Exposición Roma-Condesa 111 años [DF]


por Juan José Kochen | @kochenjj

http://www.arquine.com/blog/roma-condesa-111-anos/

Para develar los orígenes de la ciudad es necesario hacer un corte por capas y así identificar la cimentación, estructuras y edificios que han sido parte de la urbe y ahora sólo permanecen en el imaginario urbano. La historia se puede entender como la supervivencia escrita del recuerdo de los acontecimientos que variaron en distintas formaciones culturales según la conformación de su pasado. Este es el primer antecedente de la ciudad. La reconstrucción parcial y pragmática de este pasado es tan antigua como la evolución del hombre y se ha prolongado hasta los tiempos más recientes. Es por esto que el impacto de la historia no se circunscribe en el plano discursivo y cronológico sino en la comprensión del proceso social para así entender el momento histórico actual.

Edward Hallett Carr escribió que la historia que leemos, aunque basada en los hechos, no es en absoluto fáctica, sino que más bien, como el palimpsesto de la ciudad, consiste en una serie de juicios admitidos y subjetivos: “la historia refleja nuestra posición en el tiempo y forma parte de nuestra respuesta a la pregunta, más amplia, de qué idea hemos de formarnos de la sociedad que vivimos”. La filosofía de la historia no se ocupa del pasado y de la opinión que forma el historiador por separado, sino de ambas cosas relacionadas entre sí. Esta ambivalencia es la que da carácter a cada pasaje de la historia, el cual se remite a un momento, a una pluma y a un pensamiento. Toda la historia del pensamiento y la historia es la reproducción en la mente del historiador, del pensamiento cuya historia estudia. De igual forma sucede con una exposición, un curador-coleccionista y una colección.

Y para hablar de historia, las colonias Roma y Condesa son un buen comienzo tras 111 años de historia. Ambas construidas a principios del siglo 20, la Roma para clase media alta (más alta que media) y la Hipódromo (ahora Condesa, Hipódromo e Hipódromo Condesa) para la clase trabajadora tras la Revolución, en lo que fueran los terrenos de la Condesa de Miravalle. “Roma Condesa, 111 años de historia” muestra un recorrido y una revisión histórica de estas dos colonias de la ciudad de México. La exhibición abarca ocho salas del Museo del Objeto del Objeto (MODO), con una serie de documentales, películas, documentos y fotografías que exponen la arquitectura, el paisaje urbano y los edificios más representativos de la zona.

Así, desfilan el Edificio Río de Janeiro, el Edificio Balmori, la Casa Lamm, el Mercado de Medellín, El Parián, el Templo de Romita y La Sagrada Familia en la Roma; y el Edificio Basurto, el Edificio Casas Jardines, el Conjunto Aristos y el Mercado Michoacán en la Condesa. A su vez, se narra la permanencia y transformación de los estilos –algunos aprehendidos– de ambas colonias: eclecticismo, art nouveau, art déco, neocolonial y colonial californiano, hasta el movimiento moderno. Estilos y vanguardias presentes en arquitecturas, y en parques, jardines y mobiliario como: Plaza Río de Janeiro, Plaza Luis Cabrera, Jardín Garibaldi, Plaza Morelia, Plaza de Romita, Jardín Pushkin, Parque Ramón López Velarde, Parque Juan Rulfo, Parque México, Parque España, Plaza Popocatépetl, Plaza Iztaccíhuatl, Plaza Citlaltépetl, Jardín Morelos, entre otros.

De esta forma se extrapola la elipse del hipódromo de la Condesa y se reconstruyen las casonas de la Roma. En ambos casos, su estudio –a 111 años de distancia– favorece y amplía la conciencia colectiva para hacer de la recuperación y el olvido selectivo del pasado un instrumento de identidad crítica. Esta idiosincrasia es la que se adquiere con el arraigo histórico de un lugar y el sentido de pertenencia que se forja con el saber del pasado. Como afirma Carlos Pereyra en Historia ¿para qué?,  “se vuelve cada vez más insostenible la pretensión de desvincular la historia en la que se participa y se toma posición de la historia que se investiga y se escribe”.

La unión entre pretérito y futuro está en la idea misma de la ciudad que la recorre, como la memoria recorre la vida de una persona, y que para concretarse, debe conformar la realidad, pero también debe tomar forma en ella. Como pretexto, la muestra sirve para tener presente que buena parte de nuestros estudios tendrían que estar dedicados a la historia de la ideas de la ciudad; en otras palabras, a la conformación histórica de las calles que recorremos a diario. Finalmente, que la historia se haga en la ciudad obliga a que la ciudad se haga en la historia.