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La lucha desde la oscuridad

José Ignacio González Velázquez ha tenido que valerse por sus propios medios para encontrar su camino después de lo sucedido. Aquel funesto día recibió un fuerte golpe en la cabeza, lo cual le trajo como consecuencia el daño irreversible de su vista. Antes de las explosiones, Nacho tenía un taller de carpintería en el cual reparaba todo tipo de muebles, por lo que su arte siempre descansó en la pericia de sus manos.

Hoy, y desde el día en que perdió la visión, ha destinado su existencia a cultivar ese don que tiene para realizar todo tipo de trabajos manuales. Por ello, ha creado más de 30 productos diferentes que elabora con materiales diversos, tales como plásticos, metales, madera y/o rafia; todos ellos con el firme objetivo de facilitar la vida cotidiana de las personas con ceguera total o parcial.