Sentados sobre las vigas que sostuvieron un puente colgante en la calle Alarcón, derribado por el alud del de junio, tres niños observan las labores de limpieza a cargo de elementos de Protección Civil de Zapopan y otros municipios. Fotografía: María Fernanda Lattuada.

Por: Iván González Vega

San Gabriel, Jalisco, sábado 8 de junio de 2019.- Reforzar la cultura de la prevención es una de las prioridades de las corporaciones de protección civil que participaron en la atención al municipio de San Gabriel, tras la tragedia provocada por el alud del 2 de junio pasado, sobre todo en lo relativo a la posibilidad de que deban desalojar las casas cercanas al río Salsipuedes.

El comandante regional de la Unidad Estatal de Protección Civil de Jalisco José Alfredo Hernández Rodríguez, quien coordinó a las corporaciones estatales y municipales desde el reporte de la emergencia en San Gabriel, explicó que, mientras las autoridades competentes terminan los peritajes, los más de 700 funcionarios enviados al municipio terminaron durante el fin de semana las labores de limpieza más urgentes, por lo que a partir del domingo 9 de junio solo quedaría en la cabecera municipio un grupo de hasta 90 rescatistas para atender el resto de las labores.

Entre ellas estaba la búsqueda de una mujer desaparecida, arrastrada por la corriente del alud que afectó a San Gabriel y cuyo paradero, hasta el fin de semana, seguía siendo desconocido.

 

“La prioridad es sacar los escombros, no dejar nada en las calles”, explicó el comandante de Protección Civil, tras recordar que la declaratoria de desastre por parte de las autoridades federales permitirá que lleguen más recursos para la atención de vecinos que perdieron sus casas o bienes.

En la Casa de la Cultura de San Gabriel y en medio de los ejercicios de desmovilización de varios de los socorristas que atendieron la contingencia —de municipios como Ciudad Guzmán, Zapopan o Guadalajara—, el sábado 8 de junio, el funcionario aseguró que los socorristas ya autorizados a retirarse se iban de San Gabriel no satisfechos, pero sí contentos de que el ánimo de los vecinos comenzara a cambiar. “Ahora hay que saber que lo toca es aprender a convivir con el río”, opinó, al admitir que, ante el inicio del temporal —la primera lluvia importante cayó la noche del viernes 7 de junio—, el riesgo de nuevas crecidas es latente.

Aunque insistió en que no es su competencia establecer si el alud del 2 de junio fue provocado por una tala en las sierras cercanas a San Gabriel, sí subrayó que los incendios forestales ocurridos en otros lugares de Jalisco demuestran que la pérdida de árboles hace que la tierra sea menos capaz de retener el agua de las tormentas.

En ese sentido, aseguró que las corporaciones municipales de la zona vigilarán cualquier lluvia atípica para emitir reportes tempranos a la población, pero subrayó que también los vecinos deberán hacer su parte para desalojar las casas cercanas al río si eso es necesario.