Por: Rodrigo Pantoja. Artículo publicado en la Revista Consejero de la Construcción.
Número 13. Febrero 2014
¿Cómo debe ser la vivienda de la actualidad?, ¿para que tipo de usuarios?
El diseño y construcción de la vivienda contemporánea requiere una nueva mirada debido a los cambios sociales, económicos, tecnológicos y ambientales. La vivienda -hoy en día- debe de considerar diversos factores que antes no eran contemplados como el trabajar desde casa, así como los cambios demográficos que han repercutido en las dimensiones de las viviendas y sus diferentes maneras de utilizar el espacio. La arquitectura de la vivienda, debe de fungir más como un escenario que sirve para que el usuario adapte, modifique y transforme –cuantas veces requiera- su entorno, de acuerdo a sus necesidades.
La creación de vivienda social obedeció a generar casas funcionales para incluir a la clase obrera dentro de un modelo burgués. Sin embargo, la sociedad del siglo XXI es altamente diversa. Las nuevas viviendas deben de albergar diferentes usuarios; niños, mujeres y hombres en la adolescencia, juventud, adultez y vejez. Cada individuo tiene diferentes identidades a lo largo de la vida y la vivienda debe acoger estas distintas etapas.
En la actualidad, los matrimonios esperan más tiempo para tener hijos, la gente comparte la vivienda con amigos y la población mayor de 60 años ha incrementado. Todo esto ha contribuido a repensar en la manera que se diseñan y construyen las viviendas. El abanico de soluciones se esta modificado ampliamente. Antes, las viviendas eran pensadas principalmente para las familias nucleares. Hoy, no se puede pensar en un sólo modelo para habitar.
Los hogares son espacios de continua evolución. Estos, nunca terminan de transformarse y reinventarse. Sus usuarios añaden y modifican sus viviendas constantemente. La gente que habita los espacios -y se adueña- de ellos, es crucial en su transformación. No es extraño que el arquitecto alemán Bruno Taut mencionara en su libro Ein Wonhaus: “es irrelevante el aspecto de la arquitectura sin gente, lo que importa es el aspecto de la gente en ella”.
De igual manera, se han presentado fenómenos que implican una profunda reexaminación. Algunas de estas nuevas dinámicas son la oferta excesiva de viviendas en las periferias, los hogares con mayor demanda son las “unipersonales”, las adaptaciones y remodelaciones son cada vez más frecuentes, y la autonomía de los adultos mayores está en aumento.
La flexibilidad en la vivienda es un tema crucial. Antes existía una absoluta jerarquización de los espacios diferenciando las dimensiones de las habitaciones de los padres comparada con las recamaras de los hijos. Hoy en día, se sugiere que los espacios contengan tamaños similares para que estos puedan ser transformados o utilizados de distintas maneras con el paso del tiempo. De esta manera, los habitantes del hogar pueden modificar el espacio de acuerdo a sus necesidades. Una casa sin jerarquías, también potencializa la sociabilidad en las familias. La especialización de áreas reduce las posibilidades de la habitabilidad. Esta jerarquización de espacios favorece la individualidad y evita la vida comunitaria en una sociedad cada más deshumanizada. Es cierto que se están generando innovaciones técnicos-constructivas. Sin embargo, el mayor cambio en la vivienda no es -ni será- tecnológico. Su verdadera evolución consiste en las múltiples maneras de habitar el espacio.
Otro componente a considerar son las condiciones económicas. Esta situación financiera, a impulsado a las familias a que generen nuevas estructuras laborales para generar mayores ingresos. Por lo cual, la vivienda hoy en día no es solo un espacio de descanso y ocio, si no también cada vez cobra más fuerza como un espacio laboral y productivo. En las sociedades del siglo XIX las familias vivían del salario único de un individuo poniendo en manifiesto las jerarquización de espacios. Hoy las familias subsisten de ganancias mixtas, propiciando una posible democratización del espacio.
En conclusión, la vivienda es un espacio donde se conjuga la individual y lo colectivo, el descanso y el trabajo, se vive en conjunto y de manera independiente. Se requieren de espacios versátiles y flexibles. Pensar en la vivienda de la actualidad, implica replantear los cánones establecidos.
Rodrigo Pantoja (rod@evo-lab.com)
Fundador del Laboratorio Evolutivo de Arquitectura evO(a)_Lab y Director de la Carrera de Arquitectura en el Tecnológico de Monterrey Campus Querétaro
http://cconstruccion.com/secciones/colaboraciones/67-la-vivienda-en-el-siglo-xxi