“La vida en rosa, la vida en corte.”


Por Sandra Valdés V.

Sigo con la cruzada por que se lea más a Georges Perec, después de escribir el artículo sobre su libro “Especies de Espacios” fui a la biblioteca para investigar qué libros de Perec hay, buscando especialmente su obra maestra “La Vida instrucciones de uso” considerada una de las obras más importantes del siglo XX por Italo Calvino, no podía resistirme a buscarla. Me encontré con la agradable sorpresa de que si está en la biblioteca.“La vie mode d’emploi” como es su título original, nos muestra la vida cotidiana de un edificio de París en corte.

Como hormiguero de laboratorio nos podemos acercar y ver la vida de las personas e intuir su historia, sus hábitos, su carácter y sus traumas. Perec describe cada pequeño detalle en las habitaciones, que acompañan la vida como un personaje más: el color del papel tapiz, el cenicero lleno de colillas, el terciopelo desgastado de un chaise longue, el perro dormido en el tapete, el monje en la etiqueta de una caja de galletas o la gotera del rellano, traducción castellana del descanso de la escalera.

Exhibe la vida en corte, pero porqué me parece tan importante esto de la vida en corte. Como maestra de arquitectura siempre insisto que el corte o sección es una de las herramientas más importantes para entender el espacio en tres dimensiones, y principalmente porque es en el espacio interior donde se desarrollan todos estos detalles de la vida cotidiana, es donde la vida guarda sus secretos más profundos, por lo que un espacio que no se ha diseñado en corte, es un espacio que es simplemente residuo del “fachadismo”. Es por esto que mi lucha es constante a la hora de dibujar los cortes y la precisión en la que deben ser hechos, porque el detalle en corte es la representación espacial en su escala más humana.

Me encanta poner el ejemplo del corte de un edificio de Gaudí, el que sea, el detalle de aquellos edificios llegaba a tal grado en que como alguna vez Adolf Loos nos contó, que hasta se diseñaban las pantuflas. No creo que sea importante diseñar hasta las pantuflas, pero si entendemos la vida de la persona que habitará aquellos espacios que diseñamos, seguramente estaremos entendiendo la medida o talla de la arquitectura, una pantufla que no te queda es incómoda y eso es la antítesis de la pantufla.

Y es por todo esto que es importante leer “La Vida instrucciones de uso”, para entender que no solo la escala monumental, o la escala “súper render” es importante. A lo largo de la historia han existido distintos artistas que también han sabido representar la vida en corte, de esta manera en la que podemos humanizar los espacios, o entender mejor la vida de cada época.

Uno de ellos, y también uno de mis favoritos, es El Giotto, antes de que la perspectiva existiera, los bizantinos desarrollaron una técnica para representar la vida en sus tres dimensiones, representaban la vida dentro de cajas, de manera que los frescos en las paredes abrían una especie de nicho virtual a través del cual podíamos observar aquello que querían representar, podríamos entenderlo como un isométrico, que aparece unas veces como una caja a la que le falta una de sus paredes y otra vemos la escena en forma de cubo como lo hizo en su representación de pentecostés.

Continuando en esta misma línea, solo que mucho más actual aparece en la escena Wes Anderson, solo que esta vez en el cine. Estructurando la escenas espacialmente en cajas escénicas muy teatrales. Construyendo escenas en corte transversal: de una casa en “The Royal Tenembaums”, una casa-árbol y la vida en el subsuelo en “Fantástic Mr. Fox” o en un horizontal en movimiento, en el tren de “The Darjeeling Limited”.

La vida en corte es minuciosa y con pocos diálogos, permite al observador paciente descubrir él mismo, como en un juego de rompecabezas construir ese suculento misterio que da la sensación de encontrar un tesoro que nadie más a visto: el closet lleno de juegos de mesa donde podemos leer “operation”, “clue” o “risk”, los pantalones color rosa chicle de Pagoda el mayordomo, o el juego de maletas grabado con pequeños animales de safari que nos recuerdan la imperfección de las galletas de animalitos diseñados por Louis Vouitton y que abandonan en cualquier estación de tren en la India.

La vida en corte nos permite ser observadores y detallistas, nos da pistas sobre lo minuciosa e individual que es la vida frente a este mundo globalizado y con tendencia a lo homogéneo, nos hace entender mejor la escala humana, el dramatismo de la vida y su sabor multicolor, y nos convierte en pacientes y curiosos espectadores.

En fin, es una lástima que las televisiones ahora son planas, porque al perder la estructura de caja en la que se encajaba la imagen, han perdido la elegancia de ese linaje histórico que la vinculaba con las antiguas representaciones del Giotto, el dramatismo de la caja escénica del teatro y finalmente la vida en corte que nos regala Perec.

El libro de Georges Perec “La Vida Instrucciones de uso” (clave: 843. PER), y las películas de Wes Anderson “The Royal Tenembaums” (810.AND.V.1) y “The Darjeeling Limited” (810.AND) están en la biblioteca, “Fantastic Mr. Fox” es la única que no está, les recomiendo ir y sacarlos, ahora que es verano es más fácil encontrarlos.

(imágenes de arriba a abajo: escena de “The Royal Tenembaums”, de Giotto “El nacimiento de la Virgen” y “Pentecostés”, y escena de “The Darjeeling Limited”

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