El Sur: donde se come, bebe y respira resistencia

Por Sandra Alvarado, estudiante de Ciencias de la Educación, integrante del programa de Derechos Humanos y Paz ITESO.

“No a la muerte ni a la guerra, sí a la vida, a la Paz, a la Justicia integral y verdadera;

y a la lucha No violenta por la trasformación social”.

Organización Sociedad Civil de las Abejas de Acteal, Chiapas.

 

549934_10152437043405790_864160777_nDel 6  al 19 de Enero 2013 se llevó a cabo la Brigada a Chiapas 2012-2013, conformada por 37 alumnos ITESO de distintas carreras. Estuvimos dos días en San Cristóbal de las Casas, para tomar un taller en contextualización en el Centro de Derechos Humanos San Fray Bartolomé de las Casas y otro sobre PAZ impartido por la Comisión de Apoyo a la Unidad y Reconciliación Comunitaria [CORECO A.C.]

Al subir a Acteal llegamos con la mesa directiva de la Sociedad Civil las Abejas, un movimiento social pacifista para el respeto de los derechos indígenas. Este 2012 cumplieron 20 años de lucha y 15 años de Impunidad del desafortunado caso de la Matanza de Acteal.
Una de las muchas cosas que me parecen congruentes de ellos, es que Las Abejas no aceptan ayuda ni nada que tenga que ver con el gobierno.

Actualmente las Abejas tienen un disco grabado del Coro de Acteal. El año pasado tuve la oportunidad de escucharlos; ya que realizaron una gira por las universidades jesuitas. La sociedad civil cuenta con una clínica de Salud donde van residentes de medicina de distintas universidades del país, ellos vienen una o dos veces al mes, tienen un proyecto de radio comunitaria y están muy interesados en tener apoyos para iniciar un proyecto de educación.

En la tierra sagrada de Acteal nos abrieron las puertas a visitar la tumba de los mártires, al momento de entrar sentía tristeza, amor, fuerza y enojo, la verdad es que tenía muchos sentimientos encontrados, se me venían a la mente algunos nombres de los mártires, no sabía que me estaba sucediendo. Al otro día participamos con ellos en un ritual al que ellos llaman oración del Anciano, un tiempo para dar gracias. Después de eso, comenzamos a partir por equipos a comunidades.

Llena de preguntas y con el corazón abierto, subí con mi equipo a una comunidad llamada Tzajalaukum. Esta comunidad dejó mi corazón tatuado de rostros y aprendizajes, y es que su andar es muy admirable.

con la mesa directiva de las abejasCortar café, separar café, beber café, convivir, jugar con los niños, cuestionarse, sentir, encontrarte con el otro, mojarte en el rio, llorar con alguien, escuchar lo que es no vender la dignidad, ver y ser partícipe de una vida en comunidad es medicina para el alma.

Lo que sentí en Acteal y que sigo sintiendo hoy por hoy es indignación con el gobierno y con el capitalismo del que soy presa. Y a la vez, me llena de fortaleza el ser testigo de una lucha bañada en esperanza que lleva cada uno de mis hermanos tzotziles. Y es que en el SUR de mi país hay pueblos indígenas que comen, beben y respiran RESISTENCIA.

Lo  que viví me invita a luchar por la justicia en las acciones del día, a interesarme por la educación indígena, y a ser testimonio de la lucha diaria que viven las comunidades.

Enlaces
•    Sitio de la Sociedad Civil de las Abejas
•    Centro de Derechos Humanos San Fray Bartolomé de las Casas
•    Video del Coro de Acteal
•    CORECO

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•    Koman_ilel: @komanilel

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•    Brigada Chiapas ITESO

 

Un comentario en “El Sur: donde se come, bebe y respira resistencia”

  1. Sin duda viven la resistencia, caminan sobre el camino de la paz, de la no violencia y del respeto a todo ser vivo.

    Nuestros hermanos tzotziles nos recordaron muchas cosas que son importantes en nuestra estadía, entre ellas:

    -El defender la dignidad de la persona, de su pueblo, de la comunidad, el caminar en la lucha con paciencia, sin miedo, y buscando una justicia digna, integral.

    -El darle vida y voz a nuestra palabra, que tiene peso y es válida, no se la lleva el viento o el momento.

    -Nos mostraron que la fe, la esperanza y la acción consciente no están peleadas y eso fortalece el alma, la palabra y la lucha.

    Me quedé con esta luz abrazadora de esperanza, que son un ejemplo vivo de un pueblo en lucha, que no se queda pasivo ni conforme, se defiende y no se vende.
    Me llenó el corazón haber podido compartir esta experiencia, con mis ahora ya hermanos de la Brigada, descubrir en mi hermana y hermano indígena, herederos y constructores de la riqueza de los pueblos originarios: alegría, calidez, amor, lucha y sobretodo cercanía.

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