Pedalear con equidad

Por Carmen Díaz, académica del ITESO quien se ha especializado en temas de género, movimientos sociales y justicia ambiental. Es integrante de GDL en Bici y el colectivo Femibici.

Como en otros movimientos e iniciativas, cada vez más mujeres [y hombres] se organizan para que la equidad de género sea un eje transversal de nuestro trabajo. En el caso de la movilidad sustentable, es importante también reflexionar en qué tanto es incluyente.

Femibici es un colectivo de mujeres ciclistas que se formó hace casi dos años y medio en Guadalajara. Surgió por el interés de visibilizar a las mujeres dentro de la movilidad no motorizada y brindar espacios seguros para que cada vez haya más mujeres en el movimiento asumiendo roles de liderazgo.

Poco a poco nos fuimos sumando a las acciones del movimiento ciclista y esto fue generando reflexiones sobre el tipo de movimiento que queríamos construir. En el Cuarto Congreso Nacional de Ciclismo Urbano, celebrado en Monterrey en el 2011, propusimos una mesa de diálogo sobre las mujeres en grupos ciclistas. Lo llamamos Mujeres al manubrio y compartimos el espacio con representantes de Monterrey, Distrito Federal, Aguascalientes y Guadalajara.

Fue ahí donde nos unimos a la Red Nacional de Ciclismo Urbano [Bicired], integrada por colectivos y organizaciones ciclistas de México, en donde hemos procurado llevar la perspectiva de género para hacer nuestro trabajo colectivo más inclusivo. La respuesta de la Bicired ha sido positiva; ya que muchos grupos en la República, en sí, trabajaban ya con la perspectiva de género y están comprometidos también con otras luchas, en donde la bicicleta se vuelve una herramienta del cambio, más que un fin en sí misma.

En el Quinto [y último] Congreso de Ciclismo Urbano, celebrado en el 2012, en Oaxaca 2012, se generaron interesantes reflexiones en torno a la movilidad con perspectiva de género, haciendo conciencia de que no es un asunto “de mujeres”, pues todos, hombres y mujeres, ganamos con ciudades, transportes, infraestructuras y sociedades incluyentes. Si queremos que más mujeres utilicen la bicicleta, hay que pensar en qué es lo que necesitan para que sea una realidad.

A inicios de este año realizamos un taller con la Bicired para pensar en qué elementos harían a este espacio incluyente, qué tendríamos que hacer para tener participación equitativa, por qué nos parecía importante el discurso inclusivo. Después de una reflexión en grupos pequeños presentamos algunos puntos que creemos pueden ayudar a caminar en ese rumbo.

Buscamos que la Bicired sea un espacio en donde no se reproduzcan estereotipos sexistas, donde los liderazgos y vocerías sean compartidas, el lenguaje que utilizamos sea incluyente, las imágenes que difundimos no estén estereotipadas y que promuevan que más mujeres se sumen al movimiento, que sea un espacio libre de violencia (de cualquier tipo).

Veíamos también importante que la información y análisis que generamos tenga datos desagregados hombres mujeres para proponer mejores políticas públicas, con perspectiva de género. Y por supuesto lo que cada grupo vaya imaginando que contribuya a pedalear con equidad.

Porque así como en la calle exigimos mismas vías, mismos derechos, queremos derechos para todos y todas.

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