Todas las mujeres contra todas las violencias

Carmen Díaz, red de género ITESO

El 25 de noviembre es una fecha que moviliza a organizaciones y colectivos que promueven los derechos de las mujeres. El día internacional de la eliminación de la violencia contra las mujeres hace memoria del asesinato de las hermanas Mirabal, por su activismo político frente a la dictadura de Trujillo en República Dominicana, en 1960. En 2015, seguimos ante un panorama sombrío. Según ONU Mujeres “en todo el mundo, una de cada tres mujeres ha sufrido violencia física o sexual, principalmente por parte de un compañero sentimental. Ya sea en el hogar, en la calle o en los conflictos armados, la violencia contra las mujeres es una pandemia mundial que ocurre en espacios públicos y privados.”[1]

Las mujeres enfrentamos cotidianamente diversos tipos de violencias. A veces, hasta las normalizamos. Acoso callejero, en el transporte público y ahora también en las redes sociales. Cuando denunciamos la publicidad o los comentarios sexistas muchas veces la respuesta es minimizarlo, descalificarlo ¿A quién ya le han llamado feminazi? La violencia van tomando distintas formas: son las agresiones sexuales que sufren las migrantes y la represión contra las defensoras de derechos humanos. Es la lesbofobia y los ataques a las mujeres trans. Son los desalojos y criminalización de las mujeres que defienden sus territorios frente a megaproyectos. Es la brecha salarial y la invisibilización del trabajo doméstico. Y por supuesto, son los feminicidios y la impunidad.

Pero también nos organizamos para hacer frente a estas violencias. Ahí está la campaña “Rompiendo el silencio: todas juntas contra la tortura sexual”[2] y la formación del primer Sindicato nacional de trabajadoras del hogar.[3] Ahí están las organizaciones y colectivos que cotidianamente hacen talleres para prevenir la violencia de género, para exigir calles sin acoso y para defender los derechos de las mujeres. Y están los compañeros que rechazan las masculinidades violentas y se convierten en aliados para la equidad de género.

Este 25 de noviembre, como cada año, se realizaron diversas actividades en Guadalajara. En ITESO invitó a una rodada, cinedebate[4] y un foro diálogo para impulsar acciones frente a la violencia de género en la universidad (13hrs, café de la biblioteca).[5] Diversas organizaciones feministas y de derechos humanos invitaron a una caminata de protesta contra las violencias machistas (18hrs, plaza de armas) rumbo a Chapultepec y Vallarta, donde hubo música, poesía y talleres, entre ellos uno de defensa personal.[6] Habrá también un ciclo de conferencias tituladas “Políticas contra el feminicidio: los retos pendientes.”[7] La rapera Rebeca Lane estuvo en la ciudad, y además de su concierto, hizo un taller de composición feminista.[8] Porque #VivasNosQueremos, todas las mujeres, contra todas las violencias.

[1] http://www.unwomen.org/es/digital-library/multimedia/2015/11/infographic-violence-against-women#sthash.ncHwdqkW.dpuf

[2] http://centroprodh.org.mx/rompiendoelsilencio/

[3] http://www.proceso.com.mx/?p=414282

[4] https://www.facebook.com/CLIT-Colectivo-1435145626791246/?fref=ts

[5] https://www.facebook.com/events/548077222011642/

[6] https://www.facebook.com/events/904377659615611/

[7] https://www.facebook.com/events/1688180841468554/

[8]https://www.facebook.com/ddeserjalisco/photos/a.700670493393868.1073741828.700665550061029/784019705058946/?type=3&theater

¡Otra vez la impunidad!

José Bautista Farías, académico del Centro de Investigación y Formación Social del ITESO.
(jbautista@iteso.mx)

¿Sabía usted que en la última década más de 700 periodistas han sido asesinados por cumplir con su tarea de informar al público y que menos de uno, de cada diez de estos crímenes, se investiga? Estos datos escalofriantes son proporcionados por la UNESCO en el marco del Día internacional para poner fin a la impunidad de los crímenes contra periodistas que se conmemora el 2 de noviembre desde el año 2013. Esta fecha se eligió para recordar el asesinato de dos periodistas franceses en Mali de ese año. Según la UNESCO, la impunidad de estos crímenes es el principal incentivo de los asesinos, lo cual tiene un efecto aterrador sobre la sociedad en general y sobre los propios periodistas en lo particular.

En 2015 el Barómetro de la Libertad de Prensa reportó que a nivel mundial han sido asesinados 57 periodistas y encarcelados 150. Estas cifras no incluyen otros tipos de agresiones como la tortura, las desapariciones forzadas, las detenciones arbitrarias, la intimidación, la censura, el despido injustificado, el acoso, ni la compra de publicidad (que según Fundar es otra forma de censura) en contra de los periodistas.

Ban Ki-moon, Secretario General de la ONU, en su mensaje sobre este tema reveló que muchos periodistas perecen en los conflictos que cubren de forma valiente. “Pero demasiados han sido silenciados por decir la verdad”. En no pocos casos de estas muertes se responsabiliza al crimen organizado, pero también a los gobiernos por su incapacidad, omisión o complicidad.

Reporteros Sin Frontera afirma que México es uno de los países más peligrosos del mundo para ejercer el periodismo y según Darío Ramírez, Director de Artículo 19, en este país se registran más de 300 agresiones al año en contra de la prensa debido, en parte, a que no existe ningún tipo de represalias. Según datos del Índice Nacional de Impunidad, México ocupa el segundo lugar de impunidad de una muestra de 59 países más impunes, sólo superado por Filipinas (Forbes México, 2/nov/2015).

Los esfuerzos por limitar y acabar con la impunidad de la muerte de periodistas han llevado a crear un Plan de Acción de las Naciones Unidas sobre la Seguridad de los Periodistas y la Cuestión de la Impunidad, que contempla instrumentos jurídicos internacionales, que a menudo son de carácter vinculante, así como órganos de vigilancia que observan el grado de cumplimiento de los compromisos que firman los Estado, entre otras medidas. Sin embargo, los resultados de este Plan han resultado insuficientes e ineficaces para acabar o poner freno a las agresiones en contra del gremio periodístico, en parte debido a que las investigaciones, y por ende las posibles sanciones, de estos crímenes sigue siendo de los Estados miembros.

Estados con instituciones débiles y opacos, capturados por intereses particulares, corrompidos y penetrados por grupos criminales –como el caso Mexicano- difícilmente van a dar buenas cuentas en el cumplimiento de planes sobre la seguridad de los periodistas y el abatimiento de la impunidad. Para avanzar en esta dirección, se requiere de la intervención de organismos internacionales y nacionales con autonomía, recursos y facultades para investigar, así como de cambios radicales en la administración y procuración de la justicia de los Estados, que pongan en el centro la defensa irrestricta de la libertad de expresión y los derechos humanos. Necesitamos también de una vigorosa sociedad civil que lo exija y, en su caso, lo sancione. Estamos aún lejos de lograr esto, pero ya sabemos que rumbo debemos seguir. La tarea es ardua, compleja y demanda la confluencia de diversos actores, incluido el Estado.

¿Qué tan justo es el comercio justo?

Economías alternativas solidarias

Por: Rosa Gutiérrez y Graciela Larios

Las economías solidariasson una expresión de otras economías alternativas al capitalismo. Intentan construir formas novedosas de producción, intercambio y consumo que permitan a las personas una vida digna e incluyente. Sustenta la participación democrática y libre de quienes la practican, y excluye cualquier forma de lucro en pocas manos y trata de repartir los excedentes de lo que se produce.

“Existen por lo menos tres grandes tendencias en economías solidarias: la primera de corte anti-sistémico, involucra mercados alternativos,rescate de la cultura y de lo ancestral, un fuerte componente ambiental; una segunda es una tendencia de transición, que no se manifiesta como anticapitalista, sino como no capitalista, con la recuperación de derechos ciudadanos/as; y la terceraes la que trata de darle un rostro humanizado al capitalismo, una regulación de los mercados, una reivindicación de derechos, regulación del Estado liberal por parte de la sociedad civil y de protección a la naturaleza” explica Guillermo Díaz, Investigador del Centro de Investigación y Formación Social.

Hay ejemplos de economías solidarias exitosas en donde se pone en práctica el trabajo cooperativo colaborativo “un trabajador que recupera una empresa del que él viene, recuperan su experiencia de trabajo, es volver a trabajar con un empleo digno y echar andar la empresa. Como por ejemplo TRADOC”, puntualiza Díaz. TRADOC (Trabajadores Democráticos de Occidente) nació de una lucha sindical de trabajadores de la empresa Euskadi en defensa de sus derechos laborales.

“En el Programa Desarrollos Regionales Alternativos del CIFS hemos trabajado en los PAP con algunos estudiantes del ITESO muy valiosos y nos preguntamos sobre su futuro como egresados: ¿Qué hacer para que la dinámica capitalista, voraz, depredadora, egoísta, no los devore? ¿Qué podemos hacer para apoyar a estos jóvenes? Y hemos encontrado como alternativa realizar emprendimientos solidarios, donde lo que prima no es el capital, sino el servicio. Por ejemplo tenemos un proyecto llamado COPAL, que es un despacho de asesorías interdisciplinarias a favor de organizaciones sociales y asociaciones civiles” comenta Díaz.

“A pesar de nuestro contexto social y económico tan grave, las personas estamos dispuestas a construir espacios de economías alternativas y comprometernos con ellas”, concluye el Investigador.

 

Desigualdad de la mujer y planes para el 2030

Por: Darinka Navarro

A pesar de que podríamos creer que los avances han sido muchos y que vivimos en un mundo
donde la desigualdad de género ya no es tan fuerte siguen habiendo casos que nos muestran que
a pesar de su constante lucha y de ser uno de los temas más discutidos por las ONG´S y
Naciones Unidas, sigue existiendo una brecha en la igualdad de hombres y mujeres.

En el tema de la educación encontramos que muchas regiones han encontrado la igualdad en la
educación primaria. Según uno de los logros obtenidos para el 2012 después del desafío contra la
desigualdad propuesto en el Foro mundial sobre la educación en Dakar (2000), 104 naciones
lograron cumplir con este objetivo en su educación primaria. Sin embargo en muchos países la
disparidad entre sexos aumenta en la educación secundaria y superior. En Africa Subsahariana
por cada 100 niños, asisten 64 niñas. Sólo un 48% de los países lograron cumplir con este nivel
de estudios.

Un dato favorable según la UNESCO es que la disparidad desfavorable para las mujeres se
constató únicamente en 48 países, cifra mucho menor a 73 países que se registró en 1999. Otro
avance positivo es que en el 2010 el promedio de mujeres que culminaban la educación
secundaria era de 93 por cada 100 hombres, una mejora si se tiene en cuenta que en el 2000 solo
lo lograban 81. Desgraciadamente 43% de los niños que nunca asistirá a la escuela, un 48% son
mujeres frente a un 38% de varones.

En el campo laboral, según un estudio hecho en 83 países el 50% de las mujeres de todo el
mundo tiene un empleo remunerado (un incremento del 10% a comparación de la década de los
90). Sin embargo las mujeres ganan entre un 10% y un 30% menos que los hombres por realizar
el mismo trabajo.

Uno de los temas más importantes en la Asamblea general de las Naciones unidas en 1993 fue
establecer un marco de acción para luchar contra este tema, sin embargo hasta la fecha 1 de
cada 3 mujeres sigue sufriendo violencia física o sexual, principalmente a manos de un
compañero sentimental . El 38% de las mujeres que mueren en el mundo es a causa de la
violencia de género (WHO, Reportaje Violence of Women).

En cuanto a los puestos públicos importantes la cifra se ha duplicado en los últimos 20 años. No
obstante las mujeres solo representan un 22% de las y los parlamentarios. Actualmente solo un
4,6% de mujeres son CEO y un 19,2% Consejeras, según datos emitidos en el X Foro sobre Mujer
y Liderazgo.

Una de las metas para “The Beijing Platform for Action” (organización en búsqueda de la igualdad
de género y empoderamiento de las mujeres) tiene un plan de acción llamado “Step it up – Planet
50-50, busca para el 2030 una igualdad total de género, que los hombres y las mujeres tengan
igual de oportunidades y derechos, Step it up, le exige a los gobiernos que hagan acuerdos
nacionales que cierren la brecha de la igualdad de género – van de leyes a acciones políticas
nacionales, creando programas para erradicar la violencia en contra de las mujeres y niñas,
empoderar a las mujeres para que se involucren en la toma de decisiones, creando campañas
públicas de acción”

Conoce más de este programa en : http://beijing20.unwomen.org/en/step-it-up.

Si bien las cifras nos dicen que hemos mejorado, aún hay mucho por hacer.

Bibliografía
UN WOMEN. The beijing platform for action turns 20.
Obtenido el 27 de octubre del 2015 de http://beijing20.unwomen.org/en/step-it-up.
La Nueva España. Los 8 datos más impactantes sobre la desigualdad de género. 9 de marzo del
2015. Obtenido el 27 de octubre del 2015 de http://www.lne.es/sociedad-cultura/2015/03/08/los-8-
datos-sobre-desigualdad/1723882.html. 09/03/2015.
En Femenino. La desigualdad de las mujeres en 10 datos. Obtenido el 27 de octubre del 2015 de
http://www.enfemenino.com/feminismo-derechos-igualdad/la-desigualdad-de-la-mujer-en-10-
datos-s1011215.html. 28/09/2015.

El Día Mundial de Información sobre el Desarrollo ¿celebración o funeral?

Por: Guillermo Díaz Académico e Investigador del CIFS

La Asamblea General de las Naciones Unidas estableció en 1972 el Día Mundial de Información sobre el Desarrollo como un factor clave para el desarrollo humano y para incentivar la Cooperación Internacional. Su principal objetivo es captar la atención de la sociedad con respecto a las grandes brechas de desarrollo y lograr así obtener flujos de Ayuda Oficial para el Desarrollo (AOD) para los países más vulnerables.

Con esta intención, en el 2000 se fijaron los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) que los 189 países miembros de la ONU acordaron alcanzar para el 2015 y que representan las prioridades urgentes de desarrollo de toda la humanidad. Los ODM comprenden tanto la erradicación de la pobreza y el hambre como la detención de la propagación del VIH/SIDA y se prevé lograr la enseñanza primaria universal, reducir la mortalidad infantil, promover la igualdad entre los géneros y garantizar la sustentabilidad del medio ambiente.

Esta es la aparente intención de las Naciones Unidas. Sin embargo, en su Informe 2015 de los ODM, la ONU reconoce que:

“Los ODM ayudaron a que más de mil millones de personas escaparan de la pobreza extrema[1], a combatir el hambre, a facilitar que más niñas asistieran a la escuela que nunca antes, y a proteger nuestro planeta (…) A pesar de los notables logros, estoy profundamente consciente de que las desigualdades persisten y que el progreso ha sido desigual. La pobreza continúa concentrada predominantemente en algunas partes del mundo. En 2011, casi el 60% de los mil millones de personas extremadamente pobres del mundo vivía en solo cinco países. Demasiadas mujeres todavía mueren durante el embarazo o debido a complicaciones del parto. El progreso tiende a pasar por alto a las mujeres y a aquellos que se encuentran en los escalones económicos más bajos, o que están en desventaja debido a su edad, discapacidad o etnia. Las desigualdades entre las zonas rurales y urbanas siguen siendo pronunciadas”.

La noción de desarrollo fue adoptada desde la década de los cuarenta del siglo pasado en el contexto de la II Guerra Mundial como la manera de medir el avance económico de los países: surge, con él, la división entre países desarrollados y subdesarrollados. En 1941 Roosevelt y Churchill firman la Carta del Atlántico y dicho documento transforma el concepto teórico de desarrollo en una práctica de política pública. Con ello, en términos prácticos el concepto de desarrollo ha permanecido asociado a otras nociones como progreso y crecimiento, sobre todo desde la esfera económica y el Producto Interno Bruto (PIB), limitando su potencial integrador de otras dimensiones humanas y sociales para quedar sujeto a los intereses económicos dominantes. De ahí su cercanía-lejanía con bienestar y felicidad (nociones occidentales) y buen vivir (noción andina de los pueblos ancestrales) y la necesidad de establecer puentes críticos entre ellos.

Las teorías del desarrollo, dentro del marco del sistema capitalista, pueden ser clasificadas en cinco grandes rubros, todas ellas surgidas a partir de mediados del siglo pasado: el enfoque neoclásico (pasar de una sociedad preindustrial-arcaica a una moderna-industrial), la economía estructuralista (una relación asimétrica de intercambio centro-periferia), la ortodoxia neoliberal (hacia la libertad del mercado mediante procesos de liberalización, privatización y estabilización), las propuestas heterodoxas (regulacionistas y neokeynesianas) y, finalmente, el desarrollo sustentable (convergencia de crecimiento económico con equidad social y protección ambiental).

Todas estas “teorías desarrollistas”, reconocidas como “desarrollismo” por sus supuestos universalistas y homogeneizantes para todos los países del mundo, dejan de lado una serie de factores como su centralidad en el crecimiento económico, las particularidades y contextos nacionales y locales de las poblaciones, el poder de las corporaciones sobre los Estados nacionales, las asimetrías entre las naciones, la división ideológica entre países desarrollados y subdesarrollados y no entre países pobre y ricos o entre centrales y periféricos, las enormes desigualdades sociales que se profundizan cada vez más entre países y estratos sociales, entre otros más.

Frente a esta visión desarrollista han surgido cuestionamientos que proponen nuevas formas de pensar e impulsar la calidad de vida de las personas y sus comunidades: “el decrecimiento”, “el postdesarrollo”, “las alternativas al desarrollo” y “el Buen vivir”. Todas estas críticas sitúan al medio ambiente y la naturaleza (la madre tierra) como exigencia de la vida y por ello cobran particular relevancia.

Frente al desarrollo, el “Buen Vivir” es un concepto cuyo origen proviene principalmente de las culturas ancestrales del cono sur (con el ‘Sumak Kaway’ y el ‘Suma Qamaña’ de las comunidades originarias andinas, quechas y aymaras) pero que encuentra también sus expresiones en otros territorios como en México y Centroamérica (el ‘Yeknemilis’ de los nahuats de Puebla o el ‘Lekil Kuxlejal’ de los tseltales mayas de Chiapas).

De acuerdo con el Plan Nacional para el Buen Vivir 2009-2013 del Ecuador, el “Buen Vivir” significa:

“La satisfacción de las necesidades, la consecución de una calidad de vida y muerte digna, el amar y ser amado, el florecimiento saludable de todos y todas, en paz y armonía con la naturaleza y la prolongación indefinida de las culturas humanas. El Buen Vivir supone tener tiempo libre para la contemplación y la emancipación, y que las libertades, oportunidades, capacidades y potencialidades reales de los individuos se amplíen y florezcan de modo que permitan lograr simultáneamente aquello que la sociedad, los territorios, las diversas identidades colectivas y cada uno -visto como un ser humano universal y particular a la vez- valora como objetivo de vida deseable (tanto material como subjetivamente y sin producir ningún tipo de dominación a un otro)”.

Por todo lo anterior, celebrar la importancia de la Información sobre el Desarrollo implica detenerse y cuestionar sobre el desenfreno desigual del crecimiento, la desigualdad social, la crisis ambiental y la homogenización universalista que encierra la noción de desarrollo para pugnar por otras vías posibles en torno a la vida.

Y el “Buen vivir” podría ser una de estas vías alternativas.

[1] La línea que separa a la pobreza extrema de la pobreza es de 1.25 dólares diarios por persona, un indicador que mide tan sólo el ingreso y que además resulta ínfimo para satisfacer las necesidades de las personas.

México, una democracia adolescente

Por Bernardo Masini, profesor del ITESO y Presidente del Capítulo Jalisco de la Amedi
masini@iteso.mx / @BernardoMasini

En el verano de 2000, ante el inusitado triunfo electoral de un partido distinto al PRI que llevó a la presidencia de la República a Vicente Fox, muchos analistas se preguntaban qué grado de madurez había alcanzado la democracia mexicana. La tara más grande, la que muchas generaciones se cansaron de ver sin posibilidades de eliminarla, había caído por fin: el partido fundado por la “familia revolucionaria” (Álvaro Obregón Dixit) tendría que dejar Los Pinos. Recuerdo que ante tal escenario Enrique Krauze señaló que teníamos una democracia adolescente. Debo reconocer que no siempre comparto las opiniones de este historiador, pero en el marco de aquella coyuntura me puse a pensar qué implicaciones tenía la metáfora.

Asumir que una democracia es adolescente conlleva la idea de que ya abandonó la infancia. Eso ya es algo de terreno ganado. En el caso mexicano podríamos decir que ya no estábamos en la fase de la simulación a ultranza. Había competencia real entre partidos y el cómputo de los sufragios se había vuelto verosímil. Pero no había mucho más. Los medios de comunicación todavía tenían candidatos favoritos; los poderes fácticos daban visibilidad a quienes querían y, sobre todo, los espacios para la participación ciudadana eran muy limitados.

El propio sentido de la palabra ‘adolescente’ es bastante diáfano: adolecer es padecer una enfermedad o presumir alguna carencia o defecto. Si los jóvenes no están listos para asumir las riendas de su vida por el hecho de haber dejado la infancia… son adolescentes. Todavía tienen cambios bruscos e inexplicables de conducta; están explorando sus límites y sus habilidades; y están delineando su personalidad. Si nuestra democracia había llegado a esa etapa, dando crédito a la propuesta de Krauze, aún tenía que pasar por algunas pruebas previas a su madurez.

La más importante de ellas, creo, tiene que ver con las condiciones que brinda el sistema para que cualquier ciudadano interesado en la vida política y social manifieste sus ideas y estas puedan cruzarse con las de los actores políticos. A lo largo de la historia esas condiciones no siempre han sido creadas por los propios ciudadanos, quienes se han conformado con manifestarse eventualmente en mítines, en las encuestas o en los pocos espacios que abren los noticieros para que sus audiencias viertan comentarios. En este sentido la madurez de la democracia no ha dependido del sistema de partidos, sino de los ciudadanos que con creatividad han buscado la manera de recuperar el peso que en teoría les corresponde en las esferas públicas. Los partidos y los poderes fácticos, como los empresarios poderosos o la delincuencia organizada, pueden dirimir estrategias de resistencia frente al ímpetu de la ciudadanía que busca espacios de expresión. La efectividad de esas estrategias determina el grado de libertad de expresión de un grupo social.

Romanticismos aparte, la libertad de expresión es necesaria para explicitar y difundir entre todos las necesidades de todos. Solo cuando los individuos cultivan el hábito de escuchar a otros individuos se visibilizan las áreas de oportunidad de una comunidad. Por eso ese tipo de espacios nunca sobran. Nunca son más de los que se necesitan. Incluso los sistemas de recolección de opiniones mejor intencionados han sido hasta hoy incompletos.

Podríamos concluir que la calidad de una democracia es directamente proporcional a las condiciones de expresión de los ciudadanos que la integran. Esa manifestación de ideas debe canalizarse de tal manera que cada individuo tenga la sensación de que pudo colocar cuanto quiso decir, sin restricciones temáticas o valorativas.

A lo largo de la historia los medios de comunicación se han preocupado tanto por recoger las voces de los miembros de la estructura gubernamental que han desatendido las de la ciudadanía las más de las veces (hay loables excepciones). Un modelo ideal de comunicación habría de procurar que la sociedad política y la sociedad civil –por referirlas como lo hizo Gramsci – tengan condiciones similares de acceso a los escenarios de la manifestación de las ideas. En la medida en que esto se logre una democracia puede abandonar paulatinamente su adolescencia.

Solidaridad campesina en México: el caso de la ACDRA

Por: Guillermo Díaz Muñoz

“Aquí todo va de mal en peor. La semana pasada se murió mi tía Jacinta y el sábado, cuando ya la habíamos enterrado y comenzaba a bajársenos la tristeza, comenzó a llover como nunca. A mi papá eso le dio coraje, porque toda la cosecha de cebada sta asoleándose en el solar”. Juan Rulfo, “Es que somos muy pobres”, cuento de El Llano en llamas.

Como augurio de Juan Rulfo, México se ha convertido en una tragedia nacional, un escenario de barbarie que alcanza su clímax con los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa, en el estado de Guerrero, desaparecidos desde fines de septiembre de 2014. Con toda su rudeza, se trata apenas de la punta del iceberg dado que algunos cálculos señalan que en este país existe más de 22 mil desaparecidos y más de 100 mil muertos desde fines del año de 2006 a la fecha, producto de la guerra contra el crimen organizado emprendida por el Estado mexicano. De ahí que el propio Comité de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) contra la Desaparición Forzada, al presentar sus recomendaciones al gobierno mexicano en febrero de 2015, sostenga que las desapariciones forzadas en México son generalizadas y que la mayoría de ellas quedan impunes. En contrapartida, además de las múltiples manifestaciones masivas de repudio de la sociedad mexicana ante esta violencia estructural, numerosos grupos campesinos, indígenas y urbano-populares en todo el territorio nacional construyen día a día alternativas solidarias de diversos tipos. Es el caso de la Alianza Ciudadana para el Desarrollo Regional Alternativo en el sur del estado de Jalisco (ACDRA-SURJA), organización social de tipo territorial cuyo origen se remonta hacia fines de la década pasada. Esta organización surge por una iniciativa de una vinculación universitaria del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO) con el fin de articular las numerosas prácticas colectivas presentes en el sur de Jalisco desde la perspectiva de la construcción de alternativas al desarrollo territorial dominante en dicha región. La presente colaboración es parte de los productos derivados de esta asesoría y acompañamiento del ITESO, mediados por un proceso de Investigación Acción Participativa. De esta experiencia de solidarismo popular damos cuenta en el presente capítulo, partiendo de un acercamiento al modo de vida campesino en México para posteriormente compartir la experiencia de la ACDRA en sus diversas dimensiones ciudadanas tomando en consideración los modos de vida, las prácticas culturales y los valores que han venido animando a la organización desde sus orígenes.

LEER EL TEXTO COMPLETO

Décadas, generaciones y años: Desigualdad de las mujeres en México

Por: Rosa Gutiérrez, integrante del CEPAD

Artículo publicado en el Blog de la OSC CEPAD

Generaciones y generaciones, años y años y las mujeres seguimos padeciendo desde menores salarios, limitaciones para aspirar a cargos jerárquicos, políticos y distintos los que tradicionalmente hemos desempeñado, sobre carga de trabajo, y hasta la invasión de nuestra vida privada con el cumplimiento de exámenes de no embarazo.

De acuerdo con el INEGI en su estudio “Mujeres y Hombres en México 2014” las mujeres representamos el 51.2 por ciento de la población, es decir que habemos 105 mujeres por cada 100 hombres.

En casa nuestras actividades se duplican, nos hemos incorporado al mercado laboral y de todas formas recae en nosotras las actividades domésticas no remuneradas. Por cada 10 horas de trabajo de una mujer, el hombre labora 8.6. El informe menciona que si tradujéramos en pesos las labores domésticas, éstas serían equivalentes a una quinta parte del producto interno bruto (PIB).

Para 2014 una cuarta parte de los hogares en México tenía como jefa a una mujer; sin embargo en los hogares con jefatura masculina, los hombres tienen la titularidad de la propiedad en 91.3 por ciento de los casos.

Nuestra participación política está descafeinada, el estudio indica que en el Senado, del total de las 64 Comisiones Ordinarias sólo 19 son prescididas por una mujer. En la Cámara de Diputados y Diputadas de 56 Comisiones, sólo 13 son presididas por mujeres.

Al cuadro desalentador le podemos agregar que siete de cada 10 mujeres nos sentimos inseguras al salir a la calle; seis cuando hay que usar el transporte público y cuatro de cada 10 cuando asistimos a los parques o centros recreativos.

Hombres y mujeres somos parte del patriarcado, lo vivimos, no necesariamente lo hacemos consciente, lo padecemos y lo reproducimos. Conviene recordar que en materia de derechos humanos, el Estado mexicano y sus gobiernos tienen la obligación a nivel internacional de generar condiciones de igualdad para las mujeres.

El artículo 5 de la Convención sobre la Eliminación todas las Formas de Discriminación contra las Mujeres (CEDAW), menciona: Los Estados Partes tomarán todas las medidas apropiadas para: a) Modificar los patrones socioculturales de conducta de hombres y mujeres, con miras a alcanzar la eliminación de los prejuicios […] basados en la idea de la inferioridad o superioridad de cualquiera de los sexos […]. Y en materia laboral el artículo 11 establece: 1. Los Estados Partes adoptarán todas las medidas apropiadas para eliminar la discriminación contra la mujer en la esfera del empleo a fin de asegurar, en condiciones de igualdad entre hombres y mujeres, los mismos derechos.

Vivímos en un país donde ser mujer joven, tener buena apariencia, y no tener familia aminora los riesgos de padecer discriminación laboral; y en realidad yo me estoy preguntando: Si somos mayoría, si tenemos un papel tan importante en la sociedad, si generamos nuestros propios ingresos económicos ¿por qué seguimos padeciendo, viviendo, soportando, aguantando que nos discriminen por ser mujeres, que nos paguen menos por ser mujeres, que nos dejen exclusivamente el cuidado del hogar y de los hijos e hijas por ser mujeres?

¿Por qué seguimos tolerando que la sociedad en su conjunto nos trate y pague como si fuéramos seres inferiores?

 

 

La sexualidad de las mujeres

Por: Mariana Espeleta, Académica CIFS-ITESO

Hablar de sexualidad es entrar en un territorio difícil de definir. Desde las afirmaciones tradicionales, la sexualidad hace referencia a cuestiones muy diversas centradas en la experiencia individual, que implican aspectos biológicos (anatómicos, genéticos, endócrinos, reproductivos) y aspectos psicológicos (identidad, deseo, erotismo, afectividad).

Desde una perspectiva más amplia, la sexualidad –como aspecto fundamental y permanente de la vida y de la subjetividad humana- se extiende y permea también las relaciones sociales, incluyendo aspectos culturales (roles, prácticas, género, normas, interacción), aspectos económicos (división del trabajo, reproducción social) y por supuesto políticos (relaciones de poder, acceso, derechos).

Cuando hablamos de sexualidad de las mujeres, encontramos que históricamente la mayoría de los elementos descritos orbitan en torno a la cuestión reproductiva, y fueron construidos desde la mirada masculina. Por dar un ejemplo, los órganos sexuales de las mujeres han sido estudiados y comprendidos por la ciencia casi exclusivamente como órganos reproductivos (muchas veces además descritos en referencia a los órganos masculinos, vagina significa “vaina”), siendo los componentes internos a los únicos a los que se les ha prestado atención, y muy pocas veces la literatura médica ha tomado en cuenta las funciones no reproductivas. Aunque el clítoris se conocía desde la antigua Grecia, fue reconocido por la medicina occidental gracias al “descubrimiento” de Matteo Colombo en 1559 (unos años después que el descubrimiento del otro Colombo), pero debido a su “falta de utilidad” prácticamente desapareció de la literatura médica… ¡hasta 1975! En que se publicó el informe Hite sobre sexualidad femenina. Sin embargo, no fue hasta 1988 cuando la uróloga australiana Helen O’Connell publicó en una revista médica “anatomía del clítoris”, el primer documento científico moderno dedicado al órgano.

Esta pequeña historia, ilustra en parte un problema que es mucho más amplio. Aunque el psicoanálisis ya se había planteado a la sexualidad femenina como una combinación compleja de aspectos individuales y sociales, sus explicaciones y respuestas de la manera en la que ésta se construye, vienen siempre en relación y divergencia de la sexualidad masculina, y no pueden comprenderse más que como un correlato. Hasta el surgimiento del pensamiento feminista, la sexualidad femenina no tenía una explicación propia. Una de las obras inaugurales que pone el asunto sobre la mesa, es sin duda “El segundo sexo” (1949) de Simone de Beauvoir. A partir de allí, desde perspectivas académicas tan variadas como la antropología, la medicina, la psicología, la biología, los estudios culturales, la filosofía etc. Se han multiplicado los trabajos –y las discusiones- que exploran, cuestionan, problematizan, deconstruyen y producen conocimiento sobre los diversos aspectos que componen la sexualidad de las mujeres.

Para saber más:

Simone de Beauvoir, “El segundo sexo”, Cátedra.

Nuria Varela, “Feminismo para principiantes”, Ediciones B

Kate Millet, “Política sexual”, Cátedra.

Visita nuestra página web: formacionsocial.iteso.mx

 

Hacia agriculturas más sustentables, alternativas ante la crisis rural y alimentaria

Por: Jaime Morales Hernández, Investigador del Centro de Investigación y Formación Social

La globalización neoliberal continua con sus procesos de imposición de la agricultura industrial en todo el mundo, y que implica la modificación intensiva de los ecosistemas, a través del monocultivo, las semillas híbridas y transgénicas, la utilización de insumos de origen industrial como fertilizantes químicos, agrotóxicos y combustibles fósiles, que alteran los sistemas naturales a través de la substitución de procesos naturales por industriales. El papel omnipresente del mercado es otro de sus rasgos y esta agricultura, se encuentra cada vez más involucrada en un complejo de industrias de producción, procesamiento y comercialización de alimentos e insumos. La agricultura ha ocasionado una profunda crisis rural en todo el mundo, algunas de cuyas evidencias son: a) el incremento de la desnutrición y la malnutrición a pesar de los niveles de producción, b) el aumento de la pobreza y marginación de los habitantes rurales, c) la emigración y éxodo de los habitantes del campo , d) el continuo deterioro de los recursos naturales como agua, suelo, biodiversidad, y alta incidencia en el cambio climático e) la baja calidad y confiabilidad de los alimentos que cada vez entrañan más riesgos para los consumidores y f) la explotación continua de mano de obra indígena, femenina e infantil en sus procesos productivos.

Ante esta crisis rural, se extienden por todas partes del mundo, múltiples experiencias, que demuestran la existencia de alternativas orientadas hacia agriculturas más sustentables capaces de ofrecer soluciones a la desnutrición, al deterioro de los recursos naturales, a la calidad de los alimentos, y a la pobreza de las familias rurales. El libro “Las Cosechas del futuro: como la agroecología puede alimentar al mundo”, de Marie Monique Robin, publicado por editorial Península en 2014, es un excelente recorrido por las distintas vías que en todo el orbe se van construyendo hacia agriculturas más respetuosas con el medio ambiente, la autora fundamentada en múltiples análisis científicos y en estudios de caso da cuenta de estas experiencias y de su viabilidad económica, social, ambiental y cultural en un entorno dominado aún por la agricultura industrial globalizante. La autora tiene una amplio conocimiento en el tema y como periodista de investigación ha escrito también “El mundo según Monsanto” en 2008 y “Nuestro veneno cotidiano” en 2012.

El libro es particularmente interesante para los lectores mexicanos, ya que la autora analiza a detalle la crisis de la agricultura mexicana y las graves consecuencias que para la gran mayoría de los habitantes rurales ha significado la ortodoxia neoliberal de las políticas agrícolas y la sumisión del campo a los designios del Tratado de Libre Comercio. Sin embargo, Marie Monique Robin, también se detiene a revisar en profundidad las diferentes experiencias exitosas que existen en México en torno a la agroecología, y nos muestra las grandes potencialidades de las agriculturas familiares, campesinas e indígenas en México para avanzar hacia la sustentabilidad.

Estar informados de la calidad de nuestros alimentos, de cómo se producen, de quienes lo producen, es un primer paso para asumir un papel responsable y consciente ante la agricultura industrial y sus impactos, vaya entonces una invitación a acercarse a este libro, leerlo, reflexionarlo y compartirlo, teniendo presente a Vandana Shiva quien nos dice “ la seguridad ecológica es una de nuestras seguridades básicas, somos las plantas que cultivamos, los alimentos que comemos, el agua que bebemos, el entorno natural donde vivimos Por tanto reivindicar el control democrático de lo que sembramos, de nuestra comida, de nuestra agua, de nuestro medio ambiente, así como de nuestra supervivencia ecológica es un proyecto indispensable para nuestra libertad”.

Para profundizar más:

1.-Greenpeace Comida Sana en Tierra Sana: https://www.greenpeace.mx/comidasana/public/

2.-Ecología Política BLOG CIFS: https://blogs.iteso.mx/cifs/

3.- Videos Marie Monique Robin:

-El Mundo según Monsanto: https://www.youtube.com/watch?v=B_VUfvTG-9M

-Nuestro Veneno Cotidiano:  https://www.youtube.com/watch?v=DjoN2cCqrBY

-Las cosechas del futuro gratuito, con subtítulos https://www.youtube.com/watch?v=NUysB9BpXVo

 

 

 

 

 

Un asomo al otro lado

Por: Iliana Martínez, Académica del CIFS-ITESO

El presente ensayo visual se construyó a partir imágenes tomadas en diversos viajes a Nogales, Sonora, México; Tucson, Arizona y Los Ángeles, California, EUA. Esto como un proyecto de investigación que se impulsa desde el Programa de Asuntos Migratorios (PRAMI) del CIFS buscando aprender de los interesantes proyectos que impulsan las comunidades migrantes en México y Estados Unidos.

La intención de la selección visual es compartir algunas de las “vistas” que me llamaron la atención, como la frontera en Nogales, la zona de McArthur Park, el barrio de Boyle Heights y el centro de Los Ángeles. Todos estos espacios se encuentran fuertemente relacionados con la población migrante y los movimientos sociales que luchan por sus derechos. A nivel cultural hay una presencia muy rica de las comunidades mexicanas en algunos casos en particular de la jalisciense, como en el caso de la plaza del Mariachi.

Los y las invito a que las miren con ojos curiosos.

Visíta la fotogalegía: http://on.fb.me/1FFFjxK