego de cifras sobre la situación de las mujeres en México

La raíz de estas desigualdades no se debe a acontecimientos naturales o biológicos, sino que tienen su origen en las construcciones culturales que moldean y son moldeadas por cada sociedad

Por Elsa Ivette Jiménez

Con alguna frecuencia lxs feministas escuchamos señalamientos respecto a matizar nuestras observaciones y demandas. Se nos dice que en realidad la desigualdad entre hombres y mujeres ya no existe o está desapareciendo, incluso se citan estadísticas para reforzar el punto. Lo que insistimos -como dice el personaje de una caricatura- es en ir “más allá de lo evidente”, desentrañar los significados, de construir los conceptos y normas, hurgar en los procesos e identificar las variables que nos ayuden a ilustrar el cómo y el porqué de los hechos sociales que diferencia a varones y hembras en la especie humana. La raíz de estas desigualdades no se debe a acontecimientos naturales o biológicos, sino que tienen su origen en las construcciones culturales que moldean y son moldeadas por cada sociedad.

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Cartel de la campaña de la Red Universitaria de Género

Para ejemplificar el argumento y aprovechando que el jueves pasado (17 de octubre) se celebró el día mundial para la erradicación de la pobreza, propongo hacer un pequeño examen sobre las condiciones de vida de las mujeres mexicanas, retomando para ello algunos datos obtenidos por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) en el estudio titulado “Pobreza y Género en México. Hacia un Sistema de Indicadores” (2012). Este ejercicio nos puede ayudar a ilustrar que, aunque al observar algunos macro indicadores desagregados por sexo la diferencia entre hombres y mujeres no parece significativa, cuando empleamos la mirada de género abrimos la puerta para abordar situaciones más complejas y profundas.

De acuerdo a las cifras obtenidas por el Coneval, el porcentaje de población en situación de pobreza y en las distintas categorías de pobreza que maneja este organismo (pobreza moderada y extrema), así como la relación de población vulnerable por carencias sociales y por ingresos , la diferencia entre hombres y mujeres en los indicadores  del 2010 es de menos de dos por ciento y la brecha ha venido reduciéndose al comparar los resultados obtenidos en el periodo 2008 a 2010. Si nos quedamos con este primer dato podríamos argumentar que hemos logrado la paridad  de género, pues hombres y mujeres se encuentran en la misma situación de pobreza y vulnerabilidad.

Sin embargo, si continuamos revisando el resultado del resto de variables construidas precisamente para identificar las desigualdades de género, nos encontramos con esta reveladora información:

  • Los hogares dirigidos por mujeres tienen una razón de dependencia mayor (el número de proveedores es apenas mayor al de dependientes económicos) por lo que son mayores las presiones para satisfacer las necesidades económicas de estas unidades. En estos hogares también hay mayores probabilidades de experimentar inseguridad alimentaria severa.
  • Más mujeres que hombres tienen acceso a la salud, pero a diferencia de los hombres, ellas no  obtienen esta garantía por vía directa (ya sea por trabajo  o contrato independiente del servicio) sino por fuentes indirectas como es la seguridad social de su pareja o por programas de gobierno.
  • Aún en circunstancias de precariedad y en la etapa del curso de vida de mayor productividad son menos las mujeres que se insertan en el mercado de trabajo. Sin embargo, es mayor el porcentaje de mujeres que trabaja de manera subordinada y sin contrato, así como el de aquellas que trabajan sin recibir pago.
  • Es menor la proporción de mujeres que se emplean con jornada laboral completa, esta tendencia aumenta en los hogares catalogados como pobres.
  • Las mujeres trabajadoras perciben ingresos menores a los de los hombres en todos los niveles de escolaridad a excepción de las mujeres en hogares considerados no pobres con escolaridad nula o preescolar. En cambio, la diferencia salarial por sexo aumenta en la población con mayores cualificaciones.

De lo anterior podemos desprender algunas conclusiones; la primera, la mirada de género ayuda a abordar con mayor complejidad la realidad social; la segunda, las estadísticas desagregadas por sexo no dan cuenta –por si solas- de la variedad de situaciones que afectan diferenciadamente a hombres y mujeres, señalaría también que los indicadores cuantitativos tienen un valor descriptivo, pero habría que acercarnos a estudiar cada realidad para poder explicar cómo se dan estos procesos, cuáles son sus raíces, de qué manera se entrelazan con otras variables explicativas. Por último, cierro con la invitación a seguir pensando desde la Universidad en la variedad de situaciones de inequidad de género presentes en la sociedad, en el mismo campus incluso, y a buscar soluciones ante estas.

“Vivir sin violencia es un derecho”

Por: Red de Género del ITESO

Hace años y aún ahora, por desgracia, mujeres que caminan solas, “sin un hombre” por las calles, reciben múltiples miradas de varones, desde las que desaprueban “tu forma de vestir”, hasta las que “prácticamente te desvisten con la mirada”, llenas de contenido marcado por la creencia en que las mujeres “deben ser” o “deben comportarse” de acuerdo a como lo marca su pertenencia a su género: sexys, bonitas, recatadas, maternales, tiernas y un largo etcétera que define “ser femenina”.stencil

En muchos casos, esta invasión al espacio íntimo y vital de las mujeres, no se detiene ahí, sino que muchos de ellos se atreven a soltar una frase, la mayoría de las veces con contenido sexual dirigida a alguna de las partes del cuerpo de las mujeres: “Qué senos tan lindos”, “en esa cola si me formo”, “por qué tan solita”, “mamacita”, y uno escuchado recientemente: “chichis pa’ la banda”. Es un repertorio extensísimo que fácilmente se puede recopilar en cualquier lugar del mundo donde distintas formas de acoso sexual se presenten.

¿Y qué hacen las mujeres? Algunas enojarse; a otras se les enrojecen las mejillas; hay las que se apenan tanto que rompen en llanto; algunas otras se tuercen el tobillo porque estaban nerviosas y caminaron más rápido, casi corriendo para alejarse; están las que decidieron que no volverían a salir solas a la calle; las que se intentaron convencer a sí mismas que esto era algo “normal” o “un juego”; las que creen que deberían estar muy sexys para gustarle a los hombres y que no importaba si les sucedía a ellas o a otras. Esta violencia va in crescendo y tiene la misma lógica: el desprecio por las mujeres y por lo que ellas son y sienten: son personas y no objetos.

El movimiento de mujeres a nivel nacional e internacional logró que estas formas de violencia y otras fueran reconocidas en tratados internacionales y leyes nacionales. Sin embargo, estas violencias son recurrentes: las mujeres y niñas reciben acoso en las calles, en las escuelas, en el transporte y espacio público y aun en los espacios privados.

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Como colectivo Red de Género del ITESO -conformado por estudiantes, maestras y maestros de asignatura, así como por académicas y académicos que nos reunimos de manera voluntaria en nuestros tiempos libres-, manifestamos nuestra indignación porque estas situaciones de acoso y amedrentamiento hacia las jóvenes y niñas preparatorianas (lo sucedido en Vive ITESO los días 24 y 25 de octubre), se presenten en el campus, y que quienes las realizan sean estudiantes universitarios de formación jesuita, con vocación de transformación y sensibilidad social.

Pocas personas al interior del ITESO desconocen que esta práctica de acoso en el campus se ha venido realizando sistemáticamente cada año, en las mismas fechas en que las preparatorianas nos visitan como parte de las actividades de promoción de la institución, con la idea de ser para ellas una opción para sus estudios universitarios. La repetición no hace que algo sea correcto, y considerar estos actos como “tradición”, no los exime de ser actos de acoso y violencia. Como integrantes de la comunidad universitaria y de la Red de Género, nos manifestamos a favor de evitar que este tipo de actos se sigan presentando.

En épocas anteriores, las mujeres y niñas tenían que soportarlo al no contar con ninguna herramienta legal que les permitiera su defensa, pero este no es el caso actual: México ha signado los tratados internacionales en la materia: la Convención para Eliminar Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) y la Convención para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer (Convención Belém do Pará).

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A nivel federal, México cuenta con la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia (2007) y con la Ley General para la Igualdad entre Mujeres y Hombres (2006). Por su parte, el estado de Jalisco promulgó la Ley Estatal para la Igualdad entre Hombres y Mujeres (2010), y la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia del Estado de Jalisco (2008). Estos instrumentos jurídicos definen que: “…Violencia contra las Mujeres es: cualquier acción u omisión, basada en su género, que les cause daño o sufrimiento psicológico, físico, patrimonial, económico, sexual o la muerte tanto en el ámbito privado como en el público”.

De la misma forma se define al acoso sexual “…como una forma de violencia en la que… hay un ejercicio abusivo del poder que conlleva a un estado de indefensión y de riesgo para la víctima, independientemente de que se realice en uno o varios eventos”.  En este contexto legal, estos actos son violatorios de dichas leyes, ya que transgreden los derechos de las mujeres jóvenes y niñas contenidos en ellas.

Ante ello, instamos a las autoridades, docentes y alumnado del ITESO, a generar las acciones correspondientes para que no se repita cualquier acto violatorio de los derechos humanos de las mujeres en la universidad. Por lo tanto, deben quedar plasmadas en el reglamento interno de esta escuela acciones contundentes para la prevención, atención y sanción a quienes incurran en este tipo de conductas y a quienes las fomenten.

Es necesario impulsar una cultura de respeto a los derechos de las mujeres en la universidad, ya que vivir sin violencia es un derecho, y el respeto mutuo incide en una sociedad más democrática, más solidaria y más incluyente. Porque sino, ¿qué futuro nos espera como sociedad si las y los profesionales de esta universidad no egresan con esa formación de respeto por los derechos de las personas más vulnerables, como en este caso jóvenes y niñas?

El ITESO, como en ocasiones anteriores,  puede ser punta de lanza en acciones positivas para la libre convivencia  entre hombres y mujeres, creando un espacio libre y seguro para las mujeres que día a día estudian y trabajan en la universidad.

Si deseas sumarte a este colectivo o recibir más información, escríbenos a generos@iteso.mx