La ciudad compacta


Por: Fernando Fernández Pérez Rulfo  en la revista Multiplica

Reflexionar acerca del concepto y las implicaciones que puede tener para una ciudad como Guadalajara, una política pública de desarrollo urbano que busque mayores grados de compacidad, es hoy por hoy entre otras acciones urgentes, de vital relevancia para contar con un futuro urbano viable que ofrezca una mejor calidad de vida a sus habitantes permitiéndole ser viable y mejor en los tiempos por venir.

Esta es la apuesta… ¿Continuamos con el presente modelo de crecimiento, que no de desarrollo urbano, o le entramos de lleno a la promoción de políticas públicas que orienten nuestra ciudad hacia un mejor futuro?

Burgess (2000) explica la ciudad compacta como  “…el intento por lograr incrementar las áreas construidas y la densidad de habitantes; de intensificar las actividades económicas, sociales y culturales, así como de manipular el tamaño, la forma y la estructura de la ciudad, en busca de una mayor sustentabilidad derivada de la concentración de las funciones urbanas”.

Existen evidencias en muchos aspectos de que el actual modelo de crecimiento no es el adecuado, solo expongo algunos ejemplos:

  1. La movilidad en la ciudad cada día es más compleja y seguimos orientando nuestros esfuerzos por ir cada día mas lejos teniendo una ciudad cada día mas vacía. Guadalajara, el municipio central, sigue perdiendo población en relación al área metropolitana.
  2. La ocupación del territorio es anárquica, obedeciendo exclusivamente a los operadores del mercado, sea este formal o informal. Algunas de sus consecuencias son, la ocupación de tierras cultivables que no recuperaremos y el sacrificio de los sectores populares, que son cada vez más marginados al obligarlos a ocupar los territorios mas vulnerables así como a tener menos acceso a los servicios de la ciudad debido, en el mejor de los casos, a su localización periférica.
  3. La prestación de servicios públicos bajo los esquemas actuales está siendo, y será, de peor calidad en el futuro, dando cobertura además, a un menor número de ciudadanos. Nos enfrentamos a una encrucijada. Los ayuntamientos cada vez tienen que cubrir territorios más grandes con menos recursos. Esto solo se puede traducir en servicios mas caros, menor calidad en la prestación de ellos o marginación de usuarios. Con los actuales esquemas los ayuntamientos no podrán prestar los servicios que todos esperamos.

De tal forma que es imperante que como ciudadanos, autoridades, cuerpos colegiados, universidades, cámaras, etc. provoquemos la discusión y re-orientación de nuestros paradigmas urbanos para promover un ciudad mas equitativa, rica, viable, interesante, activa, sana y dinámica, entre otras muchas cualidades que podrían lograrse promoviendo las políticas vinculadas a la ciudad compacta.

Si bien los ayuntamientos y sus planes mencionan programas y políticas de densificación -esto es incrementar las áreas construidas y las densidades de habitantes- ésta es solo una aproximación parcial e incompleta para promover cambios sustanciales y cualitativos. El mayor reto, no es técnico sino cultural. Esto sin olvidar que el mercado actúa hoy con una lógica donde las externalidades ambientales y urbanas no han sido todavía incorporadas al juego, nos las pasa a la ciudad y a sus habitantes. Son nuestros paradigmas y creencias las que debemos replantear de manera razonada y bien informada para promover activamente nuevos horizontes para el desarrollo de nuestra ciudad.

La ciudad compacta debe promoverse por medio de diversas políticas públicas de desarrollo urbano, estas son las principales políticas que los invito a reflexionar:

  • De densificación. Para incrementar el área construida y la densidad de habitantes.
  • De intensificación. Promueven los usos mixtos y son contrarias a la mono funcionalidad.
  • Sobre la forma y tamaño de la ciudad. Protegen el territorio y buscan la eficiencia y sustentabilidad del uso del espacio.
  • Sobre la estructura urbana. Para definir sistemas de movilidad, de dotación de infraestructuras, y vinculadas a la ubicación de actividades productivas y áreas habitacionales.
  • Para el mercado inmobiliario y la tierra. Que activen la recuperación y revitalización de las áreas urbanas promoviendo el funcionamiento y operación del mercado inmobiliario.
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