Solidaridad campesina en México: el caso de la ACDRA

Por: Guillermo Díaz Muñoz

“Aquí todo va de mal en peor. La semana pasada se murió mi tía Jacinta y el sábado, cuando ya la habíamos enterrado y comenzaba a bajársenos la tristeza, comenzó a llover como nunca. A mi papá eso le dio coraje, porque toda la cosecha de cebada sta asoleándose en el solar”. Juan Rulfo, “Es que somos muy pobres”, cuento de El Llano en llamas.

Como augurio de Juan Rulfo, México se ha convertido en una tragedia nacional, un escenario de barbarie que alcanza su clímax con los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa, en el estado de Guerrero, desaparecidos desde fines de septiembre de 2014. Con toda su rudeza, se trata apenas de la punta del iceberg dado que algunos cálculos señalan que en este país existe más de 22 mil desaparecidos y más de 100 mil muertos desde fines del año de 2006 a la fecha, producto de la guerra contra el crimen organizado emprendida por el Estado mexicano. De ahí que el propio Comité de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) contra la Desaparición Forzada, al presentar sus recomendaciones al gobierno mexicano en febrero de 2015, sostenga que las desapariciones forzadas en México son generalizadas y que la mayoría de ellas quedan impunes. En contrapartida, además de las múltiples manifestaciones masivas de repudio de la sociedad mexicana ante esta violencia estructural, numerosos grupos campesinos, indígenas y urbano-populares en todo el territorio nacional construyen día a día alternativas solidarias de diversos tipos. Es el caso de la Alianza Ciudadana para el Desarrollo Regional Alternativo en el sur del estado de Jalisco (ACDRA-SURJA), organización social de tipo territorial cuyo origen se remonta hacia fines de la década pasada. Esta organización surge por una iniciativa de una vinculación universitaria del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO) con el fin de articular las numerosas prácticas colectivas presentes en el sur de Jalisco desde la perspectiva de la construcción de alternativas al desarrollo territorial dominante en dicha región. La presente colaboración es parte de los productos derivados de esta asesoría y acompañamiento del ITESO, mediados por un proceso de Investigación Acción Participativa. De esta experiencia de solidarismo popular damos cuenta en el presente capítulo, partiendo de un acercamiento al modo de vida campesino en México para posteriormente compartir la experiencia de la ACDRA en sus diversas dimensiones ciudadanas tomando en consideración los modos de vida, las prácticas culturales y los valores que han venido animando a la organización desde sus orígenes.

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EL DÍA INTERNACIONAL DE LOS PUEBLOS INDIGENAS Y LA SALUD COMO EXPRESION DEL BUEN VIVIR

Por: Guillermo Díaz

Desde hace varios años, la Asamblea General de las Naciones Unidas, a través de su Asamblea General del 23 de diciembre de 1994, estableció celebrar el Día Internacional de las Poblaciones Indígenas. Este día, que se celebra el 9 de agosto, tuvo como tema para el 2015 “la garantía de la salud y el bienestar de dichos pueblos”. Se considera que existen cerca de 5,000 grupos indígenas – llamados también pueblos originarios, pueblos ancestrales, primeros pueblos, pueblos tribales, autóctonos o aborígenes- integrados por aproximadamente 370 millones de personas que viven en más de 70 países de cinco continentes.

Por otra parte, el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo es un tratado internacional, firmado por México entre muchos países más, que retoma los derechos colectivos de los pueblos indígenas, entre los que destaca el derecho a la libre determinación como derecho humano que poseen todos los pueblos, el cual ya está considerado también en la Carta Internacional de Derechos Humanos de la ONU, tanto en su apartado de Pactos sobre Derechos Civiles y Políticos como en el de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales.

Sin embargo, a pesar de que los debates en torno a los pueblos indígenas no son nuevos –cabe recordar a Fray Bartolomé de las Casas y su defensa de los indígenas, quien ofreció una argumentación filosófico-ética en torno a la humanidad de los indios en América y ganó el debate jurídico en su tiempo-, la realidad de opresión, marginación y explotación criminal que durante siglos sufrieron los pueblos indígenas cobró una nueva y desafiante visibilidad mundial con el alzamiento zapatista. Despojados históricamente de sus tierras y territorios (sus recursos naturales y sus ecosistemas), violentadas sus culturas originarias, excluidos de los procesos de toma de decisiones, durante siglos han sido marginados, explotados, asimilados por la fuerza y sometidos a represión, tortura y asesinato cuando levantan la voz en defensa de sus derechos. Por miedo a la persecución o la necesidad de la sobrevivencia económica, a menudo se convienen en desplazados o refugiados, o en migrantes y jornaleros agrícolas, y en ocasiones se han visto obligados a ocultar su identidad, abandonar su idioma y sus costumbres tradicionales. Esta dinámica ha sido profundizada en esta fase depredadora y salvaje del capitalismo neoliberal de las tres últimas décadas.

Bajo esas condiciones, ¿qué significado puede tener para los pueblos originarios que la ONU celebre anualmente este día internacional? Más aún, ¿qué significado tiene para diversas culturas indígenas la celebración en 2015 cuyo tema se refiere a la salud y su bienestar?

Frente a estos discursos institucionalizados globalmente -términos como soberanía y autodeterminación son también cercanos a la noción de autonomía, así como sus extensiones de autoafirmación, autodefinición, auto-delimitación, auto-organización, autogestión, etc.-, para el caso de los pueblos indígenas, las decisiones propias para definir su destino y vida propia, tanto presente como futura, son la esencia de la autonomía. De ahí que los elementos de autonomía, autogobierno, elección de representantes por usos y costumbres e instituciones propias para la toma de decisiones sean parte fundamental de la autodeterminación.

De ahí que la realidad vaya en contra de lo que supuestamente se pretende. ¿Cómo hablar de la salud de los pueblos indígenas cuando todo se expropia, incluyendo sus plantas medicinales y sus prácticas? Ya Noemi Klein[1] documenta la manera como el supuesto bienestar se traduce en un malestar a través de de lo constituye la privatización de la vida y del conocimiento. Klein lo analiza desde la multiplicación de las patentes y la manera como las grandes transnacionales y universidades extranjeras, en una alianza perversa, se apropian del conocimiento socialmente producido. La biodiversidad” se constituye en otro botín muy apreciado por las corporaciones transnacionales a través de la biopiratería”. El caso de los programas de obtención de recursos genéticos en Chiapas es tan sólo una muestra de esta expropiación social indígena-apropiación privada transnacional.

Así, las plantas medicinales y el saber indígena tradicional en materia de salud pasan a formar parte del conocimiento patentado por estas empresas (Monsanto y el ejército de los Estados Unidos son una expresión de ello). Frente a esta práctica de biopiratería, expropiadora y privatizadora, los movimientos sociales de resistencia en Chiapas se convierten en una alternativa que trata de impedir el saqueo e impulsar las prácticas de las médicas populares y parteras. Pero no sólo en Chiapas, sino en América del sur y otras regiones del mundo.

Si la salud es uno de los ingredientes básicos, un proceso fundamental de la “vida buena”, la reivindicación y el respeto de los saberes ancestrales y la desprivatización de sus plantas medicinales debería der ser incorporados en cualquier esfuerzo institucional globalizado, además de la existencia de clínicas y hospitales de diversos niveles, y no sólo como la ONU pretendió celebrar el Día Internacional de los Pueblos Indígenas el pasado 9 de agosto. ¿Autonomía? Para los pueblos indígenas, la verdadera autonomía es de quien la trabaja.

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[1] KLEIN, Naomi (2007), ¿Un mundo patentado? La privatización de la vida y del conocimiento, Paidós, Barcelona.

 

La Lucha por la defensa de los derechos humanos

Por: Rosa Gutiérrez
Foto: Ale Martínez

29 de abril de 2015.- Discriminación, criminalización de la protesta, represión, militarización, desapariciones forzadas, tortura, pobreza, desplazamiento forzado, migración, desigualdad e impunidad; son algunos de los temas que la OSC “CEPAD (Centro de Justicia para la paz y el Desarrollo) señala como preocupantes en su Informe sobre la “Situación de los Derechos Humanos Jalisco 2014”.

El Informe fue presentado ayer en Casa ITESO Clavigero. Como parte del panel estuvo Mario López, Académico Investigador sobre temas de Agua, del Centro de Investigación y Formación Social, quien comentó “Cada vez más el agua genera personas afectadas ambientales. La gestión del agua en Jalisco está plagada de violaciones comprobadas a los derechos humanos, como el caso del río Santiago, y ahora en los Altos de Jalisco con el trasvase de la presa El Zapotillo”, comentó.

“Sin la plena existencia del derecho a la protesta social, no se puede hablar de democracia. En Jalisco ha habido intentos legislativos para “regular” las marchas en el Estado. Es importante señalar que estas iniciativas comienzan a cooptar los derechos humanos y legalizan la represión de la protesta, donde asimilan las protestas sociales con conflictos, como una medida de cooptación para poder restringirlos” mencionó Cinthia Gabriela Ramírez, abogada del CEPAD.

“¿Por qué un Estado como Jalisco que alberga 10% de desapariciones a nivel nacional, pasa más de 10 días sin atender a los familiares de las personas desaparecidas? En Jalisco somos el segundo Estado con más desapariciones y el delito desaparición no está contemplado en nuestro código, a eso agregamos que de una denuncia, hay dos que no se presentan” expuso Darwin Franco, periodista e integrante de Fundej.

Para finalizar la presentación del Informe, Gerardo Moya Integrante del CEPAD, comentó “Estamos en una fase regresiva y de descomposición para la vigencia de los derechos humanos. En Jalisco no hay una sola sentencia por tortura, aunque la práctica de la tortura está comprobada en el Estado, y hay una impunidad generalizada por la ausencia de investigación de tortura que produce incentivos para que el Estado siga con ésta práctica”.

“La Declaración Universal de los Derechos Humanos, hace una apuesta a ser y estar en el mundo cuando dice en su primer artículo: Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y dotados como están de razón, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros” Finalizó.

Más información del CIFS: formacionsocial.iteso.mx

La universidad, un espacio para sumarte al cambio

Por: Graciela Larios

El involucramiento de las personas en temas o problemáticas sociales más que una labor solidaria es responsabilidad de todos. Es de gran importancia que en las universidades se implementen o se realicen campañas con mayor impacto en la población estudiantil para la participación en dichos temas sociales. Tanto para el crecimiento y enriquecimiento personal como para crear un tejido social más sólido.

En el Centro de Investigación y Formación Social (CIFS) se han creado PAP para que los alumnos tengan un acercamiento y trabajen en proyectos de conflictos sociales, este semestre se abrieron cuatros a los que sólo se inscribieron 34 chicos y chicas. Diferentes miembros del CIFS creen transcendental mayor colaboración por parte de los jóvenes en voluntariados y PAP para ayudar a reforzar proyectos en beneficio de la sociedad dentro y fuera del ITESO.

Alondra Barba del Programa de Educación Indígena Intercultural, menciona que los alumnos no deberían de abandonar los conocimientos en el aula, casi siempre enfocados a los conflictos, sino aterrizarl todo lo aprendido en las problemáticas que se presentan. “Es muy difícil romper la burbuja en la que vivimos, pero afortunadamente existen jóvenes quienes colaboran y esas experiencias los han transformado a nivel personal”comenta Barba. El alejamiento a otras realidades nos imposibilita  percibilirlas y en consecuencia nuestra acción es casi nula.

“El ITESO se ha caracterizado por tener un sello humanista de dar y servir al otro” dijo Laura  Velázquez, del Programa de Ecología Política, porque una de las principales responsabilidades de los académicos es propiciar las condiciones a los muchachos y muchachas para que reconozcan un contexto socio-político. No es fácil, hay quienes ven el problema y se llegan a frustar por la complejidad de éste, Velázquez sugiere un acompañamiento en todo el proceso del alumno para hacerle ver que su granito de arena es significativo para el cambio.

“Yo estoy dispuesta a poner toneladas de arena”  afirma Alejandra Godoy, ex alumna PAP y actual integrante del Voluntariado de Migración del Centro Universitario Ignaciano (CUI). La familia de Alejandra es migrante y se dio cuenta que los migrantes viven una serie de peligros en su trayecto hacia la frontera, eso la impulsó a unirse al PAP de Migración en la frontera México. “El país pide a gritos la ayuda de gente joven con ideas, anhelos, sueños y pasiones, porque no sólo ayudas al prójimo, te estas ayudando” asegura ella.

Por su parte Iliana Martínez, integrante  del Programa de Migración en el CIFS, comenta que no sólo se trata de ayudar al migrante o al indígena, sino cuáles son las intervenciones que hago por lo problemas locales que me afectan directamente.

Martínez plantea que es necesario provocar más espacios de reflexión e hizo referencia al paro activo en el ITESO, surgido por los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, en él los alumnos y alumnas compartieron experiencias propias relacionadas con las dificultades por las que atraviesa México. Al vislumbrarlas y coincidir en las mismas situaciones se dieron cuenta que no es cuestión de unos pocos los afectados, es colectivo y se debe de contribuir de la misma forma.

La participación es de todos en bien de todos. Si tú quieres integrarte en los PAP del CIFS o en otras actividades visita nuestras páginas.

 

II Encuentro de la Red de Centros Educativos Interculturales y Comunitarios Wixáritari y Na’ayerite

Por segundo año consecutivo se realizó el Encuentro de la Red de Centros Educativos Interculturales y Comunitarios Wixáritari y Na’ayerite los días 22 y 23 de enero en las instalaciones del ITESO y el CESP. En esta ocasión el objetivo fue propiciar un espacio de encuentro entre los directivos y docentes de la Red, para reconocerse en propósitos, logros, retos, y actividades emprendidas durante el 2014, por consiguiente acordar y agendar acciones conjuntas para este 2015.

Los centros que se dieron cita fueron: el Bachillerato Intercultural Muxatena de Presidio de los Reyes, del municipio de Ruíz, Nayarit; el Bachillerato Intercultural Takutsi Niukieya de Bancos de San Hipólito, municipio El Mezquital, Durango; y los Bachilleratos Interculturales Tamatsi Kauyumalie de Popotita, Tatei Yurienaka ‘Iyarieya de San Andrés Cohamiata, y el Emsad-51 de San Miguel Huaixtita, pertenecientes al municipio de Mezquitic en Jalisco.

La jornada se desarrolló a través de talleres, donde los integrantes compartieron las actividades y relaciones que se han realizado entre todos o algunos de los centros en diferentes ámbitos como: los deportivos, las gestiones institucionales, los encuentros de academia entre otros; tanto entre sí mismos, como con los proyectos propuestos por el Programa Indígena Intercultural del Centro de Investigación y Formación Social. Cada momento fue enriquecido mediante las intervenciones de todos los presentes.

Uno de los logros fue formalizar las actividades para la  agenda de trabajo 2015, en donde cada centro propuso sedes y temáticas para realizar encuentros deportivos entre alumnos de diferentes escuelas y así propiciar un sano esparcimiento, además se reconoció que los jóvenes fortalecen su identidad a través de la identificación de sus diferencias y similitudes culturales, geográficas y medio ambientales; un intercambio cultural y artístico; encuentro entre docentes y directivos para revisar los planes de estudio y sus experiencias pedagógicas; y por último compartir experiencias y acciones en el marco de las áreas de educación para el trabajo (talleres productivos); esto último para vislumbrar los alcances y potenciar el desarrollo práctico y económico de los proyectos que pueden emprender los estudiantes en sus comunidades.

Pedro Cayetano González, director del Bachillerato Intercultural Muxatena, mencionó: ‘‘Hacen falta este tipo de eventos para fortalecer la Red de bachilleratos interculturales’’, y enfatizó que cada una de las escuelas tiene una lucha por emprender en diferentes ámbitos para lograr su estabilidad, y provocar en los jóvenes el interés por sus raíces, y lo más importante, inculcar cómo apoyar a sus comunidades.

 

Por su parte Paulita Carrillo docente del primer Bachillerato de la región, en San Andrés Cohamiata, puntualizó que los integrantes del encuentro comprenden los problemas y las necesidades porque sus experiencias son similares.

En palabras del coordinador del Programa Indígena Intercultural, el maestro Óscar Hernández, el esfuerzo de construir esta Red va más allá de las escuelas mismas, ya que no solo impacta nuestras personas y las escuelas. “Están a un lado o detrás las comunidades, sus propias familias, que de muchas maneras participan en este esfuerzo compartido”.

Si deseas conocer sobre el Programa Indígena Intercultural que tiene el ITESO visita. www.cifs.iteso.mx

 

 Nota:

Alondra Barba/ Graciela Larios