Una gran oportunidad para el arroyo de Atemajac


Juan Palomar Verea

Es el último arroyo vivo de una buena parte de la zona metropolitana de Guadalajara. Divide los municipios de Guadalajara y Zapopan, y es uno de los tantos temas compartidos y metropolitanos. Nace un poco al poniente de los Colomos, corre a cielo abierto y está limpio hasta Plaza Patria. Allí fue entubado, como parte de esa muy extraña maniobra de construir un centro comercial sobre la zona federal del cauce. Muchos se podrán acordar de que en esos parajes el arroyo corría a sus anchas por varios cauces y se generaba un ecosistema muy interesante. Luego sigue su desembocadura en la presa de Zoquipan y después corre sobre una cama de piedra, ya a cielo abierto y muy contaminado, por el centro de la avenida Patria hasta rematar en Atemajac (Federalismo norte). De allí en adelante corre otra vez a cielo abierto, pero sobre su cauce natural, hasta pasar bajo el Periférico y desembocar en la Barranca de Oblatos.

El pedazo que corre sobre avenida Patria (entre Ávila Camacho y Federalismo) es confundido frecuentemente con un “canal” y se pide con reiteración, pero equivocadamente, que se entube. Este sería el fin de uno de los cuerpos de agua más importantes de la urbe.

Existen proyectos muy relevantes acerca del rescate integral del arroyo de Atemajac. Si es que hay de veras un interés intermunicipal por la ecología, la sustentabilidad y el cambio de paradigmas urbanos, habría que hacerles caso. El beneficio directo sería para cientos de miles de habitantes. Incluyen lo siguiente:

De los Colomos a Plaza Patria habría que hacer un parque lineal sobre el camellón de Patria y conservar la limpieza del arroyo. En Plaza Patria, como mínima compensación de la invasión y desaparición del cuerpo de agua, se debería de desenterrar el cauce añadiéndolo como atractivo al centro comercial (que mucho lo necesita). Al mismo tiempo que se abre este conjunto comercial al paisaje, se incrementa su rentabilidad y se aseguran sus accesos peatonales, ahora inexistentes. Habría luego que terminar de sanear la presa de Zoquipan (que está dentro del parque Ávila Camacho), hacerla un gran atractivo recreativo y extender su capacidad. Después, sobre la avenida Patria y hasta Atemajac (Federalismo) es necesario convertir el camellón en un parque lineal respetando el cauce y sanear, mediante pequeñas plantas de tratamiento, las descargas actuales. Al mismo tiempo se evitarían los peligros actuales y la posibilidad de inundaciones.

El tramo que sigue al actual final de Patria, en Atemajac, es el más interesante: hay allí una gran instalación hidráulica abandonada que se puede reutilizar con provecho para sanear las aguas que allí concurren y para constituir un área mixta y recreativa muy rentable. Por una vez, habría que darle la preferencia al peatón por encima del coche: NO hay que continuar la avenida Patria. Todos estos años la vialidad de la zona ha fluido razonablemente y hay rutas alternas, además de soluciones viales complementarias. De este modo se podrían utilizar el cauce actual y sus márgenes, en toda la longitud posible (librando la zona Federal), para instalar un gran parque lineal y bordearlo de sendos conjuntos habitacionales con usos mixtos en la planta baja. Los accesos necesarios se pueden asegurar desde el norte y el sur del desarrollo. Se podría, al paso, rescatar lo que queda de la histórica fábrica de El Batán. El agua vertida al final del trayecto la barranca de Oblatos estaría limpia.

De esta manera se conseguiría el rescate integral del arroyo de Atemajac. El potencial ecológico, recreativo, habitacional, comercial, social y aún político de una acción metropolitana como esta es muy alto. Ojalá que alguien ponga atención. Y haga caso de razones.