Por Ma. Angélica Ramos Gómez, miembro del Comité Agua y Vida, Santa Cruz de las Flores, Tlajomulco, A.C.
Somos memoria que ilumina nuestros pasos.
Pasos acompasados
por los sonidos,
del agua,
del viento,
los árboles,
los pájaros,
los peces,
las mariposas.
Los rostros de los nuestros,
certeza fecunda en imaginar mañanas
Nuestra tierra firme… que sepultara algún día nuestros huesos.
Ma. Angélica Ramos Gómez
Nuestra historia de resistencia
Nos llena de indignación, cuando vemos a nuestro paso, un territorio hecho pedazos, en esa ambición enloquecida de los dueños del dinero en robarnos nuestros suelos que fueron lugares de vida y que alimentaban nuestros acuíferos.
A cada paso, nos encontramos con vida despedazada en nuestros entornos naturales.
Nuestros arroyos y ojos de agua han enfermado y casi todos han muerto.
Selvas y bosques con quemas intencionadas, por la prisa delirante de los corporativos inmobiliarios en “ganar dinero”.
Ahora miramos nuestros sembradíos, cerros y manantiales; carcomidos y enterrados por los bloques de cemento y por grandes plastas de lámina que entristecen nuestros campos impidiendo que el agua siga su ciclo de vida.