Un asomo al otro lado

Por: Iliana Martínez, Académica del CIFS-ITESO

El presente ensayo visual se construyó a partir imágenes tomadas en diversos viajes a Nogales, Sonora, México; Tucson, Arizona y Los Ángeles, California, EUA. Esto como un proyecto de investigación que se impulsa desde el Programa de Asuntos Migratorios (PRAMI) del CIFS buscando aprender de los interesantes proyectos que impulsan las comunidades migrantes en México y Estados Unidos.

La intención de la selección visual es compartir algunas de las “vistas” que me llamaron la atención, como la frontera en Nogales, la zona de McArthur Park, el barrio de Boyle Heights y el centro de Los Ángeles. Todos estos espacios se encuentran fuertemente relacionados con la población migrante y los movimientos sociales que luchan por sus derechos. A nivel cultural hay una presencia muy rica de las comunidades mexicanas en algunos casos en particular de la jalisciense, como en el caso de la plaza del Mariachi.

Los y las invito a que las miren con ojos curiosos.

Visíta la fotogalegía: http://on.fb.me/1FFFjxK

 

Quiénes somos los y las mexicanas frente a las personas migrantes en tránsito

UNA REFLEXIÓN SOBRE LA NOVELA: LA FILA INDIA

Por: Heriberto Vega Villaseñor, académico del ITESO

Leí con atención y avidez la novela de Antonio Ortuño titulada La fila india. También con interés ya que esperaba encontrar información que pudiera resultarme especialmente valiosa para mi trabajo de investigación del Doctorado que es sobre la migración de tránsito y la ayuda humanitaria. Sin embargo, aunque la novela me fue atrapando, pronto me di cuenta que su trama apuntaba más bien a otra parte, que en sí me resultó profundamente provocadora: quiénes somos los mexicanos frente a los migrantes en tránsito y, de manera particular, quién es el Estado y cómo se manifiesta en el trato con ellos y ellas.

Ya desde el inicio se presenta una escena que es de por sí desgarradora y tiene que ver con la tragedia de un Estado que se ha fusionado con el crimen organizado y se ha vuelto un verdadero peligro para todo aquel que se le cruce en el camino, peor aún si acusa algún estado de vulnerabilidad. Y ahí, los personajes, los que le dan vida a los hechos, a las historias, los que aparecen y los que desaparecen, los de primer plano y los del segundo… la fila india de la política, nadie al lado, nadie compañero, sólo en fila siguiendo al de enfrente… que, sin embargo, a veces está detrás, escondido, pero reconocido.

En la novela se presentan posturas diversas frente a las personas migrantes en tránsito por México a través de los personajes: los funcionarios y agentes gubernamentales, las personas, los comerciantes, el crimen organizado, las personas “pensantes”. No significa necesariamente pensamientos homogéneos ni coherentes… como sucede en la realidad cruda. Sino que se constituye un mosaico donde fobias, filias, culpas y liberaciones se entremezclan en la convivencia cotidiana.

Hay una frase, en una parte del texto que me llamó poderosamente la atención:

Todo salió mal. Todo resultó perfecto.

Es el lamento y gozo de la víctima… Yein vengado la muerte de su marido y vengando su propio suerte… y al mismo tiempo sellando su destino, es el amateur que para poderse defender de quien le causa daño con saña, colusión y poderío no tiene más remedio que poner en vilo su propia vida, entregar su vida, poner en juego sus habilidad para una respuesta que no logra sino una renovación de cuadros medios en el grupo opresor.

Así que Ortuño, con un tono mordaz, irónico, nos muestra nuestros imaginarios como mexicanos respecto de la migración de tránsito. Quizá la viñeta más irónica sea la del esposo de La Negra, el académico de preparatoria, que reflexiona en itálica y que acaba convirtiéndose en violador, secuestrador y víctima de migrantes… hasta el menos “indicado” incuba en sí la posibilidad de ser un opresor de quien se convierte en vulnerable por el sólo hecho de salir de su tierra y buscar algo que sea mejor vida. Es la historia no escrita en la novela, la historia de la vulnerabilidad del migrante, especialmente del centroamericano que pasa por nuestras tierras. No es entonces sólo el crimen organizado, el del estado, el de los cárteles o el surgido de la complicidad de ambos, también es el crimen común, el de oportunidad, el de la xenofobia contagiosa…

La fila india es nuestro espejo. El que no quisiéramos mirar, el que algunos se empeñan en ocultar… pero está ahí, reflejándonos nuestra imagen y cuestionando nuestra acción u omisión frente al sufrimiento de las personas en su tránsito migratorio. De ahí la invitación a leer esta novela y como decía un gran amigo, Checo Vega, “dejarse tocar…”.

La Fila India está disponible en la biblioteca del ITESO con el código: 863. ORT

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Heriberto Vega Villaseñor. Encargado del área de investigación de FM4 Paso Libre. Académico y participante en el Programa de Asuntos Migratorios del ITESO, profesor de asignatura en la Universidad de Guadalajara (U. de G.) en el área de Filosofía e Historia, y en la Universidad Marista en el área de Teología. Estudiante del Doctorado en Ciencias Sociales de la U. de G. con el proyecto de investigación: Migración de tránsito y acción humanitaria.

Las mujeres migrantes como símbolo del feminismo mexicano

Texto y fotografía: Bernadette Eguía – PAP Migración en la frontera México-Estados Unidos. Estudiante de Psicología del ITESO

“Nadie dijo que la vida es fácil. Hoy comparto mis experiencias, tengo 25 años y pienso que querer es poder…” (Andrea, Michoacán).

Andrea es una de las tantas mujeres que caminan por la frontera día con día con la esperanza de estar de nuevo con sus hijos y familiares.  Para ellas, la vida no es más que una prueba de amor hacia los suyos. La fe es su principal recurso y el cariño es su principal motivación.

En el transcurso de mi estadía por estas tierras fronterizas me he encontrado con varias mujeres que traen consigo una historia que muchas otras mexicanas quisieran (y debieran) escuchar.  Su discurso refleja fortaleza, decisión, riesgo, tristeza, frustración, carácter y determinación.

Desafortunadamente, un rasgo particular de este grupo de  jóvenes y señoras migrantes es que viven la violencia como una constante en sus vidas, no solo durante su trayecto por la frontera, sino desde su lugar de origen. Sin embargo, la mayoría de las que ha vivido violencia, no reflejan una actitud de victimización, sino que los atropellos se volvieron parte de una historia  de agencia que las forjó  a ser las personas que son actualmente.

La mayoría de ellas habla desde una postura digna, similar a la que propone el feminismo: se trata de personas que buscan estar activas en la sociedad,  que se encuentran en una lucha constante por reclamar sus derechos humanos; que a lo largo de su vida, han logrado identificar mecanismos sociales y culturales que influyen en la subordinación femenina y  como consecuencia, ha sucedido que ellas resignifiquen su proyecto personal de vida.

Las mujeres migrantes son, en sí mismas, personas que están en el proceso de encontrar(se).

Un espacio en donde se comparte el pasado y el presente es el Albergue Nazaret, un hogar para mujeres migrantes en Nogales, Sonora, que ofrece ayuda humanitaria a cualquiera de ellas que lo requiera. En dicho lugar, he tenido el honor de reconocerme a través de los ojos e historias de ellas y he sido partícipe de la introspección que logran hacer durante los espacios de acompañamiento psicológico que se ofrecen en el albergue. Dicho proceso se basa en el autoconocimiento y la toma de decisiones inteligentes que por la situación de vulnerabilidad que viven, es importante fortalecer.

Como estudiante de la carrera de Psicología, debo de admitir que durante este PAP he estado viendo una realidad muy cruda y a la vez esperanzadora. He logrado identificar que para poder conocer a la persona que está frente a mí, es necesario contextualizar su historia: conocer su pasado, su entorno, sus raíces. De esta manera, la persona que se encuentra frente a mí no sólo es un “migrante”, sino que se vuelve una “Andrea”, una “Cecilia”; a partir del contacto humano, ellas logren dignificar su proceso migratorio, su identidad y sus lucha.

Veinte años de Patronas… y los que faltan

Por: Mariana Espeleta, Académica Investigadora del CIFS
cifs.iteso.mx

Dice un refrán que “no es lo mismo los 3 mosqueteros que 20 años después”, y en el caso de las Patronas tiene mucha razón. En febrero de 1995, las hermanas Rosa y Bernarda Romero Vázquez habían ido al pueblo a comprar el pan y la leche, y a la vuelta se detuvieron a esperar el paso del tren para cruzar. Siempre venía lleno de migrantes que se amontaban en el techo o se apretujaban en la pequeña plataforma entre vagones, pero esta vez alguien les pidió socorro: “tenemos hambre”, gritaron, “ayúdenos”… y las muchachas les aventaron la bolsa de pan. Su madre, doña Leonila escuchó el relato de sus hijas y aprobó su acción: aunque se tenga poco, hay que compartirlo con lo que tienen menos, es la filosofía de esta familia.

A partir de ese día las mujeres Romero Vázquez se dedicaron a preparar alimentos en sus cocinas particulares, y arrojarlos al tren. Al principio ellas mismas costeaban la comida, pero luego algunas vecinas y comerciantes locales se sumaron a su llamado solidario. Pronto había más mujeres ayudando en la preparación y en la peligrosa tarea de arrojar la comida y el agua a los vagones del tren a gran velocidad, y hubo que organizar rondas de recolección con quienes generosamente donaban provisiones. Pronto las comenzaron a conocer como “las Patronas”, porque así se referían a ellas los migrantes, en referencia al pueblo  Guadalupe de la Patrona, Veracruz. Pero también y no por casualidad a la virgen de la que toma su nombre.

Siguieron así por algunos años, y poco a poco crecía su reconocimiento, pero también tuvieron problemas: Las leyes respecto a la migración tenían grandes imprecisiones que a menudo se prestaban para criminalizar a quienes ayudaban a los migrantes, acusándolos de trata de personas, como fue el caso de Concepción Moreno, “Doña Conchi”, quien en 2005 fue injustamente sentenciada a 6 años en la cárcel por darle de comer en su casa a migrantes centroamericanos. Además, el párroco local no veía con buenos ojos que surgiera una organización de mujeres que sacaran a Cristo de la iglesia, y vivieran el evangelio con el ejemplo, pues las Patronas siempre han hecho hincapié que su motivación viene de su fe y su trabajo es voluntad de Dios, un Dios que se manifiesta menesteroso en el cuerpo de cada migrante que pasa por allí, y ellas lo auxilian, renovando el mensaje de amor que reciben a cambio. Norma Romero, vocera del grupo lo dice cada vez que puede: entre más dan, más reciben… y misteriosamente esto no es sólo metafórico: En su cocina se multiplican los panes.

El parteaguas vino en el año 2005, cuando un documental llamado “de Nadie” que relata el paso de los centroamericanos por México, dirigido por un misterioso equipo de estudiantes desconocidos, ganó un premio internacional y de pronto ¡zaz! Las Patronas –a pesar de que el documental no se dedica a ellas- Se robaron el corazón de miles de espectadores en México y en el mundo, y de pronto les comenzaron a llegar voluntarios, donadores, reporteros, políticos, artistas, curiosos… y se dieron cuenta de la magnitud del lío en el que se habían metido: tenían mucha responsabilidad. Por supuesto, no se achicopalaron, finalmente ellas estaban allí por algo más grande que ellas mismas, y con igual determinación con la que habían emprendido la pequeña tarea de preparar algunos lonches al día, asumieron también la enorme tarea de convertirse en defensoras profesionales de los Derechos Humanos de los migrantes.

Han pasado 10 años del documental, y han venido muchos otros reportajes y documentales. También vino la posibilidad para construir una cocina grande, un patio-comedor y algunos cuartos para brindar descanso y refugio a los que lo requieren. Las Patronas se han profesionalizado, organizado, han conocido de leyes, han aprendido a evitar comprometerse con intereses oscuros, han construido alianzas luminosas, han perdido el miedo a hablar en público, han viajado invitadas para difundir su quehacer, han denunciado incansablemente las circunstancias que obligan a los migrantes a viajar y las terribles vejaciones que sufren, también la corrupción y la colusión de las autoridades… En últimos tiempos, hasta han tenido la oportunidad de decirle frente a frente al Sr. Presidente que no ha hecho bien su trabajo de garantizar la vida, la libertad y la integridad de quienes cruzan este país buscando mejores oportunidades.

Así, a veinte años de haber iniciado su misión solidaria que ha removido conciencias y sumado muchas manos de ayuda, las Patronas son muy diferentes a las jóvenes ingenuas que un día se sintieron llamadas ante la necesidad del otro. Hoy saben la magnitud de este llamado, el sufrimiento que implica y también el gozo, las horas de trabajo, el riesgo de interponerse entre los migrantes y los intereses de los traficantes de personas, la gratitud de los familiares, las palabras de ánimo y esperanza que a diario reciben, la fatiga, los cientos de lonches que hay que preparar y el esfuerzo de arrojarlos cada día… Y como dice doña Leo a sus 77 años: no van a parar mientras tengan fuerzas. Y sucede que las fuerzas, como los panes, también se les multiplican.

 

PARTE 2: EL ROSTRO DE MIGRANTES DE CENTROAMERICA QUE PASAN POR MÉXICO HACIA ESTADOS UNIDOS

Parte 2: El Origen del migrante: causas de emigración

Por: Adriana González Arias
Foto: Alejandro Tiscareño

La pregunta que guía estas participaciones sobre “el rostro de migrantes centroamericanos/as que pasan por México hacia Estados Unidos” es: ¿Cómo entender y acercarnos al rostro del migrante centroamericano que cruza día a día por México? Observar sólo su nacionalidad, su género y su edad resulta insuficiente. Por eso, ahora, se propone observar “El Origen del migrante”, lo que significa recuperar las causas de la migración, su situación social y familiar.

Hace algunas semanas fue posible compartir algunos extractos de historias de migrantes centroamericanos que han pasado por México, en las que se observaba que:

“… necesitaba poner tierra de por medio, estaba casada y ya no podía estar cerca de mi marido, pues él me maltrataba y quería tener hijos. Mi familia también metía presión con los hijos. Cuando decidí salirme del Salvador no tenía dinero, no tenía trabajo, sólo estudié hasta la secundaria. Cuando decidí salirme fue de una noche a otra… sí realmente no tenía dinero ni a dónde ir, pero yo ya no quería que me siguieran golpeando”.

 “… tenía miedo por la guerra, era el año de 1988, mi familia era pobre y fuimos desplazados a otros pueblos, además de ser amenazados por la gente que va tomando el poder en las zonas. Me animé a salir porque tenía un tío en Arizona, con quien sabía que me podía quedar”.

 “… tenía dos hijos y no tenía dinero, me acababa de separar y estaba embarazada de dos meses, me violaron… sí dejé a mis hijos con mi mamá… mi hermana que vive en Estados Unidos me mandó dinero para correr de aquello…”.

A partir de estos testimonios es posible observar tres principales causas en la decisión de migrar: causas relacionadas con la violencia, causas de estructura social y las causas económicas. Esta última es, en definitiva, el contexto más amplio en que se desarrollan las otras, como lo demuestran los datos de la Red de Documentación de las Organizaciones Defensoras de Migrantes en 2013 (RDODM), quien presenta una categorización de cuatro tipos de causas. A continuación se presenta un cuadro que resume la información:

Las causas de la migración según la RDODM, 2013

Motivos de Migración[1]

Honduras

Guatemala

El Salvador

Total

 

Registros

%

Registros

%

Registros

%

Causas económicas

4,226

86%

1,921

89%

2,260

79%

8,407

Causas relacionadas con la violencia

284

6%

71

3%

327

12%

682

Causas sociales

37

1%

23

1%

14

1%

74

Causas familiares

180

4%

80

4%

153

5%

513

Otros

145

3%

68

3%

93

3%

306

Total

4,872

100%

2,163

100%

2,847

100%

9,982

Fuente: Tabla de estadísticas generales (RDODM, 2013: 77)

 Se puede decir que las causas de la migración centroamericana en cuestión, se refieren a problemáticas estructurales de los países de origen, aunque en la mayoría de los casos la decisión fue personal. “Es difícil separar, por ejemplo, la migración que se efectúa como una decisión intrínsecamente personal, que apela a la voluntad de los individuos de aquella provocada por un desplazamiento forzado con motivos económicos, políticos e incluso ambientales y sociales, esto último refiriéndonos a la violencia. Hoy en día las migraciones se presentan bajo su forma más lacerante, es decir, obligadas y forzadas. Nos referimos a aquellas migraciones que son causa y efecto del sistema capitalista neoliberal: desigual, inequitativo, basado en la explotación humana, y en el que además, la mercancía de sus circuitos se constituye por la misma gente que pretende huir del hambre, de la falta de empleo y servicios, de la violencia a fin de encontrar mejores condiciones de vida” (FM4 Paso Libre, 2013: 19-20).

En consecuencia, las personas que viven en países con un crecimiento en sus índices de pobreza, de inseguridad y de falta de oportunidades, será imposible que no miren hacia los países que tienen un proceso de desarrollo y crecimiento económico. Las diferencias estructurales entre países estimula, en definitiva, la emigración.

Ubicar, de manera general, el  origen de los migrantes centroamericanos que pasan por México y sus causas de emigración, tampoco es suficiente para comprender en su totalidad el rostro de estas personas que van de paso por nuestro país. Falta aún por conocer más sobre su origen, el capital social con el que contaban a la hora de salir de su país y que los motivo para realizar su proyecto migratorio, lo que ha significado el trayecto de tránsito y sus oportunidades de vida en el país al que sueñan llegar.

Nos vemos en la continuación de estas historias. ¡Esperamos tus comentarios! formacionsocial.iteso.mx

 

Fuentes bibliográficas:

 

–          FM4 Paso Libre (2013): Migración en tránsito por la Zona Metropolitana de Guadalajara: actores, retos y perspectivas desde la experiencia de FM4 Paso Libre. Guadalajara: Prometeo Editores S.A de C.V.

–          Red de Documentación de las Organizaciones Defensoras de Migrantes (2013): “Informe estadístico sobre las características de los transmigrantes centroamericanos”. De la trilogía: Narrativas de la transmigración centroamericana en su paso por México. México: RDODM.


[1] Los motivos de la migración aparecen como: Causas de la migración, las cuales están descritas de siguiente manera: “Causa económicas. Éstas incluyen las siguientes unidades de análisis: empleo, desempleo, búsqueda de mejores condiciones de vida, pago de deudas, bajos salarios, crisis económica. Causas relacionadas con violencia. Un porcentaje representativo de persona migrantes reportaron como motivo de migración la violencia. En este rubro se incluyen las siguientes unidades de análisis: la persecución del crimen organizado, cobro de derecho de piso, delincuencia organizada, persecución política. Causas sociales. Las unidades de análisis son salud, discriminación por preferencia sexual, estudios académicos. Causas familiares. Éstas incluyen las siguientes unidades de análisis: reunificación familiar, violencia intrafamiliar, acompañar y/o guiar a otro familiar, problemas familiares, búsqueda de algún integrante de la familia, redes familiares que apoyan el tránsito” (RDODM, 2013: 70).

 

“Un país que no cuida a su gente”

Por: Alejandra Sandoval

Hilda sentía muy dentro de todas sus entrañas que no podía quedarse más tiempo en México, se sentía con miedo e insegura. Quería tener a su familia junta otra vez.

Mi esposo se fue a trabajar a Morelos, está vendiendo carros con un familiar y mientras, está tramitando visa para trabajar en Canadá, yo por lo mientras, decidí viajar con mi sobrino hacia Estados Unidos, con la compañía de él me sentía más segura. Pedí un préstamo al banco por 140 mil pesos para cubrir los gastos del viaje y mientras, enviarle dinero a mis niños.

El viaje me salió muy caro, el pollero me cobró 4 mil 500 dólares por ser de confianza, y esto porque me lo recomendó el amigo de un cuñado. La condición de mi pollero era que le diera 3 mil pesos para pagar a la mafia de Agua Prieta, llegando a Douglas le tenía que dar mil 500 dólares y en cuanto llegara a Tennessee tenía que darle el resto del dinero. Pero no llegue ni a Douglas. La oferta de mi pollero sigue en pie, pero me voy a esperar a que la frontera se tranquilice, no quiero arriesgarme por el desierto. Si no logro pasar, me traeré a mis niños a México.

Los hijos de Hilda la impulsan a volver a cruzar, ella sabe que su familia no tiene una gran necesidad económica y sabe que puede poner otro negocio. Sin embargo, la inseguridad en México y las autoridades ineficientes no le permiten traer de vuelta a sus hijos a un país que, como dice Hilda: no cuida a su gente.

Migración: Urgencia humanitaria

Por: Della Burke, profesora del ITESO

Hace diez años escribí y defendí una tesis de maestría la cual proponía que el gobierno de EE.UU. estaba desestabilizando a los países centroamericanos con una política de posguerra.  Esta desestabilización se centraba en la deportación de jóvenes que eran miembros de pandillas, con traumas por las guerras civiles (explícitamente apoyadas por EE.UU.), y sin lazos familiares o culturales a sus países de origen. (Burke, 2014) Ahora, hay miles de niños centroamericanos emigrando hacia EE.UU. por la inestabilidad de sus pueblos y ciudades. La migración centroamericana que empezó fuertemente en los años 80s sigue ahora bajo las mismas condiciones de inseguridad provocados por la activa participación de los EE.UU. en la región.

El presidente Obama anunció que se van a otorgar 4,000 visas de asilo a las Américas este año lo que resulta insuficiente ya que sólo en junio de este año cruzaron casi 10,000 jóvenes centroamericanos. (Shear, 2014) Pese a la urgencia humanitaria de esta situación nunca se ha tratado a la migración centroamericana con compasión y será difícil esperarlo ahora. En Octubre, la organización Human Rights Watch (HRW) publicó un reporte detallando los tratos que violan los derechos humanos de los hondureños que huyen de la violencia causada por las pandillas transnacionales que se originaron en los EE.UU. (HRW, 2014, Burke 2004)

La ceguera del gobierno estadounidense ante las causas que provocan la ola migratoria reciente son justo las mismas que propiciaron en los ochentas el movimiento Santuario; un grupo de personas de fe que crearon una red de ayuda para migrantes centroamericanos que tenían miedo de regresar a sus países durante las guerras civiles.  En aquel entonces, las estadísticas de rechazo de asilo político para guatemaltecos y salvadoreños llegaron al 90% (Burke, 2014).

Ahora, HRW nos dice que entre 2010 y 2012 la deportación rápida (expedited removal) fue la manera como el 81% de los hondureños regresaron a casa, mientras que una minoría del 1.9% obtuvo una audiencia que determinó la autenticidad de su miedo (credible fear) por el Border Patrol. (2014)  La audiencia para determinar el índice de miedo es un primer paso para saber si alguien puede hacer una solicitud de asilo político.  El hecho de tener una audiencia no quiere decir que obtuvieran consejos de un abogado o que recibieran algún tipo de asesoría sobre sus derechos.

Estas razón hacen urgente apoyar a las organizaciones y a la buena gente que sigue trabajando por  la humanidad, la dignidad y los derechos humanos de toda la gente.

 

Burke, Della Elizabeth. “Deported: Salvadoran Gang Members in Los Angeles and El Salvador. Master’s Thesis, University of Arizona, 2004.

Human Rights Watch. “You Don’t Have Rights Here: US Border Screening and Returns of Central Americans to Risk of Serious Harm.” Published October, 2014. http://www.hrw.org.  Accessed October 30, 2014.

Shear, Michael D., “Obama Approves Plan to Let Children Apply for Refugee Status in Central America.” New York Times, September 30, 2014.

PARTE 1: EL ROSTO DE LOS MIGRANTES CENTROAMERICANOS QUE PASAN POR MÉXICO HACIA ESTADOS UNIDOS

Parte 1: La complejidad de ser migrante: observar su nacionalidad, su género y su edad es insuficiente

Por: Adriana González Arias

Desde que el tema de la migración centroamericana de tránsito por México empezó a visualizarse de manera exponencial, aproximadamente a principios de los años 2000, nos hemos encontrado con diversos documentos y autores que describen quiénes son los migrantes que llegan y pasan por México. Sin embargo, es imposible y muy ambicioso, lograr caracterizar un perfil único “del migrante que pasa por México”, pues cada uno representa diferentes nacionalidades, diferentes causas de migración, diferentes necesidades.

Con datos de 2013, tanto del Instituto Nacional de Migración (INM) como de la Red de Documentación de Organismos Defensores de Migrantes (RDODM) es posible resumir que las tres nacionalidades que más transitan por México hacía Estados Unidos son la hondureña, la guatemalteca y la salvadoreña. Los registros de estas dos bases de datos muestran a los hondureños en primer lugar con un porcentaje que va del 42.5% al 48.7%. No obstante, ambas difieren en la asignación del segundo lugar, ya que para el INM son los guatemaltecos (38.8%) y para la RDODM son los salvadoreños (29.3%), quienes a su vez representan el tercer lugar para el INM (18.7%); en cambio el tercer lugar para la RDODM lo ocupan los guatemaltecos (22%).

¿Qué género migra más? De manera general es posible decir que el 85 por ciento son hombres y el 15 por ciento mujeres. Esta información puede recuperarse desde los datos de la EMIF SUR, donde se muestra la suma de los migrantes detenidos por las autoridades mexicanas y estadounidenses en 2009. En México se detuvo a un 84.9% (51,729) de hombres y a un 15.1% (9,212) de mujeres; por su parte, las autoridades estadounidenses devolvieron a 68,828 hombres (86.7%) y 10,581 mujeres (13.3%).

Respecto a la edad del migrante es posible decir que el rango que mayor porcentaje tiene es de 19-20 a 29 años de edad, datos obtenidos de la EMIF SUR y la RDODM. La presencia de menores oscila entre el siete y nueve por ciento, a excepción de los detenidos por autoridades mexicanas (EMIF SUR, 2012), que registran un porcentaje más elevado, de aproximadamente 15%.

Sin embargo no podemos olvidar que detrás de cada dato, cifra o estadística, hay seres humanos con historias, experiencias y recuerdos, que nos llevan a descubrir otras características de esta migración. Este es el caso de las tres historias que se comienzan a contar a continuación:

“Soy salvadoreña, salí de mi país a los 17 años necesitaba poner tierra de por medio, estaba casada y ya no podía estar cerca de mi marido, pues él me maltrataba y quería tener hijos. Mi familia también metía presión con los hijos. Cuando decidí salirme del Salvador no tenía dinero, no tenía trabajo, sólo estudié hasta la secundaria. Cuando decidí salirme fue de una noche a otra… sí realmente no tenía dinero ni a dónde ir, pero yo ya no quería que me siguieran golpeando”.

“Sí, soy de Guatemala, a los 17 años tenía miedo por la guerra, era el año de 1988, mi familia era pobre y fuimos desplazados a otros pueblos, además de ser amenazados por la gente que va tomando el poder en las zonas. Me animé a salir porque tenía un tío en Arizona, con quien sabía que me podía quedar”.

“Yo soy de Honduras, me salí a los 20 años, tenía dos hijos y no tenía dinero, me acababa de separar y estaba embarazada de dos meses, me violaron… sí dejé a mis hijos con mi mamá… mi hermana que vive en Estados Unidos me mandó dinero para correr de aquello…”.

Estas tres historias nos muestran parte de la complejidad de lo que significa ser migrante: observar su nacionalidad, su género y su edad resulta verdaderamente insuficiente. Para entender y acercarnos al rostro del migrante deberíamos cuestionarnos también acerca del capital social con el que cuenta y qué es lo que le hace optar por salir de su país, cuáles son las causas de su migración, su situación familiar, su perspectiva de futuro…

Fuentes bibliográficas:

–          EMIF SUR (2012): Encuesta sobre migración en la Frontera Sura de México, 2009. Serie histórica 2004-2009. México: SEGOB: Instituto Nacional de Migración, Consejo Nacional de Población / El Colegio de la Frontera Norte (COLEF) / Secretaría de Relaciones Exteriores / Secretaría del Trabajo y Previsión Social.

–          Red de Documentación de las Organizaciones Defensoras de Migrantes (2013): “Informe estadístico sobre las características de los transmigrantes centroamericanos”. De la trilogía: Narrativas de la transmigración centroamericana en su paso por México. México: RDODM.

Migración masculina y separación familiar

Por: Bernardo Enrique Roque Tovar

Migrar significa separación. El que migra deja su tierra y, en muchas ocasiones deja a su familia con la consciencia de que puede  durar mucho tiempo, quizá años, sin volverlos a ver. Para el hombre que se va, dejando esposa e hijos, puede significar el inicio de mantener su imagen a  través de llamadas, cartas, regalos y desde luego, el dinero que pueda mandar para mejorar la economía de la familia. Para la mujer que se queda en el lugar de origen, se convierte en asumirse como jefa de familia, apoyarse en las familias extensas y en aprender a vivir con la ambigüedad de saberse casada pero sin pareja. Para los hijos, la figura del padre a distancia se puede volver una condición   a la cual habrá que adaptarse.

Las familias afrontan esta situación de diversas formas: a veces se lucha por el sueño del re-encuentro, ya sea en el país de origen o en país de migración. Todos juntos en el nuevo destino o el padre regresa a casa para quedarse. Migrar al nuevo destino puede significar más separaciones. Imagínese el escenario donde la esposa, en busca del marido, deja a los hijos al cuidado de los abuelos.

Aun cuando cada vez es más común que se presente la migración de la mujer por sí sola e incluso de niños, la migración masculina sigue siendo estadísticamente la más frecuente, especialmente cuando el país de destino es Estados Unidos y México el país de origen. Las consecuencias a nivel de la salud mental del migrante  y de la familia que se queda pueden ser diversas, pero de manera general se pueden englobar bajo el nombre de una separación ambigua: no se está físicamente presente, pero si  se está psicológicamente presente.  Cuando se desea mantener el sentido de familia en la distancia de la migración, es necesario hacer diversos ajustes para que se mantenga la figura, la imagen y la autoridad paterna. Así son las familias trasnacionales.

Este proceso puede ser complicado y no es una tarea fácil. La esposa puede sentirse sobrecargada en fungir toda la responsabilidad de crianza y al mismo tiempo mantener la figura del padre con los hijos. Éstos a su vez pueden guardar sentimientos ambivalentes por tener un padre migrante. Para éste último, estar a kilómetros de distancia puede significar una impotencia aceptada, sobre todo cuando la estadía en el país de destino es ilegal.

De manera quizás algo paradójica, el proceso más difícil en esta situación es cuando se da el momento de la reunificación familiar. Para muchas familias es empezar desde cero: los hijos no están acostumbrados ni a la presencia ni a la autoridad del padre, los esposos pueden tener dificultades en encontrarse de nueva cuenta como pareja, el esposo puede sentir que ya no pertenece a esa familia.  El  sueño de estar todos juntos de nuevo implica elementos de realidad muy importantes que están presentes en la migración.  Sin embargo, el que migra lo hace buscando una mejoría en todos sentidos.

 

 

Menores migrantes: datos duros y perspectivas

Por Francisco Aguilar, Becario del Programa de Migración CIFS ITESO

Mucho se ha dicho entorno al reciente fenómeno de la migración exclusivamente infantil que abandona sus hogares en Centroamérica y México, abordando y asumiendo La Bestia, con destino a los Estados Unidos: Los riesgos, las causas, las repercusiones.

En esta coyuntura abominable, Manuel Ureste (@ManuVPC) en Animal Político hace una entrega de tres partes desde los datos duros, las perspectivas de los actores entorno al fenómeno y las notas de prensa que lo envuelven para constituir a los niños y las niñas migrantes en nuestras cabezas.

Desde este enfoque cuantitativo y cualitativo, valiéndose de recursos textuales, gráficos y audiovisuales, Ureste consigue dimensionar de forma valiosa el fenómeno que sucede en este mismo instante a lo largo de nuestro enclave ferroviario entre Norte y Centroamérica.

Primera de las tres entregas: http://goo.gl/3GG7Wb

Más información sobre el fenómeno de la migración: http://goo.gl/DSuKkP