Presa El Zapotillo no debe construirse, opina especialista español

La solución al abasto del agua no es aumentar la oferta del líquido, sino cuidar el agua con mayores normas y restricciones en su uso.

Como de “ironía” calificó el catedrático del Departamento de Economía e Historia Económica de la Universidad Autónoma de Barcelona, doctor Joan Martínez Alier, la destrucción de un pueblo colonial y una hermosa iglesia de aquella época en el pueblo de Temacapulín, ahora por los españoles, dueños de la empresa Fomento de Construcciones y Contratas, encargada de la construcción de la presa El Zapotillo.

Invitado por el Centro Universitario de los Altos (CUAltos) a participar en el inicio de cursos del doctorado en Estudios Regionales y en la maestría en Ciencias de la Salud Pública, con la conferencia magistral “Economía ecológica”, Martínez Alier también mencionó que dicha constructora española no cuenta con los estudios suficientes para justificar dicha obra, pues a este tipo de empresas “solo les interesa la plata”.

“El tema de la presa El Zapotillo es muy conocido en el ámbito internacional, además de que conocemos a esta empresa porque está muy endeudada. De lo que se trata es de justificar el costo con estudios truqueados y mal hechos, y sin tomar en cuenta el costo social que tal edificación implica para los habitantes de la región. Ellos no cuentan con una licencia social para su construcción”, aseveró.

Agregó Martínez Alier que algunos detalles del estudio técnico de El Zapotillo son de “fantasía”, por lo que dijo que no debería construirse, porque de hacer un análisis sobre el costo-beneficio de esta obra resulta que las afectaciones a la zona, al río, a la pesca y a los habitantes no la justifican. “Los constructores ni el gobierno toman en cuenta las emociones de un pueblo que tiene diez años en vilo y lleno de angustia”.

Subrayó además la “arrogancia” de varios funcionarios, quienes afirman que “El Zapotillo es la mejor opción” para la solución del abasto del agua para la Zona Metropolitana de Guadalajara, porque los estudios en los que se basan son “poco científicos. Es una crueldad lo que las autoridades hacen con el pueblo. Esta destrucción merece un estudio de psicología social. ¿Cuántos años o siglos tiene Temacapulín? ¿Creen que reubicarlos les va a reparar su pérdida?”.

El catedrático señaló como posible solución al abasto del agua el no aumentar la oferta del líquido, sino cuidar el agua con mayores normas y restricciones en su uso. Mencionó que hay que pensar en cobrar mayores cuotas, que se pueda reciclar, que no se le regale el agua a las industrias y que se piense en capturar el agua de lluvia con proyectos de vanguardia. “Para muchos ingenieros su ideal es que el agua de río no se ‘desperdicie’ y piensan que lo mejor es quitarle el agua a los ríos”.

En la conferencia de prensa, el investigador español estuvo acompañado por el secretario académico del CUAltos, doctor Jesús Rodríguez Rodríguez.

A T E N TA M E N T E
“Piensa y Trabaja”
“Año del Centenario de la Escuela Preparatoria de Jalisco”
Guadalajara, Jal., 20 de agosto 2014
Texto: Juan Carrillo Armenta

Una lógica que amenaza la agricultura

Por Alejandro Tiscareño. 08/10/2014.

El Dr. Paulo Petersen, quien vino desde Brasil hasta el ITESO para participar en las actividades del Foro de Soberanía Alimentaria, expuso el tema “La agricultura familiar y sus contribuciones a la soberanía alimentaria”.

El miércoles 8 de octubre en el Auditorio M, se llevó a cabo la conferencia magistral en la que Petersen reflexionó en torno al rol de la agricultura familiar.

Con el actual pensamiento hegemónico no se han reconocido las características del trabajo agrícola. La idea en contra es que este no tiene una lógica mercantil porque se enfoca en la producción de calidad, el fortalecimiento de la economía rural y la armonía con la naturaleza.

La Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el 2014 “Año Internacional de la Agricultura Familiar” y a pesar de no producir en exceso, sino para cubrir las necesidades, considerar características esenciales las comunidades rurales como el trueque y la diversidad de alimentos, esta se ve amenazada por el modelo hegemónico de producción que extrae en exceso los recursos naturales.

El modo empresarial que descompone el campesino “pues ocupa más recursos y entra en conflictos territoriales… ya que no pueden convivir vecinos con transgénicos contra los vecinos orgánicos”, explicó el brasileño.

Es urgente reconocer que la industrialización del campo quiebra con la naturaleza agrícola. La quiere controlar y manipularla a tal grado que el uso de pesticidas ha traído consecuencias como epidemias de maíz tóxico.

La agricultura se torna petrolera pues necesita de este para venderla y transportarla para satisfacer las necesidades del consumismo. Ahora se piensa como una actividad de expansión y acumulación de capital. Usa los territorios como espacio para producir. No trata de construir sociedades, ni mantener sano el ambiente.

Las campañas publicitarias de algunos imperios alimentarios tienen este tipo de lemas: “construir, para expandir”, “la soya no conoce fronteras”. El Dr. Paulo traduce que solo son evidencias de que su lógica busca expandirse, controlar y dominar con el objetivo de acumular recursos capitales porque si no quiebran.

Con este modo de pensar se observa la tierra como un espacio de extracción, donde la agricultura contemporánea no produce, solamente saquea. Y así, en función de este modelo, las consecuencias son claras: perdida de territorio, comida artificial y marginación de la gente.

Poder para hacer las paces

Por Gerardo Pérez Viramontes

En muchos contextos, al hablar del poder, vienen a la mente imágenes de las autoridades que gobiernan, personajes con enormes riquezas o situaciones donde se utiliza la fuerza para imponerse sobre los demás. Esta manera de pensar el poder impide desarrollar la imaginación moral que se necesita para consolidar relaciones pacíficas. Como personas y como sociedad, tenemos capacidades para hacer la paz, pero necesitamos darles poder.

Con estas preocupaciones, los integrantes de la Red Iberoamericana de Investigadores para la Paz Imperfecta nos reunimos del 17 al 19 de septiembre en Granada-España, para reflexionar qué significa y cómo se ejerce en el día a día el empoderamiento pacifista. Tomando en cuenta que la paz (o las paces para ser más exacto) se construye de múltiples formas, en miles de circunstancias; intentamos reconocer los mecanismos y espacios de poder que las personas utilizan para transformar positivamente la conflictividad que nos relaciona con los demás.

El poder no es un atributo o propiedad de quienes están en algún puesto público (de forma legítima o no) o de quienes poseen riquezas. Tampoco tiene que ver solo con la violencia, la fuerza o la imposición. Gracias a Michel Foucault podemos afirmar que el poder está diseminado por todas partes, puesto que nos constituye como personas y está inscrito en nuestros cuerpos. La forma como está organizada la sociedad, las normas disciplinarias con las que coordinamos nuestras acciones, los discursos con los que definimos los hechos y las realidades, las maneras como hacemos uso del tiempo o el espacio, los saberes a través de los cuales resolvemos problemas del entorno…; son otras tantas modalidades como el poder configura nuestra vida en relación con los demás.

Sin embargo, para ejercer ese poder de la vida en sociedad, desde la perspectiva de una paz imperfecta se plantea:

1) la necesidad de cambiar muchas de nuestras formas tradicionales de pensar (hacer un giro epistemológico) sobre asuntos que hemos establecido como verdades: ¿Puede el estado hacer uso de la violencia legítima? ¿El hombre es un lobo para el hombre? ¿El poder corrompe a las personas?

2) la importancia de pensar la paz en una escala humana (imperfecta), es decir, reconociendo que en la vida cotidiana proliferan acciones pacíficas de diversa índole, en torno a los cuales se dan algunos hechos de violencia, y que contamos con múltiples mecanismos culturales y biológicos para regular y transformar positivamente la conflictividad.

3) lo relevante que resulta identificar y potenciar las mediaciones que existen o que podemos poner en marcha para de-construir la violencia y a convivir en paz (formas organizativas, normas, discursos, espacios, saberes ancestrales y científicos, políticas, etc.).

En este marco, las ponencias presentadas en el Seminario plantearon cómo se va consolidando empoderamiento pacifista a través de la gobernabilidad democrática, en las luchas de quienes defienden el maíz nativo, cuando se reconocen políticamente las potencialidades de las mujeres, en situaciones donde la población ha sido desplazada por la violencia, al formular una visión alternativa de la historia oficial, en el entorno de partidos políticos netamente indígenas, al definir o establecer políticas públicas.

Como saldo de los debates quedó claro que, de acuerdo a los contextos específicos (Caracas, La Paz, Bucaramanga, Buenos Aires, Guadalajara, Aguascalientes, Granada, Vitoria o Castellón…), empoderarse de manera pacífica significa impulsar procesos de cambio, constituirse como agente social, recuperar la memoria histórica, intercambio de saberes, defensa de territorios, mandar obedeciendo, construir consensos, trabajar por la justicia transicional, gobernabilidad, deconstrucción social del enemigo, intersubjetividad, autonomía, educación para la paz, desarrollo de capacidades, toma de conciencia…

De esta manera, constatamos que el poder está diseminado por todos los espacios que conforman el conglomerado social y casi no tiene nada que ver con imposición, violencia, riquezas o autoridad. El giro epistemológico que supone pensar el poder para construir procesos pacíficos demanda introducir la idea de libertad, en el concepto mismo de poder, para darnos cuenta del enorme potencial de capacidades con el que contamos los seres humanos para hacer las paces.

 

Mezcala, el espejo enterrado

Por: Juan S. Larrosa-Fuentes

En días pasados, la comunidad indígena de Mezcala se enteró que, luego de quince años de litigios, una resolución del Tribunal Agrario les devolvió un pedazo de tierra de diez hectáreas, las cuales han sido ocupadas ilegalmente por el empresario Guillermo Moreno Ibarra. Estas tierras están ubicadas en la isla de Mezcala, dentro del lago de Chapala, y han pertenecido desde hace muchos años a la comunidad coca. (Algo así como antes de que México fuera México.) El 18 de septiembre se emitió esta resolución jurídica y diez días después, en el buscador de noticias de Google solamente aparecía una columna periodística relacionada con el tema (“Los de Abajo” de Gloria Muñoz Ramírez). Por otros medios encontré sendos artículos de opinión de Miguel Bazdresch y Augusto Chacón, y una nota informativa en el portal desinformemons.org. En el fondo de las buenas noticias para la comunidad coca, vuelve a aparecer un espejo que está escondido en el cajón de la historia, y que tanto nos disgusta a los mexicanos. Es el espejo del racismo y la discriminación.

Para desempacar algunos de los significados de esta noticia y para iluminar algunas de sus caras ocultas, vale la pena pensar en una historia ficticia y poco probable en nuestra sociedad. Imagina que un día llegas a tu casa y la encuentras modificada. Tu casa está ubicada en una de las colonias más ricas de la ciudad. Ante tu sorpresa, la casa tiene nuevas ventanas y la fachada está pintada de otro color. Cuando intentas abrir la puerta, te percatas que tus llaves ya no funcionan porque instalaron nuevas cerraduras. Entonces tocas a la puerta. Después de unos momentos aparece un señor que te resulta completamente desconocido y te comunica que él es el nuevo dueño de la casa. Si realmente tú eres tú, es decir, un ciudadano que habita en uno de los fraccionamientos más ricos de la ciudad, bastará con que llames a la policía para desalojar a los intrusos. Y si el usurpador se atrinchera en tu casa, al día siguiente la prensa publicará la historia a ocho columnas, pues resultará completamente anómala esta situación y por puesto, digna de interés periodístico. La situación anterior es ficticia y difícilmente podremos encontrar una que se le parezca en la realidad. La propiedad privada de las clases sociales medias y altas tiene un mejor resguardo legal y práctico, que la de otros sectores de la población. A nadie le pasa por la cabeza llegar como paracaidista a una casa de Colinas de San Javier a alguna finca de Ajijic. Y en caso de que ese paracaidista realmente se animara a llevar a cabo su tarea, basta con que los dueños llamen a una patrulla para que se lleven al intruso. Esa llamada de auxilio tendrá un efecto inmediato y no tardará, como en el caso de la comunidad coca, quince años en surtir efecto.

En el caso de la visibilidad del caso a través de los medios de comunicación, el mecanismo tiene una lógica de operación muy similar. La sociología de la producción de noticias ofrece un concepto llamado “valor noticioso”. Este concepto, entre otras cosas, explica cómo es que editores y reporteros seleccionan qué acontecimientos son noticiables y cuáles no. En el caso que nos ocupa es evidente que un valor noticioso que opera para decidir si la restitución de una tierra es noticia o no, refiere a quién es el protagonista de la historia. No es lo mismo que el protagonista de la nota sea el líder de la COPARMEX, un presidente municipal o una comunidad indígena.

La presencia del tema y personajes indígenas en los medios de comunicación mexicanos es escasa e inequitativa. Ejemplos para documentar esta afirmación hay muchos. Hace apenas unas semanas, en agosto, llegó una marcha de comunidades wixárikas a Guadalajara para exigir la restitución de una tierras, en un caso similar al de Mezcala. La cobertura informativa también fue escasa, pues apenas unos cuantos medios retomaron el tema. El caso del EZLN es paradigmático, pues logró romper esta barrera a través de la construcción un personaje como Marcos, quien logró convertirse en un elemento atractivo para las redacciones periodísticas. Sin embargo, la triste ironía de esta botarga, como él mismo se autodenominó, es que Marcos fue interpretado por un hombre mestizo. Luego de veinte años, los zapatistas reconocieron la utilidad de un dispositivo mediático como Marcos, pero también lo artificial que por momentos resultó el efecto de esta estrategia, pues para los medios a veces era más importante, por ejemplo, la salud de la botarga, que la del movimiento zapatista. Pero hay muchos otros temas indígenas importantes en el país y que son reportados de una manera exigua, como otros despojos a asentamientos indígenas en los casos de Michoacán o Sonora, tan solo por nombrar a algunos.

Por otro lado, la imagen y la figura del indígena en los medios de comunicación cobra otro papel cuando se trata de hablar del pasado histórico y de la cultura como folklor. En esos contextos se les describe como un colectivo, y ahí, la presencia indígena ocurre con frecuencia y no es problemática. Los periódicos o video documentales que trabajan sobre temas de cultura o turismo, suelen de escribir acerca de los indígenas y sus costumbres. Resulta muy atractivo hablar de ellos como portadores de la historia mexicana, pero eliminando cualquier referencia a contradicciones políticas. Por ejemplo, El Informador recientemente publicó un reportaje sobre la isla de Mezcala en donde se presenta el lugar como un idílico espacio que nostálgicamente vive su pasado indígena. Se describe a los cocas como indígenas pescadores y artesanos textiles. El autor invita a los paseantes a visitar el pasado de la isla, pero omite hablar de su presente y sobre sus luchas políticas. Esta naturalización histórica, como se demuestra una y otra vez, despolitiza el presente.

La resolución jurídica que favorece a la comunidad coca de Mezcala es una muy buena noticia, especialmente dentro de un sistema de justicia tan deficiente como el mexicano. La resolución nos recuerda que lejos estamos de vivir en un país en donde la discriminación y el racismo esté eliminado. México es un país que gusta de ver a los a los indígenas como parte de su memoria histórica, pero le incomoda ver a estas comunidades en el tiempo presente.

Mezcala es parte de ese espejo de la discriminación que los mexicanos enterramos una y otra vez en nuestra memoria. Esta operación, la del entierro del espejo, es completamente imaginaria, porque Mezcala existe en el presente.

Este artículo fue publicado el 29 de septiembre de 2014 como parte de la columna de opinión “Sistema Autorreferencial” del programa “Señales de Humo”, que se transmite por Radio Universidad de Guadalajara.

Para más información sobre el caso de la isla de Mezcala, recomiendo leer el siguiente artículo de Vicente Paredes Perales y Rocío Moreno, titulado Mezcala: la isla indómita.

 

Proponen soluciones para mejorar la gestión del agua

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Texto y foto: Alejandro Tiscareño De Alba

[15.sep.2014] Algunos participantes del Diálogo de Frente No. 1, enfocado en el tema del Agua y convocado por la iniciativa Tómala, se reunieron el jueves 11 de septiembre a las 11:30 horas en Casa Cem para exponer al público las conclusiones de las ideas que surgieron en la discusión.

Para abarcar toda la información las conclusiones se expusieron en 5 bloques: el modelo de gestión deficitario, la paradigma orientado a la demanda, la mercantilización del acceso al agua, la ausencia de gobernanza democrática y la limitada información para la planeación.

Cada tema fue expuesto por un ponente diferente, entre ellos José Bautista, del Programa de Empoderamiento y Conflictividad del CIFS, quien habló de la lógica de mercantilización actual del agua y mencionó que actualmente ese paradigma no arroja los objetivos esperados.

Romina Martínez Velarde, del Instituto Mexicano para el Desarrollo Comunitario (IMDEC), quien inició con las conclusiones, mencionó que los proyectos que afectan el medio ambiente necesitan un sistema integral para la toma de decisiones, ya que estos suelen hacerse al revés. Es decir, cuando hay una propuesta, se buscan evidencias sencillas para justificarlo y al final se consulta a las personas si están de acuerdo, muchas veces sin brindar información clara y sin incluir una participación real de la ciudadanía.

Hector Castañón quien coordinó el diálogo, invitó a Pedro Arrojo a que compartiera su visión como extranjero y experto en la gestión del agua al respecto de las conclusiones expuestas aquel día.

El Dr. Arrojo habló de hacer cambios en la concepción de lo público, dejar a un lado la mitificación de que es algo oscuro y corrupto, porque dijo que la solución está en democratizar y hacer transparente la función pública. Con esto enfatizó que la privatización no es la solución, porque si el derecho al agua se convierte a un sistema de mercado, vuelve a los ciudadanos en clientes y  excluye a los que no tienen recursos para obtenerlo.

Recalcó una alternativa ante la crisis global del agua: “un cambio en contra del paradigma de la dominación de la naturaleza para nuestro beneficio inmediato. Esto nos lleva a transformar la cultura de discriminar, maltratar y golpear el medio ambiente, de manera que empecemos a entender a los ríos como ecosistemas de vida de los que dependen todos los seres vivos y que un bosque no es un almacén de madera”.

Pedro Arrojo finalizó con el tema de la democracia. Concluyó con el reto de profundizar en la democratización de  la transparencia y la real participación en cuestiones significativas, con nuevo modelo de gestión pública participativa y proactiva.

*Toda la información que surgió está disponible en la siguiente liga: http://tomala.mx/reportaje-completo-dialogo01/

Nota relacionada: http://www.informador.com.mx/jalisco/2014/548354/6/tomala-concluye-que-se-tiene-un-modelo-de-agua-deficitario.htm

 

¿Cómo enseñar matemáticas desde la perspectiva cultural en la escuela?

fotoDocentes de matemáticas: Ismael García, Eracleo  Calletano,  Adán Aguilar y Antonio Diosdado.

 

Foto y texto: Alejandro Tiscareño de Alba

[15.sep.2014] Profesores de dos Bachilleratos Interculturales wixáritari de Jalisco y Durango que el Programa Indígena Intercultural del CIFS acompaña, se reunieron el 14 y 15 de septiembre para compartir a modo de taller estrategias de enseñanza de matemáticas desde la perspectiva cultural y aplicada al contexto, y para mejorar la aprehensión de las matemáticas de los alumnos.

El diálogo establecido los llevó a pensar en maneras de impartir clases de matemáticas adaptando las formas de medir y de contar desde los saberes tradicionales y que aún practican, principalmente,  algunos ancianos de las comunidades de la Sierra Wixárika.

Ese modo matemático que aún utilizan “se va perdiendo por seguir únicamente la cultura y educación occidental. Así se deja de lado nuestra cultura, porque ahora los jóvenes ya  no consultan los saberes que tienen las personas mayores”, explicó Ismael Omar García, profesor de matemáticas del Bachillerato Intercultural de San Miguel Huaixtita,  EMSaD # 51.

Su principal intención para reforzar esos conocimientos y que no queden en el olvido, es “que se incluyan contenidos de matemáticas aplicadas de la cultura wixárika, en los programas oficiales de la Secretaría de Educación Pública (SEP) que ya se imparten;  no se trata de excluir conocimientos, sino de integrar los saberes de la cultura occidental y los de la cultura wixárika”, dijo Antonio  Diosdado, coordinador de este primer encuentro.

La idea es que no sea la primera y única vez que se reúnan. Piensan dar seguimiento a la práctica que tengan durante próximos semestres en las aulas. Para eso, cada uno acordó tareas específicas con el plan de reunirse posteriormente, evaluarse y fortalecer sus prácticas educativas en este enfoque de las matemáticas aplicadas al contexto.

 

Censura y control de las prácticas democráticas

Censura y control de las prácticas democráticas

Editorial por Alejandro Tiscareño

Criminalización del derecho a la libre expresión

Hay varias prácticas que contribuyen al desarrollo de la democracia en una sociedad, como la protesta social y los derechos a la libertad de expresión e información. El tres de mayo se celebró el Día Internacional de la Libertad de Prensa. Derecho fundamental para la calidad del debate en temas de interés público.

Esta labor se ha visto amenazada de distintas maneras ya sea por asesinatos a periodistas, la precariedad laboral de los/as mismos/as y la dependiente relación entre el Gobierno y medios de comunicación (tendientes a una lógica de carácter mercantil). Según las organizaciones Artículo 19 y Comité para la Protección de Periodistas, en México han sido asesinados 31 periodistas de 2010 a la fecha, así lo publicó el portal de noticias Animal Político, http://bit.ly/1s7Pbav.

Pero esta no ha sido la única práctica entorpecida por el sistema. En abril de este año, circularon numerosas publicaciones en redes sociales en contra de la Ley secundaria en Telecomunicaciones (telecom) propuesta por el Presidente Enrique Peña Nieto. Muchas personas se manifestaron en la web con el “trending topic” mundial en twitter: #EPNvsInternet, como lo publicó el periódico El Informador, http://bit.ly/1qjh2sC. El movimiento saltó a las calles de ciudades como Guadalajara, Hermosillo y Ciudad de México en la #MarchaContraElSilencio.

La ley Telecom, “además de atentar contra la libertad de expresión y el acceso a tecnologías de información, otorga al gobierno la posibilidad de censura, le resta autonomía al Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFETEL) y quita fuerza a la democratización de la información”, explicó José Bautista Farías, académico del Programa de Empoderamiento y Conflictividad del CIFS.

La manifestación es un derecho humano

En México “la manifestación de las ideas no será objeto de ninguna inquisición judicial o administrativa, sino en el caso de que ataque a la moral, los derechos de tercero, provoque algún delito, o perturbe el orden público” según la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, 2012, Artículo 6.

En Jalisco el PAN lanzó una propuesta para “regular” marchas a principios de 2014, “que en lugar de garantizar los derechos humanos, los limitaría, de acuerdo con la nota de Reporte Índigo. Esto es un retroceso al ejercicio de los derechos humanos, comenta Carlos Peralta, Coordinador del Programa Institucional de Derechos Humanos y Paz, porque el Estado tiene la obligación de garantizar, promover y proteger como la libre expresión y la manifestación.

Acciones de cambio

Conforme a Derecho Internacional de los Derechos Humanos, el Estado mexicano tiene la obligación de garantizar la implementación de medidas de protección a periodistas, la intolerancia a la impunidad, los derechos de manifestación, libertad de expresión y el acceso a la información.

Nuestra ciudadanía también tiene la obligación de informarnos, exigir al gobierno que garantice nuestros derechos, denunciar violaciones a Derechos Humanos y tomar acciones para hacerlos ejercerlos y hacerlos valer.

Te invitamos a conocer más del CIFS: cifs.iteso.mx

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DERECHO HUMANO AL ACCESO AL AGUA Y LA FRACTURA QUE LO IMPEDIRÁ.

DERECHO HUMANO  AL ACCESO AL AGUA  Y LA FRACTURA QUE LO IMPEDIRÁ.

 

Miguel Ángel Montoya*

 

Existe una mayoría de legisladores que no necesita coartadas, que no repara en formas cuando de votar los temas por consigna se trata. Así lo demostraron con la aprobación de la reforma constitucional en materia energética, de tal modo que podría pensarse que esa mayoría no necesita servirse de tretas ni de simulaciones para procesar las leyes secundarias derivadas de tan lamentable modificación constitucional.

No obstante, hay reformas cuyo impacto social y ambiental será tan lesivo que se requerirá una dosis de artilugios para mantener inerte a la sociedad y a la opinión pública. Así lo han pensado algunos de los hacedores de política pública del país para hacer presentable lo impresentable: otorgar un marco legal al fomento y permisión de una actividad (obtención de gas de esquisto o shale gas) cuyo método de extracción implica el uso indiscriminado de millones de metros cúbicos de agua limpia o de primer uso y cuyas reservas a explotar se encuentran en zonas hidrológicas de baja y muy baja disponibilidad de agua y en permanente estrés hídrico. La toxicidad de los químicos a mezclarse con el agua para fracturar las rocas a profundidad y obtener el shale gas harán imposible la reutilización de esa agua y ecológicamente inmanejable su disposición y manejo. Eso y mucho más –como daños potenciales a la salud humana y contaminación de los acuíferos– es la fractura hidráulica o fracking y el Gobierno Federal a través de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) ha armado un ardid legislativo para posibilitarlo.

Del cajón del olvido desempolvaron una reforma secundaria pendiente que jamás les interesó, la del derecho humano al acceso al agua y su saneamiento, que toda vez que se plasmó en la Constitución el 8 de febrero de 2012 obligaba al Congreso a expedir una Ley General de Aguas derogando la Ley de Aguas Nacionales (LAN) vigente para realizarlo. La construcción de esta Ley ha estado en la agenda de la academia y de la sociedad civil a través de la red Agua para Tod@s, y justo es reconocer que también en la agenda legislativa del PRD. Y paremos de contar, ya que ni en la plataforma electoral del PRI-PVEM ni en el Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018, publicado en mayo pasado, existe alusión ni mención explícita alguna a que el país deba contar con una Ley General de Aguas que oriente y determine las políticas públicas para la gestión integral y sustentable de este recurso.

Pero repentinamente surgió un inusitado interés por legislar el “pendiente”; y además con prisa. La base de esta propuesta legislativa será el borrador que redactó la propia Conagua, el cual contempla la pervivencia de la LAN vigente, lo que de entrada atenta contra la reforma que se promulgó en febrero de 2012. La derogación de este ordenamiento no es un asunto de formalismo legal: la reforma al artículo 4º constitucional implica un cambio profundo al sistema de administración y gestión del agua en México para hacer efectivo el “acceso y uso equitativo y sustentable de los recursos hídricos”, y la LAN es justo lo opuesto a estos objetivos ya que es una ley orientada a la explotación indiscriminada del agua y no a su aprovechamiento sustentable. En la LAN la sustentabilidad es solo un tópico contenido en un puñado de artículos  y no un principio que oriente cada una de sus disposiciones.

La estructura medular de la LAN es su sistema de concesiones y asignaciones cuya prevalencia representa un atentado al acceso equitativo y sustentable del agua. Las concesiones pueden durar 15, 20 o hasta 30 años con derecho a prórroga, los volúmenes concesionados no pueden ser afectados a lo largo del tiempo que dure la concesión. La extracción no se mide en tiempo real ni tampoco la disponibilidad, no hay obligación para los usuarios de tratar todas las descargas ni incentivo alguno para reusarlas. No se prohíbe ni se restringe el cambio de uso de las concesiones, lo que constituye una trampa al tímido orden de prelación que prioriza el agua para consumo humano.

Toda esta estructura que fomenta la inequidad, el acceso y la irracional explotación del agua permanece prácticamente intocada en el borrador propuesto, por el contrario, las reformas a la LAN que se contemplan en este “ardid legislativo” están orientadas a favorecer la industria extractiva, tanto en el sector minero –de por sí privilegiado–, como en el de hidrocarburos, y al hablar de hidrocarburos estamos hablando de fracking.

Insistimos en que se trata de un ardid, –en conjunto con las reformas a la LAN– porque se nos presenta un dislate denominado Ley General de Aguas sólo para cumplir las formas legales y conceptuales; es decir, que sólo por compromiso se aborda el tema del derecho humano al acceso al agua y el mecanismo que propone para garantizarlo es a través de un “Consejo General para el Derecho Humano al Agua” que se conformará por 12 funcionarios federales, tres estatales y tres municipales, un representante de la Asociación Nacional de Empresas de Agua y Saneamiento (ANEAS), además de un representante de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin). Que el limitado número de espacios de participación ciudadana sean ocupados por el sector privado y que éstos sean destinados a los paladines de la privatización del agua (ANEAS) o a los que se han beneficiado del modelo expoliador del agua (Concamin) podría llamar a escándalo si no fuera porque la propuesta de Ley sólo le otorga al Consejo facultades de opinión y de recomendación. Esta propuesta de Consejo es a la vez una afrenta y una burla.

Lo que no es una burla en esta propuesta legislativa es el fortalecimiento de la privatización, no sólo de los servicios de agua potable y saneamiento y de la infraestructura hidráulica (que solo de cierto modo se permitía a través de la Ley de Asociaciones Público Privadas) sino de la propia gestión y administración de las aguas. Menciono el caso de los trasvases, práctica que rompe las condiciones hidrológicas para la conservación del agua y que pone en riesgo a los ecosistemas asociados a su producción, por lo que de no prohibirse, debería estar permitido únicamente para casos excepcionales y previstos en la Ley, como los de una emergencia hídrica –especialmente si se trata de una sequía. Pero no: la propuesta de Conagua, lejos de restringir los fomenta, previendo además que sean los concesionarios, es decir, los privados, quienes puedan realizarlo.

Estas disposiciones contenidas en la propuesta de una nueva Ley General de Aguas ajustan en perfecta sincronía con la propuesta de reforma que se propone a la LAN, misma que se concentra en desarrollar el sistema de transmisión de derechos y dedica un apartado a las disposiciones para la explotación del shale gas.

El que empresas mineras puedan disponer y explotar millones de metros cúbicos en zonas de baja y muy baja disponibilidad de agua se lo debemos a la transmisión de títulos contemplada en la LAN; los títulos que amparan esa explotación en algún momento beneficiaron a usuarios de riego, ejidatarios y a comunidades rurales. El principio y origen de la transmisión de títulos de concesión en la Ley partía de la garantía de que toda persona tiene para ejercer derechos sucesorios. No obstante, ese principio se corrompió y se convirtió en un mecanismo  para obtener un título de concesión en zonas donde la autoridad del agua tendría que negarlo.

El conjunto de reformas que se presentan en esta treta legislativa sí concentran su atención en la transmisión de títulos, pero no para prohibir esta práctica; los cambios están orientados a perfeccionar lo que era un informal mercado de agua. Los títulos de concesión ya no podrán transmitirse en forma parcial sino total; no habrá forma de que un industrial, un municipio o un campesino reclame derechos sobre esa agua si ha firmado un convenio de transmisión con alguna empresa. La Ley permitirá el despojo y también la expoliación del recurso natural, porque reconociendo que las transmisiones se dan en zonas de veda o de baja disponibilidad de agua, la Conagua permitirá la transmisión pero descontando desde un 10 por ciento hasta un 40 por ciento del volumen concesionado originalmente, lo cual no contribuye a remediar la sobreexplotación del agua.

Toda vez que se permitirán los trasvases al por mayor, y que los propios particulares sean quienes puedan realizarlo y se reactive un mercado de títulos de agua con todas las garantías para el comprador, cobran sentido las disposiciones que esta reforma propone para la explotación de shale gas; porque la propuesta no obliga a las empresas a utilizar aguas residuales tratadas para el método de fractura hidráulica; sólo lo deja como una opción, como también el uso de aguas salobres o fósiles. La alternativa por la que las empresas optarán será bajo la permisión de “importar agua desde cuencas o acuíferos circunvecinos con disponibilidad de agua suficiente” y “la adquisición de los derechos de agua de concesionarios asentados en la zona de interés”, ya que la mezcla de químicos que emplean para realizar el fracking le exige disponer de agua limpia y de calidad.

Parece no quedarle claro a Conagua que se trata del empleo de químicos altamente tóxicos y eso también lo demuestra cuando mandata a las empresas a “Cumplir las disposiciones establecidas en las normas oficiales mexicanas relativas a la construcción, rehabilitación de pozos”. No se trata de una inocente extracción de aguas subterráneas. La construcción de ademes y el encamisamiento tradicional de un pozo de extracción de  de poco servirán para contener y aislar una mezcla potencialmente cancerígena que se inyectará al subsuelo y se expandirá horizontalmente para realizar el fracking o fractura hidráulica.

Que este conjunto de reformas se presente como las que van a regular el derecho humano al acceso al agua, es una de esas tretas de antología.

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* Consultor independiente y asesor del Grupo Parlamentario del PRD en la Cámara de Diputados en materia de Gestión Integral del Agua.  Miembro de la Asociación Nacional de Ingeniería Urbana (ANIU) y de la Federación Mexicana de Ingeniería Sanitaria (FEMISCA).

miguel_angel_montoya@hotmail.com

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Feminismo: avances y retos en el país

Feminismo: avances y retos en el país

Por Elsa Ivette Jiménez*

El 8 de marzo de 1857, un grupo de obreras textiles tomó la decisión de salir a las calles de Nueva York para protestar por las pésimas condiciones en las que laboraban. A partir de entonces, las huelgas se sucedieron con frecuencia. El 5 de marzo de 1908 más de cien mujeres murieron calcinadas en la fábrica que trabajaban cuando el dueño decidió incendiarla como respuesta a la huelga que mantenían. Para recordar este hecho, en 1960 las Naciones Unidas comenzaron a celebrar el Día Internacional de la Mujer.

La conmemoración de esta fecha es una llamada de atención para reflexionar sobre los  progresos que las mujeres hemos alcanzado en el reconocimiento de nuestros derechos y para plantear lo que aún hace falta por hacer. Es un momento para celebrar los actos de valor y determinación realizados por feministas: académicas y activistas quienes gracias a sus movilizaciones, manifiestos, análisis, cabildeos, huelgas, participaciones han conseguido que los derechos y necesidades de las mujeres se integren en convenciones internacionales, legislaciones nacionales, programas y políticas públicas.

Sin embargo, aunque son muchas las injusticas que de género se han venido revirtiendo en las leyes y en la cultura gracias a la práctica feminista, con mucha frecuencia el feminismo ha sido penalizado en el imaginario social. Se concibe el término como opuesto pero equivalente al machismo, se habla de un odio irracional hacia los hombres, se le tiñe con lesbofobia.

Concebirse como feminista es un paso que muchos y muchas no se atreven a dar, pues conlleva una fuerte estigmatización, además de un esfuerzo constante de cuestionamiento y análisis sobre la manera como se configuran la sociedad y sus estructuras y como participamos y reproducimos los esquemas tradicionales –considerados naturales, normales e inmutables-.

Señalan Gisela Espinosa y Ana Lau Jaiven que “desestabilizar el orden social y simbólico del género, revolucionar las relaciones y cuestionar el poder sexista no es cualquier cosa, pues los problemas que enfrentan y focalizan las mujeres (…) están profundamente anclados en una cultura milenaria y en estructuras y relaciones de poder también construidas en la larga duración del tiempo social” (2011,11). Por esa razón, en este espacio propongo un reconocimiento a los colectivos feministas mexicanos que a lo largo del último siglo han venido trabajando para promover mejores condiciones para las mujeres mexicanas, buscando ampliar el reconocimiento a sus derechos y denunciar la opresión y violencia.

Cito, a manera de ejemplo, al Club Hijas de Cuauhtémoc –integrado en 1910-, al Consejo Feminista Mexicano -años 20s-; el Frente Único Pro Derechos de la Mujer -años 30s-, cuyas demandas fueron atendidas hasta el 17 de octubre de 1953 cuando se reconoció el derecho de las mujeres a votar y ser votadas. Pero aún falta mucho por hacer. Lamentablemente, hasta la fecha, tan sólo 6 mujeres han sido electas gobernadoras y ninguna ha ocupado la Presidencia del país.

*Centro Universitario Ignaciano, pertenece al Programa Interinstitucional de Derechos Humanos.

Conmemorar en lila

Conmemorar en lila

Por  Ana Georgina López Zepeda
Red de Género ITESO

Existen diversas versiones sobre el origen del 8 de marzo. Registros históricos, narraciones, metáforas políticas y actos cotidianos que rememoran las huellas del tránsito social de múltiples luchas y movimientos de mujeres.

Pero más que recordar un hecho en sí o una fecha, sirve enfocarnos en los conjuntos de hechos, de procesos, de dinámicas, de configuraciones históricas en determinadas situaciones en combinación con las nostalgias de los sujetos que emergen en los márgenes. En los inicios del siglo XX, las mujeres obreras textiles fueron pioneras al salir a protestar a las calles, al exigir sus derechos y al transformar una lucha personal-política en un sentido de vida entre una serie de sucesos, revoluciones, socialismos, comunismos y anarquismos de la época.

Las obreras peleaban contra las miserables condiciones de trabajo, las desigualdades salariales y las situaciones de precariedad a las que estaban expuestas. Entre sus peticiones se encontraban: la reducción de la jornada laboral con justa remuneración económica, el implemento de maquinaria y condiciones seguras para laborar, el ejercicio de sus derechos reproductivos en cuanto al periodo posparto y de lactancia, además de un trato digno y solidario.

En marzo de 1911, en la Fábrica textil Triangle Shirtwaist murieron más de 140 personas, principalmente costureras al lado de máquinas en donde la tela de color lila predominaba. Aunque no se supo con certeza la causa del incendio, la maquinaria que se utilizaba no era adecuada ni las instalaciones del lugar, pues no había mangueras, extintores ni ningún sistema de seguridad o alarma. Dos años antes, las mujeres de esa Fábrica protestaron ante las condiciones insalubres a través de huelgas y de la conformación de su sindicato, pero nunca fueron escuchadas hasta la tragedia, situación que conllevó a ciertos arreglos parciales, una mejora en las prestaciones laborales e instalaciones más seguras. Sin embargo, no hubo ningún cambio de raíz, ni de mentalidad.

Hay que conmemorar y no celebrar, luchar por la condición de las mujeres de cada pueblo, ciudad o país. La desigualdad, la corrupción y el poder exacerbado transgreden a los derechos humanos fundamentales, no sólo los de las mujeres, sino los de aquellos en cualquier situación en desventaja con respecto al sistema desigualitario que hemos creado.

Son violencias sociales y políticas. Se trata de toda una ideología que hemos introyectado, de una tecnocracia de género, de la cual intentamos salir, reconociendo nuestros anclajes históricos. Reflexionemos. Pensemos que estrategias cotidianas revierten las injusticias y abren las brechas de esperanzas.

Usemos un simbólico lazo lila, color de resistencia, paz y autoreivindicación.

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