Dignidad y solidaridad como legado

Foto: Reuters
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A veces uno busca la forma de cambiar el mundo. En otras ocasiones la oportunidad llega sin buscarla. Fue lo que les ocurrió a las hermanas Bernarda y Rosa Romero Vázquez: volvían a casa luego de comprar pan y leche, cuando uno de los hombres que cada vez con mayor frecuencia veían montados en el tren La Bestia, habló con ellas.

“Tenemos hambre”, les dijo, y ellas, sin pensarlo, le lanzaron la comida que habían comprado y fueron a su hogar esperando un regaño de su madre, Leonila Vázquez Alvízar.

Pero, por el contrario, ese acto espontáneo de solidaridad se convirtió en la semilla de uno de los ejemplos mexicanos más esperanzadores de lo que se puede lograr con mucha voluntad: Las Patronas, como se conoce al grupo de mujeres que viven en La Patrona, Veracruz, que se organizaron para preparar alimentos que lanzan a los migrantes cuando el tren baja su velocidad en una zona de curvas.

Mucho tiempo ha pasado desde 1995. Las Patronas han luchado contra la hostilidad de algunos pobladores de la zona, pero también han ganado reconocimiento internacional, donaciones, voluntarios y la certeza de que todos los días ayudan al hijo de alguien, de una mujer como ellas.

Las Patronas

:: En Facebook.

:: En Twitter.

:: “Mujeres que trabajan por alimentar a migrantes centroamericanos”.

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