Proyecto “La Ronda” en AméricaLate


Con la realización de un catálogo de 34 rutas interpretativas, la restauradora Mónica del Arenal Pérez dio vida a un proyecto de conservación patrimonial que invita a recorrer la ciudad de Guadalajara y descubrir sus bellezas. La Ronda, es el nombre del plan que propone la colocación de 700 placas en distintos sitios patrimoniales, los más representativos de Guadalajara, Tlaquepaque, Zapopan y Tonalá.

Cuántas veces caminamos por las calles de una ciudad sin poner atención a su arquitectura, a sus edificios, a su historia. La restauradora Mónica del Arenal Pérez se decidió a cortar con esta costumbre y puso en marcha un proyecto de conservación patrimonial en la ciudad de Guadalajara. Bautizado como La Ronda, este plan se completa a través de un catálogo compuesto por 34 rutas interpretativas que permiten redescubrir la urbe a través de monumentos, edificios históricos y artísticos, arte urbano, plazas, parques y jardines, además de la colocación de 700 placas en distintos sitios patrimoniales.

“Siempre me ha interesado el patrimonio arquitectónico y me di cuenta de que en Guadalajara no existía infraestructura para interpretar y presentar la arquitectura relevante.

Muchos edificios se están destruyendo y la gente generalmente no sabe por qué un edificio es valioso, independientemente de que le guste o no; entonces pensé que era pertinente hacer un proyecto integral, no sólo para expertos y personas ya interesadas en la arquitectura de la ciudad, sino para la sociedad en general”, cuenta Del Arenal Pérez, respecto de los orígenes del proyecto. Y agrega: “Lo que busco es que los paseantes se lleven una experiencia, más que un conocimiento.

Creo que lo más importante es que podrán ver que los edificios y los sitios tienen un valor mayor cuando están relacionados con otros edificios y con una multiplicidad de temas. Una obra puede pertenecer a dos o más rutas y estar relacionada con otras obras por temporalidad, estilo, autor, zona. Por ejemplo: si se piensa en una obra de José Clemente Orozco, se reconoce al autor y a la obra por sí sola; si además de esto, relacionamos esta obra con todas las otras obras que Orozco hizo en Guadalajara, con las pinturas de otros muralistas y con los edificios que las contienen, entonces se enriquecerá la visión de lo que es la pintura mural postrevolucionaria. La experiencia será más rica”.

Lee la entrevista completa aquí

, , ,