Un asomo al otro lado

Por: Iliana Martínez, Académica del CIFS-ITESO

El presente ensayo visual se construyó a partir imágenes tomadas en diversos viajes a Nogales, Sonora, México; Tucson, Arizona y Los Ángeles, California, EUA. Esto como un proyecto de investigación que se impulsa desde el Programa de Asuntos Migratorios (PRAMI) del CIFS buscando aprender de los interesantes proyectos que impulsan las comunidades migrantes en México y Estados Unidos.

La intención de la selección visual es compartir algunas de las “vistas” que me llamaron la atención, como la frontera en Nogales, la zona de McArthur Park, el barrio de Boyle Heights y el centro de Los Ángeles. Todos estos espacios se encuentran fuertemente relacionados con la población migrante y los movimientos sociales que luchan por sus derechos. A nivel cultural hay una presencia muy rica de las comunidades mexicanas en algunos casos en particular de la jalisciense, como en el caso de la plaza del Mariachi.

Los y las invito a que las miren con ojos curiosos.

Visíta la fotogalegía: http://on.fb.me/1FFFjxK

 

Encarar los múltiples problemas que genera el modelo neoliberal

Por: Manuel Sánchez, Académico del CIFS – ITESO

 

En este año 2015 el sujeto social Alianza ciudadana para el desarrollo regional del sur de Jalisco (ACDRA-SURJA) llego a su aniversario número ocho el día sábado 31 de marzo, con una presencia en diez municipios de esta región jalisciense en un marco de búsqueda y generación de alternativas para encarar los múltiples problemas que genera el modelo neoliberal y la crisis civilizatoria que padecemos a escala global y que impacta grandemente a la región y a las comunidades donde esta organización ciudadana actúa.

En los albores de la construcción del sujeto social (fines de 2006 inicios de 2007) en el Centro de Investigación y Formación Social (CIFS) decidimos apostarle a un proyecto territorial, a la construcción de conocimiento desde el mismo proceso, a la búsqueda de impactos sociales significativos basados en la pertinencia social y la pertinencia académica, en articulación con las personas y sus dirigentes en los municipios que se ubican en la región administrativa Sur del Estado de Jalisco.

Se buscó la articulación de nuestras labores académicas con los grupos sociales y procesos que generaban estos, teniendo en mente trabajar en alianza plural y amplia con esos grupos ya existentes en el Sur de Jalisco y al interior del ITESO integrar la participación de académicos y alumnos de otros departamentos académicos, el reto fue el enfoque regional, la visión de un desarrollo sustentable, la formación en base a los derechos ciudadanos y el compartir en enfoque participativo de las personas del sur de Jalisco, sus dirigentes, maestros y alumnos para en conjunto a partir de diagnósticos participativos identificar las necesidades y problemáticas de las personas y grupos organizados para construir alternativas de solución.

En los años 2007-2010 se puso énfasis en la construcción del sujeto social, en la gestión de un desarrollo y de un modelo de desarrollo regional de corte alternativos ambos, como puede verse en los propósitos vigentes en aquel entonces y que eran asesorar la construcción de un sujeto social regional amplio y plural con capacidad para impulsar un proyecto de desarrollo alternativo; diseñar e implementar diversas estrategias y modalidades educativas (teórico-prácticas) tanto para el sujeto social como para alumnos y profesores del ITESO en torno al Desarrollo Regional Alternativo (DRA); generar un modelo de DRA como conocimiento socialmente útil sobre el sur de Jalisco y replicable; desarrollar metodologías de diagnóstico, planeación, gestión y evaluación del proceso de DRA desde los derechos ciudadanos; y apoyar la gestión de recursos y alianzas derivados del Proyecto de DRA.

A la par de ese proceso interno se desarrolló articuladamente un proceso de intervención, formación e investigación en un continuo ir y venir de la teoría a la práctica, de las instancias universitarias a las comunidades y poblaciones del sur de Jalisco, de la ciudad al campo y las ciudades medias, del conocimiento forjado en las universidades al conocimiento popular de nuestros pueblos, dialogando con los dirigentes y las personas inquietas con interés en articular los diversos esfuerzos sociales dispersos hasta antes de 2007 y pilares de lo que ha sido el desarrollo hasta 2015 de la ACDRA-SURJA, un proceso en búsqueda y construcción de un desarrollo sustentable alternativo, basado en tres ejes acción que fueron los ejes de economía solidaria, medio ambiente y acción cívico política, el trabajo en micro regiones y con niveles de organizativos que van desde las organizaciones sociales y ciudadanas, sus dirigentes sociales, sus grupos municipales; hasta la Comisión Coordinadora (CoCo), el Equipo Promotor (EP) las Asambleas Regionales y las Asambleas Regionales Anuales.

De 2007 a 2015 ACDRA SURJA es un sujeto social que ha relacionado lo micro, lo macro, y lo local-global partiendo de la praxis entendida como una actividad consciente del ser humano encaminada a fines y objetivos concretos y en relación dialéctica entre teoría y práctica (a través del método ver, juzgar, actuar, evaluar y celebrar de las Comunidades Eclesiales de Base (CEBS) y del método de la IAP diagnóstico, planificación, acción, observación y reflexión – evaluación), que ha avanzado en la elaboración de un proyecto regional de desarrollo que va desde la organización básica, la planeación (diagnóstico y diseño), la implementación y gestión (construcción de estrategias y tácticas alternativas), la sistematización participativa y la planeación – evaluación que de manera permanente se realiza desde 2007 hasta la fecha. ACDRA-SURJA es también el caminar organizado desde abajo y junto con la gente en la formación de otros procesos organizativos (además de los ya mencionados) como son las redes sociales, los proyectos regionales integrales, los macro proyectos ciudadanos y los que se puedan generar mediante alianzas estratégicas regionales y nacionales.

“Se cansaron de esperar y entonces decidieron hacer sus propias escuelas”

Por: Alondra Barba, experta

Red de Centros Comunitarios e Interculturales: un movimiento educativo regional.

Actividades académicas, culturales y deportivas constituyen la agenda 2015 de la Red de Centros Educativos e Interculturales Wixáritari y Na’ayeriteel, la primera de ellas el pasado mes de marzo. Autoridades educativas y alumnos de tres bachilleratos de las siete escuelas que conforman la Red, se reunieron en la comunidad wixárika de ‘Uweni Muyewe -Bancos de San Hipólito-, en el estado de Durango.

¿Y qué es lo que hace que esta actividad sea relevante?, pues nada menos que la historia que hay detrás de estas escuelas, ya que hace aproximadamente 20 años en la sierra norte de Jalisco, las comunidades wixáritari de ese estado decidieron construir la primera secundaria de la zona. Ésta no sería una escuela convencional y ni el resto de los bachilleratos interculturales que a partir de entonces emergieron a lo ancho de la región wixárika-na’ayeri que comprende los estados de Jalisco, Nayarit y Durango.

Hoy día tras historias de arduo trabajo, desde las reuniones locales, tortuosas gestiones con instancias públicas y un sinfín de actividades relacionadas al emprendimiento de estos proyectos educativos únicos, son ya 6 bachilleratos y 1 secundaria interculturales que han originado la Red de Centros Educativos Comunitarios e Interculturales, que desde el 2014 se reúnen para socializar y estrechar lazos de acción a favor de su principal razón de ser: sus estudiantes, adolescentes y jóvenes, que están formándose desde el reconocimiento de su identidad cultural, para beneficio de sus comunidades y la región.

Es entonces importante reconocer el esfuerzo de emprender acciones a favor de crear un movimiento educativo en esta región, puesto que movilizarse en los abruptos caminos de la región, la falta de recursos económicos tanto de las escuelas como de sus estudiantes, es lo que hace trascendental dedicarle nuestra mayor admiración y apoyo para que sus próximas actividades continúen llevándose a cabo. A pesar de estas limitaciones y contando exclusivamente con sus propios recursos, fueron capaces de concentrar en ‘Uweni Muyewe -Bancos de San Hipólito a más de 100 personas, profesores, alumnos y comuneros, para festejar cultural y deportivamente por el enorme gusto de compartir el mismo camino y las propias riquezas de cada escuela.

Resta decir que la principal razón de iniciar con una actividad deportiva y cultural, en donde se realizaron encuentros en diferentes disciplinas y se presentaron danzas y música tradicional de cada comunidad, fue para brindar a sus estudiantes la oportunidad de conocer a otros wixáritari y na’ayerite que viven y estudian en escenarios locales diferentes a los suyos: desde el idioma, la cultura, la vegetación, el clima, entre otros. Sin embargo el fin común es el mismo, el derecho a una educación propia… algo a lo que el Estado ha decidido darle la espalda.

Bachilleratos Interculturales participantes en el primer Encuentro Deportivo- Cultural:

Takutsi Niukieya, Tatei Yurienaka ‘Iyarieya y La Muxatena.

 

Visita en facebook: Red de Centros Educativos Comunitarios Wixáritari y Na’ayerite.

Programa Indígena Intercultural – CIFS-ITESO

formacionsocial.iteso.mx
Facebook: CIFSITESO Twitter: @cifs_iteso

 

Quiénes somos los y las mexicanas frente a las personas migrantes en tránsito

UNA REFLEXIÓN SOBRE LA NOVELA: LA FILA INDIA

Por: Heriberto Vega Villaseñor, académico del ITESO

Leí con atención y avidez la novela de Antonio Ortuño titulada La fila india. También con interés ya que esperaba encontrar información que pudiera resultarme especialmente valiosa para mi trabajo de investigación del Doctorado que es sobre la migración de tránsito y la ayuda humanitaria. Sin embargo, aunque la novela me fue atrapando, pronto me di cuenta que su trama apuntaba más bien a otra parte, que en sí me resultó profundamente provocadora: quiénes somos los mexicanos frente a los migrantes en tránsito y, de manera particular, quién es el Estado y cómo se manifiesta en el trato con ellos y ellas.

Ya desde el inicio se presenta una escena que es de por sí desgarradora y tiene que ver con la tragedia de un Estado que se ha fusionado con el crimen organizado y se ha vuelto un verdadero peligro para todo aquel que se le cruce en el camino, peor aún si acusa algún estado de vulnerabilidad. Y ahí, los personajes, los que le dan vida a los hechos, a las historias, los que aparecen y los que desaparecen, los de primer plano y los del segundo… la fila india de la política, nadie al lado, nadie compañero, sólo en fila siguiendo al de enfrente… que, sin embargo, a veces está detrás, escondido, pero reconocido.

En la novela se presentan posturas diversas frente a las personas migrantes en tránsito por México a través de los personajes: los funcionarios y agentes gubernamentales, las personas, los comerciantes, el crimen organizado, las personas “pensantes”. No significa necesariamente pensamientos homogéneos ni coherentes… como sucede en la realidad cruda. Sino que se constituye un mosaico donde fobias, filias, culpas y liberaciones se entremezclan en la convivencia cotidiana.

Hay una frase, en una parte del texto que me llamó poderosamente la atención:

Todo salió mal. Todo resultó perfecto.

Es el lamento y gozo de la víctima… Yein vengado la muerte de su marido y vengando su propio suerte… y al mismo tiempo sellando su destino, es el amateur que para poderse defender de quien le causa daño con saña, colusión y poderío no tiene más remedio que poner en vilo su propia vida, entregar su vida, poner en juego sus habilidad para una respuesta que no logra sino una renovación de cuadros medios en el grupo opresor.

Así que Ortuño, con un tono mordaz, irónico, nos muestra nuestros imaginarios como mexicanos respecto de la migración de tránsito. Quizá la viñeta más irónica sea la del esposo de La Negra, el académico de preparatoria, que reflexiona en itálica y que acaba convirtiéndose en violador, secuestrador y víctima de migrantes… hasta el menos “indicado” incuba en sí la posibilidad de ser un opresor de quien se convierte en vulnerable por el sólo hecho de salir de su tierra y buscar algo que sea mejor vida. Es la historia no escrita en la novela, la historia de la vulnerabilidad del migrante, especialmente del centroamericano que pasa por nuestras tierras. No es entonces sólo el crimen organizado, el del estado, el de los cárteles o el surgido de la complicidad de ambos, también es el crimen común, el de oportunidad, el de la xenofobia contagiosa…

La fila india es nuestro espejo. El que no quisiéramos mirar, el que algunos se empeñan en ocultar… pero está ahí, reflejándonos nuestra imagen y cuestionando nuestra acción u omisión frente al sufrimiento de las personas en su tránsito migratorio. De ahí la invitación a leer esta novela y como decía un gran amigo, Checo Vega, “dejarse tocar…”.

La Fila India está disponible en la biblioteca del ITESO con el código: 863. ORT

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Heriberto Vega Villaseñor. Encargado del área de investigación de FM4 Paso Libre. Académico y participante en el Programa de Asuntos Migratorios del ITESO, profesor de asignatura en la Universidad de Guadalajara (U. de G.) en el área de Filosofía e Historia, y en la Universidad Marista en el área de Teología. Estudiante del Doctorado en Ciencias Sociales de la U. de G. con el proyecto de investigación: Migración de tránsito y acción humanitaria.

El CEPAD Y LOS DERECHOS HUMANOS EN JALISCO

Por: Gerardo Moya, integrante del CEPAD

El trabajo que hace el Centro de Justicia para la Paz y el Desarrollo (CEPAD) y su conexión con las realidades que denuncian una situación límite para la dignidad de cientos de personas en Jalisco, desafortunadamente indican que estamos en una fase regresiva y de descomposición para la vigencia de los derechos humanos.

La desaparición forzada de 43 estudiantes de la normal rural “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa Guerrero, hace poco más de 7 meses, son la consecuencia de décadas de desatención a situaciones estructurales de derechos básicos, sobre todo los económicos, sociales y culturales. En Jalisco tenemos nuestros desaparecidos, que según el Sistema Nacional de Seguridad Pública, ocupan el 2do lugar a nivel nacional. No todas las desapariciones serán “forzadas”, y sí, algunas de las personas reportadas como desaparecidas son encontradas y no reportadas como tal a la autoridad, pero el alto número de ellas muestra la deficiencia en la investigación, o por lo menos la ineficiencia en la misma. Hay que decir también que la Ley Estatal de Víctimas se encuentra incumplida; su comisión ejecutiva permanece sin ser designada, y carece del presupuesto respectivo.

La ausencia de una sola sentencia por el delito de tortura en Jalisco, muestra que la Fiscalía es juez y parte en la investigación de éste deleznable crimen, como si no fueran suficientes las más de mil quejas existentes en la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco, o las 31 recomendaciones emitidas de 2007 hasta ahora en las que se comprueba la práctica de la tortura cometida por servidores públicos de la entidad. No se puede tapar el sol con un dedo. Si el fiscal general del estado duerme tranquilo pensado que está haciendo lo que le corresponde en esta materia; desde este espacio, tanto sociedad civil como las víctimas de tortura y otras violaciones graves de derechos humanos, opinamos lo contrario.

La impunidad generada por la ausencia de investigación y castigo de esta práctica, produce incentivos. En el caso de Hernán Huízar, jefe policiaco con graves señalamientos por tortura cuando dirigió un operativo en la extinta Dirección de Seguridad Pública del Estado, fue su contratación para dirigir la corporación municipal en Zapopan. Huízar renuncia finalmente por no haber pasado las pruebas de “control de confianza”.

La Secretaría de Seguridad Ciudadana de Guadalajara mostró a través de dos incidentes: el del clásico del futbol mexicano y las protestas que terminaron en violencia en la zona del mercado de San Juan de Dios, que su estrategia es la represión, y que carece de una perspectiva que se acerque a las necesidades, intereses y derechos de la juventud.

La perspectiva de la seguridad en otras zonas de la entidad, como por ejemplo la del sur, propició que en la Sierra de Manantlán, organizaciones de los pueblos nahuas y de localidades cercanas a Michoacán, comenzaran a plantear la posibilidad de impulsar sus “autodefensas” como una forma de exigir el derecho a la seguridad. Ante ello, el Fiscal General amenazó con una intervención policial contra los pobladores, sin embargo no se aprecia la misma inclemencia en el combate a la delincuencia, ya que en Jalisco se comete un homicidio cada siete horas y han sido asesinados más de una decena de agentes de seguridad, entre los que se incluyen integrantes del ejército mexicano.

El mando unificado a través de la figura de “Fuerza Única” se anunció por parte del Poder Ejecutivo en un ejercicio excesivo de publicidad que en la práctica no ha correspondido a olvidar las violaciones de derechos humanos cometidas por elementos de la ex Secretaría de Seguridad Pública. Luego de los anuncios se han presentado decenas de inconformidades, lo que pone en duda la actuación del nuevo “modelo” policial.

En la misma constante de omisiones encontramos la autorización que dio el gobierno municipal de Zapopan junto con la Secretaría del Medio Ambiente, para talar más de 100 árboles en el bosque del Nixticuil por parte de la empresa que paradójicamente quiere construir el fraccionamiento “Bosque Encantado”. El suceso realza de nuevo el aspecto de que es más importante para los municipios garantizar los intereses de los “inversionistas”, que los derechos intergeneracionales como el del medio ambiente.

Pocas violaciones de derechos humanos son tan silenciosas como la discriminación. El aparente avance el año pasado, se dio al discutirse varias iniciativas de ley en torno al tema en el Congreso del estado. Desafortunadamente y como ha sucedido siempre, se quedó en eso, en una discusión. Sigue sin existir en la entidad una legislación a la altura de la problemática que vivimos. Si bien se aprobó la creación del delito de discriminación, hasta el momento la Fiscalía no ha intervenido en la consignación de una sola persona. Como se aprecia, la discriminación no para, ni se detendrá ante herramientas endebles construidas por legisladores que sólo buscan bursatilizar mediática y momentáneamente los temas, sin atender las causas que los originan.

Año tras año hemos sido testigos del deterioro de la “defensa” de los derechos humanos en Jalisco desde las instituciones: un Poder Judicial sumido en la corrupción y en pleno reparto de plazas de trabajo, que aunque se fije como objetivo constituirse en un tribunal constitucional local, existe una gran distancia para que cuente con la legitimidad que requiere la sociedad, al igual que la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco, que se consolida como una ventanilla de recepción de quejas, y quien fuera “amonestada” y “requerida” por el Pleno del Consejo del ITEI por no entregar información pública solicitada por el Cepad, relacionada entre otras cosas, con su función de promoción de la Reforma Constitucional en la materia, a servidores públicos y a la población en general.

Ni que decir del estado de los derechos de la infancia; la criminalización de la protesta social y la intención de regularla; los feminicidios; los defensores, defensoras y periodistas amenazados por cumplir con su función como es el caso de Jade Ramírez o de Rossana Reguillo; el derecho de los pueblos al territorio, y un largo etcétera.

Lo que toca resaltar, es la movilización de la conciencia y de la esperanza. Fue un año de tomar la calle, aprender de ella y de discutir ante la diversidad de opiniones, de generaciones y de luchas.

Dice la Declaración Universal de los derechos humanos, que “Todos los seres humanos nacemos libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como estamos de razón y conciencia, debemos comportarnos fraternalmente los unos con los otros”. Esta afirmación no pretende tener una comprobación fehaciente, sino que es una apuesta, una apuesta que implica un “modo de ser y de estar” en el mundo; a ello le apostamos hoy.

Reconciliación y perdón: alternativas de esperanza para vivir en paz

Por: Gerardo Pérez, Académico Ivestigador del CIFS

“Estuve encadenado como lo estuvieron ustedes.

Fui liberado como ustedes lo fueron.

Por consiguiente, si puedo perdonar a mis opresores,

también ustedes pueden hacerlo”

(Nelson Mandela)

¿Cuánto tiempo se hace de aquí a Iguala? Aproximadamente dos horas ­-me contestó el rector de la Universidad Loyola. Pero unas horas antes, los que no paraban de preguntarme eran los reporteros: ¿se puede esperar perdón de las madres de los estudiantes desaparecidos en Ayotzinapa? No lo sé. El perdón es una decisión personal de las víctimas -fue mi respuesta.

¿Cómo hablar de perdón y reconciliación en el contexto de violencia que se vive actualmente en el estado de Guerrero? ¿Desde qué enfoque? ¿En función de quién? La solicitud que se me hizo para participar en el Foro Guerrero. Una luz de esperanza fue muy clara: abordar estos temas desde una perspectiva académica en el marco de una Cultura de Paz.

Afortunadamente existe mucha experiencia humana sobre estos asuntos, sistematizada en múltiples artículos, videos, revistas o libros. Sin embargo al comenzar a revisar los textos, pronto caí en la cuenta de la complejidad que está implicada en estos temas. En ambos casos lo que está en juego son aspectos muy delicados como el sufrimiento humano y la memoria histórica tras hechos de violencia, la dignidad humana de víctimas y culpables, el deseo de venganza por la pérdida o desaparición de seres queridos, el posible arrepentimiento de quienes usaron la violencia para conseguir sus objetivos, los efectos psico-emocionales en la sociedad civil, el papel de las instancias oficiales para impartir justicia o las políticas públicas para afrontar violaciones graves a los Derechos Humanos.

Para afrontar esta complejidad decidí recurrir a la experiencia personal como punto de partida, evocando el trabajo que realizamos en Guadalajara un grupo de colegas para honrar la memoria de los ciclistas que mueren asesinados por vehículos automotores en las calles de la ciudad. Cuando se organiza la instalación de una Bici Blanca en el lugar donde falleció un/a ciclista se busca concientizar a la población sobre la fragilidad de la vida de quienes se mueven en bicicleta, exigir a las autoridades que tomen cartas en el asunto y pongan en marcha programas y políticas para incrementar la seguridad de las personas en la vía pública. Sin embargo con nuestra acción no se repara el daño a los familiares de las/os ciclistas, no sirve para detener y castigar a los culpables, tampoco ha sido eficaz para frenar la muerte de ciclistas. Surgen entonces nuevas preguntas: ¿Quién debe pedir perdón y quién debe otorgarlo cuando el ciclista murió por una alcantarilla mal instalada o un poste de luz que no tenía nada que hacer en ese lugar?

Más allá de la experiencia personal con las Bicicletas Blancas, las preguntas centrales de la charla para el Foro Guerrero no cesaban de aparecer: ¿Es posible la reconciliación entre actores sociales que se han enfrentado de manera violenta? ¿Qué se puede hacer cuando el culpable no se arrepiente o la víctima no acepta las disculpas del ofensor? ¿Qué hacemos con nuestras violencias que desde hace años vienen afectándonos como sociedad (Acteal, Guardería ABC, 22 de abril, Ayotzinapa, Atenco, Pasta de Conchos, etc.)?

La primera idea que habría que resaltar es que tanto reconciliación como en el perdón son mecanismos que contribuyen a la transformación positiva de conflictos, con las posibilidades y limitaciones propias de cualquier invento humano. Si tomamos en cuenta que detrás de todo hecho de violencia hay siempre latente un conflicto que se quiso “resolver” anulando a la contraparte o imponiéndose a través de la fuerza; el perdón y la reconciliación buscan incidir sobre algunos de los elementos que están siempre presentes en todos los conflictos (las emociones, los valores, las creencias, la comunicación, el empoderamiento o las necesidades) y utilizarlos de manera positiva para construir paz.

En segundo lugar, al analizar los procesos de reconciliación que se dieron en Sudáfrica para terminar con el apartheid durante la presidencia de Mandela, o los que se han llevado a cabo entre España y Alemania para resarcir los daños del bombardeo sobre Gernika en 1936, podemos identificar la importancia que tiene utilizar herramientas no solo de tipo jurídico, sino otras capacidades con las que contamos también los seres humanos para hacer las paces: inteligencia emocional, valores culturales y espirituales, el entendimiento mutuo a través de señales, códigos y símbolos, etc.

Así como en la Medicina, el mantenimiento de la salud y la atención a las enfermedades requiere de médicos especialistas, enfermeras, farmacéuticos, laboratoristas, odontólogos, etc., la construcción social de la paz igualmente demanda saberes específicos para atender los diversos tipos de conflictos y las diferentes violencias. Si tomamos en cuenta –como lo señala Galtung (1998: 51)– que «desafiar y cambiar, la violencia estructural y cultural es tarea de todos, cuesta arriba, sin final, indispensable…», la invitación que se hizo a los participantes en el Foro Guerrero fue a capacitarnos para ser especialistas en Cultura de Paz desde la Educación, las Ciencias de la Comunicación, la Informática, la Política, la Economía, etc.

La violencia, en cualquiera de sus expresiones (directa, cultural o estructural) rompe la confianza mutua, el equilibrio entre seres humanos conflictivos, pues las víctimas sufren y sienten miedo, crece su deseo de venganza y esperan el castigo del transgresor como una forma legítima de venganza. Es ahí, en este escenario, donde se necesita intervenir. Pero, ¿cuándo y cómo utilizar el perdón y la reconciliación?

La reconciliación tiene como objetivo la reconstrucción de las relaciones entre grupos o personas que se han enfrentado mutuamente, causándose graves daños. Pero no se trata solo, ni primordialmente, de un asunto religioso. Es un proceso relacional del ánimo, más allá de los conceptos, un llamado a la cordura, a la concordia o a lograr un acuerdo común entre los participantes en un conflicto. Demanda voluntad y libertad de los/las implicados/as para querer reconciliarse. Supone conocer y dialogar sobre los hechos que provocaron daños, contextualizarlos, y llegar a acuerdos sobre las reglas que regirán la convivencia futura y las nuevas relaciones de confianza.

Previamente, el agresor debe tomar conciencia del daño que provocó, arrepentirse, sentir remordimiento por el mal que infringió, tener la intención de resarcir el daño y asumir el compromiso de no volver a repetirlo. La víctima por su parte, necesita sanar las heridas y recuperarse, trascender la rabia, el odio, la culpa y el deseo de venganza que lo animan. La venganza es un sentimiento pasajero que no sirve para sanar las heridas. La culpa se experimenta al tomar conciencia de lo inmerecido del sufrimiento recibido. El odio, al único que hace padecer es a la propia víctima (aunque en ocasiones el odio se descarga sobre otros que nada tienen que ver en la violencia original). El perdón –aclara Leonel Narváez– es la superación de todos esos sentimientos, pero requiere de la voluntad de la propia víctima para superarlos o trascenderlos con la ayuda de alguna forma de espiritualidad.

No obstante, la reconstrucción de relaciones no siempre es posible o solo se logran restablecer hasta cierto nivel. Suponiendo que víctima y agresor decidan compartir el mismo espacio o lugar con el mínimo contacto posible, se habla de reconciliación como coexistencia. Como convivencia, además de cohabitar, ambos deciden llevar a cabo algunas acciones de manera conjunta. Y como comunión, optan libremente por participar colaborativamente en asuntos que les son comunes y deciden restablecer vínculos afectivos sólidos entre ellos.

Otro proceso que no se puede dejar de lado para avanzar en la reconciliación y el perdón es la memoria de lo que sucedió para poder construir la verdad, reconocer las situaciones y los hechos que condujeron a la violencia o al rompimiento de las relaciones intersubjetivas. Los sobrevivientes de la violencia, las víctimas colaterales y el resto de la sociedad en general son portadores de esa memoria. Sin embargo la memoria de los muertos, de las víctimas más radicales de la violencia, desaparece con ellos para siempre. Por lo tanto, la memoria principal que hay que rescatar es la memoria de las víctimas (no sobre ellas) respecto de las injusticias que sufrieron. No se puede buscar paz a costa de la memoria de las víctimas. Como sociedad, como colectivo, tenemos el deber de no olvidar, de escuchar y atender empáticamente los testimonios de las víctimas, de uno y otro bando. Una sociedad que no acoge empáticamente la memoria de sus víctimas, re-victimiza. Y el recuerdo de lo sucedido puede quedar objetivado de diversas maneras: en monumentos, documentos, corridos, ritos, conmemoraciones, bicicletas blancas… Sin embargo, a propósito del olvido y la memoria, no podemos dejar de preguntarnos por el sentido de las recientes declaraciones de Vicente Fox cuando pide a los familiares de los estudiantes desparecidos en Ayotzinapa que “acepten la realidad” (video). ¿A qué responde la preocupación de este personaje por silenciar las demandas de justicia de estas personas?

Ningún gobierno puede perdonar. Ninguna Comisión de la Verdad puede perdonar. Tampoco el tiempo perdona, ni basta para olvidar. El perdón supone el ejercicio pleno de los derechos de las víctimas. Cuando los políticos se refieren a él, además de esperar amnistía, pretenden despojar a las víctimas del poder de perdonar que solo a ellos les pertenece. El perdón es un don, un regalo producto de la libertad. Nunca puede ser producto de la fuerza o la imposición. La persona que perdona, es una persona libre de la ira, el rencor o el resentimiento. Perdonar es recordar, dándole un nuevo significado al dolor o sufrimiento, es romper las cadenas que impiden vivir en paz. Por eso la reconciliación no tiene una relación directa o única con la justicia o el derecho, ni se agota en ellos, porque «…si la violencia/daños ha sido realizada en la relación agresor-victima, es en esa misma relación donde la violencia/daños deben deshacerse» (Galtung, 1998: 56). Sin embargo, la reconciliación también supone la exigencia de una justicia restaurativa que intervenga sobre los efectos directos e indirectos que provocan las violencias cultural y estructural, y permita la construcción de nuevas instituciones que garanticen las formas alternativas de convivencia que se han propuesto poner en marcha quienes anteriormente se consideraban entre sí “enemigos”.

En síntesis. La reconciliación consiste en reconstruir a futuro un camino que se bifurcó en un momento dado, tomando en cuenta que no es posible regresar al punto en el que se dio el rompimiento. Agresor y víctima tienen que hacer por sí mismo su propio camino para un posible restablecimiento de la confianza mutua, sin que haya garantía de éxito. El agresor puede no arrepentirse y la víctima puede decidir no otorgar su perdón. Pero tal proceso, solo se puede poner en marcha una vez que ha parado la violencia directa, cuando existe un mínimo de condiciones para el restablecimiento de relaciones entre las partes, cuando hay un pequeño cambio de actitudes, sentimientos o percepciones respecto del contrincante y se puede establecer algún tipo de pacto. También es importante tomar en cuenta que tanto el perdón como la reconciliación no necesariamente transitan por las instancias judiciales. La justicia como un valor o bien social que es, no puede quedar acotada a ministerios, procuradurías o jueces. La justicia del perdón y la reconciliación abarca otras dimensiones de la interacción humana donde las actitudes, los afectos, los valores o las tradiciones culturales juegan un papel fundamental. Po eso podemos afirmar que: ¡En Guerrero existe una luz de esperanza, porque sabemos que contamos con capacidades y herramientas especializadas e integrales para hacer las paces, a pesar de las violencias!

 

Bibliografía.

Correo de la UNESCO (1999) Después del horror: la memoria y el olvido, Paris, Año LII, Diciembre 1999.

Etxeberria M., Xabier (2010) Víctimas y memoria, en: http://www.fuhem.es/media/cdv/file/biblioteca/PDF%20Papeles/109/Victimas_y_memoria_X.ETXEBERRIA.pdf

Galtung, Johan (1998) Tras la violencia, 3R: reconstrucción, reconciliación, resolución. Afrontando los efectos visibles e invisibles de la guerra y la violencia. Bilbao, Gernika-Gogoratuz.

Herrera J., Carlos José (2008) “La reconciliación y sus conceptos relacionados: justicia, verdad, reparación y proyecto democrático”, en Medina Doménech, Rosa Ma., Molina Rueda, Beatriz y García-Miguel, María (eds.) Memoria y reconstrucción de paz. Enfoques multidisciplinares en contextos mundiales. Madrid, Libros de la Catarata.

Kasper, Michael (1998) Gernika y Alemania: historia de una reconciliación. Bilbao, Gernika-Gogoratuz.

Lefranc, Sandrine (2004) Políticas del perdón. Madrid, Cátedra.

López M., Mario “Gramáticas de la reconciliación. Algunas reflexiones”, en http://1drv.ms/1ARKWVj

Narváez Gómez, Leonel (2009) Escuelas de Perdón y Reconciliación. Cartilla 1. Reconciliación. VII Edición. Bogotá, Fundación para la Reconciliación.

Silencio… Mujeres viviendo V-I-O-L-E-N-C-I-A

Por: Rosa Gutiérrez, académica del CIFS

Las mujeres hemos visto la violencia psicológica, la hemos vivido, la hemos padecido, la hemos introyectado, la hemos reflejado, la reproducimos y hasta la hemos aceptado como parte de nuestro “cotidiano deber ser”.

Vivimos violencia psicológica.
La vemos mientras leemos el periódico, los libros, las revistas… donde jamás se nos nombra con el lenguaje. Ahí donde nunca, ni por error existimos.
La vemos en las campañas de publicidad eclipsadas por esas mujeres altas, delgadas y blancas, a las que culturalmente se nos pide ser y parecer.
La padecemos entre las propias mujeres porque en lugar de solidarizarnos, nos agredimos, criticamos, despreciamos, competimos… nos violentamos.

La violencia la sentimos en el trabajo mientras un jefe siente el derecho de gritarnos por el simple hecho de ser mujeres y considerarnos “inferiores” que los hombres. En el trabajo donde sufrimos discriminación de salario respecto de los hombres, donde “vivimos” hostigamiento sexual, donde padecemos segregación ocupacional basada en estereotipos y roles de género,fundados en lo que social y culturalmente se entiende por “ser mujer” y “ser hombre”.

“¡Calladita te ves más bonita!, ¡Mujer al volante peligro constante!, ¡Eres una tonta!, ¡No sirves para nada!, ¡Tenías que ser mujer!”Todas hemos tenido que reír o fingir reír, o aguantarnos frases como éstas en el trabajo, en la familia, con nuestras amistadas, en la televisión, en el cine, en la radio, en la calle…

Vivimos una cultura de violencia en la vida diaria de casa, en la escuela, en la sociedad, en las telenovelas, en los libros, con la gente conocida, con la gente querida, con la pareja…
Ahí, donde nos condenan a ser mujeres, al “deber ser” de ser “frágiles, suaves, dulces y amorosas, maternales, tiernas, dóciles, obedientes, sumisas”…

De los distintos tipos de violencia hacia las mujeres (patrimonial, económica, social-cultural, física, psicológica-emocional, sexual), yo diría que la psicológica es la más aceptada socialmente, la más lenta, la más silenciosa y la más letal.

Según el INMUJERES[1] cuatro de cada diez mujeres en México han sufrido violencia psicológica, es decir: Enojo por incumplimiento de tareas consideradas propias de las mujeres, gritos,manipulación,insultos, control, ofensas, chantajes, humillaciones, amenazas verbales, celos, menosprecio, aislamiento de amigos/as y familiares, invasiones a la privacidad (ver el celular o la computadora), demanda de obediencia, exigencia de estar de acuerdo con los pensamientos de la pareja,entre otros; con el fin de lograr un control sobre lamujer y la relación.

Sabemos que las cifras oficiales nunca reflejan la realidad del país, y me preguntaría, si la cifra oficial es cuatro de cada diez ¿podríamos pensar que son ocho de cada diez? ¿diez de cada diez?

Baja autoestima, suicidio o ideación suicida, conductas autodestructivas, sentimientos de vergüenza y culpabilidad, depresión, ansiedad, tristeza, ansiedad, insomnio, son de acuerdo con la OMS, algunas de las consecuencias de la violencia psicológica.

La violencia contra las mujeres es una violación a los derechos humanos.

La Declaración de la ONU sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, establece: Que la violencia contra la mujer constituye una manifestación de relaciones de poder históricamente desiguales entre el hombre y la mujer, que han conducido a la dominación de la mujer y a la discriminación en su contra por parte del hombre e impedido el adelanto pleno de la mujer, y que la violencia contra la mujeres uno de los mecanismos sociales fundamentales por los que se fuerza a la mujer a una situación de subordinación respecto del hombre”.

Para finalizar, sólo me quedaría hacer una invitación, particularmente a los hombres, a reflexionar sobre la violencia hacia las mujeres, quizás a preguntarse si ¿ejercen o han ejercido algún tipo?

Otros datos sobre violencia de acuerdo con el INMUJERES[2]

En México 47 por ciento de las mujeres de 15 años y más sufrió algún incidente de violencia por parte de su pareja.
La entidad federativa con mayor prevalencia de violencia de pareja a lo largo de la relación es el Estado de México, con 57.6%.

Le siguen Nayarit (54.5%), Sonora (54.0%), el Distrito Federal (52.3%) y Colima (51.0%).

Violencia económica: dos de cada diez mujeres en México (24.5%) han recibido reclamos por parte de su pareja por la forma en que gastan el dinero, les han prohibido trabajar o estudiar, o les han quitado dinero o bienes (terrenos, propiedades, etc.).

Violencia física: A 14 de cada 100 mujeres en México (14.0%) su pareja la ha golpeado, amarrado, pateado, tratado de ahorcar o asfixiar, o agredido con un arma.

Violencia sexual: A 7 de cada 100 (7.3%) les han exigido o las han obligado a tener relaciones sexuales sus propias parejas, sin que ellas quieran, o las han obligado a hacer cosas que no les gustan.

Nota: Texto publicado originalmente como integrante del CEPAD, en: http://cepadorg.blogspot.mx/

[1]Ver: http://estadistica.inmujeres.gob.mx/formas/convenciones/Nota.pdf

[2]Ver: http://estadistica.inmujeres.gob.mx/formas/convenciones/Nota.pdf

 

formacionsocial.iteso.mx

Colectivos del ITESO en pro de los derechos humanos

Por Brenda Sánchez Núñez, alumna de Periodismo y Comunicación Pública ITESO

Existen varios colectivos conformados por jóvenes del ITESO que buscan, desde diferentes ángulos, una cultura que respete los derechos humanos.

Uno de ellos es la Unión de Sociedades de Alumnos del Iteso (USAI) que está interesada en empoderar a los estudiantes de la universidad por medio de la información y dinámicas que han manejado en sus diferentes eventos. Uno de ellos fue Emprende Iteso que constó de un concurso al que se inscribieron alumnos emprendedores que tuvieran proyectos innovadores que contribuyeran a la sociedad.

En el caso del colectivo “Movilidad Iteso” se busca fomentar el respeto al derecho al libre tránsito por medio del uso de la bicicleta como medio de transporte sano que beneficia tanto al usuario como al medio ambiente. Movilidad Iteso organiza rodadas hacia la universidad cada miércoles y actualmente ofrece talleres y charlas con motivo del día mundial de la bicicleta.

“Somos más de 131” es un colectivo que existe en diferentes universidades de La Red Jesuita del país, una de ellas es el Iteso. Su misión es lograr la democratización de los medios de comunicación por medio de la búsqueda del respeto al derecho a la información. Este colectivo logró un paro activo el semestre pasado (otoño 2014) en el que se abrieron varios foros de discusión para reflexionar sobre lo sucedido a los estudiantes de la normal rural de Ayotzinapa.

“Reduce” es un colectivo que buscan la protección del medio ambiente. Actualmente están trabajando para dar a conocer La Ley General de Aguas que pretende la privatización de este recurso y buscan eliminar todo el PET que se produce en el ITESO para contribuir con el medio ambiente. Además esta semana habrán conferencias y proyecciones con motivo del día de la tierra.

Cada colectivo cuenta con una página de Facebook en la que constantemente se están publicando noticias sobre cómo siguen trabajando en pro de los derechos humanos.

El Iteso junto con el Centro de Justicia para la Paz y Desarrollo (CEPAD), darán a conocer un informe sobre la situación e los derechos humanos en Jalisco el 2014 el próximo martes 28 de Abril. Este evento es abierto a quien desee asistir y escuchar sobre la situación del estado con respecto a los derechos humanos. El informe se dará en Casa Iteso Clavigero a las 11:00 a.m.

La tortura también es un tema para Jalisco

Por: Carlos Peralta                                                                                                                                                   Abril 23 del 2015

Como todos sabemos Juan E. Méndez, relator del tema de tortura de la Organización de las Naciones Unidas, visitó nuestro país entre el 21 de abril y el 2 de mayo de 2014.  Su informe sobre la situación de México fue presentado en Noviembre del 2014 y en éste se confirma que las fuerzas de seguridad torturan a personas detenidas, sobre todo cuando se trata de individuos presuntamente relacionados con la delincuencia organizada.  El dato de hace unas semanas es que al gobierno mexicano confirmó la existencia de la tortura, pero se escandalizó y puso en entredicho el profesionalismo del relator porque se atrevió a afirmar que la tortura es generalizada.

La Secretaría de Relaciones Exteriores, expresó sin la menor ambigüedad que existen retos significativos para lograr una mejor y más amplia protección de los derechos humanos en el país, reconoció que la tortura constituye una práctica a la que todavía se recurre en distintas formas y que no ha sido del todo erradicada. Sin embargo consideró inadecuado el afirmar que la tortura es generalizada.

Parece sínico el hecho de aceptar que existe tortura y al mismo tiempo no querer reconocer que esta práctica es común y se realiza en diferentes estados del país. La presencia de la práctica de tortura es muy relevante porque evidencia el deficiente sistema de investigación científica y el uso de prácticas como la detención arbitraria, la incomunicación y la fabricación de culpables; lo cual a la larga debilita el sistema de impartición de justicia y contribuye a la impunidad.

La tortura es también un tema importante para Jalisco. El pasado 10 de marzo, nuestros diputados aprobaron una nueva Ley para Prevenir, Sancionar, Erradicar y Reparar la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles e Inhumanos o Degradantes del Estado de Jalisco. También aprobaron diversas modificaciones al Código Penal y a otras leyes. En el aspecto positivo se contemplan penas de hasta 12 años de cárcel y multas de 200 a 500 salarios mínimos para quienes cometan este delito.

Además obliga a la Comisión Estatal de Derechos Humanos Jalisco (CEDHJ) a denunciar los casos en los que reciba quejas por este tipo de prácticas. Sin embargo debemos preguntarnos ¿realmente existe voluntad política en Jalisco para terminar con la tortura? Contábamos con una ley contra la tortura (vigente desde hace 22 años), que nunca fue aplicada. Nunca se sancionó a algún funcionario por esta práctica. Existen cientos de quejas por tortura y la CEDHJ ha emitido más de 40 recomendaciones, pero ¿qué sentido tiene tener una ley si no existe voluntad para aplicarla? Esperemos que esta nueva ley marque el inicio de una voluntad renovada en la lucha contra la práctica de tortura.

 

Festejados/as ¿con voz y voto?

Texto: Claudia Arufe Flores

Fotografía: Alejandra Sandoval Godoy

Se dice que desde la época postrevolucionaria, en México, se celebra a los niños y niñas los días 30 de abril. No obstante que ésta no es una fecha universal[1], como muchos otros días conmemorativos, surgen diversos argumentos a favor o en contra sobre si hay algo que celebrar, sobre todo cuando se contrastan los discursos festivos con las realidades de la situación del día en cuestión, que no en pocas ocasiones, resultan desfavorables.

También se dice que la gran mayoría de las fechas asignadas como “el día de…” han sido secuestradas por las visiones más consumistas que enarbolan la lógica de que para celebrar hay que consumir. El día del niño no se escapa: lo que comúnmente se nos viene a mente para ese día es comprarles algo a nuestros hijos o en el caso de los gobiernos, repartir juguetes o pequeños presentes a niñas y niñas, sobre todo a los que se encuentran en situaciones de desventaja social.

Sin embargo, desde un enfoque de derechos de la infancia, esta fecha ha de verse como una oportunidad para reflexionar en torno a la situación de los derechos de los niños y niñas en nuestro país. En esta ocasión he querido llamar la atención hacia una de las categorías de derechos menos ejercida por la infancia, independientemente de su realidad socioeconómica y a una de sus principales características esenciales: la participación y su autenticidad.

¿Cómo lograr que los actos de participación infantil sean auténticos? Al entenderse como un derecho y no así una obligación, el participar no puede forzarse: los niños y niñas tienen el derecho de decidir si participan o no. Implica brindar a los niños y niñas la oportunidad de comprender las consecuencias y los efectos de sus opiniones, así como el contexto en el cual están implicadas. Esto conlleva a que busquen, reciban y difundan información ya sea de forma oral o escrita. En congruencia con lo anterior, la participación ha de estar basada en el diálogo.

El que los niños y niñas participen significa que tienen la posibilidad de influir en la toma de decisiones al ser previamente informados y consultados, en otras palabras, la participación nunca debe ser utilizada para manipular o encubrir estrategias de los adultos. Éstos deben respetar los espacios de interacción, participación y negociación con los grupos infantiles. Se hace esta aclaración porque ya en algunos casos se ha evidenciado cómo el sector público, las asociaciones civiles o religiosas, las escuelas recurren a prácticas manipuladoras y asistencialistas donde se termina por maquillar y actuar la participación de los niños y niñas, denigrándola a mero espectáculo fingido.

Otro aspecto que reviste de autenticidad a la participación infantil es el hecho de que se encuentre relacionada con los valores y actitudes frente a la convivencia social y que se vivencian principalmente en las instituciones y espacios de socialización como la familia, la escuela y la comunidad. A participar se aprende participando. Como adultos, observemos nuestra forma de participar en estos contextos y respondámonos qué tan auténtica es la participación que le estamos enseñando a nuestros niños y niñas.

 


[1] Cada país ha definido el día de niño, y prácticamente cada mes, en alguna nación del mundo se celebra a los niños y niñas.

La Red de Cajititlán “Por un lago limpio, señala “La solidaridad, elemento indispensable para aportar como alternativas ante un problema de contaminación en la Laguna de Cajititlán

El Programa de Ecología Política del Centro de Investigación y Formación Social del Iteso, desde hace aproximadamente de seis años ha desarrollado el proyecto de investigación-intervención, en el cuál la Red de Cajititlán por “Un Lago Limpio” es uno de los actores con los que se ha trabajado, inicialmente el énfasis estaba en los procesos que generan conflictos por el agua y la agricultura, a partir de ahí se fueron descubriendo una serie de alternativas que fuimos profundizando con la tarea de formar alumnos y alumnas ante realidades y problemáticas complejas, mediante los proyectos de aplicación profesional, materias del área complementaria como Ecología política y Agroecología, articulándonos con Departamentos como PTI y el Voluntariado de Justicia Ambiental, entre otros.

La vinculación con el voluntariado y la estancia de dos alumnxs en el invierno del 2014 en Cuexcomatitlán, posibilitó que se sensibilizaran ante la problemática y como parte de la estrategia del Programa de Ecología Política de visibilizar las alternativas que desde los grupos organizados se vienen realizando ante el deterioro ambiental de la cuenca de Cajitilán, surge la iniciativa de realizar la reseña que a continuación exponemos con la intención de dar a conocer a la comunidad universitaria, la existencia de escenarios y actores que avanzan en su proyecto de construir alternativas que mejoren sus condiciones de vida ante un progresivo deterioro ambiental, haciendo la invitación a solidarizarnos, aportando desde nuestro quehacer universitario.

Laura Velázquez López

Programa de Ecología Política

laurav@iteso.mx

 

La Red de Cajititlán “Por un lago limpio, señala “La solidaridad, elemento indispensable para aportar como alternativas ante un problema de contaminación en la Laguna de Cajititlán.

 

Por Trinidad García Chávez

La laguna de Cajititlán era reconocida por su agua cristalina, abundantes peces y sobre todo por la calidez de sus ribereños. Ubicada en el borde oriental del municipio de Tlajomulco a 25 km de la ciudad de Guadalajara, esta era una joya que no podía pasar desapercibida por las familias en temporada vacacional.

En la actualidad, debido a la concentración poblacional, al crecimiento de la industria aunado a insuficientes medidas para tratar el agua, la falta de instituciones de cuidado ambiental que regulen el aprovechamiento desmedido de recursos naturales, se ha generado una crisis ambiental que repercute en los sectores sociales más vulnerables, en las zonas periurbanas y rurales. Ante esta situación se formaron pequeños grupos de habitantes de la ribera, que demandan la atención de las autoridades y de otras instituciones para resolver los problemas ambientales que existen en su comunidad. Ante la insuficiente respuesta por parte de las autoridades, estas organizaciones se han enfocado en la elaboración de alternativas para contra restar está crisis ambiental.

“…..Mi familia y yo nos fuimos a vivir al poblado de Cuexcomatitlán, del Municipio de Tlajomulco de Zuñiga donde contábamos con una parcela, que usamos para cultivar sanamente los alimentos que consumimos y cuidar la calidad del agua que está en la laguna, además nos dimos cuenta que existían diferentes ideas, iniciativas y acciones de otras personas del mismo poblado, y al reunirnos con ellos fue surgiendo como proyecto constituir la Red de Cajititlán “Por un Lago Limpio,” Comenta Felipe Iñiguez, integrante de la Red.

Don Manuel Enciso Camacho, quien vive también en Cuexcomatitlán, señala que la Red de Cajititlán “Por un Lago Limpio” se formó al ver la necesidad de mitigar el problema creciente de contaminación que tiene la laguna, con medidas alternativas como por ejemplo las ecotecnias. “Aquí en mi casa tengo lo que yo llamo humedal casero que sirve como filtro en las descargas domésticas, separa la grasa del agua de la casa y esa agua va a la laguna. Mi trabajo es ese: elaborar alternativas ecológicas en los hogares para que sus residuos no perjudiquen más el estado de la laguna”, dice Don Manuel, mientras explica el funcionamiento y las características de las alternativas que él elabora.

Una de las metas del grupo de la Red es tratar de concientizar a la población de la ribera de Cajititlán, mostrando que se puede sanear el estado de la laguna con la solidaridad comunitaria, a su vez dan testimonio de cómo se puede llevar una vida ecológica con la implementación de estufas solares, baños secos y humedales, que son acciones en las que ayuda a elaborar Don Manuel. Por otra parte, también trabajan con agricultores “Nosotros como grupo, queremos dar a conocer a los ejidatarios así como a los habitantes de los cinco pueblos, que hay soluciones a los problemas ambientales de la región, y esa solución se encuentra en la unión, porque juntos podemos trabajar para lograr “la sanación” de la laguna”.

Desde hace varios años la Red de Cajititlán “Por un Lago Limpio” ha tenido el acompañamiento, por parte del Programa de Ecología Política del Centro de Investigación y Formación Social al igual que del Instituto Tecnológico de Tlajomulco y actualmente la Universidad de Guadalajara se ha incorporado a este esfuerzo.

Para Felipe uno de los temas fundamentales es la relación agua-salud, porque señala que los problemas de contaminación de la laguna tarde que temprano tendrán su efecto en la salud de los habitantes de la ribera. Es por ello que hace una invitación abierta para quien quiera apoyar en la organización de un Encuentro a realizarse en el mes de Agosto, donde principalmente se pretende analizar la salud de los ribereños y la laguna contaminada. “Para nosotros es importante cuidar la vida de todos los pobladores que viven en la cuenca, por la amenaza de la gran contaminación que existe en la laguna”, puntualiza Felipe.

En la actualidad, el grupo de la Red ha ganado el reconocimiento de su comunidad por las acciones que ha hecho para concientizar a los poblados del deterioro ambiental, y tiene los brazos abiertos a quien guste aportar nuevas ideas para su crecimiento. Puedes ponerte en contacto con ellos a través de su página de Facebook: La Red “Por un Lago Limpio”. Construir un medio ambiente sano no es trabajo de unos cuantos, sino de todos.

 

Referencias:

Velázquez López, L; Ochoa-Garcia, H & Morales-Hernández, J. (2012) “Agua y conflictos ambientales en la ribera de Cajititlán, Jal”. En Tetreault, D; Ochoa-García, H y Hernández-González E. (Coords.) Conflictos socioambientales y alternativas de la sociedad civil. Guadalajara: ITESO

CEA: http://www.ceajalisco.gob.mx/notas/2013/bol004_situacion_laguna_cajititlan.html

http://www.ceajalisco.gob.mx/caa/docs/2015/memorias_foro_del_agua2015.pdf