Guadalajara crece desordenada: expertos [informador]


    • La metrópoli requiere un transporte de cercanía

En la segunda mitad del siglo XX se registra la mayor expansión de la ciudad, pese a la disminución de la tasa de densidad poblacional

GUADALAJARA, JALISCO (13/FEB/2013).- El mayor crecimiento de la mancha urbana de Guadalajara se da en la segunda mitad del siglo XX, cuando surgen nuevas centralidades, es decir,  puntos de concentración económica como lo fue Plaza del Sol durante los años sesenta.

Con las nuevas centralidades, la conexión con el Centro “ya no es tan importante, y la ciudad en lugar de crecer de manera continua, lo hace  de forma discontinua, es decir, a saltos, y se empieza a dejar pedazos de suelos sin construir, esto está acompañado con el boom del sistema de transporte”, explica la doctora en Arquitectura y Urbanismo y académica de la Universidad de Guadalajara, Adriana Olivares González.

Para la directora del Museo de la Ciudad y especialista en restauración, Mónica del Arenal, el siglo XX ha sido el momento de mayor expansión de Guadalajara, ya que se unió “el desarrollo industrial con el comercial”.

Durante el siglo XIX la mancha urbana “creció pegada a la ciudad  y casa por casa”, dice Olivares González. Este modelo se rompe a principios del siglo XX, cuando se desarrollan los primeros fraccionamientos o el espacio conocido como las Colonias, que son el inicio de la planeación urbana.

Con las llamadas “Colonias” no sólo se inaugura un proceso de producción de suelo, sino que cambia la traza de la ciudad, expresa Mónica del Arenal, quien destaca que fue con la colonia Moderna, cuando aparece la glorieta como el centro de un desarrollo.

Para la segunda mitad del siglo XX con el desarrollo de las nuevas centralidades -Plaza del Sol y Plaza Patria-, el Centro pierde su importancia, es entonces cuando se forma el área metropolitana.

Otro momento importante en la vida de Guadalajara fue el modelo de los fraccionamientos cerrados de finales del siglo XX, que hace de la infraestructura del automóvil algo básico.

“En este momento es cuando se desborda la ciudad y comienza la región urbana” y el desarrollo “a saltos y fragmentado porque los fraccionamientos son cerrados,  por lo tanto, la ciudad pierde permeabilidad”, explica Olivares González.

Con los nuevos desarrollos de finales del siglo XX comienza “un consumo  masivo de suelo, vinculado a nuevas formas de entender el confort, relacionado con cuestiones ecológicas y con la necesidad de estar próximo a la naturaleza. Eso genera un gran consumo de suelo y a la gente no le interesa tardar más tiempo en llegar a su trabajo”, comenta la profesora de la Universidad de Guadalajara.

Sin embargo, este modelo no entiende a la ecología como un menor consumo de suelo, lo que sí implicaría un respeto por la naturaleza. De si este crecimiento responde al incremento en el número de habitantes, la respuesta es no, porque “no es proporcional la expansión urbana con el crecimiento de la población”, señala Olivares González.

PARA SABER 

1950: Tres mil hectáreas de territorio.  446 mil 278 habitantes en Guadalajara. La densidad promedio es de 163 habitantes por hectárea
1970: 10 mil 996 mil hectáreas. Un millón 517 mil 343 habitantes en Guadalajara.  La densidad promedio es de 140 habitantes por hectáreas.
1980: 23 mil 695 hectáreas.  Dos millones 244 mil 715 habitantes. La densidad promedio 98 habitantes por hectárea.
1990: 32 mil 804 hectáreas. Dos millones 870 mil 417 habitantes. La densidad promedio 91.
2010: 64 mil 102 hectáreas. Cuatro millones 434 mil 252 habitantes. La densidad promedio 68.

FUENTE: Adriana Olivares e INEGI.

EL INFORMADOR / MAYRA TORRES