2012: Año de elecciones en México y EE.UU. ¿Qué esperar en materia de migración?

Por Adriana González Arias, académica del Departamento Estudios Sociopolíticos y Jurídicos del ITESO y colaboradora del Programa de Migración del Centro de Invetsigación y Formación Social [CIFS-ITESO]

El 2012 es año de elecciones presidenciales. En México ya salimos a votar el pasado 1 de julio, y en Estados Unidos la votación será el próximo 6 de noviembre. Ante estos dos sucesos es imposible no preguntarnos: ¿y qué pasará en materia de migración en el ámbito legislativo con los gobiernos electos?

Primero que nada debe quedar claro que estos dos países se sitúan ante necesidades migratorias diferentes. Estados Unidos tiene más del 12,4% de población inmigrante (39,9 millones en 2010) y a estas cifras habría que sumar un porcentaje importante de migración indocumentada, la cual no es posible cuantificarla con asertividad (más de 10 millones en 2010). México, en cambio, tiene un 0,5% de inmigrantes (493 mil en el año 2000), pero en su territorio camina también un flujo de migración irregular en tránsito que tampoco ha podido ser cuantificada con precisión, sin embargo se puede hablar de un estimado de por lo menos 140 mil migrantes de tránsito en 2010, los cuales tienen como objetivo principal llegar y cruzar la frontera norte.

Las realidades migratorias, en ambos países, presentan una serie de necesidades que podrían ser incomparables. Sin embargo, en los dos casos es necesario un trabajo legislativo que dé estructura a la vida cotidiana de los migrantes, buscando siempre el respeto a sus derechos humanos, sin importar su estatus legal. Y así, ofrecer condiciones de una vida con dignidad: en lo familiar, en el trabajo, en la educación, en la salud y en su participación política.

Llevar a cabo una reforma migratoria, en estos dos países, impacta de manera diferente en las elecciones presidenciales. En Estados Unidos, su importancia radica, en que mejorar las condiciones de vida de los migrantes significa un impacto real en los efectos de las elecciones, ya que el voto de los inmigrantes puede llegar a definir los resultados, además, que existen grandes grupos de inmigrantes que defienden sus derechos de integración. En cambio en México, el voto de los inmigrantes no representa lo mismo, ya que son menos del 0,6% de los votantes; además que la gran lucha que se hace hoy en día para mejorar las condiciones de los migrantes, en México, es para sujetos que no tiene derecho al voto.

Las campañas políticas en Estados Unidos y en México tienen distintas prioridades, en lo que a migración se refieren, las discusiones son de niveles diferentes. En México, por primera vez en las campañas presidenciales se hablaba de la migración irregular aunque se tocaba desde un énfasis de la seguridad de fronteras, donde se veía la necesidad de combatir la delincuencia organizada que aqueja a la migración que pasa por México, así mismo como en elecciones pasadas, se mencionan promesas por mejorar las relaciones con los países del norte para ayudar las condiciones de los migrantes en Estados Unidos principalmente.

En las campañas del país vecino, Obama para lograr la relección promete la regularización de miles de migrantes indocumentados, además justifica que sí no ha logrado la Reforma Migratoria es porque los republicanos han bloqueado los avances y propuestas en el ámbito legislativo; los planes de Romney no toman en cuenta lo que ya se ha hecho e incluso, repite cosas como es el de contratar más personal para la seguridad de la frontera y seguir con la creación de una cerca virtual iniciada por Bush.

En general podemos decir que son casi nulos los “cómos” que se proponen en las campañas políticas para mejorar las condiciones de los migrantes, tanto en Estados Unidos como en México.

Y después de esto… ¿qué podemos esperar en materia de migración este año de elecciones? México caerá en un lapso de tiempo sin ejecución de proyectos por el cambio de gobierno –de julio a diciembre- y Estados Unidos seguirá, en este mismo tiempo, en las discusiones de campaña. Así que, en este año de elecciones, lo que nos queda es esperar a que el 2013 sea productivo y clarificador para que se logren avances, tanto en las reformas migratorias en Estados Unidos, como en la aplicación “real” de la nueva Ley de migración en México con la aprobación de su reglamento, ya que sin él, la ley es imposible de aplicar.

 

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