¿Qué Guadalajara queremos?


Todo alcalde está en la ciudad para ser gobernador en las próximas elecciones, y cualquier gobernador quiere ser presidente del país. Por tanto, usan los niveles de la administración para subir, cuando un buen alcalde es el que se enamora de la ciudad y la trabaja 20 años para retirarse, porque ha logrado transformarla”.

Si lo anterior fuera superado y se lograra una red de ciudades en México, en la que caben Guadalajara, Monterrey, León, Aguascalientes y tantas más –pero excluyendo al Distrito Federal “porque es una ciudad gubernamental, falsa, tiene todos los ministerios y funcionarios y no está en igualdad de condiciones a las otras que se tienen que ganar el dinero”-, se lograría un mayor equilibrio y prosperidad entre éstas. “Y eso es la marca de ciudad”.

Quien habla es Toni Puig, el gestor cultural y referente del urbanismo, por la transformación que logró para su natal Barcelona, en España, quien visitó Guadalajara en estos días con motivo de la III Cumbre Mundial de Comunicación Política que tuvo lugar en el ITESO.

En una charla ante representantes de asociaciones y ONG’s, la leyenda de la gran capital Europea destacó la importancia de la figura del alcalde así como la creación de una red de ciudades emergentes para la reconversión de un país.

Sentado en un restaurante de la colonia Americana, Puig inició por señalar la exagerada y vana preocupación actual de los mexicanos, y por ende los tapatíos, sobre las campañas electorales. “Es un momento de gran farsa, todo mundo promete lo que no va a hacer y perdonen, pero lo interesante hoy, es el día después de las elecciones cuando un equipo escogido por los ciudadanos entre al gobierno y a la ciudad”.

Puig, conocido por haber cambiado el rostro de Barcelona que en 1979 recibió opaco y que ahora es una de las más luminosas capitales del continente europeo, hizo entonces énfasis en la figura del presidente municipal. “Creo muy poco en los gobernadores y creo extraordinariamente en los alcaldes porque la gente está en las ciudades, y donde debemos transformar las cosas es ahí ya que además, cuando un país va adelante es porque sus ciudades funcionan”.

Ciudades de futuro

Luego de subrayar el gran yerro de tener administraciones municipales de tres años de duración, ya que eso es “condenar las ciudades a la miseria”, Toni Puig cuestiona el rol de un equipo de funcionarios cuando asumen la gobernabilidad de una ciudad. “¿Qué debe proponer? –dice-. Mi experiencia me dice que una marca de ciudad. Y ¿qué es eso? Lo que nos marca, no en el sentido comercial, sino en qué ciudad queremos como ciudadanos”. Pero esta marca identitaria de ciudad “solamente se puede construir con el equipo de gobierno porque estamos en una democracia, pero no sólo ello, tenemos que implicar a la oposición –porque también es ciudad- y a dos grandes organizaciones: las primeras son las ONG’s y las segundas las pequeñas y medianas empresas (PYMES)”.

Las organizaciones no gubernamentales que agrupan asociaciones vecinales, ecologistas, de diversidad cultural, etcétera, establecen el consenso social para lograrlo. “Es complicado porque éstas y el gobierno tienen que hacer un acto de generosidad, de buscar el valor de la ciudad y su futuro por encima de sus intereses propios”. En tanto que las PYMES son fundamentales por su responsabilidad ciudadana y por ser tanto más numerosas que las grandes empresas, dijo.

“Pero todo esto debe implicar también medios de comunicación, universidades e iglesias, porque la marca de ciudad es un consenso de pacto ciudadano para que desde las organizaciones, el gobierno asuma un rol no partidario y mejore la ciudad a futuro”.

Sin embargo, ante la previsible condición de un futuro inmediato donde los cambios financieros, ecológicos, políticos y culturales provoquen la necesidad del rediseño urbano, “México debería ser una red de ciudades emergentes coordinadas desde las provincias, y por tanto, la primera gran reconversión debe ser pensar el país desde abajo y hacia arriba. No desde (Felipe) Calderón para abajo”.

Guadalajara en 20 años

La manera y el enfoque con el que la sociedad civil “empuja y colabora” con el gobierno para lograr la ciudad que se quiere, es la clave. “Ustedes salen de unos Juegos Panamericanos pero ¿ahora qué? ¿Quién va a distribuir todo eso en los próximos 15 años, cómo lo vamos hacer? ¿Qué vamos apostar, hacia dónde nos vamos a dirigir?”.

Toni Puig sugiere crear una red de ONG´s. El gran problema es que “cada una va por su lado y esto se entiende, tienen pocos recursos, dificultades y necesidades que afrontar, por tanto van crispadas; nosotros en Barcelona montamos una red a la que llamamos Consejo de ONG´s de la Ciudad”.

El segundo tema es colaborar con el gobierno municipal en la creación de una propuesta para el futuro de la ciudad. “Una propuesta global, socialmente equilibrada, culturalmente emergente, socialmente justa y económicamente verde. Pero no una de 80 hojas, eso significa que no van hacer nada, una propuesta de 60 líneas, consensuada, factible, y además generosa”. En paralelo, “el conjunto de PYMES debería hacer lo mismo: ¿Qué Guadalajara queremos de futuro? Y contárselo a los ciudadanos, y trabajarlo con ellos”.

Pero el experto reitera la importancia de implicar a todas las partes. “¿Los Juegos Olímpicos de Barcelona (1992), por qué funcionaron muy bien? Porque fue una muestra del equipo de gobierno municipal con otras instancias del estado y de la provincia, conjugados con los empresarios, con las ONG´s y los ciudadanos. Por eso hubo una transformación de la ciudad. Atlanta (Estados Unidos), que tuvo los Juegos Olímpicos años después (1996), no funcionó y tendrían que haber sido los mejores de la historia pero los montaron los empresarios solos, construyeron los mejores estadios, sí, pero solos y no hay rediseño de ciudad si no se hace conjuntamente”.

“¡Convoquen a la ciudad un fin de semana para discutir su futuro y hablen con el alcalde para que se sume a esto! Si es inteligente y si huele éxito, lo va hacer”

Para Saber

Un hombre de la cultura

Estudió teología, filosofía y arte. Fundó la reputada revista “Ajoblanco” en 1974, referente en el ámbito cultura iberoamericano.

Especialista en gestión cultural y en marketing público. Asesor en comunicación de Barcelona durante 32 años. Impulsor del concepto de “marca ciudad”, es autor, entre otros libros, de “Se acabó la diversión” y “La comunicación municipal cómplice de los ciudadanos”.

Fuente El Informador