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Texto por: Juan Palomar.[su_spacer]

Pasillo de árboles en Av. González Gallo.

Los árboles y la ciudad es un esfuerzo por transmitir al lector la trascendencia, riqueza y alternativas posibles frente al fenómeno del árbol como elemento vivo y actuante en Guadalajara, a partir de la exposición realizada en Casa ITESO Clavigero en el 2012.

Presentación

Se quiere poner de manifiesto la esencial relación de la naturaleza, simbolizada por el árbol, con la ciudad. Una antigua sentencia reza “Dios creó el campo, el hombre las ciudades.” Así se establece la disyuntiva entre naturaleza y elaboración humana, en la que la presencia del árbol en las ciudades significa un gesto de reconciliación. La amistad del habitante de la urbe con  el medio natural encuentra en el hecho de plantar y conservar los árboles citadinos una cotidiana confirmación.

Muchas son las conocidas virtudes del arbolado urbano: incrementar la captación de agua para el subsuelo, atemperar los rigores climáticos, proporcionar sombra, proveer de oxígeno a cambio de la limpieza del aire, disminuir el nivel del ruido, retener polvos, mejorar radicalmente paisajes y perspectivas citadinas. Sin embargo, no pocas son las dificultades que el árbol experimenta para subsistir: plagas, podas abusivas, limitaciones derivadas de su emplazamiento y disposición que a veces terminan por marginarlo por completo del medio urbano.

Los árboles de la ciudad son un patrimonio viviente destinado a mejorar la vida de las actuales y las futuras generaciones. Conocerlos, apreciarlos y defenderlos es la única manera como podemos asegurar la conservación y el desarrollo de esta vital herencia. También, una revisión de la riqueza que en materia de arbolado guarda la ciudad, fue realizada por el Programa de Aplicación Profesional Árbol Con Sentido muestra los esplendores que, a pesar de todo, Guadalajara guarda en sus calles y espacios públicos.

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Algunos datos importantes

  • Dinámica del árbol
    • Los árboles oxigenan el aire, ayudan a reducir la erosión del suelo y contienen la radiación solar, así como el impacto de la lluvia y de los vientos.

     

    • También son fundamentales en la generación de materiales, alimentos, salud y plusvalía. Además proporcionan al paisaje colores, aromas, sonidos y texturas.

     

    • Su fronda retiene la humedad ambiental, transforma el bióxido de carbono en oxígeno, y es hábitat de algunos animales, como aves, insectos, reptiles y mamíferos.

     

    • Sus raíces contribuyen a retener el agua y nutrientes del suelo y son, además, hogar de una gran diversidad de fauna.

     

    • Los seres humanos para vivir necesitamos quince litros de oxígeno cada hora. Un área verde de 125 metros cúbicos  produce el oxígeno que diariamente requiere una persona.

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La Jacaranda

Semilla de jacaranda.
Pintura de Jorge Martínez

Desde su introducción en nuestra ciudad la jacaranda se ha convertido en una de las especies más emblemáticas de entre las que pueblan nuestro paisaje urbano. Su nombre científico es jacaranda mimosifolia. Su presencia a lo largo del año es discreta y efectiva, sin embargo, llegada la primavera su floración transfigura los espacios donde se encuentra dándoles siempre un aura recordable. La forma frecuentemente ondulante de sus ramas y su cambiante follaje le confieren a su estampa insospechadas cualidades paisajísticas.

Este es un ejemplo del tratamiento que las demás especies que pueblan la ciudad podrían recibir. Cada una de ellas encierra características y particularidades cuyo conocimiento podría volver más atenta su conservación y más disfrutable su presencia.

Bien lo vio el poeta Salvador Novo en una visita que realizó a la ciudad:

Yo te miro, flor, tender el vuelo

y posarte en los árboles; te miro […]

cubrir con tu velo de crepúsculo triste

la jacaranda de Guadalajara

que inmola alfombras tenues a los pasos románticos.

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Arbolado urbano

Corredor de Tabachines en la ciudad

Los conjuntos de árboles de una sola o varias especies confieren a los entornos en que se ubican una definitiva caracterización. Así, el grupo de ejemplares es capaz de tejer en ocasiones un verdadero microclima y crear un ambiente propicio al tránsito sosegado y al disfrute de la ciudad. No es su menor virtud constituir el refugio de las bandadas de pájaros que allí habitan y que acentúan con sus cantos las horas de la jornada. Una arboleda bien concebida y conservada entrega muy gratas perspectivas citadinas que vuelven memorable su visión y deseable su proximidad.

Una de las razones más importantes para proteger y promover los conjuntos de árboles en el contexto de la ciudad reside en la identidad que estos conjuntos proporcionan a los entornos en donde se ubican. Esta identidad reafirma y facilita la pertenencia del individuo a la comunidad y crea un vínculo reconocible para sus integrantes.

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Los males que acechan

Ejemplos de muérdago

“Muérdago” es el nombre común para las plantas parásitas de los árboles y arbustos. Se le denomina de muchas maneras, por ejemplo, en nuestro país se le conoce también como malojo, injerto, corrigüelas y tepalcayos. En inglés recibe el nombre de mistletoe, que significa “excremento de ave”.

Los muérdagos parasitan el tallo de árboles y arbustos, se desarrollan en la bifurcación de las ramas a partir de las semillas deyectadas por algún pájaro. De los árboles hospederos obtiene el sustento para vivir, produciéndole enfermedades y trastornos; por ello, constituyen uno de los mayores peligros para los árboles urbanos.

La especie Struthanthus interruptus es la de mayor diseminación en el Estado de Jalisco, y parasita jacarandas, casuarinas, eucaliptos, fresnos y thujas. En la Zona Metropolitana de Guadalajara existen los tres tipos de muérdagos que aquí se presentan.

1. Gaiadendron punctatum

2. Psittacanthus calyculatus (DC) Don

3. Struthanthus interruptus (Kunth) Blume

Afectaciones  en  el desarrollo de los arboles urbanos:

Pintura de Enrique Hernández

Dentro de la problemática que presentan los arboles urbanos durante su desarrollo, y ya en estado adulto, son las perturbaciones fisiológicas producto de diferentes agresores como las plagas, enfermedades, plantas parásitas y daños mecánicos o agresiones físicas, que los debilitan, los invaden, los mutilan, los desprecian o les causan la muerte.

a) Plagas y enfermedades biológicas

Son los insectos barrenadores, masticadores, descortezadores y chupadores; así como plantas parásitas, como el muérdago, que al hospedarse en el árbol lo agreden; pero el daño más significativo para los árboles son los patógenos que éstos pueden portar (hongos, bacterias y virus) y que son causantes de enfermedades que los afectan y pueden causarles la muerte.

b) Plagas y enfermedades urbanas

Son los agentes que al igual que los insectos, dañan la estructura fisiológica del árbol, operan con  químicos desecantes, procedimientos mecánicos como podas agresivas,  anillados y mutilaciones, que desbalancean, deforman y debilitan; pero a diferencia de los anteriores, éstos agentes operan con la intención de desplazarlos o arrancarlos de su espacio.

c) Podas

Modificación que sufre la estructura de un árbol por medios mecánicos. Sus fines pueden ser variados. Los estéticos, de balanceo, de levantamiento de follaje, de manejo fitosanitario, de rejuvenecimiento, de floración, entre muchas otras más. Las podas realizadas en tiempo y en las formas adecuadas, son benéficos para los árboles, pues representan un estímulo para el desarrollo del árbol. No obstante, la falta de capacitación de quien realiza estas labores puede ocasionar prejuicios y daños irreversibles en un árbol.

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Presencia y ausencia de un árbol

Un solo árbol, cuando tiene la presencia y el poderío de la primavera que se aprecia en la primera gráfica, es capaz de promover y aún de transfigurar un medio urbano determinado, por más anodino o irrelevante que éste pueda ser. Comparando las imágenes, es evidente que la ausencia de un solo árbol resulta en una pronunciada aridez que vuelve el paisaje urbano más ajeno y hostil. Este ejercicio virtual es, desgraciadamente, muchas veces llevado a cabo en la realidad, con los resultados descritos.

Es necesario hacer consciente a la población y a los propietarios de fincas frente a las que los árboles se encuentran de la alta valía y significación de éstos y de la responsabilidad de su conservación y acrecentamiento en beneficio de toda la comunidad.

Fotografía de Mito Covarrubias / Edición de Emma Urbina

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Herbario

Un herbario es una colección de plantas secas, prensadas, sujetas con papel engomado en cartulinas de 45 x 30 cm., en la que cada ejemplar está acompañado de una etiqueta con algunos datos botánicos. Los herbarios se originaron en la Edad Media, cuando se resguardaban  ciertas “hierbas” entre los pliegos de libros manuscritos, en los que se anotaban además sus características y el uso que tenían.

En nuestros días persiste la tradición de formar este tipo de colecciones de plantas desecadas, gracias a las cuales es posible conocer la flora de un lugar, de una región o de un país. Y hoy, el término herbario designa igualmente a colecciones de plantas vivas cuyo propósito es el estudio y la investigación, pero también se aplica al lugar donde se conserva este tipo de acervos.

Muestra del herbario del ITESO

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El campus ITESO

A lo largo de más de cincuenta años, el campus del ITESO ha evolucionado grandemente. De los primitivos maizales que rodearon los incipientes edificios que comenzaron a construirse se ha transitado gradualmente a un conjunto de jardines y arboledas que convierten al campus en un verdadero jardín botánico. La reducida densidad de construcción que ha sido observada cuidadosamente y las tareas sostenidas de quienes han plantado y cuidado la vegetación han rendido generosos frutos a lo largo de las décadas.

Actualmente el ITESO alberga en sus 45 hectáreas cerca de tres mil árboles que corresponden a más de 280 especies, muchas de ellas endémicas, de cierta rareza o aún en peligro de extinción. Esta biodiversidad única le da al campus una identidad singular entre las universidades del país. Los servicios ambientales que este conjunto aporta benefician a una extensa zona del sur de la ciudad que ha venido adquiriendo un cada vez mayor grado de urbanización. Cada árbol del campus tiene su respectiva ficha de registro y seguimiento lo que asegura un cuidado efectivo de todos los ejemplares. Los viveros contienen ya más de dos mil árboles en desarrollo. La madurez alcanzada ahora por gran número de árboles garantiza una alta calidad ambiental y paisajística para nuestra universidad.

Haz click aquí para ver la Galería

PAP Árbol con Sentido

Una revisión de la riqueza que en materia de arbolado guarda la ciudad, es lo que realiza el Programa de Aplicación Profesional (PAP) Árbol Con Sentido, y que muestra los esplendores que, a pesar de todo, Guadalajara guarda en sus calles y espacios públicos. A través de estos ejercicios los profesores Mito Covarrubias y Óscar Castro, y estudiantes del Departamento del Hábitat y Desarrollo Urbano del ITESO han venido realizando sistemáticamente un registro y catalogación de múltiples árboles en el contexto urbano. Situarlos e identificarlos, observarlos, realizar cuidadosas fotografías apropiadas a cada caso, captar los distintos momentos en su ciclo natural: los árboles se convierten así en el objeto de una práctica que tiene como centro su papel promotor de la calidad de vida en la ciudad.

El nombre del programa entrega la clave de todo el ejercicio: encontrar el sentido y la razón del árbol y, a través de su registro y observación, establecer vínculos prácticos y afectivos no solamente con ciertos ejemplares sino con la ciudad que los alienta.

Para conocer las imágenes creadas en el Proyecto, junto con la ficha técnica de los árboles investigados, puedes entrar al siguiente link:

Galería del PAP Árbol con Sentido

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La Primavera

Haz clic en la imagen para agrandarla

En el contexto natural en el que se asienta Guadalajara se destacan dos grandes elementos naturales. La barranca de Oblatos o de Huentitán y el bosque de la Primavera. Este bosque constituye uno de los principales recursos ambientales de la región y es el centro de múltiples preocupaciones.

Los hechos de abril de 2012, en los que más de ocho mil hectáreas de su superficie fueron afectadas por las llamas, hacen evidente una vez más, la fragilidad de su ecosistema y la urgencia de su adecuada conservación. A través de un registro de las notas periodísticas aparecidas con motivo del incendio se pone de manifiesto la gravedad de una cuestión que atañe a toda la ciudad y a la región. La suerte de la Primavera está indisolublemente ligada a la de la comunidad humana que se asienta en la extensa zona conurbada de Guadalajara.

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Agradecimientos:

Juan Carlos Romero, Juan José Doñán, Juan Ignacio Ulacia, Armando González.