Tejer en mixe

Por: Karenina Casarín, Integrante del área de divulgación y difusión del CIFS.

Wijën Kajën. Dos palabras en mixe que significan despertarse y desenrollarse, pero juntas definen una filosofía: saber y conocer para la comunidad. En Jaltepec de Candayoc su cultura no sólo se resguarda en su idioma sino en su trabajo por retomar lo que les han usurpado: sus tierras, su bienestar, su comun-unidad, su tranquilidad de vida. Como en muchas poblaciones saben que el problema se encuentra en las mañas de su instinto y la historia olvidada, sin embargo en este instinto se encuentra también su esperanza de sobrevivencia y el respeto natural a lo que les rodea.

Salvarguardar las lenguas no es sólo para dialogar sin que otros entiendan o para que se escuche bonito, sino por recordar y actuar desde la cosmovisión que creó estas palabras. Algunos estudiantes universitarios del Instituto Superior Intercultural Ayuuk, mejor conocido como la ISIA, piensan de esa manera. Quieren ser parte de la solución de conflictos entre comunidades, ser mediadores en la información y los problemas en sus tierras, quieren trabajar medios informativos y virtuales a favor de sus tradiciones.

El pasado 9 y 10 de diciembre, me presenté frente a once corazones jóvenes que estudian la Licenciatura en Comunicación para el desarrollo social, en este Instituto intercultural. La razón fue el taller intensivo de periodismo que cerraría el proceso semestral que el periodista y académico Sergio René de Dios había tenido con ellos en educación a distancia. Ya que el ISIA es parte del Sistema Universitario Jesuita, el ITESO se sumó a el apoyo docente por parte de diversos departamentos y centros, entre ellos el Centro de Investigación y Formación Social a través de su programa de Educación Indígena Intercultural, junto con el Departamento de Estudios Socioculturales.

Aparte de la interesante sesión de más de 12 horas en dos días, el contacto con la comunidad, su cariño, los caminos, las nubes, los árboles frutales, los problemas ambientales, la comida y sus festejos fueron parte del re-conocimiento y el deleite.

Para entender por qué la población Jaltepec es de Candayoc y por qué existen habitantes de más de 14 pueblos de los alrededores viviendo en ese mismo territorio, fue un tema de conversación con alumnos y coordinadores de áreas educativas y administrativas de la ISIA. “este pueblo es una consecuencia de lo que sucedió allá” relataron en la cena de tlayudas con quesillo. Existen algunas pistas en Internet para saber más al respecto, pero no es lo mismo que ver la tradición salir de la voz y mirada de quienes aun recuerdan, de quienes aun luchan.

Por estos territorios los monocultivos también rodean y amenazan. Ranchos de 15 hectáreas siguen sacando sus 10 mil cajas de limones y se pelean los costos cada dos horas cuando se contacta con “el mercado”, según lo dicho por voces de taxistas, profesores, amas de casa o cocineras. El eucalipto, la caña y el maíz híbrido también presionan mientras que, si caminas por los caminos de Jaltepec te encuentras tamarindos, mangos, guayabos, naranjos, plátanos, aguacates y maracuyá abiertos a quien guste acercarse. Algunos pobladores se han dejado vencer por los ingresos, y otros resisten protegiendo la tierra con su trabajo en policultivos o conociendo más experiencias agroecológicas como los cultivos agroforestales.

-Mëkiëpë- se saludan los pobladores entre ellos, –buenas tardes- nos dicen a los foráneos. Probablemente con el tiempo vean común nuestro respeto al saludarles también en mixe, al trabajar también la cosmovisión. Como cantó por ahí el uruguayo Gustavo Pena “Todo tiene un tiempo, vos y yo tenemos la alegría”.

De entre mi consumo visual sobre todo lo que se oculta en lo verde de la naturaleza, percibí que a pesar de que el cocuite –árbol que puede crecer fácilmente con un “codito”- se dé en muchos estados del país como mi Jalisco, en estos terrenos veracruzanos y oaxaqueños lo usan más como horcón o cerca para los terrenos. Aparte de ser un árbol que crece dando sombra desde la cerca, en marzo y abril da unas bella flor, y si machacas y hierves 250 grs. de hojas en un litro de agua para mojarte la cabeza quita el dolor, según voces del pueblo que lo han intentado.

Parte del periodismo -les contaba a estos jóvenes de entre 19 y 22 años de edad- es que la pasión no se deja vencer por lo complicado que puede llegar a ser este camino de producción y transmisión de realidades. El camino es el aprendizaje y como mis huellas, aprender de ustedes fue un gusto.

Después pensando en todo lo que traté de transmitirles reflexioné. Puedo no comprender por ser de muy lejos, puedo no haber vivido lo que su sangre soportó pero mi andar se encuentra también en este mundo de adversidades. Soy mujer, nací en una ciudad y quiero entenderme con la tierra para trabajar junt@s. Nuestra tarea: utilicemos las leyes de la naturaleza a nuestro favor para lograr solucionar los problemas generados por las guerras. Ahora nuestro tiempo se abandera hacia el Buen vivir.

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