Una red para cuidar de todas y todos

 

La Red Nacional de Organismos Civiles de Derechos Humanos Todos los Derechos para Todas y Todos (Red TDT) está por cumplir 27 años de crear mecanismos de participación y articulación entre organizaciones de la sociedad civil: más de 84 agrupaciones cuyo objetivo principal es la protección y la difusión de los Derechos Humanos. La oficina de occidente agremia, entre otras organizaciones, al Programa Institucional de Derechos Humanos y Paz del ITESO.

Pero, ¿cuáles son las prioridades de esta organización de organizaciones? Quetzalcóatl G., encargado del área de comunicación, lo explica: “Nos preocupamos por las organizaciones más pequeñas, porque son las más vulnerables”.

La tarde de agosto en que el activista responde a nuestra llamada, la agenda no había sido sencilla. Apenas el 28 de este mes, la Red TDT lanzó una acción urgente: un llamado de auxilio para que organizaciones civiles y activistas visibilicen un problema que, de no ser resuelto pronto, ocasionaría daños irreparables en la vida de una o más personas.

El caso específico es un llamado para atender la crisis de seguridad que se vive en la Estancia del Migrante González y Martínez, en Querétaro, y en el albergue La 72, en Tabasco. En ambos casos se siguen incrementando los hechos de violencia, hostigamiento y represión en contra de activistas y personas que están en tránsito.

“Uno de los principales logros es el crecimiento constante. Hace unos meses éramos 80 organizaciones impulsando y cubriendo más espacios en el territorio. Ahora estamos dando cobertura a las organizaciones que trabajan directamente en los distintos estados de la República”.

Aunque tienen oficinas en la Ciudad de México, cuentan con cinco divisiones regionales, lo que los hace estar mejor organizados para afrontar las necesidades que se van presentando. Sobre los retos que enfrentan, el integrante de la Red afirma que, desde la capital del país, tratan de visibilizar asuntos relacionados con los problemas que se enfrentan los ciudadanos y defensores de derechos humanos.

“Este influjo positivo que dan los Derechos Humanos logramos ‘horizontalizarlo’, en una suerte de hermandad, pues al estar todas las organizaciones juntas en red, tenemos una mejor cobertura. Uno de los principales retos es ver cómo podemos visibilizar la situación adversa a los colectivos y los defensores, cómo podemos minimizar los riesgos en el ejercicio de la defensa a lo largo de estos años”.

Red TDT

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Mujeres que trabajan por las mujeres

Isabel Sandoval, integrante del Foro de Mujeres por la Vida y del Frente Amplio de Resistencia Popular de San Pedro Sula. Foto: Florencia Goldsman.
Isabel Sandoval, integrante del Foro de Mujeres por la Vida y del Frente Amplio de Resistencia Popular de San Pedro Sula. Foto: Florencia Goldsman.

Mujeres caucásicas, aztecas y mayas, afrodescendientes, mestizas, mulatas, kuna y ngäbe integran la red de Las Petateras que trabaja en México, Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Panamá y Costa Rica, en la búsqueda de nuevas formas de hacer política en la región.

Este grupo feminista nació en 2006 a partir del encuentro Reinventando los Feminismos del Futuro, apoyado por Hivos, organización internacional con sede en Holanda que impulsa proyectos dedicados a combatir la inequidad, la discriminación y el abuso de poder. Desde entonces trabaja en pro de los derechos de las mujeres como contrapeso al modelo político económico de desigualdad y de violación a los derechos humanos, laborales, sociales y culturales que han empobrecido a la mayoría de las mujeres en dichos países.

Las Petateras llevan a cabo encuentros en la región y desde 2012 cuentan con un Observatorio de Transgresión Feminista, desde el que ponen en práctica la metodología y la acción política con que buscan apoyar, visibilizar y proteger las acciones transgresoras de mujeres para desafiar y transformar los sistemas y prácticas de poder patriarcal. Por medio de la escuela Mar de Cambios, en 2010 crearon un espacio de introspección para trabajar en talleres para una cultura emancipatoria.

Las Petateras

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Por los derechos laborales en la industria electrónica

Imagen de una maquiladora de componentes electrónicos. Foto: James Hardy/EFE
Imagen de una maquiladora de componentes electrónicos. Foto: James Hardy/EFE

Con medio millar de empresas, inversiones millonarias, más de 55 mil empleos y exportaciones superiores a los 18 mil millones de dólares (sólo el año pasado), la industria electrónica de Guadalajara se ve a sí misma como el Valle del Silicio de México.

Pero, si se acerca la mirada, la estatua construida por empresas trasnacionales y políticos locales muestra sus grietas.

Debido a la cercanía con Estados Unidos, al buen nivel de inglés, a la presencia de universidades de calidad y a una buena relación entre empresas y gobierno, aunque también debido a la mano de obra barata, a las autoridades que prefieren no ver violaciones a los derechos laborales y a los sindicatos que representan sólo los intereses de sus líderes, trabajar en la electrónica nunca ha sido tan idílico como sus representantes presumen.

Muestra de esto es que, hace diez años, se hizo necesaria la creación de la Coalición de Extrabajadoras(es) y Trabajadoras(es) de la Industria Electrónica Nacional (Cetien), cuyo objetivo es conocer, promover y defender los derechos humanos laborales, a través de capacitación y desarrollo, para lograr una mejor calidad de vida.

Este colectivo, que pone en riesgo su empleo todos los días, cree en la construcción de un mundo más justo, en el que el trabajador reciba la seguridad de que sus derechos serán respetados. El camino ha sido difícil, pero esperanzador. Sólo como ejemplo, en agosto pasado arrancó la primera Escuela Sindical: todos los domingos, los trabajadores activos de la electrónica aprenden acerca de sus derechos: ellos quieren que el Valle del Silicio también reverdezca para ellos.

Cetien

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:: “Diez años y seguimos por más”.

 

Bordados por la memoria

Teresa Sordo tiene registrado en la memoria cada domingo que pasó entre marzo de 2012 y noviembre de 2014. Fielmente, cada semana acudía al Parque de la Revolución, en el centro de Guadalajara, para bordar la barbarie de un país.

Era 2012, el final del sexenio de Felipe Calderón. Un grupo de activistas se reunió en torno a un mismo objetivo: visibilizar el tamaño de una estadística. Los muertos del sexenio no son números. Tienen nombres y familiares y dejaron este mundo en circunstancias lamentables. Y eso debía plasmarse en algún lado, aunque fuera en un pañuelo.

En esos más de dos años, quienes integran el colectivo Bordamos por la Paz bordaron más de tres mil pañuelos con los nombres de las personas asesinadas y desaparecidas en el sexenio 2006-2012. Pero como el infierno no acabó con el regreso del PRI a la presidencia, siguieron haciendo su trabajo hasta que las autoridades municipales de Guadalajara les impidieron el acceso al “Parque Rojo”.

La activista, que hoy en día vive en la Ciudad de México, hace un balance en perspectiva de lo que ocurrió: “Perdimos el lugar en donde se podía hablar de lo que se estaba pasando y hacer catarsis. Nosotros acompañamos causas; no digo que sea indispensable nuestra presencia, pero sí creo que se perdió el sitio”.

Entre las cosas que más recuerda Teresa Sordo está la solidaridad de las familias. “Todos devolvían los pañuelos. Los que se llevaban diez o cinco a sus casas, todos regresaban con los pañuelos bordados”.

Ahora los pañuelos siguen más vivos que nunca. Se prestan para exposiciones en cualquier parte de México y el mundo.

Bordamos por la Paz

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En defensa de quienes trabajan

Obreras que han iniciado demandas laborales contra empresas de la industria electrónica en Jalisco. Foto: Natalia Fregoso.
Obreras que han iniciado demandas laborales contra empresas de la industria electrónica en Jalisco. Foto: Natalia Fregoso.

En un estado en el que todos los días se presume el aumento en las cifras de empleo y la llegada de millonarias inversiones, hay una realidad que las autoridades parecen no ver: la calidad de los trabajos.

Malos salarios, ausencia de prestaciones, simulación de representación sindical, acoso laboral y hasta sexual, son parte de la historia cotidiana en la entidad.

Uno de los organismos que más han documentado este fenómeno es el Centro de Reflexión y Acción Laboral (Cereal), un proyecto de Fomento Cultural y Educativo, la principal obra de educación popular de los jesuitas en México.

El Cereal inició actividades en Guadalajara en 1997, y a lo largo de estos 20 años ha otorgado cerca de 16 mil asesorías jurídicas a trabajadores de bajos recursos, de forma gratuita.

También ha impartido 22 diplomados en derechos humanos laborales en conjunto con el ITESO, publicado siete informes sobre condiciones laborales en la industria electrónica de México, acompañado más de 20 movilizaciones colectivas de trabajadores, resuelto más de 3 mil casos laborales por medio del diálogo con las empresas, producido y distribuido más de 40 mil ejemplares de folletos educativos y organizado diez encuentros nacionales de trabajadores del sector de alta tecnología.

Mediante esas acciones, Cereal ha contribuido al fortalecimiento de una cultura laboral basada en la legalidad, la ética empresarial y el comportamiento responsable de los trabajadores. Pero, sobre todo, ha elevado la competencia de los trabajadores para defenderse por medio de la capacitación en derechos laborales y ayudado a que se restituyan los derechos individuales y colectivos de miles de ellos que han sido víctimas de algún abuso.

Cereal

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:: Teléfono: 3614-8095

:: “Cereal: 20 años al servicio de los trabajadores”.

 

Entre el dolor y la esperanza

Foto: La Jornada Veracruz
Foto: La Jornada Veracruz

Julio Sánchez Pasillas lleva cinco años buscando a su hija, Thania Sánchez Aranda, quien tendría hoy 28 años. En enero de 2017, después de una reunión con sus compañeros de desgracia, se preguntó por qué seguir buscando a su ser querido en las fosas y no en las calles. Por qué seguir con la idea de que no existe más remedio que encontrar los restos de quien lleva sus apellidos.

“Entonces, nosotros pensamos en una idea muy básica: ¿qué no existe el 50 por ciento de probabilidades de encontrarla muerta y 50 por ciento de probabilidades de encontrarla viva? Ése es el fifty-fifty con el que inició la Caravana Internacional de Búsqueda en Vida”, dice este hombre que reside en Torreón.

En mayo pasado se organizó la primera jornada, que incluyó la visita a cinco ciudades de Coahuila. En los dos días que estuvieron en cada municipio, los integrantes de la Caravana (que empezaron siendo 45 y acabaron siendo casi un centenar) celebraron misas para tratar de incidir en los delincuentes arrepentidos. Visitaron universidades, nosocomios, centros penitenciarios y unidades médicas de control de enfermedades sexuales.

“También nos interesaba hablar con las trabajadoras sexuales, porque muchas están ahí por necesidad y por decisión propia. Pero no todas. Y para nosotros era importante saber si podían ayudarnos a buscar a nuestros familiares”.

Aunque no pudieron encontrar a nadie en esta primera incursión, “lo importante fue crear una metodología de trabajo. Sumar esfuerzos y sembrar conciencia de que la gente es la que puede salvar a la gente”, dice este padre de familia vía línea telefónica. La Caravana Internacional tendrá una segunda edición en noviembre próximo. Buscará tener presencia en Guerrero, y entre los municipios que pretende pisar están los emblemáticos Acapulco e Iguala, que han estado marcados por la violencia en la última década.

Caravana Internacional de Búsqueda en Vida

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Que la ciencia ayude a encontrarlos

Juana Solís durante la exhumación de su hija, Brenda Damaris González. Foto: Daniel Becerril / Reuters.
Juana Solís durante la exhumación de su hija, Brenda Damaris González. Foto: Daniel Becerril / Reuters.

Luego de tres años de búsqueda, Mirna Nereida Medina Quiñónez encontró a su hijo. Sus restos estaban en un predio de El Fuerte, Sinaloa. Ella pudo identificarlo gracias a los estudios de ADN que practicó la Fiscalía de Sinaloa.

Con éste, suman 94 los cuerpos identificados mediante estas prácticas. El esfuerzo de la ciudadanía se ve reflejado así: tomó el problema y la solución en sus manos, sin esperar la respuesta del gobierno.

Julia Alonso Carbajal, presidenta de Ciencia Forense Ciudadana, señala que la organización nació en 2014 por “una desgracia tremenda que vivimos en México. Al ver que el Estado no ha hecho lo que tenía que hacer, las familias nos dimos a la tarea de hacer búsquedas de nuestros desaparecidos”.

Cuenta Julia, vía telefónica desde Guerrero, que cuando las familias reciben la noticia de que uno de sus seres queridos está desaparecido, desconocen las herramientas tecnológicas y científicas de que pueden disponer para localizarlo. Las familias han optado por capacitarse y comenzar a buscar fosas clandestinas, en lugar de esperar los resultados de las indagatorias e investigaciones de las policías locales.

En los inicios de la organización recibieron el apoyo de una institución inglesa, Gobernanza Forense Ciudadana, que les financió mil 500 muestras de ADN para que iniciaran su propio banco de sangre y de datos.

Hoy día, esta organización tiene contacto con personas que realizan búsquedas ciudadanas en Baja California, Tamaulipas, Estado de México, Jalisco y Sinaloa, donde Mirna encontró a su hijo Roberto. Y donde nació la organización paralela Las Rastreadoras del Fuerte.

“Lo que se necesita es que la gente se arme de huevos, que diga ‘¡ya estuvo!’ Que los hombres dejen de pagar por sexo, que las personas conozcan a sus vecinos, que los jóvenes hagan conciencia de lo que implica vivir en la delincuencia”.

Ciencia Forense Ciudadana

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:: “Gobernanza Forense Ciudadana: la búsqueda más dolorosa”.

 

Organizados para informar mejor

Imagen tomada durante el III Taller Nacional de Defensa de los Derechos Humanos desde la Comunicación, impartido en el Centro ProDH. Foto: periodistasdeapie.org.mx
Imagen tomada durante el III Taller Nacional de Defensa de los Derechos Humanos desde la Comunicación, impartido en el Centro ProDH. Foto: periodistasdeapie.org.mx

Todos son buscadores. Son padres, hermanos y madres que tienen un familiar desaparecido y, ante la ineficiencia de las autoridades, son ellos los que buscan entre los matorrales, en los cerros y en cualquier lugar donde alguna información sugiera que ahí podrían encontrarlos. Las historias de Mario, Silvia, Alma Rosa y Graciela tienen en común que las autoridades no les han informado sobre el paradero de sus familiares. Ellos se enfrentan a “un trato de indolencia”, como lo documentó Amnistía Internacional en su informe sobre desapariciones en México

Desde el periodismo, la Red de Periodistas de a Pie documentó sus historias y, a través del portal Pie de Página, dio a conocer que hay “Buscadores en un país de desaparecidos”. Éste es uno de los trabajos que la red ha investigado, como lo hizo también al indagar sobre la masacre de los 72 migrantes asesinados en San Fernando, Tamaulipas.

En 2007 surgió esta red, fundada por la periodista Marcela Turati y a la que se fueron sumando periodistas de diferentes estados del país. “La apuesta que nosotros hicimos y que seguimos haciendo es mejorar la calidad del periodismo y fortalecer el periodismo en los estados”, comparte Daniela Pastrana, quien forma parte de la red.

Sus integrantes trabajan impulsando a colectivos y organizaciones de periodistas en los estados, con especial interés en su seguridad digital, un área de trabajo coordinada por Jade Ramírez, también integrante.

Periodistas de a Pie ha contribuido a la capacitación de periodistas y también a la generación de información con sentido social, como lo hace por medio de su publicación En el camino. Migración más allá de las vías, dirigida a las personas migrantes. La red ha recibido importantes premios y reconocimientos a escalas nacional e internacional. Daniela Pastrana insiste en que se trata de un esfuerzo colectivo: “No es que la red lo haya hecho sola, lo han hecho los periodistas que integramos la red, que ha sido una discusión de hace diez años”, resalta, y añade que con estas herramientas se busca “defender la opción de vida de hacer periodismo” en un contexto de violencia como el de México

Este colectivo continúa con la organización de talleres, seminarios y foros para capacitar a periodistas, así como con la publicación de trabajos en el portal Pie de Página y en Rompevientos, programa de televisión a través de internet.

Red de Periodistas de a Pie

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Pie de Página

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Juntas y fuertes para seguir vivas

Es el juzgado décimo de lo penal. Una familia espera justicia mientras que los agresores bajan la cabeza cuando escuchan los argumentos de la abogada que los representa.

Es el 15 de marzo de 2016, día de la última audiencia del feminicidio de Imelda Virgen, asesinada en 2012 por órdenes de su esposo. Dos historias coinciden en la misma sala: la de Sofía Virgen, hermana de Imelda, y la de la abogada Alejandra Cartagena, hija de Leticia Galarza Campos, desaparecida durante la Guerra Sucia en México.

Sofía nunca ha dejado de exigir justicia por el crimen contra su hermana, una profesora de la Universidad de Guadalajara. Su caso es considerado por organizaciones civiles como el primer feminicidio ocurrido en Jalisco después de la tipificación de este delito. Alejandra ha acompañado a las familia de las víctimas de feminicidios en Jalisco como abogada y representante del Comité de América Latina y el Caribe para la defensa de los derechos de las mujeres (Cladem).

Ambas han coincidido, no sólo en el juzgado. Juntas han exigido justicia por medio del colectivo Queremos Seguir Vivas, que surgió como una iniciativa de las integrantes del círculo de estudios feministas de Cladem para protestar contra el incremento de feminicidios.

Alejandra Cartagena aún recuerda cómo 2010 fue detonador para el surgimiento del colectivo. En ese año asesinaron a Marisela Escobedo Ortiz, madre de Rubí, una joven asesinada en Ciudad Juárez. También asesinaron a Susana Chávez, quien creó el lema “Ni una muerte más”.

“Porque nos faltan sus risas, nos duele su ausencia, nos indigna su muerte…”: con este mensaje, diferentes colectivos de mujeres protestaron. El colectivo Queremos Seguir Vivas se sumó al grito de “Ni una menos”, un movimiento que surgió en 2015 en Argentina después del asesinato de Daiana García. La indignación desdibujó las fronteras.

“Tenemos diferentes formas de vivir y de sentir la violencia, siempre con el objetivo de que tenemos que prevenirla, tenemos que ser sororarias, tenemos que estar juntas. Juntas somos más fuertes; es como hemos hecho esta alianza para visibilizar la violencia y poder ayudar a otras mujeres”, explica Alejandra Cartagena.

Queremos Seguir Vivas protesta, en especial, cada 8 de marzo, Día de la Mujer, o el 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer. Es un contingente diverso, pero unido, integrado por la Agenda Feminista Jalisco, el Centro de Apoyo al Movimiento Popular de Occidente (CAMPO), el Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de las Mujeres (Cladem), el Instituto Mexicano de Desarrollo Comunitario (Imdec), Lesbianas en Patlatonalli y la Red por los Derechos Sexuales y Reproductivos de México (Ddeser Jalisco).

Queremos Seguir Vivas

:: Agenda Feminista Jalisco.

:: Cladem.

:: Ddeser.

:: Imdec.

Solidaridad para seguir informando

Fotografías de periodistas asesinados en 2017, usadas durante una protesta.
Fotografías de periodistas asesinados en 2017, usadas durante una protesta.

Son periodistas en activo. Trabajan entre la nota diaria, las investigaciones y las coberturas que surgen en el último minuto. Son periodistas que creen que para mejorar su ciudad es necesario que los periodistas se profesionalicen.

Cuando el ejército entró a las calles de Ciudad Juárez, las violaciones a los derechos humanos se incrementaron. Los homicidios, las desapariciones y masacres fueron noticia internacional. En medio de eso surgió, en 2011, la Red de Periodistas de Ciudad Juárez.

Luz del Carmen Sosa es una de las fundadoras de este colectivo. Ella comparte que la red fue creada “primero como un espacio de solidaridad y un lugar para el intercambio de las ideas entre periodistas. Esto nos ayudó a enfrentar miedos, a caminar juntos. A fortalecernos para no claudicar ante una sociedad que, más que nunca, requería, y requiere, estar bien informada”.

Para apostarle a la profesionalización del gremio organizan conferencias y talleres. Desde la red han expresado su solidaridad con periodistas amenazados y han exigido justicia por los asesinatos de periodistas, como el de la corresponsal de La Jornada, Miroslava Breach Velducea.

Los periodistas de Ciudad Juárez saben lo que es trabajar en un contexto adverso. Ahora continúan su labor en medio de la hostilidad del gobernador de Chihuahua, Javier Corral, intolerante a los cuestionamientos de la prensa. La Red de Periodistas de Ciudad Juárez tiene claro que aún hay mucho por hacer.

Red de Periodistas de Ciudad Juárez

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