Nuestro atraso en construcción con madera.


Por: Jorge López de Obeso

México es uno de los pocos países del mundo que no construye la mayoría de sus edificios con madera. Y aunque ésta pérdida de tecnología es reciente, está tan arraigada que ya ni siquiera está incluida en los reglamentos de construcción. Lo misterioso es que construir con madera es más barato, seguro, cómodo para el usuario, rápido y ambientalmente amigable.

Afortunadamente, en el reciente terremoto de Chile fueron muy pocos los muertos, en buena parte gracias a que las estructuras de madera son más flexibles a los sismos que las rígidas estructuras de concreto, y en el caso de un colapso, un techo de madera pesa una veinteava parte que su contraparte de piedra. En el país andino,  desde hace más de 20 años que la construcción con madera se ha convertido en habitual: la segunda empresa maderera del mundo está en el pequeño Chile, lo que ha provocado que para mantener su materia prima no sólo han llenado su territorio con bosques sino que están invadiendo Argentina, Bolivia, Brasil y con planes de llenar de árboles a México. A la empresa lo que más le conviene es siempre tener bosque, así que son ellos mismos los que se encargan de hacerlo viable.

Sin entrar en sospechosismo de la influencia que hayan tenido las empresas cementeras mexicanas (unas de las más grandes, ricas, poderosas del país),  consideramos que el sistema “tradicional”  es la construcción con pesado y costoso block de cemento y losa de concreto como techo y entrepiso. La influencia es tal, que al pedir un préstamo para construir, la construcción con madera no es una opción. Los materiales basados en cemento, además de tener pésimo desempeño térmico (casas calientes cuando hace calor y heladas cuando hace frío) hacen que los más afectados sean los que menos tienen: una casa de protección social en Chile (País con tradiciones y problemas similares a los nuestros) cuesta una quinta parte que aquí, y mucho menos si es de auto-construcción.

Lo irónico es que los mexicanos, tan americanizados (No parking, no business, LEED, y un largo etcétera) consideremos de baja calidad un sistema que en EEUU es el más arraigado. No nos quejamos de muchas necedades arquitectónicas adoptadas de nuestro influyente vecino (como esas asoleadas y calurosas torres de cristal o ridículas autopistas a media ciudad) pero nos es impensable que los muros de nuestras casas no sean sólidos e indestructibles, destinados a durar varios cientos de años. No nos importa que sean más caras, lentas, ineficientes ,peligrosas y contaminantes. Una tonelada de cemento produce una tonelada de CO2, que a un árbol le toma 30 años absorber.

En las universidades mexicanas, decir que existe una alternativa mejor a una losa de concreto es casi sacrílego: los ingenieros civiles se sienten desamparados de que no les han enseñado otra cosa, y lógicamente defienden el sistema. Sin embargo, se están teniendo avances, y en el ITESO se ofrecerá este semestre cursos “extracurriculares” para profesores y alumnos de construcción con madera.

,