¿Cómo tener claro qué ciudad?


Por: Juan Palomar en su columna de El Informador

Afortunadamente, existe entre nosotros un trabajo urbanístico serio y avanzado

Afortunadamente, los últimos años han visto la emergencia en Guadalajara de diversos grupos preocupados por la ciudad. Las inquietudes han surgido, sobre todo, a partir de temas puntuales. Para hablar de uno: cada vez más ciudadanos buscan encontrar alternativas ante las graves deficiencias en la movilidad metropolitana. De allí, a la búsqueda de impulsar a la bicicleta como una opción real que contrarreste el asfixiante aumento del tráfico automotor. Se han dado ya algunos pasos iniciales para que esto sea posible. El establecimiento del Plan de Movilidad No Motorizada de la zona metropolitana constituye un logro significativo que requiere su adopción formal dentro de los ordenamientos que regulan la vida urbana. Algunas ciclovías han aparecido en la traza citadina, todas pendientes de integrarse en una red apropiada.

La bicicleta es, sin embargo, mucho más que un mero vehículo de transporte: es el símbolo concreto de otra manera de habitar la ciudad. Una manera más racional, no contaminante y más efectiva para recorrer los ámbitos urbanos. Sobre todo: otra manera de reconocer y acercarse a la realidad urbana que permite distanciarse de la lógica automotriz, de suyo contaminante, segregadora y devoradora de espacios. La bicicleta refuerza la escala humana frente a la ciudad y afirma la valía e independencia de cada individuo. En general, el uso de la bicicleta es un muy valioso factor de civilidad que tiene una poderosa incidencia en la vida cotidiana.

Otros movimientos se han detonado a partir de la oposición a la construcción de obras viales destinadas al transporte motorizado. Otra valiosa iniciativa ha sido la de los grupos de ciudadanos que se han dado a la tarea de recorrer a pie la mancha urbana. Una vez más, estos recorridos permiten el reconocimiento directo del territorio urbano, de sus características, limitaciones y posibilidades, entendidas mediante el contacto directo y no mediatizado por el casi omnipresente factor automotor.  Estos ejercicios reivindican también la dignidad y vigencia del principal método de locomoción humana: la marcha a pie y, con ella, la primacía del peatón en el contexto citadino.

Estas y otras diferentes expresiones sobre la ciudad han logrado provocar un clima adecuado para una discusión más amplia. Porque todas estas inquietudes e iniciativas requieren de una visión general e integrada de la ciudad. Solamente así se podrá encuadrar y orientar eficazmente cada nuevo planteamiento específico, como los que se derivan de los grupos mencionados. Afortunadamente, existe entre nosotros un trabajo urbanístico serio y avanzado que ha venido sumando las experiencias y visiones de muchos profesionales a través de los últimos años y que propone un verdadero modelo de ciudad. Materializadas en dos instrumentos de planeación, estas visiones y experiencias se expresan a través del Plan Intermunicipal de Desarrollo Urbano y el Plan de Desarrollo Urbano de la Región Metropolitana de Guadalajara. Sería muy oportuno que todos los interesados en buscar un modelo de ciudad más apegado a nuestras necesidades y aspiraciones pudieran acercarse a estos instrumentos, conocerlos, discutirlos, integrar sus propias inquietudes y visiones y, una vez asumidos, pugnar por su puesta en marcha.

Solamente concibiendo y asumiendo un proyecto general de ciudad, que integre orgánicamente todos los aspectos específicos de su desarrollo, será posible buscar una Guadalajara mejor.

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