Justicia social para todos

Por Carlos Ortiz Tirado Kelly
Académico del Cifovis ITESO

Seguramente conoces a alguien que tuvo que salir de su lugar de origen para buscar mejores condiciones de vida. Si esta experiencia de por sí es difícil, lo es mucho más si provienes del campo a la ciudad, si eres originario de una comunidad indígena, si eres mujer o si vas de un país del sur a uno del norte. En este 2018 la ONU nos invita a aprovechar la celebración del Día Mundial de la Justicia Social  para poner nuestra atención en los trabajadores migrantes y su búsqueda de una vida mejor.

Desde 2007, la ONU estableció el 20 de febrero como el Día Mundial de la Justicia Social para apoyar las labores que buscan erradicar la pobreza y promover el empleo pleno y el trabajo decente, la igualdad entre los sexos y el acceso al bienestar social y a la justicia social para todos.

Sabemos que hoy los migrantes internacionales rondan los 258 millones. La ONU en esta ocasión pone en primer plano sus necesidades de empleo bien remunerado, con prestaciones suficientes, igualdad de género y condiciones laborales adecuadas. Sin lugar a dudas esto es de gran importancia, pero no podemos dejar de reconocer que esos aspectos están profundamente interconectados con otras dimensiones que intervienen para que tal cantidad de personas se vean obligadas a abandonar sus comunidades de origen. Así, al hablar de justicia social para los trabajadores migrantes, también habría que considerar:

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  • La creciente desigualdad global. En 2017 la riqueza de un pequeño grupo (2,043 personas) aumentó en 762,000 millones de dólares. Este incremento podría haber terminado con la pobreza extrema en el mundo hasta siete veces.
  • La pobreza. Más de la mitad de la población mundial sobrevive dentro de la franja entre los 2 y los 10 dólares al día. En México casi 1 de cada 2 personas viven en pobreza.
  • La escasa y mala alimentación. En el mundo se producen alimentos más que suficientes para todos. Sin embargo, 815 millones de personas padecen hambre (FAO, 2017).
  • Discriminación de la mujer. Las mujeres son casi la mitad de la población mundial (49.6%) y poco más de la mitad en México (50.7%). La desigualdad económica y la desigualdad de género están estrechamente relacionadas.
  • Las múltiples violencias: inseguridad, corrupción, mega concentraciones urbanas y abandono del campo, carencia de seguridad social (salud, vivienda, pensiones, entre otras) y criminalidad.
  • Las guerras. Los conflictos son el principal factor que impulsa el desplazamiento de la población. Se calcula que, en los últimos 60 años, 40% de las guerras civiles han estado relacionadas con los recursos naturales. Estas guerras corresponden a las decisiones de los principales corporativos globales, que se apropian de los recursos naturales y del valor del trabajo.
  • El deterioro del medio ambiente. Destaca, entre los múltiples problemas de la degradación ambiental, que más de 1,200 millones de personas no tienen acceso garantizado a agua potable. Esto provoca más de 10,000 muertes diarias, en su mayoría de niños.[/box]

En un panorama como el anterior, podemos entender que la justicia social, para los trabajadores migrantes y en general, exige ver más que solo una parte del problema, que sería un empleo digno. Es indispensable repensar la totalidad de los procesos sociales y sus interconexiones. Las estrategias parciales sobre migración, desigualdad y pobreza, si bien ayudan, no atacan las raíces de los problemas. Estas raíces se encuentran en un modelo cultural, político y económico impuesto por unos cuantos (el 1% de la población mundial, y que mayoritariamente son hombres) a costa de la gran mayoría, así como del medio ambiente. ¡La justicia social implica sí o sí un nuevo modelo civilizatorio!

Conocer estas raíces y construir un nuevo modo de vida no se logra simplemente con un ejercicio racional frío e individual, sino arriesgando también el corazón junto con otras personas. Estos grandes problemas solo se pueden enfrentar tejiendo redes comunitarias que cuiden la vida, la dignidad humana y de todas las especies, que promuevan las diversas identidades y culturas, en donde se valore el trabajo y no la riqueza. Por si ayuda, esto ya está sucediendo en una gran cantidad de rincones del planeta.

Para conocer más sobre el tema puedes consultar:

 

[box]¿Tienes algún comentario o duda? Contacta al autor: cortiz@iteso.mx[/box]

 

Los jardineros también hablan inglés

Por: Iliana Martínez Hernández, licenciada en Relaciones Internacionales por parte del ITESM campus Monterrey y miembro del Programa de Migración del Centro de investigación y Formación Social [CIFS-ITESO]

“La actuación de Demian Bichir hará más para hacer entender la injusticia que encierra la vida de los migrantes mexicanos en Estados Unidos, que todas mis publicaciones de 30 años sobre el mismo tema.” Tenía serías dudas sobre si atreverme a escribir este primer post sobre la nominación al Oscar de Bichir y su película “Una vida mejor” (Weitz, 2011). Felizmente las dudas se disiparon al leer el artículo del Dr. Jorge Bustamante en el diario Reforma (de donde extraigo la cita anterior), quien es considerado una de las voces académicas más destacadas en el tema de la migración.

A better lifeSin duda, resulta impactante que un académico de la talla del Dr. Bustamante (ex-relator de la Organización de las Naciones Unidas [ONU] en este mismo tema) le conceda tal importancia a la película y a la actuación del primer actor mexicano que es nominado al Óscar en esta categoría (o bien, el segundo, de acuerdo a los que consideran a Antonio Rodolfo Quinn Oaxaca como México-americano).

Sin embargo, el presente artículo no tiene la intención de hacer una reseña de la trama, ni calificar la calidad de la actuación de Bichir, ni hablar de los mexicanos que han sido nominados (como Lubezki está nominado por quinta ocasión), ni señalar la importancia que tiene para la comunidad mexicana en Estados Unidos (para ello lean el artículo del Dr. Bustamante. La intención de este post es reflexionar sobre tres aspectos políticos alrededor del film: primero, el contexto político en Estados Unidos. Segundo, porque nominan a Bichir y el discurso que maneja. Tercero, la reacción de la comunidad centroamericana, en particular la salvadoreña.

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