Performance en Italia por los 43 estudiantes desaparecidos

Escrito por: Paloma Patlán

Fotografía: Shek Po Kwan

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La música contagia una atmósfera sombría, y al compás de un ritmo lento, caminan personas vestidas de blanco que llevan en la mano una luz. Se acuestan contiguos 43 estudiantes, apoyan la luz en su pecho y se les ilumina un rostro joven. La quietud de la música termina, el sonido de cuerdas acelera la acción de personas vestidas de negro que trazan con un gis la silueta del cuerpo de cada estudiante que yace en el suelo.

Suenan percusiones que se asemejan a las palpitaciones de un corazón, y en cada estruendo, un estudiante apaga su luz. Mientras las luces se extinguen, es más notorio cómo sus sombras se pierden en las veintiún horas de la noche del 26 de septiembre.

Juntos, los estudiantes se levantan del suelo y vuelven a iluminarse. Entre la música se escuchan voces de protesta y se hace visible que las siluetas de sus cuerpos han formado en el suelo un mapa de México. Su presencia deja una luz encendida en derredor a la línea delgada que delimita al país. Se observa entonces, la evidencia de una nación construida por cuerpos ausentes.

Son escudos entre la niebla y el símbolo de la injusticia. Un monumento de cuerpos que se instauran en la memoria de todos. Se ha probado que el fuego no podría haber extinguido su cuerpo sin que hubiera evidencia. Sin embargo, la escena del crimen vislumbró otra penumbra, y ha hecho despertar a otras personas que exigen encender la luz.

 

El proyecto – For the Dissapeared­ (http://www.fabrica.it/projects/for­the-disappeared/) fue realizado por la mexicana Karen Oetling en colaboración con Associazione Inossidabile; Karen es miembro del área de campañas sociales en FABRICA (www.fabrica.it), un centro de investigación de comunicación con base en Treviso, Italia, que emplea distintas herramientas artísticas como vehículo de cambio en la conciencia social en el mundo. Y Associazione Inossidabile, con sede en Venecia, promueve proyectos culturales y es organizador de “The Bridges of Graffiti”, evento colateral de la 56 Bienal de Venecia.

Jhon Montoya, miembro del Departamento de Música de FABRICA, fue compositor de la melodía que sonorizó el manifiesto al que se unieron 43 estudiantes voluntarios originarios de distintas partes del mundo, la mayoría estudiantes y entre ellos 4 mexicanos ­ Karen Oetling y Juan Pablo R. Valadez, son egresados de la Carrera de Diseño del ITESO en Guadalajara, Jalisco­.

 

La performance se realizó en Venecia, Italia, el mismo día y a la misma hora en el que hace un año se vio con vida por última vez a los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa; haciendo un reclamo por el esclarecimiento de la causa de su desaparición y que se enjuicie a los criminales. Además, al realizarse en un espacio público, fue una manifestación colectiva y un acto de presencia civil.

Sin embargo, la instalación en esencia, tiene la intención de ser un homenaje a los 43 estudiantes de Ayotzinapa, pero también a los estudiantes que han desaparecido a causa de la violencia y represión en el mundo.

Este proyecto encuentra semejanzas y genera relaciones con el otro, debido a que en el país los 43 estudiantes de Ayotzinapa se han convertido en un símbolo de indignación por las más de 25,000 personas desaparecidas desde el 2007 a lo que va del año, según cifras oficiales; pero también para estudiantes de distintas nacionalidades es un símbolo de estudiantes que desaparecieron en su lucha por la justicia social en su país, en contextos distintos, pero también a causa de la violencia estructural de su lugar de origen.

En ese sentido, este proyecto da cuenta que no se es tan diferente del que ahora se encuentra ausente. Probablemente debido a la información construida y tergiversada por distintos medios, los estudiantes en el exterior tienen un entendimiento más difuso sobre la causa y el contexto de qué sucedió con los 43 estudiantes normalistas. Sin embargo, fue un acto en el que intervinieron jóvenes procedentes de distintas partes del mundo que conocen las luchas estudiantiles en su país y exigen que no desaparezca un estudiante más en ninguna parte del mundo.

Para ellos, este acto busca ser un medio para exigir la vida de los ausentes y compartir su indignación sin que sea de carácter nacional. Es presencia humana que reclama por los que no están presentes.

La instalación se encontrará situada de forma permanente e incitará al cuerpo de los espectadores a instaurarse e instalarse como objeto de reclamo; plantar con todos los sentidos, la inquietud por unirse a la búsqueda de la verdad y entender en un sentido humano lo que representa la ausencia de un estudiante, de una vida. Es un mecanismo para no olvidar, para exigir luz de verdad y que esto no le ocurra a nadie más; es una construcción de memoria y alteridad, un manifiesto plasmado con el cuerpo para acompañar al otro. Para compartir en el mundo que nos quisieron enterrar, pero somos semilla.

 

Para más información del proyecto:

http://www.fabrica.it/projects/for­the­disappeared/

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