Migración justa y con dignidad

Jóvenes migrantes en las instalaciones de FM4. Foto: facebook/FM4
Jóvenes migrantes en las instalaciones de FM4. Foto: facebook/FM4

Unos huyen de la pobreza; otros, de la violencia. Todos tienen como objetivo alcanzar el llamado “sueño americano”. Pero antes hay que pasar por un país, México, que puede convertir el viaje en una pesadilla.

Por eso, para más de 30 mil de ellos, FM4 Paso Libre ha sido un oasis en un entorno de hambre, carencias, asaltos, extorsiones y, a veces, situaciones peores.

Se trata de una organización sin fines de lucro, constituida por activistas, académicos, estudiantes, profesionistas, religiosos, padres de familia, donadores, voluntarios y miembros permanentes, quienes trabajan juntos para que el paso de las personas migrantes por la Zona Metropolitana de Guadalajara sea más digno y justo.

FM4 Paso Libre brinda comida, ropa, artículos de higiene personal, medicamentos, información general y asesoría jurídica a los migrantes, en una labor guiada por valores como la solidaridad, la dignidad, el respeto, la justicia, el compromiso, la interculturalidad y la promoción de los derechos humanos.

La iniciativa surgió en 2007 cuando un grupo de estudiantes que fueron voluntarios en diferentes casas del migrante a lo largo de la República decidió emprender un proyecto de intervención integral en la ciudad; en 2010 abrió oficialmente el Centro de Atención al Migrante (CAM) y, más de un año después del cierre de su comedor en la avenida Inglaterra, estrenó sede en la colonia Arcos Vallarta, en diciembre de 2016.

Sólo el año pasado, fm4 Paso Libre atendió a 6 mil 289 personas migrantes; la gran mayoría (6 mil 99) fueron hombres y, del total, siete de cada diez llegaron desde Honduras; el resto, de otras regiones de México, así como de El Salvador, Guatemala y Nicaragua.

FM4 paso libre

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:: Entrega de la medalla Fray Antonio Alcalde a FM4 Paso Libre.

 

Acompañar, servir y defender

Todos los que han sido apartados de sus hogares por los conflictos, los desastres humanitarios o las violaciones de los derechos humanos son parte de la misión confiada al Servicio Jesuita a Refugiados (JRS, por sus siglas en inglés), pues la enseñanza social de la Compañía de Jesús define como refugiados de facto a múltiples categorías de personas.

El Servicio es una organización internacional que trabaja en más de 50 países con la misión de acompañar, servir y defender los derechos de los refugiados y desplazados forzosos.

El JRS fue establecido en 1980 por Pedro Arrupe, SJ, quien era entonces Superior General de la Compañía de Jesús, como respuesta espiritual y práctica a la situación de los refugiados en aquel momento. Hasta finales de 2015, un total de 724 mil 550 personas se benefició directamente con sus proyectos.

 

Servicio Jesuita a Refugiados

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:: La historia de Samuel, un refugiado político ayudado por el JRS.

 

Una red para cuidar de todas y todos

 

La Red Nacional de Organismos Civiles de Derechos Humanos Todos los Derechos para Todas y Todos (Red TDT) está por cumplir 27 años de crear mecanismos de participación y articulación entre organizaciones de la sociedad civil: más de 84 agrupaciones cuyo objetivo principal es la protección y la difusión de los Derechos Humanos. La oficina de occidente agremia, entre otras organizaciones, al Programa Institucional de Derechos Humanos y Paz del ITESO.

Pero, ¿cuáles son las prioridades de esta organización de organizaciones? Quetzalcóatl G., encargado del área de comunicación, lo explica: “Nos preocupamos por las organizaciones más pequeñas, porque son las más vulnerables”.

La tarde de agosto en que el activista responde a nuestra llamada, la agenda no había sido sencilla. Apenas el 28 de este mes, la Red TDT lanzó una acción urgente: un llamado de auxilio para que organizaciones civiles y activistas visibilicen un problema que, de no ser resuelto pronto, ocasionaría daños irreparables en la vida de una o más personas.

El caso específico es un llamado para atender la crisis de seguridad que se vive en la Estancia del Migrante González y Martínez, en Querétaro, y en el albergue La 72, en Tabasco. En ambos casos se siguen incrementando los hechos de violencia, hostigamiento y represión en contra de activistas y personas que están en tránsito.

“Uno de los principales logros es el crecimiento constante. Hace unos meses éramos 80 organizaciones impulsando y cubriendo más espacios en el territorio. Ahora estamos dando cobertura a las organizaciones que trabajan directamente en los distintos estados de la República”.

Aunque tienen oficinas en la Ciudad de México, cuentan con cinco divisiones regionales, lo que los hace estar mejor organizados para afrontar las necesidades que se van presentando. Sobre los retos que enfrentan, el integrante de la Red afirma que, desde la capital del país, tratan de visibilizar asuntos relacionados con los problemas que se enfrentan los ciudadanos y defensores de derechos humanos.

“Este influjo positivo que dan los Derechos Humanos logramos ‘horizontalizarlo’, en una suerte de hermandad, pues al estar todas las organizaciones juntas en red, tenemos una mejor cobertura. Uno de los principales retos es ver cómo podemos visibilizar la situación adversa a los colectivos y los defensores, cómo podemos minimizar los riesgos en el ejercicio de la defensa a lo largo de estos años”.

Red TDT

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Mujeres que trabajan por las mujeres

Isabel Sandoval, integrante del Foro de Mujeres por la Vida y del Frente Amplio de Resistencia Popular de San Pedro Sula. Foto: Florencia Goldsman.
Isabel Sandoval, integrante del Foro de Mujeres por la Vida y del Frente Amplio de Resistencia Popular de San Pedro Sula. Foto: Florencia Goldsman.

Mujeres caucásicas, aztecas y mayas, afrodescendientes, mestizas, mulatas, kuna y ngäbe integran la red de Las Petateras que trabaja en México, Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Panamá y Costa Rica, en la búsqueda de nuevas formas de hacer política en la región.

Este grupo feminista nació en 2006 a partir del encuentro Reinventando los Feminismos del Futuro, apoyado por Hivos, organización internacional con sede en Holanda que impulsa proyectos dedicados a combatir la inequidad, la discriminación y el abuso de poder. Desde entonces trabaja en pro de los derechos de las mujeres como contrapeso al modelo político económico de desigualdad y de violación a los derechos humanos, laborales, sociales y culturales que han empobrecido a la mayoría de las mujeres en dichos países.

Las Petateras llevan a cabo encuentros en la región y desde 2012 cuentan con un Observatorio de Transgresión Feminista, desde el que ponen en práctica la metodología y la acción política con que buscan apoyar, visibilizar y proteger las acciones transgresoras de mujeres para desafiar y transformar los sistemas y prácticas de poder patriarcal. Por medio de la escuela Mar de Cambios, en 2010 crearon un espacio de introspección para trabajar en talleres para una cultura emancipatoria.

Las Petateras

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Por los derechos laborales en la industria electrónica

Imagen de una maquiladora de componentes electrónicos. Foto: James Hardy/EFE
Imagen de una maquiladora de componentes electrónicos. Foto: James Hardy/EFE

Con medio millar de empresas, inversiones millonarias, más de 55 mil empleos y exportaciones superiores a los 18 mil millones de dólares (sólo el año pasado), la industria electrónica de Guadalajara se ve a sí misma como el Valle del Silicio de México.

Pero, si se acerca la mirada, la estatua construida por empresas trasnacionales y políticos locales muestra sus grietas.

Debido a la cercanía con Estados Unidos, al buen nivel de inglés, a la presencia de universidades de calidad y a una buena relación entre empresas y gobierno, aunque también debido a la mano de obra barata, a las autoridades que prefieren no ver violaciones a los derechos laborales y a los sindicatos que representan sólo los intereses de sus líderes, trabajar en la electrónica nunca ha sido tan idílico como sus representantes presumen.

Muestra de esto es que, hace diez años, se hizo necesaria la creación de la Coalición de Extrabajadoras(es) y Trabajadoras(es) de la Industria Electrónica Nacional (Cetien), cuyo objetivo es conocer, promover y defender los derechos humanos laborales, a través de capacitación y desarrollo, para lograr una mejor calidad de vida.

Este colectivo, que pone en riesgo su empleo todos los días, cree en la construcción de un mundo más justo, en el que el trabajador reciba la seguridad de que sus derechos serán respetados. El camino ha sido difícil, pero esperanzador. Sólo como ejemplo, en agosto pasado arrancó la primera Escuela Sindical: todos los domingos, los trabajadores activos de la electrónica aprenden acerca de sus derechos: ellos quieren que el Valle del Silicio también reverdezca para ellos.

Cetien

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:: “Diez años y seguimos por más”.

 

En favor de los dreamers

Diana Martínez fue detenida durante una protesta luego de anunciarse que los llamados dreamers serían deportados. Foto: Mark Abramson.
Diana Martínez fue detenida durante una protesta luego de anunciarse que los llamados dreamers serían deportados. Foto: Mark Abramson.

Ante el anuncio, en agosto pasado, de la cancelación del programa DACA (Deferred Action for Childhood Arrival), que garantizaba a los jóvenes inmigrantes indocumentados proseguir con sus estudios en Estados Unidos, las redes jesuitas en aquel país se movilizaron de inmediato para brindar apoyo a los miles de dreamers que se verán afectados con la medida. Una de esas redes es Ignatian Solidarity Network (ISN), que desde 2004 trabaja por la justicia social, principalmente en el ámbito educativo y brindando asesoría legal a quienes luchan desde los sectores más marginados.

Al tiempo que las instituciones jesuitas de educación superior en Estados Unidos refrendaban su compromiso para seguir brindando educación a los jóvenes indocumentados e instaban a las autoridades de aquel país a dar solución a esta problemática, ISN ha emprendido diversas acciones de apoyo, una de las cuales es la Campaña por la Hospitalidad, que tiene su antecedente en iniciativas similares acometidas por redes jesuitas en América Latina y Europa. Lo que se busca ahora es hacer frente a los sentimientos xenófobos en América del Norte, ayudar a inmigrantes, refugiados y solicitantes de asilo, así como alentar a las comunidades a poner en práctica formas efectivas de hospitalidad, educación popular y asesoría legal.

Ignatian Solidarity Network

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Con los migrantes y contra la opresión

Por más de tres lustros, el Servicio Jesuita a Migrantes (SJM) ha llevado a cabo la misión de la Compañía de Jesús que precisa trabajar en la transformación de las actitudes y tendencias que engendran la injusticia y alimentan las estructuras de opresión.

Se trata de una organización internacional que ayuda a todos aquellos que son obligados a dejar su patria, amigos y familias, en búsqueda de una mejor vida.

El servicio pretende responder al fenómeno migratorio de manera integral y global, para ser un contrapeso a un problema que refleja una realidad estructural que empobrece y excluye.

En esta labor, el SJM colabora con muchas otras organizaciones que coinciden en el servicio a los migrantes y la defensa y la promoción de sus derechos humanos.

Su equipo, distribuido en Tecozaulta, Hidalgo; Frontera Comalapa, Chiapas; y la Ciudad de México, responde al deseo de servir a los migrantes en tránsito por el país, a aquellos paisanos que deciden emprender el camino a Estados Unidos, así como también a quienes han decidido asentarse en la zona sur de México.

Servicio Jesuita a Migrantes

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:: Teléfono: (55) 5527-5423

:: La historia de Douglas, un migrante salvadoreño.

 

En defensa de quienes trabajan

Obreras que han iniciado demandas laborales contra empresas de la industria electrónica en Jalisco. Foto: Natalia Fregoso.
Obreras que han iniciado demandas laborales contra empresas de la industria electrónica en Jalisco. Foto: Natalia Fregoso.

En un estado en el que todos los días se presume el aumento en las cifras de empleo y la llegada de millonarias inversiones, hay una realidad que las autoridades parecen no ver: la calidad de los trabajos.

Malos salarios, ausencia de prestaciones, simulación de representación sindical, acoso laboral y hasta sexual, son parte de la historia cotidiana en la entidad.

Uno de los organismos que más han documentado este fenómeno es el Centro de Reflexión y Acción Laboral (Cereal), un proyecto de Fomento Cultural y Educativo, la principal obra de educación popular de los jesuitas en México.

El Cereal inició actividades en Guadalajara en 1997, y a lo largo de estos 20 años ha otorgado cerca de 16 mil asesorías jurídicas a trabajadores de bajos recursos, de forma gratuita.

También ha impartido 22 diplomados en derechos humanos laborales en conjunto con el ITESO, publicado siete informes sobre condiciones laborales en la industria electrónica de México, acompañado más de 20 movilizaciones colectivas de trabajadores, resuelto más de 3 mil casos laborales por medio del diálogo con las empresas, producido y distribuido más de 40 mil ejemplares de folletos educativos y organizado diez encuentros nacionales de trabajadores del sector de alta tecnología.

Mediante esas acciones, Cereal ha contribuido al fortalecimiento de una cultura laboral basada en la legalidad, la ética empresarial y el comportamiento responsable de los trabajadores. Pero, sobre todo, ha elevado la competencia de los trabajadores para defenderse por medio de la capacitación en derechos laborales y ayudado a que se restituyan los derechos individuales y colectivos de miles de ellos que han sido víctimas de algún abuso.

Cereal

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:: Teléfono: 3614-8095

:: “Cereal: 20 años al servicio de los trabajadores”.

 

Entre el dolor y la esperanza

Foto: La Jornada Veracruz
Foto: La Jornada Veracruz

Julio Sánchez Pasillas lleva cinco años buscando a su hija, Thania Sánchez Aranda, quien tendría hoy 28 años. En enero de 2017, después de una reunión con sus compañeros de desgracia, se preguntó por qué seguir buscando a su ser querido en las fosas y no en las calles. Por qué seguir con la idea de que no existe más remedio que encontrar los restos de quien lleva sus apellidos.

“Entonces, nosotros pensamos en una idea muy básica: ¿qué no existe el 50 por ciento de probabilidades de encontrarla muerta y 50 por ciento de probabilidades de encontrarla viva? Ése es el fifty-fifty con el que inició la Caravana Internacional de Búsqueda en Vida”, dice este hombre que reside en Torreón.

En mayo pasado se organizó la primera jornada, que incluyó la visita a cinco ciudades de Coahuila. En los dos días que estuvieron en cada municipio, los integrantes de la Caravana (que empezaron siendo 45 y acabaron siendo casi un centenar) celebraron misas para tratar de incidir en los delincuentes arrepentidos. Visitaron universidades, nosocomios, centros penitenciarios y unidades médicas de control de enfermedades sexuales.

“También nos interesaba hablar con las trabajadoras sexuales, porque muchas están ahí por necesidad y por decisión propia. Pero no todas. Y para nosotros era importante saber si podían ayudarnos a buscar a nuestros familiares”.

Aunque no pudieron encontrar a nadie en esta primera incursión, “lo importante fue crear una metodología de trabajo. Sumar esfuerzos y sembrar conciencia de que la gente es la que puede salvar a la gente”, dice este padre de familia vía línea telefónica. La Caravana Internacional tendrá una segunda edición en noviembre próximo. Buscará tener presencia en Guerrero, y entre los municipios que pretende pisar están los emblemáticos Acapulco e Iguala, que han estado marcados por la violencia en la última década.

Caravana Internacional de Búsqueda en Vida

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Que la ciencia ayude a encontrarlos

Juana Solís durante la exhumación de su hija, Brenda Damaris González. Foto: Daniel Becerril / Reuters.
Juana Solís durante la exhumación de su hija, Brenda Damaris González. Foto: Daniel Becerril / Reuters.

Luego de tres años de búsqueda, Mirna Nereida Medina Quiñónez encontró a su hijo. Sus restos estaban en un predio de El Fuerte, Sinaloa. Ella pudo identificarlo gracias a los estudios de ADN que practicó la Fiscalía de Sinaloa.

Con éste, suman 94 los cuerpos identificados mediante estas prácticas. El esfuerzo de la ciudadanía se ve reflejado así: tomó el problema y la solución en sus manos, sin esperar la respuesta del gobierno.

Julia Alonso Carbajal, presidenta de Ciencia Forense Ciudadana, señala que la organización nació en 2014 por “una desgracia tremenda que vivimos en México. Al ver que el Estado no ha hecho lo que tenía que hacer, las familias nos dimos a la tarea de hacer búsquedas de nuestros desaparecidos”.

Cuenta Julia, vía telefónica desde Guerrero, que cuando las familias reciben la noticia de que uno de sus seres queridos está desaparecido, desconocen las herramientas tecnológicas y científicas de que pueden disponer para localizarlo. Las familias han optado por capacitarse y comenzar a buscar fosas clandestinas, en lugar de esperar los resultados de las indagatorias e investigaciones de las policías locales.

En los inicios de la organización recibieron el apoyo de una institución inglesa, Gobernanza Forense Ciudadana, que les financió mil 500 muestras de ADN para que iniciaran su propio banco de sangre y de datos.

Hoy día, esta organización tiene contacto con personas que realizan búsquedas ciudadanas en Baja California, Tamaulipas, Estado de México, Jalisco y Sinaloa, donde Mirna encontró a su hijo Roberto. Y donde nació la organización paralela Las Rastreadoras del Fuerte.

“Lo que se necesita es que la gente se arme de huevos, que diga ‘¡ya estuvo!’ Que los hombres dejen de pagar por sexo, que las personas conozcan a sus vecinos, que los jóvenes hagan conciencia de lo que implica vivir en la delincuencia”.

Ciencia Forense Ciudadana

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:: “Gobernanza Forense Ciudadana: la búsqueda más dolorosa”.