Paz imperfecta: una alternativa

 (En memoria de Francisco A. Muñoz Muñoz)

 

Por Gerardo Pérez Viramontes

 

El pasado jueves 23 de octubre, murió en Granada-España uno de los investigadores de la paz y los conflictos, más importantes de la península ibérica: el Dr. Francisco A. Muñoz Muñoz. Personalmente, tuve la oportunidad de interactuar con él a propósito de la elaboración de mi tesis de doctorado y posteriormente como compañero de la Red Iberoamericana de Investigadores sobre la Paz Imperfecta. Puesto que una de las mejores formas de honrar la memoria de quienes nos han precedido es difundir sus ideas, a través de estas líneas deseo compartir con el lector algunas de ellas que, desde mi perspectiva, constituyen una alternativa para construir paz en la vida cotidiana de este país.

  • Pensar la paz como una paz imperfecta.

Frente al modelo dicotómico que entiende la realidad como lucha entre contrarios  (buenos/malos, verdad/mentira) y que ha estado presente también en los estudios de paz, Francisco Muñoz consideraba importante posicionarse de una manera compleja y conflictiva frente a este tema. Planteaba la importancia de trascender el dualismo que se deriva de suponer, por un lado, la existencia de una bondad natural e inherente al ser humano, que lo haría al vivir en armonía permanente con los demás; y por el otro, que la violencia estructural es una fuerza omnipotente que bloquea o aniquila las capacidades humanas. Una perspectiva compleja y conflictiva de la paz –señalaba Muñoz­– tendría que llevarnos a pensar las complementariedades que se dan entre ambos extremos, para reconocer las formas en que los seres humanos, en situaciones de violencia extrema, como las guerras (o a partir de ellas), también actuamos de manera cooperativa, compasiva o amorosa. Igualmente, consideraba importante darnos cuenta de cómo, la mayor parte de nuestros conflictos, sabemos resolverlos de manera positiva. A esta nueva forma de ver las cosas, Paco Muñoz la denominó paz imperfecta, la cual ha venido a ser un nuevo paradigma en el marco de la Investigación para la Paz.

Puesto que la paz (imperfecta) es un hecho que está cotidianamente presente en nuestras vidas, una de las principales tareas del que quiere construir paz –proponía Muñoz– consiste en identificar y potenciar todos esos espacios, todas aquellas situaciones, esos innumerables contextos donde los seres humanos vamos construyendo relaciones positivas con los demás. En medio, entre la “paz perpetua” y la “violencia estructural”, existen miles de alternativas y posibilidades para hacer las paces (en plural) en todos los órdenes de la vida. En nuestras instituciones, con nuestros ritos y tradiciones, en los espacios públicos, con la ciencia y tecnología que tenemos, a partir de nuestros oficios o profesiones, utilizando las leyes y los códigos que nos hemos dado, relacionándonos de manera cuidadosa con la naturaleza, empleando con sabiduría los medios de comunicación…, podemos contribuir a la convivencia justa y pacífica que todos anhelamos. Nuestra creatividad e imaginación no tienen límites para hacer de la paz una realidad posible. Pero las mediaciones deben ser propiciadas, buscadas, potenciadas, aclaraba Muñoz.

  • La búsqueda de equilibrios dinámicos respecto del conflicto.

Para el Dr. Muñoz, quien también fue especialista en historia antigua, un asunto fundamental para avanzar en el entendimiento de la paz, consistía en poner en marcha un “giro epistemológico” que nos permita ver las cosas de otras maneras. En este sentido, entendía la conflictividad más allá de una perspectiva meramente antropológica, al considerarla como un fenómeno que está presente en la vida misma, y que en el caso de los humanos adquiere características cualitativamente diferentes (“participamos de la conflictividad que existe en el universo”, señalaba). Culturalmente, a través de los procesos de socialización, hemos aprendido fórmulas para enfrentar los conflictos de manera noviolenta, y en términos biológicos, la naturaleza nos ha dotado de mecanismos para mantener los equilibrios de la vida. Biología y cultura, en el caso del ser humano, van siempre de la mano. Esta perspectiva del conflicto (que yo calificaría de cosmológica), llevaba a Paco Muñoz a cuestionarse por las necesidades que debemos de satisfacer como especie. Retomando el modelo propuesto por Max-Neef, el Dr. Muñoz, enfatizaba la importancia de considerar las capacidades, como la otra cara de las necesidades, con las que podemos incidir sobre nuestras condiciones de vida. Palabras más, palabras menos, este especialista en historia antigua enfatizaba: 1) la importancia de concientizarnos sobre las capacidades que tenemos para afrontar y regular constructivamente los conflictos ya que forman parte de nuestra condición humana; 2) que saber interpretar y vivir los conflictos es un signo de calidad de vida; y 3) que debemos reconocernos mutuamente como seres de la misma especie con idénticas necesidades.

Unas semanas antes de su muerte, el D. Francisco Muñoz exponía en una reunión de investigadores para la paz los avances de una reflexión colectiva que se viene elaborando en torno al empoderamiento pacifista. Ahí se señalaba: «El empoderamiento pacifista intenta sistematizar las diferentes esferas, entidades humanas e instituciones por donde circula el poder. Su mirada es mucho más amplia e inclusiva que el segmentado enfoque estatal del poder, haciendo un mayor énfasis en lo “público”, entendido como aquello perteneciente o relativo a todo el pueblo. Sin embargo, en sus análisis no se aleja del todo del Estado, porque lo reconoce, también, como mediador en los conflictos». En esta cita logramos identificar el carácter mediador del poder que está presente en todas las interacciones entre seres humanos, el giro epistemológico que supone considerarlo no solo como una atribución del Estado, y la perspectiva compleja que supone pensar las relaciones conflictivas y complementarias que se establecen entre el poder constitutivo de las personas y los pueblos, y el poder político que debe ejercer el Estado para regular la convivencia social en marcos jurídicos y de derecho.

La vida y obra de una persona no pueden resumirse en unos cuantos párrafos. Como académico, como historiador, como residente del Albaicín… muchas cosas más se pueden decir de esa gran persona (imperfecta) que fue Francisco Muñoz. Paco: muchas gracias por haber compartido conmigo parte de tu camino por la vida. ¡Abrazos hasta la eternidad!

Si quieres saber más, te invitamos: cifs.iteso.mx

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