Carlos Amador Romero. Foto: Daisy Castro Teresa.

Carlos Amador Romero. Foto: Daisy Castro Teresa.

Carlos Amador Romero, chef

Por: Daisy Castro Teresa

Carlos Amador Romero tiene 26 años y es originario de Ensenada, Baja California. Actualmente trabaja como chef en el restaurante La Docena Oyster Bar & Grill. Hace tres años llegó a Guadalajara en busca de experiencias y aprendizaje culinario. Al parecer encontró lo que buscaba, porque piensa permanecer en la ciudad por tiempo indeterminado. Su área de trabajo consiste en una infinidad de ingredientes, olores que con tan solo percibirlos te abren el apetito. Transmite seguridad y confianza en la cocina; dice que respeta y ama su trabajo.

—¿Cómo empezó tu gusto por la cocina?

—Hace ocho años, cuando salí de la preparatoria y comencé a trabajar como mesero en un restaurante de mariscos en Ensenada. Fue ahí donde descubrí el gusto por cocinar y crear platillos. Entré sin saber nada, a mí solo me correspondía llevar los platos a la mesa, pero me aburría y, cuando no estaba el encargado del restaurante, me escapaba a la cocina para ayudar a picar la verdura. Un mes después, pedí mi cambio a cocina y entré a una etapa de aprendizaje y descubrimiento; encontré mi verdadera pasión.

 

—¿Estudiaste para ser chef?

—Sí, estuve un año y medio como ayudante de cocina y, a pesar de que estaba aprendiendo mucho, sentí que no era suficiente. Quería conocer más sobre cocina nacional e internacional, probar y cocinar todo tipo de platillos. Y entré a estudiar gastronomía en el Colegio Ensenada.

 

—¿Qué es lo que más te gusta cocinar?

—Los mariscos y la comida fusión. Crecí en una familia en donde la forma de demostrar que te quieren es a través de la comida. Casi todos los fines de semana eran de mariscada en casa de mi abuela, así que el gusto por mariscos lo traigo desde niño. Y la comida fusión, porque me permite experimentar con sabores, texturas, aromas; saca mi lado creativo.

 

—¿Has creado tus propias recetas?

—Sí, me gusta inventar platillos. Soy como un niño, juego con sabores o creaciones que no son muy comunes. A veces me han salido buenos resultados, otras no (risa).

 

—Cuando cocinas, ¿en qué piensas?

—A veces cocino en automático, hay platillos que me sé de memoria, pero hay otros con los que pienso en hacer lo mejor posible para que no solo quede rico, sino también presentable.

 

—¿Cuál es tu mayor satisfacción como chef?

—Que los clientes salgan de aquí felices y ver que disfrutaron de la comida. Cuando nos halagan, recomiendan con conocidos, o que regresan al restaurante, sientes que estás haciendo las cosas bien.

 

—¿Te has enfrentado con retos o dificultades en tu actividad?

—Todos los días, la cocina no es predecible. Trabajamos en equipo, y el error de un compañero nos concierne a todos, a veces por detalles mínimos, como pasarnos de sal o que algún producto este sobrecocido. En la cocina se vive mucho estrés, pero nos divertimos y amamos lo que hacemos.

 

—¿Cómo te ves en un futuro? ¿Cuáles son tus planes?

—Me gustaría viajar Tailandia y Japón. Conocer su cultura, probar su comida y empaparme de ideas que tal vez me sirvan para crear platillos fusión en México. Y, en algunos años más, abrir mi propio restaurante.

Pieza producida durante el curso Taller de géneros periodísticos I, en el semestre Otoño 2017.