Impuesto a los refrescos: Impacto y recursos

 

 

Desde que inició la discusión del impuesto a los refrescos y las bebidas azucaradas, los principales opositores a esta medida, principalmente la industria de bebidas, señalaban que era una política ineficiente, regresiva y no disminuiría el consumo. Sin embargo, el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) ha publicado resultados preeliminares de un estudio de impacto sobre consumo de este gravamen, en el cual se describe el impacto positivo de la medida. Los mexicanos han disminuido el consumo de bebidas azucaradas con impuesto en 10%, así como han aumentado el consumo de bebidas sustitutas sin impuesto (como leche sin azúcares, o agua mineral) en 7%, y lo más importante, han aumentado el consumo de agua potable en 13%1.

Gran avance se ha logrado con el impuesto referente al consumo, no obstante nos estamos quedando cortos. Otra crítica al impuesto presentado en el marco de la Reforma Fiscal, por el Presidente Peña Nieto y el Secretario de Hacienda Luis Videgaray el 8 de septiembre de 2013, fue la falta de transparencia y claridad en la asignación de los más de $12,400 millones de pesos estimados en recaudación para cumplir con su objetivo social: el combate a la obesidad.

Desde la sociedad civil, el impuesto a los refrescos y las bebidas azucaradas fue fuertemente apoyado, siempre señalando la imperativa de etiquetar los recursos recaudados para programas de prevención de la obesidad, esencialmente para el acceso al agua potable en escuelas, espacios públicos y zonas rurales. Gracias al apoyo de la Sen. Marcela Torres Peimbert, principal vocera de la medida, dicha propuesta fue claramente incluida en el 6to Transitorio de la Ley de Ingresos de 2014, más no incluida en el Presupuesto de Egresos para este año, en una clara omisión legislativa.

Algo que queda claro es que el impuesto está recaudando más recursos de los que se estimaban, y se están destinando recursos marginales para la salud pública. Durante el primer semestre de 2014, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) ha obtenido más de $7 mil millones de pesos, y ha destinado una cifra similar al 2.63% de estos recursos para combatir la obesidad.

El minimalismo de los programas en salud son evidentes, y el Paquete Económico para 2015 es una muestra adicional de ello. El impuesto a los refrescos y las bebidas azucaradas estima recaudar más de $18,200 millones de pesos el próximo año, y sólo se destinarán recursos similares al 1.84% a programas de prevención de la obesidad2.

Algo que sí incluye este Paquete son recursos para bebederos en las escuelas, con un monto aproximado de $1,350 millones de pesos, lo que nuevamente es menos de los se requiere.

Según un estudio de impacto presupuestal realizado por la Cámara de Diputados en noviembre de 2013, la instalación de bebederos en todas las escuelas públicas del país se tendría que realizar en un programa a 3 años, con una asignación presupuestal de $3,500 millones de pesos al año. Si comparamos la cifra actual con la propuesta, sólo representa una tercera parte de lo necesario, por lo que estaríamos triplicando a 9 años el tiempo para que todos los niños y niñas en edad escolar puedan gozar de acceso al agua potable de manera gratuita y suficiente.

¿Qué queremos las organizaciones sociales? ¿Qué requiere la niñez en México? Es imprescindible un mayor compromiso de la Presidencia, el Gobierno Federal y el Congreso para la instrumentación de políticas públicas que garanticen el derecho a la salud y la buena alimentación para todos, con recursos suficientes para ello. Por lo que esperamos que en las discusiones del Paquete Económico de 2015 se atienda el problema de la obesidad con la urgencia que se necesita, con mayores partidas presupuestales para los programas de combate a la obesidad y para asegurar la accesibilidad al agua potable en las escuelas del país.

1Instituto Nacional de Salud Pública. (8 de septiembre de 2014). Resultados preliminares sobre los efectos del impuesto de un peso a bebidas azucaradas en México. Recuperado de: http://www.insp.mx/epppo/blog/preliminares-bebidas-azucaradas.html
2Monitor Ciudadano de Políticas contra la Obesidad “Obesidad en la Mira”. (05 de septiembre de 2014). Análisis del Paquete Fiscal 2015 presentado por el Ejecutivo Federal el 5 de septiembre de 2014. Recuperado de: http://obesidadenlamira.mx/publicaciones.php

 

Por: Luis Manuel Encarnación
Dir. Fundación Mídete y Coordinador de la Coalición ContraPESO
Integrante de la Alianza por la Salud Alimentaria

www.obesidadenlamira.mx / @obesidadenmira

Hidratarse es más que saciar la sed

Laura Rodríguez – 06⁄03⁄2014

Cansancio, sueño, falta de energía -y no sólo la sed- son síntomas de deshidratación. Para que el cuerpo tenga un funcionamiento adecuado, todo el líquido que sale debe ser repuesto para lograr un balance hídrico.

“Se recomienda que el consumo de agua sea igual a las pérdidas que tenemos en el día. En promedio, perdemos entre dos y  2.2 litros al día. Normalmente, una persona orina entre un litro y litro y medio diarios. Por las heces, entre 100 y 200 mililitros. Y las otras pérdidas serían por la sudoración, la transpiración. Por la misma respiración que tenemos hay pérdidas que no son muy visibles, pero también estamos perdiendo agua. Lo que se busca como objetivo es que tengamos un balance hídrico, que tomemos lo que estamos perdiendo. No más, ni menos”, explica Luis Aarón Quiroga Morales, profesor de la Licenciatura en Nutrición y Ciencias de los Alimentos del Departamento de Salud, Psicología y Comunidad (DSPC) del ITESO.

El experto en nutrición clínica comenta que, en una mujer, el agua significa entre el 45 y 55 por ciento de su composición corporal; en un hombre, es del 60 al 65 por ciento. En los niños la cantidad es mayor. Es por ello que el cuerpo requiere del líquido para funcionar.

“Sin agua, nuestro cuerpo no puede obtener la energía que requiere de manera adecuada. Sin agua, el organismo no podría funcionar en cuestiones de lubricación, o para poder eliminar algún tipo de sustancias, porque también el agua se encarga de eliminar algunos componentes y nos ayuda a regular parte de la temperatura corporal”, señala.

La hidratación, refiere el académico, no se basa únicamente en el consumo de líquidos, sino también en alimentos como frutas, verduras, sopas y algunos lácteos, que también contribuyen a esta función.

“Pasa algo muy similar como con las personas, entre más grasa tenga el alimento, menos agua va a tener. ¿Qué buscamos entonces? Que no nada más sea de manera líquida, sino que busquemos alimentos que dentro de su composición también nos aporten agua”, dice Quiroga Morales.

¿Qué pasa cuando una persona no está bien hidratada?

Tener dos por ciento de deshidratación ya puede derivar en consecuencias en el organismo. Además de la sed, la boca reseca, se pueden presentar alteraciones como somnolencia y cansancio. Mientras mayor sea el porcentaje de deshidratación, es más fuerte el impacto en la salud, de acuerdo con el experto.

“Nuestro cuerpo, para aprovechar la energía, también produce más agua. Por eso decimos que nuestras pérdidas [de líquidos] deben ser igual a las cantidades que ingerimos para que el cuerpo no tenga un desbalance hídrico. El paciente que tiene un desbalance de este tipo complica todas sus funciones. Pasa en el atleta, pasa en la persona que no hace ejercicio. Y hay sintomatología dependiendo el grado de deshidratación que tenga la persona”, comenta.

“Por cada hora de actividad física, la persona se deshidrata, por lo menos, dos por ciento. Hay actividades que duran hasta tres, cuatro horas. Quiere decir que si no se lleva una adecuada hidratación, la persona se puede deshidratar hasta seis u ocho por ciento”.

Además, los efectos por la deshidratación son acumulables y tienen consecuencias en el organismo.

“Si hoy no tomé agua, entonces mi cuerpo, de alguna manera, siempre tiende a tener unas pérdidas muy similares. Puede ser que cuando el cuerpo empieza a ver que se está deshidratando, cambia un poco esas pérdidas. Por ejemplo, si orinaba más, si orinaba un litro o litro y medio, tal vez orine menos. Pero a veces la misma condición climatológica, el mismo calor, hace que tus pérdidas sean por otro elemento, en este caso, por la sudoración”.

Lo ideal, de acuerdo con Quiroga Morales, es que la hidratación se realice con agua natural, que no tiene contenido calórico, o con bebidas lo menos azucaradas posibles.

La “Jarra del buen beber”

Una referencia para una adecuada hidratación es la llamada “Jarra del buen beber”, que recomienda un consumo diario de seis a ocho vasos de agua natural, de cero a dos vasos de leche semidescremada y bebidas de soya sin azúcar;  de cero a cuatro tazas de té y café sin azúcar; de cero a dos vasos de bebidas no calóricas, endulzadas con edulcolorantes artificiales; medio  vaso de jugo de fruta 100 por ciento natural o leche entera. Además, se sugiere evitar o limitar el consumo de refrescos, concentrados de jugo y otras bebidas altas en azúcares.

Foto: Archivo

Effect of whole and ground Salba seeds (Salvia Hispanica L.) on postprandial glycemia in healthy volunteers.

Effect of whole and ground Salba seeds (Salvia Hispanica L.) on postprandial glycemia in healthy volunteers: a randomized controlled, dose-response trial.

Ho H1, Lee AS, Jovanovski E, Jenkins AL, Desouza R, Vuksan V.

Abstract

OBJECTIVE:

Incorporation of seeds into food products may attenuate postprandial glycemia. Whether these should be consumed as whole or in ground form is not known.

SUBJECTS/METHODS:

Using an acute, randomized controlled crossover design, the glycemic response of 13 healthy participants (6M:7F; 25.4±2.6 kg/m(2)) was studied on nine separate occasions. Test meals consisted of 7, 15 or 24 g of whole or ground Salba baked into white bread, and three control breads matched for energy, and macronutrient profile. Capillary blood samples were collected at fasting and over 2 h post consumption.

RESULTS:

A significant effect of dose (P=0.04), but no effect of form (P=0.74) or dose-form interaction (P=0.98) was found. No adverse events were reported.

CONCLUSION:

This study demonstrates that both ground and whole Salba are equally effective in attenuating blood glucose levels in a dose-dependent manner when incorporated into bread. Flexibility in the use of either the ground or whole seed may increase the ease of incorporation and acceptability as a dietary supplement.

Eur J Clin Nutr. 2013 Jul;67(7):786-8. doi: 10.1038/ejcn.2013.103. Epub 2013 Jun 19.

Chia (Salvia hispanica L) gel can be used as egg or oil replacer in cake formulations.

J Am Diet Assoc. 2010 Jun;110(6):946-9. doi: 10.1016/j.jada.2010.03.011.

Chia (Salvia hispanica L) gel can be used as egg or oil replacer in cake formulations.

Borneo R1, Aguirre A, León AE.

Abstract

This study determined the overall acceptability, sensory characteristics, functional properties, and nutrient content of cakes made using chia (Salvia hispanica L) gel as a replacement for oil or eggs. Chia gel was used to replace 25%, 50%, and 75% of oil or eggs in a control cake formulation. Seventy-five untrained panelists participated in rating cakes on a seven-point hedonic scale. Analysis of variance conducted on the sensory characteristics and overall acceptability indicated a statistically significant effect when replacing oil or eggs for color, taste, texture, and overall acceptability (P<0.05). Post hoc analysis (using Fisher’s least significant difference method) indicated that the 25% chia gel cakes were not significantly different from the control for color, taste, texture, and overall acceptability. The 50% oil substituted (with chia gel) cake, compared to control, had 36 fewer kilocalories and 4 g less fat per 100-g portion. Cake weight was not affected by chia gel in the formulation, although cake volume was lower as the percentage of substitution increased. Symmetry was generally not affected. This study demonstrates that chia gel can replace as much as 25% of oil or eggs in cakes while yielding a more nutritious product with acceptable sensory characteristics.

2010 American Dietetic Association. Published by Elsevier Inc. All rights reserved.