“Trato de difuminar las fronteras entre lo público y lo privado” Sou Fujimoto


 

La casa NA, en Tokio, una de las obras más conocidas de Fujimoto

Sou Fujimoto (Hokkaido, Japón, 1971) es una de las principales figuras de la generación más joven de arquitectos japoneses, heredera de figuras como Arata Isozaki, Tadao Ando y Toyo Ito. Ha pasado por Madrid, donde ofreció la conferencia inaugural del máster en diseño arquitectónico de la IE School of Architecture & Design en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. En 2012 participó, junto a otros arquitectos de su país, en el pabellón de Japón de la Bienal de Arquitectura de Venecia, que logró el León de Oro, y el próximo mes de junio inaugurará el pabellón anual de la Serpentine Gallery en Londres.

 

-Usted plantea una arquitectura en la que se conecte la búsqueda de innovación con una indagación sobre lo primitivo…

-Deseo crear entornos básicos, pero verdaderamente esenciales e innovadores para las personas. La tecnología nos está permitiendo ser más sensibles respecto a nuestros instintos primordiales. A la vez, desearía poder sentir más lo natural en la ciudad, un mayor contacto humano sin iPhones de por medio: un equilibrio entre lo tecnológico y lo esencial en el comportamiento humano. La idea de «lo primitivo» me proporciona un nuevo punto desde el que repensar qué es la arquitectura, en qué espacios han de habitar las personas.

-La idea del «bosque» es igualmente una metáfora muy importante para sus conceptos de trabajo.

-Sí, y se manifiesta a través de muy diferentes significados. Por un lado, parte de la experiencia de la naturaleza que disfruté en mi infancia, creciendo en el campo. Vivo en Tokio desde hace diez años y, en ese tiempo, he podido ir descubriendo una inesperada similitud entre un bosque y su situación urbana y arquitectónica. La atmósfera de algunas partes de la ciudad, con sus pequeñas casas, senderos… me resulta muy parecida a la de un bosque. Me ha llevado a tratar de formular una arquitectura intermedia, entre lo natural y lo artificial. Asimismo, lo concibo como el lugar de la diversidad. Es un buen ejemplo para entender la riqueza y complejidad de nuestras vidas, de la arquitectura. Concebir la arquitectura como un bosque implica la necesidad de repensar constantemente qué es.

-Toyo Ito, último laureado con el Pritzker, ha sido un gran valedor de su trabajo ¿Reconoce su influencia?

-Es un gran honor que Toyo Ito haya apreciado y apoyado algunos de mis proyectos. Reconozco la gran influencia que han ejercido sobre mí tanto él como Kazuyo Sejima. Ambos han tratado de crear algo más allá del orden arquitectónico. La Mediateca de Sendai, de Ito, fue una de las mayores inspiraciones que tuve durante mi formación. Ito ha tenido una particular influencia sobre el modo en que he comprendido la arquitectura, la naturaleza y su interrelación. Tratamos de actualizar lo aprendido de ambos, desarrollar más a fondo sus ideas esenciales para las generaciones venideras.

-¿Cuáles son los cambios cruciales inducidos por la tecnología que ya se constatan dentro de los parámetros sociales y culturales presentes?

-Son evidentes los nuevos modos de pensar, de sentir la sociedad, de percibir las relaciones entre individuos a través de diferentes tipos de situaciones, como las que plantean las redes sociales, por ejemplo. Emerge un nuevo tipo de concepto de lo público y lo social, y nuestro reto es crear límites ambiguos para la arquitectura. Mis proyectos más recientes abordan la difuminación de fronteras entre lo público y lo privado. Por supuesto, una vivienda privada debe poseer intimidad, pero los proyectos de situación urbana ya no son siempre grandes eventos, sino que a veces implican situaciones de cierta privacidad. Me considero influido por la sociedad actual. Hay una influencia mutua entre la sociedad y nosotros.

-¿Cómo es esa influencia recíproca?

-La arquitectura está indudablemente vinculada a situaciones de la realidad. Creo que todos los arquitectos tratamos de hallar algo nuevo porque debemos hacer posible algún tipo de futuro a través de nuestros proyectos. Luego, gradualmente, la historia y la sociedad avanzan. Es un proceso raro porque la mayoría de nuestras propuestas son como elementos inútiles dentro de un decorado, sólo una pequeña parte de ellas contribuirá a crear el futuro o lo que se percibirá como bello en el futuro. Hay algo extraño en la profesión de arquitecto: estamos tratando de relacionarnos con la realidad y con el sueño del futuro, y podemos crear un puente entre esas dos dimensiones para tratar de hacer que la historia avance un poco.

Fuente: http://www.abcdesevilla.es/cultura/arte/20130504/abci-fujimoto-entrevista-201305031341.html