Desigualdad de género en la Sierra de Santa Marta, en el sur de Veracruz.

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Evento día de la mujer en Tonalapan, 8 de marzo de 2011.

Por Dulce Gómez.

Académica ITESO.

En varias comunidades indígenas del país se respira una cotidianeidad que por un lado, naturaliza múltiples violencias y evidencia desigualdad de género, y por otro, va abriéndose lentamente al cambio.

Una primer violencia que identifico corresponde a “una violencia estructural” (Beaucage, 2008) o “de Estado”, debido a la alta marginalidad en las que se encuentran los pueblos indígenas en México, tomando en cuenta el Índice de Desarrollo Humano (IDH) e indicadores de vivienda, acceso a la tierra, la salud, la participación política y la educación, por mencionar algunos.

Esta situación afecta directamente el acceso a oportunidades de las mujeres indígenas en sus contextos regionales. Un ejemplo en el acceso desigual a la educación se puede observar en la Sierra de Santa Marta (SSM), región nahua y popoluca en el sur de Veracruz, donde:

“La población alfabetizada mayor de 15 años, entre el 38 y 42% corresponde a mujeres, lo que nos revela que una gran proporción de mujeres aún no accede a la lecto-escritura… Respecto de la tasa de alfabetización de adultos, a excepción del municipio de Soteapan que no alcanza el 40%, los municipios restantes presentan una tasa de más del 50% de población femenina adulta alfabetizada” (Instituto Veracruzano de las Mujeres, 2009:43).

Si bien, esta realidad se ha ido modificando con la apertura de mayores centros educativos en la región como telesecundarias, telebachilleratos e institutos de educación superior (como la Universidad Veracruzana Intercultural) y su consecuente feminización de la matrícula; el imaginario social de privilegiar la escolarización de los varones en muchas familias, prevalece.

Otras formas de desigualdad de género se observan en la baja participación política, la gran brecha en el ingreso monetario y la pertenencia a la tierra, donde sólo el 3% de las mujeres en el campo en México son ejidatarias gracias a que enviudaron, heredaron la tierra o la están cuidando en ausencia de los hombres que han migrado.

En relación a la participación en la vida política y la toma de decisiones comunitarias, se observa que las mujeres tienen poca intervención tanto en la representación en cargos públicos municipales, como puestos de funcionarias, vocales, directivas, así como en la pertenencia de partidos políticos. No obstante, cada vez parece que son más las que participan debido a intereses personales como a una política activa en la región (Cervantes, 2011), a través de la llamada “cuota de género, recientemente incorporada en algunos gobiernos municipales y espacios de participación política” (Instituto Veracruzano de las Mujeres, 2009:45) y que parece estar impactando en las zonas rurales de México.

Así pues, cada vez más son los grupos y organizaciones sociales que se unen para hacerle frente a una de las violencias más explícita, me refiero a la violencia sexual, y/o maltrato físico, psicológico o económico (González, 2011) que sufren las mujeres al interior de sus familias. En algunos casos, las mujeres no pueden realizar ninguna actividad fuera de la casa o de la comunidad sin pedir permiso a su esposo o padre; y los casos de violencia familiar son recurrentes, “a veces por el alcoholismo y a veces porque sencillamente los hombres consideran que solo así se pueden corregir las mujeres para que obedezcan y les sirvan como bien les plazca” (Cervantes, 2011).

Esta problemática a nivel nacional se estipula como un problema de salud pública:

“De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares 2006 (ENDIREH), Veracruz ocupa el lugar 19º en mujeres violentadas. La ENDIREH 2006 revela que la violencia contra las mujeres de 15 años y más perpetrada por la pareja alcanzó un 43.2% a nivel nacional. Para el caso de Veracruz, éste fue de 40.8%. El 62% de las mujeres de 15 años y más han sufrido situaciones de violencia a lo largo de su vida ya sea emocional, económica, física o sexual que se han llevado a cabo en los ámbitos comunitario, familiar, patrimonial, escolar, laboral y de pareja” (Instituto Veracruzano de las Mujeres, 2009:20).

Aunado a estas historias, las instancias legales para acompañar procesos de identificación del maltrato y su acusación siguen siendo limitadas y administradas por los mismos hombres de la región –muchos de ellos esposos de las que denuncian–, por lo que parece prevalecer el miedo frente a la denuncia pública. Las consecuencias frente a la denuncia pueden ser el señalamiento público, discriminación o amenazas. Es por eso que las condiciones estructurales en las que operan las instancias gubernamentales sostienen las violencias y reproducen las desigualdades.

Son varias las historias de mujeres que comparten como sus roles tradicionales como esposas, madres, amas de casa, cuidadoras de niños y de adultos mayores, educadoras, cocineras, limpiadoras, etc., son socializados desde la niñez en el seno familiar, escolar, religioso y social. Así pues, la presión social por adquirir esos roles preestablecidos y mantener el orden natural de la comunidad sigue fuertemente arraigado en el constructo social. El mayor problema está en que estos roles han sido utilizados para ejercer poder sobre las mujeres que han perpetuado la inequidad.

Hoy en día, aunque esta realidad se está transformando a partir de una serie de factores como la incursión de chicas jóvenes a la universidad, la conformación de redes de apoyo de mujeres frente a la violencia de género, una mayor visibilización de organizaciones sociales, entre otras acciones que están impactando en la reconfiguración de los roles tradicionales de género, el debate de la igualdad de género en las zonas rurales del país, seguirá siendo un tema prioritario en la lucha de los derechos humanos.

Texto construido a partir del estudio:

Gómez Navarro, D. (2015). Herencias, contradicciones y resignificaciones de la política educativa intercultural en el sur de Veracruz, México. Un estudio acerca de la Universidad Veracruzana Intercultural (UVI). (Tesis inédita de doctorado). Universidad Complutense de Madrid, España.

Cine sobre, con y por pueblos indígenas

Fotografía y texto: Alondra Barba

Colaboradora del Programa Indígena Intercultural del CIFS

El pasado mes de agosto, los días 27 y 28, tuvimos la oportunidad de compartir el taller: “Cine y video sobre, con y por pueblos indígenas”, impartido por los Doctores Lea y Pekka Kantonen, investigadores y artistas visuales finlandeses. Su tránsito por Guadalajara, y la motivación de llevar a cabo esta actividad, se debe a que desde hace ya más de una década han acompañado el intercambio cultural entre profesores y representantes del pueblo wixárika, específicamente, de quienes participan en el Centro Educativo Tatuutsi Maxakwaxí en la comunidad de San Miguel Huaixtita, Jalisco con miembros del pueblo indígena Saami, originarios de los países nórdicos: Noruega, Finlandia y Rusia.

El video y cine son parte de sus propuestas formativas de trabajo con los miembros de esta comunidad wixárika como medio y herramienta de recuperación, apropiación y difusión de las actividades, objetos o recreaciones para la construcción de las Casas de cultura comunitarias en la sierra Wixárika. Tal proyecto está siendo impulsado por los propios comuneros y desde el Programa Indígena Intercultural del CIFS los acompañamos para apoyar sus estrategias y acciones que permitan lograr su objetivo: la preservación y revitalización de aspectos de su cultura y tradiciones para los wixáritari más jóvenes y las generaciones que están por venir.

A lo largo de este taller los asistentes, alumnos de carreras vinculadas con el tema y colaboradores de diferentes asociaciones o proyectos con pueblos indígenas, tuvieron la oportunidad de conocer brevemente la historia del cine indígena. Las tres condiciones, “sobre, con y por”, son representativas del denominado arte comunitario de las décadas de los sesenta a los ochenta: “Arte sobre la gente, por la gente y para la gente”, que aún actualmente poco coinciden en el contexto del cine indígena, cada día más incipiente, — afirmaron los talleristas—, “la mayoría de las películas documentales sobre pueblos indígenas siguen siendo escritas, grabadas y producidas por cineastas de los grupos étnicos mayoritarios. Muchas veces (…) para satisfacer la curiosidad del mundo occidental”.

Bajo esta premisa, el recorrido ante un vasto universo fílmico nos permite, además de valernos de un antecedente claro en la materia, identificar con más claridad la relación y acompañamiento que esta herramienta tecnológica trajo en el acercamiento y “estudio” de las poblaciones indígenas y tribales del mundo. La historia del cine indígena muestra los tipos de aproximación que desde áreas científicas y antropológicas (siglos XIV-XX), posteriormente de entretenimiento, culturales o tecnológicas, han influenciado nuestra concepción y lectura de estos contextos, escenarios y poblaciones.

El cine sin duda, como muchas disciplinas, fue el medio para dar cabida a la estigmatización, discriminación y reafirmación de teorías raciales, y han dotado al mundo occidental de un imaginario hostil aún difícil de erradicar. Por otro lado, tal recorrido permitió que en voz y ojos de diferentes estudiosos y creadores, se dotara a tales narrativas de una exposición – interpretación más reflexiva, en búsqueda de cierta horizontalidad y recuperación de lo que en la perspectiva occidental está perdiéndose: sus tradiciones o costumbres. Posteriores vertientes cinematográficas buscarían dar voz a los pueblos, a veces aún desde la lectura del investigador, por ejemplo eligiendo los diálogos que posteriormente narrarían los protagonistas indígenas, pero otras sí fueron puente para dar conocer las culturas desde la visión de los propios pueblos.

A partir de la década de los setenta investigadores norteamericanos realizan el primer estudio-taller de video participativo con el pueblo Navajo, con la intención de conocer “cómo era su forma de ver el mundo”. En México esta tendencia la retomó el Instituto Nacional Indigenista (INI), realizando los primeros acercamientos de esta corriente en comunidades zapotecas con mujeres en Oaxaca. A pesar de ello, las sub corrientes o géneros del cine actual continúan mostrando tendencias pasadas, mezclan el “sobre, con y por”, aunque vale la pena destacar que la industria fílmica crece. El cine “con y por” los pueblos comienza a ganar terreno en diferentes partes del mundo: “la mayoría de las películas de cineastas indígenas han sido producidas por empresas no-indígenas, pero también hay empresas y cooperativas dirigidas por comunidades indígenas”.

Actualmente advertimos que los cineastas indígenas y no indígenas hacen uso de esta herramienta discursiva visual con la conciencia de su historia y cada vez más se convierte en un medio de empoderamiento y “vehículo de descolonización”. Su utilidad es desde educativa hasta de denuncia y cada vez más “los movimientos indígenas exigen que las imágenes de su gente correspondan con las experiencias vivas de los pueblos”; nunca más sin permiso o ultrajando sus invaluables riquezas.

Hoy el cine se utiliza como material de recuperación de tradiciones, pero también es un medio educativo, formativo y recreativo incluso es un vehículo que permite narrar y denunciar las luchas que hoy día encabezan. Aunque el camino pueda ser sinuoso o inequitativo aún: “Los pueblos indígenas están formando sus propias instituciones, por ejemplo museos comunitarios, festivales y conferencias indígenas que posibilitan el intercambio (…) y la promoción de su arte”.

 

 

 

¿Por qué permitimos que sigan despojando al Pueblo Wixárika de sus territorios?

Por: Rocío Landey Román
Programa Indígena Intercultural CIFS-ITESO rlandey@iteso.mx

El 10 de agosto el pueblo Wixárika a través de su Consejo Regional realizó, en coordinación con el Iteso, el foro “El Pueblo Wixárika en defensa del kiekari, su territorio” para informar sobre las diversas problemáticas por las que atraviesa su tierra ancestral, entre las que destacan las concesiones mineras en Wirikuta, los proyectos turísticos en San Blas, Nayarit, la construcción de la Presa Las Cruces en el Río San Pedro Mezquital, Ruíz, Nayarit, la invasión de caciques a la comunidad de San Sebastián Teponahuaxtlán en Jalisco, entre otras.

Aprovecharon para anunciar que sus acciones son emprendidas en un solo frente integrado por todas sus comunidades a través de este Consejo, como expresión de su autonomía respecto a las acciones que determinen para la defensa territorial. [1]

Otra de las motivaciones del evento fue el generar alianzas con la sociedad civil. En realidad cualquier ciudadano con un mínimo de empatía podría comulgar con estas y otras causas similares, sin embargo no basta con empatizar y solidarizarse simbólicamente. Parece que no nos termina de quedar claro que la defensa de este y otros territorios nos concierne a todos en menor o mayor medida. ¿Cómo ignorar las implicaciones ambientales?, ¿cómo se busca construir un Estado respetuoso de los derechos humanos si dejamos que se sigan despojando a los pobladores originarios de sus tierras?.

En ese sentido, ser solidarios no es un aspecto que se limite al ámbito de la simpatía por una causa, sino a una obligación ciudadana, además que nuestra solidaridad tendrá que ser expresada en términos horizontales, labor difícil de comprender, pues históricamente hemos aprendido a relacionarnos en verticalidad-dominación con estas poblaciones.

Más allá de acciones concretas en las que podamos poner nuestras habilidades al servicio de este tipo de causas, queda el cuestionamiento de cómo formar ciudadanos capaces de horizontalizar sus prácticas profesionales y cotidianas. Como universidad estamos obligados a reflexionar sobre nuestra labor educativa, a pensar en una educación que incorpore formas distintas de relacionarnos con el Otro y con el entorno; a cuestionar nuestra idea de sociedad a partir del análisis histórico y de cómo se han ido determinando las condiciones sociales actuales, las relaciones de poder vigentes y, por el caso, las configuraciones territoriales y políticas que hoy son motivo de conflicto y aquejan a los pueblos originarios, principalmente.

También a generar vínculos más estrechos con grupos y comunidades en resistencia; a incorporar distintas matrices de pensamiento en la vida académica; a formar ciudadanos capaces de ser sociedad pluricultural por la vía de los hechos, a facilitar los canales de comunicación entre los diversos y generar plataformas de solidaridad compartida. Se trata de pensar la universidad bajo el paradigma de que lo que nos horizontaliza como sociedad y nos enriquece como institución.

[1] Link para leer el pronunciamiento del Pueblo Wixárika.

 

EL DÍA INTERNACIONAL DE LOS PUEBLOS INDIGENAS Y LA SALUD COMO EXPRESION DEL BUEN VIVIR

Por: Guillermo Díaz

Desde hace varios años, la Asamblea General de las Naciones Unidas, a través de su Asamblea General del 23 de diciembre de 1994, estableció celebrar el Día Internacional de las Poblaciones Indígenas. Este día, que se celebra el 9 de agosto, tuvo como tema para el 2015 “la garantía de la salud y el bienestar de dichos pueblos”. Se considera que existen cerca de 5,000 grupos indígenas – llamados también pueblos originarios, pueblos ancestrales, primeros pueblos, pueblos tribales, autóctonos o aborígenes- integrados por aproximadamente 370 millones de personas que viven en más de 70 países de cinco continentes.

Por otra parte, el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo es un tratado internacional, firmado por México entre muchos países más, que retoma los derechos colectivos de los pueblos indígenas, entre los que destaca el derecho a la libre determinación como derecho humano que poseen todos los pueblos, el cual ya está considerado también en la Carta Internacional de Derechos Humanos de la ONU, tanto en su apartado de Pactos sobre Derechos Civiles y Políticos como en el de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales.

Sin embargo, a pesar de que los debates en torno a los pueblos indígenas no son nuevos –cabe recordar a Fray Bartolomé de las Casas y su defensa de los indígenas, quien ofreció una argumentación filosófico-ética en torno a la humanidad de los indios en América y ganó el debate jurídico en su tiempo-, la realidad de opresión, marginación y explotación criminal que durante siglos sufrieron los pueblos indígenas cobró una nueva y desafiante visibilidad mundial con el alzamiento zapatista. Despojados históricamente de sus tierras y territorios (sus recursos naturales y sus ecosistemas), violentadas sus culturas originarias, excluidos de los procesos de toma de decisiones, durante siglos han sido marginados, explotados, asimilados por la fuerza y sometidos a represión, tortura y asesinato cuando levantan la voz en defensa de sus derechos. Por miedo a la persecución o la necesidad de la sobrevivencia económica, a menudo se convienen en desplazados o refugiados, o en migrantes y jornaleros agrícolas, y en ocasiones se han visto obligados a ocultar su identidad, abandonar su idioma y sus costumbres tradicionales. Esta dinámica ha sido profundizada en esta fase depredadora y salvaje del capitalismo neoliberal de las tres últimas décadas.

Bajo esas condiciones, ¿qué significado puede tener para los pueblos originarios que la ONU celebre anualmente este día internacional? Más aún, ¿qué significado tiene para diversas culturas indígenas la celebración en 2015 cuyo tema se refiere a la salud y su bienestar?

Frente a estos discursos institucionalizados globalmente -términos como soberanía y autodeterminación son también cercanos a la noción de autonomía, así como sus extensiones de autoafirmación, autodefinición, auto-delimitación, auto-organización, autogestión, etc.-, para el caso de los pueblos indígenas, las decisiones propias para definir su destino y vida propia, tanto presente como futura, son la esencia de la autonomía. De ahí que los elementos de autonomía, autogobierno, elección de representantes por usos y costumbres e instituciones propias para la toma de decisiones sean parte fundamental de la autodeterminación.

De ahí que la realidad vaya en contra de lo que supuestamente se pretende. ¿Cómo hablar de la salud de los pueblos indígenas cuando todo se expropia, incluyendo sus plantas medicinales y sus prácticas? Ya Noemi Klein[1] documenta la manera como el supuesto bienestar se traduce en un malestar a través de de lo constituye la privatización de la vida y del conocimiento. Klein lo analiza desde la multiplicación de las patentes y la manera como las grandes transnacionales y universidades extranjeras, en una alianza perversa, se apropian del conocimiento socialmente producido. La biodiversidad” se constituye en otro botín muy apreciado por las corporaciones transnacionales a través de la biopiratería”. El caso de los programas de obtención de recursos genéticos en Chiapas es tan sólo una muestra de esta expropiación social indígena-apropiación privada transnacional.

Así, las plantas medicinales y el saber indígena tradicional en materia de salud pasan a formar parte del conocimiento patentado por estas empresas (Monsanto y el ejército de los Estados Unidos son una expresión de ello). Frente a esta práctica de biopiratería, expropiadora y privatizadora, los movimientos sociales de resistencia en Chiapas se convierten en una alternativa que trata de impedir el saqueo e impulsar las prácticas de las médicas populares y parteras. Pero no sólo en Chiapas, sino en América del sur y otras regiones del mundo.

Si la salud es uno de los ingredientes básicos, un proceso fundamental de la “vida buena”, la reivindicación y el respeto de los saberes ancestrales y la desprivatización de sus plantas medicinales debería der ser incorporados en cualquier esfuerzo institucional globalizado, además de la existencia de clínicas y hospitales de diversos niveles, y no sólo como la ONU pretendió celebrar el Día Internacional de los Pueblos Indígenas el pasado 9 de agosto. ¿Autonomía? Para los pueblos indígenas, la verdadera autonomía es de quien la trabaja.

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[1] KLEIN, Naomi (2007), ¿Un mundo patentado? La privatización de la vida y del conocimiento, Paidós, Barcelona.

 

“Se cansaron de esperar y entonces decidieron hacer sus propias escuelas”

Por: Alondra Barba, experta

Red de Centros Comunitarios e Interculturales: un movimiento educativo regional.

Actividades académicas, culturales y deportivas constituyen la agenda 2015 de la Red de Centros Educativos e Interculturales Wixáritari y Na’ayeriteel, la primera de ellas el pasado mes de marzo. Autoridades educativas y alumnos de tres bachilleratos de las siete escuelas que conforman la Red, se reunieron en la comunidad wixárika de ‘Uweni Muyewe -Bancos de San Hipólito-, en el estado de Durango.

¿Y qué es lo que hace que esta actividad sea relevante?, pues nada menos que la historia que hay detrás de estas escuelas, ya que hace aproximadamente 20 años en la sierra norte de Jalisco, las comunidades wixáritari de ese estado decidieron construir la primera secundaria de la zona. Ésta no sería una escuela convencional y ni el resto de los bachilleratos interculturales que a partir de entonces emergieron a lo ancho de la región wixárika-na’ayeri que comprende los estados de Jalisco, Nayarit y Durango.

Hoy día tras historias de arduo trabajo, desde las reuniones locales, tortuosas gestiones con instancias públicas y un sinfín de actividades relacionadas al emprendimiento de estos proyectos educativos únicos, son ya 6 bachilleratos y 1 secundaria interculturales que han originado la Red de Centros Educativos Comunitarios e Interculturales, que desde el 2014 se reúnen para socializar y estrechar lazos de acción a favor de su principal razón de ser: sus estudiantes, adolescentes y jóvenes, que están formándose desde el reconocimiento de su identidad cultural, para beneficio de sus comunidades y la región.

Es entonces importante reconocer el esfuerzo de emprender acciones a favor de crear un movimiento educativo en esta región, puesto que movilizarse en los abruptos caminos de la región, la falta de recursos económicos tanto de las escuelas como de sus estudiantes, es lo que hace trascendental dedicarle nuestra mayor admiración y apoyo para que sus próximas actividades continúen llevándose a cabo. A pesar de estas limitaciones y contando exclusivamente con sus propios recursos, fueron capaces de concentrar en ‘Uweni Muyewe -Bancos de San Hipólito a más de 100 personas, profesores, alumnos y comuneros, para festejar cultural y deportivamente por el enorme gusto de compartir el mismo camino y las propias riquezas de cada escuela.

Resta decir que la principal razón de iniciar con una actividad deportiva y cultural, en donde se realizaron encuentros en diferentes disciplinas y se presentaron danzas y música tradicional de cada comunidad, fue para brindar a sus estudiantes la oportunidad de conocer a otros wixáritari y na’ayerite que viven y estudian en escenarios locales diferentes a los suyos: desde el idioma, la cultura, la vegetación, el clima, entre otros. Sin embargo el fin común es el mismo, el derecho a una educación propia… algo a lo que el Estado ha decidido darle la espalda.

Bachilleratos Interculturales participantes en el primer Encuentro Deportivo- Cultural:

Takutsi Niukieya, Tatei Yurienaka ‘Iyarieya y La Muxatena.

 

Visita en facebook: Red de Centros Educativos Comunitarios Wixáritari y Na’ayerite.

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II Encuentro de la Red de Centros Educativos Interculturales y Comunitarios Wixáritari y Na’ayerite

Por segundo año consecutivo se realizó el Encuentro de la Red de Centros Educativos Interculturales y Comunitarios Wixáritari y Na’ayerite los días 22 y 23 de enero en las instalaciones del ITESO y el CESP. En esta ocasión el objetivo fue propiciar un espacio de encuentro entre los directivos y docentes de la Red, para reconocerse en propósitos, logros, retos, y actividades emprendidas durante el 2014, por consiguiente acordar y agendar acciones conjuntas para este 2015.

Los centros que se dieron cita fueron: el Bachillerato Intercultural Muxatena de Presidio de los Reyes, del municipio de Ruíz, Nayarit; el Bachillerato Intercultural Takutsi Niukieya de Bancos de San Hipólito, municipio El Mezquital, Durango; y los Bachilleratos Interculturales Tamatsi Kauyumalie de Popotita, Tatei Yurienaka ‘Iyarieya de San Andrés Cohamiata, y el Emsad-51 de San Miguel Huaixtita, pertenecientes al municipio de Mezquitic en Jalisco.

La jornada se desarrolló a través de talleres, donde los integrantes compartieron las actividades y relaciones que se han realizado entre todos o algunos de los centros en diferentes ámbitos como: los deportivos, las gestiones institucionales, los encuentros de academia entre otros; tanto entre sí mismos, como con los proyectos propuestos por el Programa Indígena Intercultural del Centro de Investigación y Formación Social. Cada momento fue enriquecido mediante las intervenciones de todos los presentes.

Uno de los logros fue formalizar las actividades para la  agenda de trabajo 2015, en donde cada centro propuso sedes y temáticas para realizar encuentros deportivos entre alumnos de diferentes escuelas y así propiciar un sano esparcimiento, además se reconoció que los jóvenes fortalecen su identidad a través de la identificación de sus diferencias y similitudes culturales, geográficas y medio ambientales; un intercambio cultural y artístico; encuentro entre docentes y directivos para revisar los planes de estudio y sus experiencias pedagógicas; y por último compartir experiencias y acciones en el marco de las áreas de educación para el trabajo (talleres productivos); esto último para vislumbrar los alcances y potenciar el desarrollo práctico y económico de los proyectos que pueden emprender los estudiantes en sus comunidades.

Pedro Cayetano González, director del Bachillerato Intercultural Muxatena, mencionó: ‘‘Hacen falta este tipo de eventos para fortalecer la Red de bachilleratos interculturales’’, y enfatizó que cada una de las escuelas tiene una lucha por emprender en diferentes ámbitos para lograr su estabilidad, y provocar en los jóvenes el interés por sus raíces, y lo más importante, inculcar cómo apoyar a sus comunidades.

 

Por su parte Paulita Carrillo docente del primer Bachillerato de la región, en San Andrés Cohamiata, puntualizó que los integrantes del encuentro comprenden los problemas y las necesidades porque sus experiencias son similares.

En palabras del coordinador del Programa Indígena Intercultural, el maestro Óscar Hernández, el esfuerzo de construir esta Red va más allá de las escuelas mismas, ya que no solo impacta nuestras personas y las escuelas. “Están a un lado o detrás las comunidades, sus propias familias, que de muchas maneras participan en este esfuerzo compartido”.

Si deseas conocer sobre el Programa Indígena Intercultural que tiene el ITESO visita. www.cifs.iteso.mx

 

 Nota:

Alondra Barba/ Graciela Larios

Retos y avances del sistema educativo indígena intercultural del Gran Nayar

Retos y avances del sistema educativo indígena intercultural del Gran Nayar.
Por: Graciela Larios


29 de febrero de 2015.-
Conservar nuestras raíces y fortalecer la unión de las escuelas indígenas es uno de los retos que planteó Pedro Cayetano, Director del Bachillerato Intercultural Muxatena, en el II Encuentro de Centros Educativos Interculturales.

Paulita Carrillo, perteneciente a la comunidad de San Andrés Cohamiata, puntualizó que el encuentro pretende identificar  historias y objetivos afines; así como los problemas, necesidades y experiencias de los centros educativos.

La importancia de los centros educativos interculturales y comunitarios son que las personas de la comunidad asumen que la educación del Estado no responde a sus necesidades culturales, contextuales y lingüísticas, por ende, han sido las propias comunidades y sus actores quienes generan estos proyectos educativos para favorecer la formación de sus jóvenes, para que no migren, no pierdan su lengua, y también construyan su propio desarrollo regional; con el respaldo de los derechos internacionales, constitucionales y estatales en materia cultural y educativa.

Uno de los logros de este segundo encuentro fue haber formalizado actividades para la próxima agenda de trabajo que incluyen: encuentros deportivos entre centros; intercambios culturales y artísticos; encuentro entre docentes y directivos para la revisión de planes de estudio y experiencias pedagógicas, así como acciones emprendidas en el marco de las áreas de educación para el trabajo

Actualmente existen 6 bachilleratos y una secundaria y al encuentro asistieron: Bachillerato Intercultural Muxatena de Presidio de los Reyes, Ruíz, Nayarit; Bachillerato Intercultural TaKutsi Niukieya de  Bancos de San Hipólito, El Mezquital, Durango; Bachillerato Intercultural Tamatsi Kauyumalie de Popotita, Mezquitic, Jalisco; Bachillerato Intercultural Tatei Yurienaka ‘Iyarieya de San Andrés Cohamiata, Mezquitic, Jalisco; Emsad-51 de San Miguel Huaixtita, Mezquitic, Jalisco.

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En otras culturas existen otras formas de contar: un vistazo a las matemáticas

Por: Antonio Diosdado Hernández

¿Existen diferentes formas de razonamiento matemático o sólo una? Si pensamos en la matemática de la manera como la estudiamos en la escuela, podríamos decir que sólo hay una forma de razonarla. Sin embargo, hay distintas formas de pensar cosas y fenómenos donde se aplica matemática. Existe una sola matemática, pero si consideramos que es una construcción, un producto social y cultural –como es entendida en la actualidad- entonces no es difícil reconocer que existen diferentes maneras de razonarla o pensarla. En este sentido, el razonamiento matemático dependerá de la cultura que la piense y la lleve a la práctica, sin importar que, determinada cultura no pertenezca a la occidental, y en estas condiciones puede ser entendido como matemáticas aplicadas al contexto, o en el campo de estudio también conocido como etnomatemáticas.

En ese tono, se puede afirmar que, todas las culturas originarias o indígenas del mundo han desarrollado razonamiento matemático: cuentan, miden, localizan a su modo lo que es de interés y les sirva para subsistir; también diseñan modelos de cosmovisión descriptivos utilizando en muchos casos bases de razonamiento matemático que les permite comprender y explicar el entorno, siempre apegados a la naturaleza y considerándose parte de ella.

El Programa Indígena Intercultural (PII) del CIFS ITESO, acompaña a bachilleratos interculturales wixáritari y na’ayerite (Huicholes y Coras) en el proceso de inclusión del razonamiento matemático de sus propias culturas en los programas oficiales. Los y las docentes indígenas de estos bachilleratos tienen interés en impartir conocimientos de la cultura occidental y de la cultura propia; quieren que su educación tenga tendencia a conservar su cultura, usos, costumbres y lengua; quieren una educación propia para atender a necesidades y solucionar problemas de la comunidad.

Para lograr lo anterior, están enfocados en mejorar la calidad del proceso de enseñanza-aprendizaje; y en el caso de las matemáticas: dialogar lo que proponen los programas oficiales y lo que aplican los y las indígenas en sus comunidades. La labor de acompañamiento exige apertura y respeto a formas distintas de conocimiento, por tanto, la manera de trabajar entre docentes indígenas y quienes colaboran en el PII es principalmente mediante el diálogo.

Una de las estrategias diseñadas desde el PII para lograrlo, es la incorporación al currículo educativo de los bachilleratos indígenas en los que se colabora, a los  contenidos que doten de aprendizajes útiles y aplicables al contexto a los  jóvenes indígenas de la sierra wixárika y na’ayeri; tanto para quienes se quedan en la comunidad a trabajar, como quienes que aspiran a estudiar la universidad. La matemática es necesaria para todas las personas en cualquier cultura e implica el universal razonamiento matemático. Conscientes de ello, culturas indígenas proponen su propia alternativa.

Las matemáticas son universales, sin embargo cada cultura o pueblo originario desarrolla sus propias formas de racionalizar, medir, contar y construir desde hace cientos de años. Lo anterior de alguna manera está relacionado concretamente con el entorno físico y cosmogónico (dioses, figuras, etc.) de las poblaciones indígenas.

Desde el Programa Indígena Intercultural del CIFS, invitamos a la comunidad universitaria a reflexionar y acercarse a las distintas maneras de comprender el entorno mediante el razonamiento matemático, que prevalece en las culturas originarias de nuestro país.

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YO VIVO LA PAZ ¿Y TÚ? Día Internacional de la Paz


Por: Carlos F. Castañeda

Tlaquepaque, Jal. 15 de septiembre de 2014.- El próximo  21  de  Septiembre se conmemorará a nivel internacional el Día  internacional  de  La Paz, que fue establecido por la Organización de las Naciones Unidas. Desde el ITESO el lunes 22 de este mes de las 10:00 a las 18:00 hrs., se realizará una jornada continua de oración por la paz dentro de la Universidad, esa será una manera de tener presente el día por la paz entre la comunidad universitaria.

Ante el escenario de violencia que estamos viviendo en nuestro país, los medios de comunicación masivos difunden principalmente los hechos negativos alrededor de nuestra situación social, el  colectivo YO VIVO LA PAZ ¿Y TÚ?, conformado por organizaciones que en Guadalajara trabajan en favor de la paz, se han unido para celebrar este día para realizar una serie de intervenciones en el espacio de la Vía Recreativa de Guadalajara, precisamente el próximo domingo 21 del presente mes.

La propuesta es hacer visible el esfuerzo de personas e instituciones que llevan a cabo acciones concretas en favor de una situación social diferente y que normalmente no son evidentes en los medios masivos de comunicación.

En el andador de la av. Chapultepec, entre la avenida La Paz y Lerdo de Tejada se instalarán una docena de representantes de las siguientes instituciones:

Sección de Derechos Humanos y Pastoral del trabajo de la arquidiócesis de Guadalajara, Comunidad CRECE, Constructores de paz, Centro educativo Oblatos, Colores de Jalisco, Guerreros de luz, Dirección de prevención de adicciones del ayuntamiento de Guadalajara, Parlamento Jalisciense de la Mujer, FAFI: Fundación para apoyo a la formación de la infancia, COMNAPAZ México, Colectivo vidas dignas y empoderadas, COVIDYE, Creando una cultura de paz AC. CREAPAZ, Portavoces de Paz, Misioneras Ecuménicas,  El juego es pensar S.C., Pulsando desde el corazón, FM4 Paso Libre (Dignidad y justicia en el camino A.C.)  y el Programa Institucional de Derechos Humanos y Paz.

Entre las intervenciones y actividades que van a realizar algunas de estas agrupaciones son un taller de valores, un taller de Mediación Escolar, la yoga de la risa, una exposición con grupo de mujeres “Una salud por la paz”, Jóvenes con Mimo, y exposición de murales pintados con el tema de la paz, una lotería de valores y juegos cooperativos, otro mural que se hará en colectivo por la paz y juegos para niños y adolescentes sobre cultura de paz,  también habrá lecturas compartidas sobre historias de migrantes e indígenas y sobre la invisibilidad de las personas, el juego del Bebeleche de los valores y otras expresiones de paz de niños de Michoacán, Jalisco y Guanajuato.

Cabe mencionar que esta es solo una muestra del tipo de trabajo o colaboración que hacen algunos organismos de la sociedad civil en cuanto al tema de Paz pero hay muchas otras instituciones que en acciones pequeñas y cotidianas colaboran construyendo un mundo de relaciones equitativas, armoniosas, justas que construyen a la cultura de paz y al ideal de la Paz Positiva.

Invitamos a los miembros de la comunidad universitaria a visitar esta exposición de actividades en la Vía Recreativa y a unirse con un poco de tu tiempo en la jornada de oración el lunes 22 en el campus de nuestra universidad.
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Soy bilingüe: hablo 100% wixárika y 60% de español

 

 Por: Roxana Xamán Mc Gregor.

Imagina que llegas al ITESO y el coordinador de la carrera te habla ¡en na’ayeri! En la oficina de admisión también hablan en na’ayeri. Quizá trates de explicar: “Soy bilingüe: hablo 100% español, 50% inglés, 0% na’ayeri. No le entiendo nada.” Imagina que te responden: “Aprenda na’ayeri, está en el ITESO.” ¡Cómo vas a aprender na’ayeri si desde que naciste hablas en español! ¡18 años después resulta que tienes que aprender otro idioma! En México este problema hipotético es tan real que 6.5 millones de personas lo viven, los 6.5 millones de hablantes de alguna de las 68 lenguas originarias.

En el Programa Indígena Intercultural iniciamos en 2014 un proyecto dedicado a conocer el uso y conocimiento del idioma español en comunidades indígenas, con el objetivo de elaborar propuestas que permitan a los alumnos indígenas mejorar su comprensión del idioma. Para ello realizamos un diagnóstico en siete centros educativos interculturales (una secundaria y seis bachilleratos) cuya lengua materna es el wixárika o huichol y el na’ayeri o cora.

Encontramos que los alumnos tienen conocimientos desordenados del idioma: cometen errores básicos (acentuación, ortografía) y otros más complejos, que modifican la estructura y coherencia de su discurso. Desde mi experiencia docente en nivel bachillerato con alumnos en Guadalajara y Mazatlán, los errores básicos presentados por los alumnos que participaron del estudio, no son más graves a los que cometen otros jóvenes del país en el mismo grado escolar. En cuando a los errores complejos del uso de la lengua (elaboración y comprensión del discurso), los estudiantes indígenas evaluados sí mostraron deficiencias considerables, con respecto a otros alumnos del mismo grado escolar.

El que los alumnos indígenas no dominen bien el español no es cuestión de capacidad, sino de situación, ya que reciben una educación inadecuada para su contexto: se asume que conocer el idioma español en México es una obligación, la educación del Estado tienen una estructura, metodología y contenidos inadecuados para la población indígena: escuelas multigrados (un profesor atiende a dos o más grupos), enseñanza con material exclusivamente en español y/o con profesores que no tienen una formación especializada para la enseñanza del español como segunda lengua, entre otros.

Esta problemática requiere de un cambio de paradigma para iniciar con una solución de fondo: que se trate a la lengua indígena como una igual al español, que se modifiquen las estructuras, de modo que el hablante indígena encuentre los espacios para estudiar, trabajar, relacionarse con otros en su idioma. Por lo pronto, desde el Programa Educativo Intercultural acercamos a los educadores herramientas para que mejoren su conocimiento del español (talleres, guías, material de apoyo); acompañamos y motivamos el trabajo del profesor con los alumnos (con diseño de metodologías y seguimiento al proceso de enseñanza-aprendizaje).

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¿Por qué las personas tienen que salir a tomar las calles? Reflexiones sobre la movilización de los wixárikas

Por: Carlos A. Peralta Varela, Programa de Derechos Humanos, CIFS – ITESO

2 de septiembre de 2014.- Las organizaciones o las comunidades no salen a movilizarse, marchar y tomar las calles por pasatiempo. Lo hacen por necesidad. Su acción busca llamar la atención de la sociedad y de las autoridades para atender una necesidad o para resolver un problema importante.

En el caso de la reciente movilización de los wixárikas (huicholes), el 20 y 21 de agosto pasados, tuvieron que dejar su casa, venir a Guadalajara e instalarse frente a dos dependencias del gobierno federal, para que las autoridades se movilizaran y cumplieran con algo que ya habían ganado legalmente en los tribunales y que podría haberse resuelto hace años. Tenían la razón ética y jurídica para actuar, y si resumiéramos su solicitud es esta: “ya estuvo bien de mentiras y de darle largas al problema ¡Queremos acciones concretas!”.

En julio de 1953, una resolución presidencial que fue publicada en el Diario Oficial de la Federación, les otorgó a los wixaritari de San Sebastián Teponahuaxtlán un total de 240 mil hectáreas. Hace poco más de una década pobladores de Huajimic, perteneciente a Nayarit, invadieron sus tierras y se apropiaron de 10,000 hectáreas. Obviamente los wixárikas tenían muchos caminos posibles de acción, uno de ellos era haber intentado desalojar a los invasores. Sin embargo, decidieron seguir un camino más respetuoso y denunciaron el hecho ante las autoridades, pero éstas no hicieron nada al respecto. No se resignaron y decidieron seguir el muy largo y tortuoso camino que marca la ley para lograr la restitución de sus tierras.

Desde el año 2007, han interpuesto demandas y llegaron a tener 45 juicios de restitución de tierras de los cuales a partir del 2012, se han emitido cinco sentencias a su favor y ninguna de éstas se había ejecutado. Es decir, siguieron el proceso que marca la ley, gastaron dinero en los juicios, pasaron cinco años para que se reconociera (a través de las sentencias) que debían restituírseles las tierras, pero han pasado otros dos años más sin que nada efectivo suceda.

Mientras se realizaban los juicios otra dependencia federal intervino, la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU) y sugirió que el caso se desahogara como parte del programa Conflictos Sociales en el Medio Rural (COSOMER). Entre 2009 y 2012, la dependencia aparentó atender el conflicto y dijo buscar que el problema se resolviera por la conciliación entre las partes, sin embargo, la SEDATU no atendió el conflicto de fondo y la invasión persistió.

El colmo fue que el Tribunal Superior Agrario ordenó que un tribunal de Nayarit ejecutara una de las sentencia de restitución por un total de 10,000 hectáreas. Sin embargo, en Nayarit no quisieron ejecutar la sentencia. Es decir, las autoridades no quisieron hacer caso cumplir y ejecutar una orden de un tribunal.

Tengamos presente entonces que la movilización de los wixárikas se debió a un conflicto que ellos no provocaron y que no fue atendido adecuadamente. Teniendo la autoridad federal, la posibilidad de resolver desde hace años el problema de la invasión, no actuaron. En este caso la comunidad se vio obligada a tomar las calles tan solo para lograr ser escuchada y atendida en forma efectiva.  Nos queda por último la idea de que si la autoridad fuera eficiente en la solución de problemas que aquejan a la sociedad, ésta no tendría que salir a las calles.

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