¿En qué momento se hicieron visibles los migrantes centroamericanos?

Por Adriana González Arias, académica del Departamento Estudios Sociopolíticos y Jurídicos del ITESO y colaboradora del Programa de Migración del Centro de Invetsigación y Formación Social [CIFS-ITESO]

En varias ocasiones me he encontrado con gente que se hace una misma pregunta: si la migración de tránsito por México ha sido recurrente por varias décadas, ¿por qué ahora se hace más visible?

Los migrantes centroamericanos que pasan por México, por lo general trabajadores irregulares, han sido invisibles por mucho tiempo para la mayoría de los mexicanos. Efectivamente, este flujo migratorio no es nuevo. Se recorre el país para trabajar en Estados Unidos. Estos migrantes han tomado a México como instrumento necesario para llegar a su objetivo. Durante la trayectoria de tránsito, también es posible observar cómo, algunos migrantes trabajan para costearse sus recorridos (transporte, comida y hospedaje).

Se podría decir que el gobierno mexicano y sus dependencias encargadas del tema, desde el Instituto Nacional de Migración (INM), desde hace varios años saben que hay un gran número de migrantes que entran al país para alcanzar la frontera norte e intentar cruzarla. Esta información, aunque era pública, no se mencionaba en ningún informe, se trabajaba de manera reservada. Para los medios de comunicación no era noticia.

Sin embargo, se han puesto en marcha varios programas, convenios y operativos que involucran a Estados Unidos, México y Centroamérica donde el control y la persecución de migrantes han sido parte de la agenda. Se pueden mencionar: Plan Coyote (2000), Plan Puebla-Panamá (2001), Plan Sur o Plan Frontera Sur (2001), Acuerdo para la creación del Grupo de Alto Nivel para la Seguridad Fronteriza (Gansef) México-Guatemala (2002), Operación Sellamiento (1998), “Crossroads International” (junio 2001) y Operativo Coordinado Frontera Sur (Enero-Febrero 2009).

A pesar de los esfuerzos por controlar a la migración de tránsito, desde la política como desde los medios de comunicación, ha habido un detonante que ya no pudo silenciar y mantener a los migrantes tras la sombra de los ojos de la sociedad. Y es justo cuando resuenan las miles de violaciones a los derechos humanos (robos, secuestros, extorciones, trata de personas) de estos migrantes que cruzan el territorio mexicano. Violaciones que se permiten y realizan desde el crimen organizado y que muchas veces, han tenido vínculos con servidores públicos.

México ya no pudo encubrir estas situaciones, realidades que no eran nuevas, ya pasaban, ya sucedían… y es entonces, cuando nos damos cuenta que diversas organizaciones de la sociedad civil, la iglesia y algunos ciudadanos de manera independiente, ya tenían años en el trabajo con los migrantes de tránsito y la lucha de sus derechos humanos. Se sumó la mirada internacional y con ella los medios de comunicación y así, la sociedad en general nos dimos cuenta que había un gravísimo problema que llevaba años oculto.

Fue entonces cuando los migrantes centroamericanos que pasan por México de manera irregular se visibilizan. Los esfuerzos por apaliar las violaciones a sus derechos se multiplican, aunque aún son insuficientes, son de reconocerse por el esfuerzo y por el continuo encuentro con escenarios de violencia. Hoy la migración de tránsito irregular ocupa, también, un lugar en la agenda política de México.

En conclusión, se puede decir que estas personas se hicieron visibles cuando la realidad no pudo mantenerlos en la invisibilidad, en la sombra en la que habían permanecido durante décadas. Y eso fue cuando en México ya se vivía una crisis humanitaria, donde miles de centroamericanos, principalmente, eran víctimas del crimen organizado y se cometían contra ellos infinidad de violaciones a sus derechos humanos, a su dignidad como personas.

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