La calle Concordia al cruce con Evaristo Guzmán, esquina en donde, de acuerdo con su familia, el alud arrastró a la señora Emilia. Fotografía: Iván González Vega.

Por: Luis Antonio González

Han pasado siete días desde el desbordamiento del río Salsipuedes en San Gabriel, y aún siguen buscando a Emilia, de 80 años de edad, quien aquel 2 de junio fue llevada por la corriente.

“Alrededor de las 4:15 pm del domingo pasó el señor Rodolfo gritando a todos los vecinos que saliéramos de nuestras casas y correr hacia algún lugar alto, porque el río venía crecido y con muchos troncos”, narra María Guadalupe Guzmán, hija de doña Emilia, la única persona que no ha sido localizada desde el desastre que trastornó a esta población del Sur de Jalisco.

Emilia trabajaba en el pequeño local donde la familia prepara cena, en el cruce de Evaristo Guzmán y Concordia, a unos metros de donde baja el río, por calle del Mercado. María Guadalupe explica que el aviso les permitió salvarse a todos los demás.

“Si no hubiera sido por él, nos hubiéramos ido con la corriente todos; apenas y alcancé a sacar a mi niña que estaba dormida. Lamentablemente, a mi mamá la alcanzó la corriente”.

El desbordamiento del domingo 2 de junio propició el fallecimiento de cinco personas, cuyos cuerpos fueron localizados en los días siguientes a la contingencia. Las corporaciones de Protección Civil, sin embargo, no han podido localizar aún a Emilia. El sábado 8 de junio seguían con las tareas, y esperaban volver a involucrar a los dos perros del escuadrón canino de la corporación.

En medio del movimiento de vecinos en busca de recuperar la normalidad en San Gabriel, la familia de Emilia espera mejores noticias, pero reconoce una esperanza en la solidaridad recibida: “Agradezco a los vecinos que tanto nos han ayudado, el mismo pueblo nos hace fuerte”, dice María Guadalupe.

Después de la tragedia, la mujer espera que las autoridades expliquen con la verdad lo sucedido, que se hagan responsables y que ayuden a reactivar la economía de los que se quedaron sin su hogar y trabajo. Ella que perdió las cosas de su hogar, que también es su fuente principal de ingresos, porque también era su oficina, en donde trabajaba como abogada, y además vendía comida.