“Las autopistas urbanas son como ríos venenosos”: Peñalosa


Fuente Milenio: http://www.milenio.com/df/Enrique_Penalosa-autopistas_urbanas-segundos_pisos_0_364763545.html

Entrevista por Héctor Zamarrón

Enrique Peñalosa recomienda precaución en la forma en que se redensifica la ciudad; cuestiona cuál es la justificación para que no haya transporte público en carriles exclusivos en los segundos pisos.

Si el espacio vial pertenece a todos los ciudadanos por igual ¿por qué la mayoría de las ciudades le dan más espacio a los carros que a los seres humanos?, con esa pregunta resume Enrique Peñalosa la importancia de discutir el tipo de ciudad en que queremos vivir.

Consejero global del Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo, experto en urbanismo, ex candidato presidencial del Partido Verde en Colombia, ex alcalde de Bogotá, Peñalosa está en México para atender reuniones sobre planeación y desarrollo.

En entrevista para MILENIO, Peñalosa asegura que la ciudad de México “está cada vez más mejor, obviamente uno siempre sueña que puede ser mejor, pero veo ciclovías, mejoras en las banquetas, veo más sistemas de buses y carril exclusivo, de manera que creo que ése es el rumbo hacia una ciudad que le da prioridad a los seres humanos, a los peatones, a las bicicletas y al transporte público”.

Pero también cuestiona, con tacto, a los segundos pisos:

– En el mundo ya es claro que las autopistas urbanas destruyen la ciudad. Todas las autopistas urbanas, aun a nivel, son como un río venenoso, que deshumaniza, que destruye el valor de la finca, sobre todo si es vivienda, porque si son bodegas industriales tal vez no, y las autopistas elevadas tal vez peor.

Pero si tenemos autopistas,  yo hago una pregunta respetuosa, con el amor y cariño que le tengo a esta ciudad, ¿qué justificación ética o técnica existe para no tener buses con carriles exclusivos en ellas?

Desde la perspectiva técnica, un bus, un carril exclusivo para buses, aun sin sobrepaso, moviliza mínimo, unas veinticinco veces más personas que un carril para carro. Entonces no se necesita un Ph de Harvard, un comité de niños de 12 años se da cuenta en 20 minutos que la manera más eficiente para utilizar un espacio vial escaso son los carriles exclusivos de buses.

Y desde la perspectiva democrática, si es cierto que todos los ciudadanos son iguales, como dice el primer artículo de la Constitución mexicana, pues evidentemente un bus con 100 pasajeros tiene derecho a 100 veces más espacio en la vía que un carro con uno, pero lo curioso es que hoy esas autopistas no se están usando ni técnica ni democráticamente de una manera eficiente.

-¿Cómo ve a la ciudad de México?

Esta ciudad siempre ha tenido una creatividad especial, ha tenido arte, ha tenido culinaria, ha tenido música. Yo diría que es una de las ciudades atractivas del mundo. Comentaba con mi esposa que ésta es una de las dos o tres ciudades que consideraríamos para irnos a vivir.

El DF es fascinante. Barrios como éste, la Condesa, que tiene parques, que tiene banquetas, pero también hay riesgos de destrucción. Uno claramente, los carros en las banquetas son el comienzo del fin de una ciudad.

Pero, por ejemplo, el encanto que tiene la Condesa en buena medida tiene que ver con sus ventanas en el primer piso, o comercios y cafés. Los edificios nuevos que están haciendo son muy destructivos, no porque sean altos, que puede ser hasta bueno, sino porque en el primer piso ponen carros estacionados, entonces ponen paredes ciegas.

Una ciudad en donde uno camina frente a paredes ciegas es una ciudad terrible, y eso es malo para la seguridad, entonces, cuando en México ahora están hablando de densificar las ciudades, de hacer ciudades más compactas, hay que tener mucho cuidado con cómo se densifica.

La medida de evaluar un edificio, una vía o cualquier cosa que se haga en la ciudad, es si esto hace más agradable el entorno, si se puede caminar ahí, jugar ahí, darse besos ahí.

-¿Es quizá esa la clave del urbanismo por el que ha peleado durante muchos años?

L o que estamos tratando de hacer es una sociedad democrática, más igualitaria, no es igualdad de ingreso porque ya con economía de mercado eso no es posible, pero sí lograr que se cumpla la Constitución.

La democracia no es sólo que vote, democracia es que se cumpla un principio fundamental, es que los ciudadanos sean iguales frente a la ley y si es que eso es cierto el interés general prevalece. Eso no es solo poesía.

Hace diez o doce años estuve en Huatulco en uno de los hoteles más lujosos, ahí me llamó mucho la atención que exactamente adyacente al hotel había un gran letrero que decía: “Entrada a la playa pública”, y incluso al salir del hotel a la playa, había un aviso que decía usted está entrando a una zona federal. Y yo me dije, qué maravilla México, la revolución mexicana, la democracia, pero ahora que es estuve en Cancún veo que ahí hicieron exactamente lo contrario, sellaron la playa y los ciudadanos de menores ingresos de Cancún no pueden tener ingreso a la playa, a su propia playa, a la playa de su propio país.

Entonces, estas son discusiones que uno cree que ya están superadas y no. Esos desarrollos de Cancún que son más recientes, son menos democráticos que los de Huatulco. Claramente, las autopistas urbanas, son como ríos venenosos, porque los seres humanos no pueden caminar junto a ellas, casi no pueden atravesarlas.

-En la ciudad de México se han construido autopistas urbanas con el discurso de que al ser de cobro y pagarlas los automovilistas  vale la pena hacerlas, ¿qué opina al respecto?

Esas autopistas destruyen el entorno, los ciudadanos de ingresos altos siempre quieren más de esas autopistas porque obviamente no pasan por sus barrios, por las colonias más ricas, sino por las de los de menores ingresos.

-¿Qué está pasando en el mundo con esta discusión?

Ya es claro que las autopistas urbanas destruyen ciudad, incluso las autopistas elevadas se han venido tumbando en todas partes. En San Francisco, Nueva York, Boston y la más reciente que tumbaron fue el año pasado en Río de Janeiro, 5 km.

-¿Cómo distribuir el espacio entre peatones, automovilistas, ciclistas, motociclistas?

El recurso más valioso de una ciudad es su espacio vial, uno podría encontrar petróleo o diamantes bajo el suelo de ciudad de México y no sería tan valioso como el espacio vial.

Lo que sí podemos recordar es que ese espacio vial le pertenece a todos los ciudadanos por igual, tiene el mismo derecho un ciudadano pobre que no tiene carro o un niño que quien anda en un carro de lujo. Entonces, la mayoría de las ciudades por ejemplo, le dan más espacio no sólo a los carros que se mueven, sino a los carros estacionados, que a los seres humanos y uno se pregunta ¿cómo se decidió eso?, ¿alguien votó, votaron los niños?

-Ahora no sólo en carros, también se mueven hasta en helicóptero.

Sí, eso pasa en Río de Janeiro…

-Y aquí en la ciudad de México.

Lo curioso del helicóptero es un caso muy interesante. Uno entiende que100, 200 o hasta mil personas se pueden movilizar en helicóptero y salir de casa y llegar al supermercado o a la oficina en ese medio, pero claramente si todos los ciudadanos se movilizaran en helicóptero eso no sería posible porque se estrellan unos contra los otros. Pero los carros son tal vez hasta más dañinos que los helicópteros, porque utilizan el mismo espacio vial, compiten por el espacio con los seres humanos, y también ocurre lo mismo que con los helicópteros, si todos los ciudadanos se movilizaran en automóviles la ciudad colapsaría. El sistema funciona solamente en la medida en que una minoría se movilice en carro y cuando hablamos del estacionamiento es bueno recordar lo siguiente:

Las constituciones tienen páginas y páginas de derechos, pero ni aun así está incluido el derecho al estacionamiento, entonces es importante recordar que el estacionamiento no es un derecho constitucional, el alcalde o el presidente municipal puede ampliar la baqueta o hacer ciclovías y eliminar el estacionamiento y si le preguntan ¿y ahora dónde nos vamos a estacionar? El alcalde puede decir, es igual que si usted me pregunta dónde va a guardar su comida o su ropa. Ese no es un problema del gobierno, el gobierno no tiene ninguna obligación de dar estacionamiento. Mas aun, algo interesante es lo siguiente.

Ya es claro en el mundo que hacer mas vías no resuelve los embotellamientos porque lo que general tráfico es el número de viajes y lo largo de los viajes y no el numero de carros, en resumen, algo que es un poco menos claro y todavía importante es que el transporte masivo tampoco resuelve los embotellamientos, uno podría hacer una línea de metro debajo de cada calle y eso tampoco. Lo único que lo resuelve son las restricciones al embotellamiento o las restricciones al uso del carro en general. En Londres, por ejemplo, cobran por entrar al centro en automóvil. En otras partes se tienen restricciones por el número de la placa, pero la restricción más sencilla es la restricción al estacionamiento. En el centro de Londres, por ejemplo, desde hace 40 años los edificios de oficinas no pueden tener estacionamiento, todo lo contrario a lo que ocurre en el centro de Bogotá o en el centro de la ciudad de México, es un requisito.

– ¿Ha avanzado el tema de movilidad?

Más que el tema de movilidad, se tiene claro cómo es que debe ser la ciudad porque nosotros no podemos hablar de soluciones de movilidad si no tenemos claro qué tipo de ciudad queremos. Porque es muy distinto el tipo de soluciones si queremos una ciudad más parecida a Ámsterdam o a Houston.

A veces hay injusticias flagrantes que las tenemos delante de nuestras narices y no las vemos porque estamos acostumbrados a ellas, por ejemplo hace menos de 90 años las mujeres no podían vota, y a todo el mundo eso le parecía normal, no eran los nazis, era todo el mundo, yo digo que ahora ocurre lo mismo con los buses.  Tener un autobús en un embotellamiento es casi tan antidemocrático como no permitir que las mujeres voten y que claramente si todos los ciudadanos son iguales, pues un bus con 80 0 100 pasajeros tiene derecho de prioridad en la vía. Un bus jamás debería estar en un embotellamiento, debería tener siempre carril exclusivo.

Digamos que ciudad de México podría resolver muy sencillamente su problema de movilidad con carriles exclusivos para buses en todas partes, eliminando estacionamiento en la calle, restringiendo estacionamiento en los edificios de destino como centros comerciales u oficinas. Es que la movilidad es un problema muy especial, muy distinto de los demás. Es muy distinto porque a diferencia de la salud, la educación, que mejoran en la medida en que nos volvemos más ricos, la movilidad tiende a empeorar. Y segundo es un problema que no se resuelve con dinero o tecnología, es un problema que se resuelve con cambios en nuestro comportamiento. De nada sacamos haciendo muchos sistemas de transporte masivo si los ciudadanos que tienen carro no los usan.

– ¿Una concepción errónea de modernidad?

Nosotros tuvimos ciudades sin carros por cinco mil años, un niño salía a la calle sin ningún temor, jugaba en la calle. Hay unas cifras maravillosos de un libro que sacó un autor que se llama Peter Norton, en 1900 nadie murió atropellado por los carros en Estados Unidos, no había carros. Sólo veinte años más tarde, sólo veinte años, entre 1920 y 1930, más de 200 mil personas murieron atropellados por los carros, casi los mismos que murieron en la segunda guerra mundial.

Entonces, sí claro, cuando los carros aparecen son de los ciudadanos de mayores ingresos, eso les parece lujoso y valoriza los barrios donde había un carro y sin darnos cuenta, les entregamos la ciudad. Creo que ya es hora de recuperarla.