La ciencia conversada

Imagen de una sesión del Café Scientifique en Casa ITESO Clavigero. Foto: Luis Ponciano.
Imagen de una sesión del Café Scientifique en Casa ITESO Clavigero. Foto: Luis Ponciano.

El primer martes de cada mes, desde hace 14 años, se da el encuentro con la ciencia en el Café Scientifique, en donde se genera el diálogo acerca de temas multidisciplinarios de forma lúdica y accesible en la Casa ITESO-Clavigero.

El proyecto forma parte de una red internacional de divulgación del conocimiento científico que tiene su origen en París (1922) y cuyo propósito es que cualquier persona pueda acercarse y discutir sobre temas filosóficos y científicos.

Las ciencias sociales y las humanidades también tienen un lugar en este foro, al que han asistido 11 mil 455 personas. El Café Scientifique está a cargo del Centro de Promoción Cultural del ITESO y es de libre acceso; entre sus proyectos a corto plazo está aumentar el alcance vía la transmisión en streaming que hacen de las sesiones y tener mayor interacción en redes sociales.

Café Scientifique

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ITESO: 60 sueños de esperanza

José Morales Orozco, SJ, Rector del ITESO
José Morales Orozco, SJ, Rector del ITESO

El 31 de julio de este año, al recordar la constitución de ITESO, AC, iniciamos la celebración de los primeros 60 años del ITESO. Esta celebración se prolongará hasta el 21 de septiembre de 2018, cuando conmemoraremos el 60 aniversario del inicio de las clases en licenciatura. Es una celebración de la comunidad universitaria: están convocados e invitados los alumnos y alumnas, el profesorado, el personal, nuestros egresados y egresadas, y nuestras amigas y amigos que están en las trincheras en las que compartimos los sueños de transformación de nuestro país y nuestro mundo.

En este periodo queremos subrayar la esperanza que nos da pertenecer a esta comunidad, y por eso la frase que orientará nuestros festejos será: “ITESO 60 sueños de esperanza”.

En el mismo sentido, los objetivos de la celebración serán:

Promover la participación de los integrantes de la comunidad universitaria y de nuestros ex alumnos y ex alumnas en la construcción de una colectividad que se entusiasme por el futuro, para lo cual se organizarán distintas actividades académicas y de vinculación centradas en proyectos y reflexiones acerca de cómo responder a las necesidades de la sociedad.

Renovar la postura y el compromiso del ITESO con la sociedad, y así repasaremos nuestra historia; y expondremos el sentido de nuestro ser y quehacer para proyectar la dirección de nuestras actuaciones.

Celebrar lo que somos y queremos para fomentar la alegría y la esperanza de todos los que formamos parte del ITESO y los que tienen vínculos de colaboración con él.

Durante este año y medio en que celebraremos la existencia del ITESO los invito a que, a pesar de la avalancha de conflictos y penas que vive el mundo actualmente, persista la esperanza que nos trajo Jesús.

Reflexionemos acerca de lo que es el estilo ignaciano: buscar siempre el mayor y mejor servicio, estar en las fronteras donde otros no quieren estar. Ser la vanguardia en el pensamiento, estar en las encrucijadas de las ideologías. Todo eso sigue siendo todavía el objetivo principal de las instituciones de educación de la Compañía Jesús, como lo fue en sus principios.

Ahora la Compañía nos pide, en el ámbito de la educación superior, crear comunidades universitarias que sepan discernir, y que sepamos trabajar en red. Nos ha presentado el reto de estar no solamente atentos a trabajar a escalas local, regional o nacional, sino a nivel global: ése es el gran reto que tienen hoy las universidades de la Compañía: constituir una red mundial de universidades.

La Compañía nos ha presentado como desafíos mundiales los problemas de la violencia, la desigualdad social y la atención a los migrantes y refugiados. Regionalmente, las universidades tenemos que estar muy atentas también al problema de la corrupción y la impunidad, que en México y América Latina son un cáncer. Detrás de todo esto, la causa es un sistema socioeconómico político que lleva a la desigualdad social que es el caldo de cultivo para que existan el crimen organizado, el narcotráfico, la corrupción, la impunidad. Son problemas mundiales que tenemos que abordar, y por eso necesitamos trabajar colaborativamente en red.

Aprovechemos esta celebración de los 60 años para darle gracias a Dios por tanto bien recibido, como dice San Ignacio: por el bien que le ha dado a la comunidad universitaria, al ITESO, y por lo que le ha dado a la sociedad a través del ITESO. También hagámonos una pregunta: ¿qué le está pidiendo nuestro mundo, nuestra sociedad, al ITESO como universidad jesuita? Eso tenemos que respondérnoslo a escala institucional, a escala de cada departamento, de cada centro, de cada instancia, y en el plano personal: ¿qué me pide Dios a mí como miembro del ITESO, de esta comunidad, en este 60 aniversario?

Con una profunda acción de gracias por los bienes recibidos en estos 60 años, reciban un abrazo fraternal.

 

El Espíritu Vivifica

José Morales Orozco, SJ.

Rector

Educar en el compromiso social: Guillermo Martínez Conte

Guillermo Martínez Conte, presidente de ITESO, AC
Guillermo Martínez Conte, presidente de ITESO, AC

“El ITESO sigue siendo una institución congruente con sus ideales por formar jóvenes con calidad humana, excelencia académica e inspiración ignaciana”, afirma Guillermo Martínez Conte, presidente de ITESO, AC. Egresado de la carrera de Ingeniería Industrial, reconoce que el nivel académico de profesores y estudiantes ahora es mayor que en sus inicios. “La Universidad es más completa en ese sentido, con una mayor orientación a la preparación profesional y espiritual que responde en todo momento a las necesidades actuales de nuestra sociedad”.

En el contexto de la celebración de los 60 años de la Universidad, el presidente de ITESO, AC, considera que es fundamental la contribución del ITESO al desarrollo de la Zona Metropolitana de Guadalajara, del estado y de la región occidente del país.

“¿Qué es lo que ha aportado? Lo más importante: universitarios educados con valores. Además, ha tenido la capacidad de influir de manera honesta en decisiones que consideramos convenientes para el desarrollo económico y social del estado”, afirma.

 

¿Qué retos se plantea el ITESO?

Para Guillermo Martínez Conte, uno de los retos importantes es continuar con el fortalecimiento del nivel académico de los programas educativos: las licenciaturas, los posgrados, doctorados y diplomados.

Otro desafío es la internacionalización de los alumnos, que puedan irse en intercambio a más universidades, tanto del Sistema Universitario Jesuita (SUJ) como a instituciones no jesuitas, además de incrementar la colaboración con académicos de instituciones extranjeras.

También destaca el reto de conformar un nuevo plan maestro para mejorar la infraestructura, a fin de brindar mejores y más adecuados espacios de aprendizaje.

Subraya que, gracias al cuidado de los recursos, la Universidad tiene finanzas sanas: “Aquí es donde se ve reflejada la participación de todos los que formamos parte de la Junta de Gobierno: académicos, jesuitas y la asociación civil; todos le dan solidez y fortaleza, siempre con una visión de cuidado a largo plazo”.

 

Una colaboración estrecha para la mejora continua de la Universidad

De acuerdo con Martínez Conte, “el propósito de ITESO, AC, es colaborar con asesorías y análisis a través de los consejos instalados en la Universidad; los miembros de la asociación civil podemos guiar mejor el rumbo de la Universidad en temas específicos”.

A su vez, explica, el ITESO, a través del Rector, de sus profesores y de los miembros de la asociación que participan en diferentes instancias de la sociedad, puede influir en asuntos de interés general, como movilidad, seguridad o gobierno abierto.

“El ITESO ejerce una notable y positiva influencia por su claro compromiso social; ha colaborado en iniciativas organizadas por la sociedad civil, incluidos gobierno o grupos empresariales. Y si tenemos la posibilidad de participar, hay que hacerlo mediante aportaciones reales que sean de beneficio comunitario y no de intereses personales o privados, es decir, por un mejor México, porque tenemos que trabajar por la mejor educación de los mexicanos”.

 

Un mensaje para la comunidad universitaria

Para finalizar con sus reflexiones con motivo los primeros seis decenios de la Universidad, el presidente de iteso, ac, comenta: “Como dijo el P. Adolfo Nicolás, SJ: ‘No formamos a los mejores del mundo, sino que formamos a los mejores para el mundo’, y estoy totalmente convencido de que el iteso está orientado en ese sentido. Se puede decir que formamos alumnos con capacidad intelectual y calidad humana. Mi mensaje sería que todos debemos seguir luchando por el ideal de alumnos con una inspiración ignaciana, de compromiso real con la sociedad, con la comunidad, para construir un México mejor”.

60 años de formar profesionales con alto sentido de responsabilidad social

Antigua vista del ITESO desde el cerro del Tesoro.
Antigua vista del ITESO desde el cerro del Tesoro.

Hacia finales del siglo XVIII, Guadalajara carecía prácticamente de instituciones de enseñanza superior. El 25 de junio de 1767 se clausuró, por órdenes del rey Carlos III, la única escuela de enseñanza superior de la ciudad, el Colegio de Santo Tomás, dirigido y sostenido por los jesuitas. Francisco Xavier Clavigero y otros maestros universitarios fueron obligados a abandonar su colegio y su patria por ser jesuitas y por haber impulsado a sus alumnos a la aventura de la investigación científica y al análisis de la realidad social y política de la Nueva España. Pero la huella que dejaron tendría frutos dos siglos después.

En Guadalajara, como en muchas otras ciudades latinoamericanas, la consolidación de la vida universitaria implicó un proceso lento y complejo. Después de muchos acontecimientos históricos, el 31 de julio de 1957, día de San Ignacio de Loyola, 111 socios fundadores —entre ellos José Aguilar Figueroa, donador de los terrenos donde actualmente está el campus— firmaron el acta constitutiva que marcó el nacimiento del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente, AC. Así se sentaron las bases del sueño de un grupo de jesuitas, familias y empresarios locales: construir una universidad diferente. Su propuesta fue combinar la formación profesional de hombres y mujeres, con pleno sentido de responsabilidad y justicia social. Se trató del segundo proyecto universitario confiado a la Compañía de Jesús en el país, luego de la apertura de la Universidad Iberoamericana, en la Ciudad de México.

Esta propuesta vio sus primeros frutos cuando comenzaron las clases de licenciatura el 23 de septiembre de 1958. Las carreras que se abrieron en ese entonces fueron Derecho, Economía, Administración de Negocios, Contador Público y Auditor, Filosofía, Maestro en Psicología y las ingenierías Química, Civil y Electromecánica. La primera generación de egresados que tuvo el ITESO, en 1963, fue de 47 jóvenes que pusieron su empeño y su confianza en la naciente institución. Hoy en día, el ITESO puede decir que ha formado a más de 35 mil profesionales en las áreas de humanidades, ingenierías y negocios.

A seis décadas de su fundación, la universidad se mantiene fiel a las Orientaciones Fundamentales que han dado sentido a su proyecto educativo: la inspiración cristiana sustentada en los valores del Evangelio; la confianza en la persona humana y su autotrascendencia como base de las tareas educativas, así como un compromiso definido con la construcción de una sociedad más humana y más justa. Esa tradición y esas orientaciones han enmarcado el quehacer del ITESO en diálogo permanente con los avances de la ciencia y la tecnología, y en respuesta a los desafíos del mundo contemporáneo.

60 años del ITESO

Juan Luis Orozco, SJ, exrector del ITESO
Juan Luis Orozco, SJ, exrector del ITESO. Foto: Luis Ponciano

Desde su inicio, el ITESO ha buscado llevar adelante el modelo que la Compañía de Jesús aporta desde hace más de 450 años al mundo educativo y universitario con su filosofía educativa y su inspiración cristiana ignaciana, al igual que las otras universidades del Sistema Universitario Jesuita (SUJ).

Este modelo y esta inspiración deben concretarse para hacerse operativos, y de tiempo en tiempo se tienen que emprender revisiones más profundas para hacer operativo ese carisma que le dio vida. La Universidad es responsable de velar por el fomento y el desarrollo de esta filosofía y este modelo educativo, que se expresan en la calidad académica, la formación de profesores, la investigación, la difusión, la vinculación y la promoción de la cultura. Es necesaria una actitud de diálogo, de análisis, de escucha; de un verdadero discernimiento, buscando todos el bien mayor de esta Universidad y lo que Dios nos va pidiendo en el aquí y ahora y de cara al futuro.

La misión apostólica está en el corazón de la Compañía de Jesús y de todas sus obras. Una universidad no se puede entender por sí misma ni para sí misma. Ha de ser buscando contribuir a la justicia, la paz y la fraternidad, y esto en medio de un mundo cada vez más complicado, que muchas veces se aleja de esos valores evangélicos con los que la Compañía se quiere comprometer.

Es indispensable que el ITESO aporte en la línea de esos valores a la ciudad de Guadalajara, a su región, a Jalisco y al país. La Universidad tiene que salir a la calle y dejar que la calle entre a ella. Tiene que estar en continuo análisis de la situación socioeconómica y tomar acciones pertinentes tanto en lo que toca a la docencia, buscando formar integralmente a sus alumnos, como en las áreas de investigación y vinculación. Y que estos tres polos se vinculen más entre sí, tanto en la Universidad misma, como hacia el mundo al que quiere servir y aportar nuevos valores y un fuego de esperanza. Esta actitud de discernimiento, consistente y participativa, es más esencial que nunca para esta eficacia apostólica. No sólo nuestra Universidad, sino los gobiernos, la misma Iglesia y nuestras familias serían distintos si se viviera más esta actitud de discernimiento, que incluye análisis, ejecución, seguimiento y evaluación.

Es cierto que la realidad es razonable, pero seríamos ingenuos si pensáramos que la razón sola puede abarcarla completamente. Para llegar a la verdad es necesario emplear la razón en forma integral, enriquecida por la experiencia, la praxis, la imaginación y la afectividad. Y digo esto porque una de las tentaciones del mundo académico de nuestras universidades es creer que la razón pura y desde el escritorio lo alcanza a comprender todo.

La misma Congregación General 36 reconoce el papel decisivo de quienes colaboran en la vitalidad de nuestras obras, como las universitarias, en especial en aquellas personas inspiradas por la espiritualidad ignaciana. Compromiso del ITESO y, muy en particular, de los jesuitas que colaboran aquí, es hacer más viva y extensa la experiencia de esta espiritualidad.

Esta actitud de colaboración incluye el trabajo en redes, y nos debe llevar a participar más en ellas, con otras universidades de la Compañía de Jesús y también con otras que no lo son, dentro y fuera de México; con organismos civiles, grupos empresariales, ONG y los diferentes ámbitos de gobierno.

La misión, el compromiso y la responsabilidad del ITESO no son sólo de los jesuitas, sino también de todos los laicos que colaboran en una única misión. Hay que pasar de la actitud de que los laicos trabajan para los jesuitas o de que son sólo empleados de la Universidad, a una actitud de que todos somos colaboradores de una única misión que Jesús nos ha querido encomendar. Estos cambios no son fáciles y no se dan de la noche a la mañana, implican trabajo, requieren imaginación y valentía para sacarnos de caminos recorridos y con mucho fruto en el pasado; tenemos que responder a ellos de manera nueva ante tiempos y circunstancias nuevos, tenemos que movernos y salir de nuestros nichos de comodidad. Se requieren mucha creatividad y gran humildad, así como volver a recomponer y buscar si en algún momento nos hemos equivocado.

El ITESO y todas las universidades del SUJ se han de poner de cara al futuro, y en este caminar para los próximos años quiero subrayar tres tareas:

El ITESO debe seguir mejorando y enriqueciendo sus procesos de discernimiento. Poner las bases y los medios para ello a fin de hacer estos procesos más coherentes, capaces de identificar los desafíos que se presentan tanto en la Universidad como a escala global y responder a ellos a la luz de nuestra fe. Es indispensable que nuestras instituciones y nosotros mismos, para experimentar la invitación al proyecto de Jesús, nos acerquemos más al mundo de los pobres, de los marginados, y dejar que toquen nuestro corazón. No se ve igual el mundo desde un centro comercial o una colonia o una universidad muy nice, que desde un barrio marginado. Quien practica la misericordia es quien ve correctamente.

Desde esta perspectiva, hay que darles a las universidades más amplitud y profundidad a sus procesos de planificación y revisión. Estas dos tareas requieren mayores atención y desarrollo.

Creo que todo es válido en primer lugar para nosotros mismos, a fin de ayudar a nuestros alumnos a despertar a la realidad social, en especial a su crueldad, pero también a sus promesas y oportunidades. El mundo es un lugar más maravilloso de lo que suponemos, está preñado de posibilidades para la paz y la comunitariedad; trabajemos y enseñemos a nuestros alumnos a trabajar por esto.

Sólo me queda felicitarlos por estos primeros 60 años del ITESO y agradecer profundamente a aquellos que tuvieron la intuición y el valor de fundarlo, a aquellos “que sin ver creyeron” y a los que hoy siguen creyendo en su proyecto y se quieren comprometer con él.

Redes al servicio de la sociedad

Foto: Roberto Ornelas
Foto: Roberto Ornelas

Desde sus inicios, el ITESO se ha caracterizado por ser una institución impulsora de alternativas para el desarrollo local y regional.

La Universidad fomenta que los jóvenes colaboren en proyectos de intervención social para sensibilizarlos acerca de la gran desigualdad que se vive en México, así como para promover situaciones reales de aprendizaje que les generen experiencia en la aplicación de los conocimientos propios de su profesión, con un sentido de servicio.

“El compromiso social es uno de los elementos básicos de las Orientaciones Fundamentales del ITESO. Es la universidad al servicio de la sociedad; es el conocimiento, que no es neutral, puesto en el ámbito de la sociedad, como un aporte desde la Universidad para transformar esa realidad. Y, también, para que esa realidad pueda ser conocida, interpretada, indagada por estudiantes y profesores”, dice Juan Carlos Núñez Bustillos, director de Integración Comunitaria de la Universidad Jesuita de Guadalajara.

“Se trata de traer la realidad hacia la universidad y llevar la Universidad a la realidad, buscando la transformación por una sociedad más justa y más humana, pues ése es uno de los sellos distintivos del iteso. No es el conocimiento solamente para formar profesionales, sino formar profesionales libres y competentes, puestos a la búsqueda de esta transformación social”, explica el académico.

Desde las distintas áreas de esta Universidad se llevan a cabo en México más de 200 proyectos, como los de intervención social, migración, interculturalidad, trabajo con comunidades, vinculación con organizaciones sociales y grupos indígenas, empleabilidad, reconstrucción del tejido social y voluntariados.

 

Conocimiento para transformar y transformarnos

Por Enrique González

Los Proyectos de Aplicación Profesional (PAP) son un modelo de trabajo para mejorar comunidades en los que todos los alumnos participan. Son una forma de incidir en la sociedad con la colaboración de profesores, investigadores y estudiantes.

En estos proyectos, los alumnos aprenden y aplican conocimientos y competencias de sus áreas de estudio para proponer soluciones a problemas concretos de comunidades y organizaciones sociales específicas mediante apoyos y servicios de consultoría, intervención social, investigación, desarrollo comunitario y tecnológico e innovación de productos, procesos o servicios.

Los pap se orientan a formar a los alumnos para la vida, en el ejercicio de una profesión socialmente pertinente. Este enfoque implica un aprendizaje centrado en los estudiantes y cuyo proceso, conforme al proyecto educativo del iteso, debe ser significativo, situado, reflexivo, colaborativo y transferible; con alto nivel intelectual, afectivo y social.

“Estos proyectos tienen un impacto real en las comunidades, pero también está el impacto que tienen en los alumnos, porque ayudan a empatar sus conocimientos con su sentido de solidaridad. Es una manera de unir
vinculación, servicio, práctica profesional y conocimiento, por el bien de los demás”, expresó José Morales Orozco, SJ, Rector del ITESO, en el marco de la celebración de los diez años de este modelo de trabajo colaborativo.

Cada semestre participan alrededor de mil alumnos en la elaboración de propuestas para atender las necesidades de esos sectores; en verano, un promedio de 800 estudiantes. Actualmente, la Universidad atiende a cerca de 270 organizaciones, empresas y dependencias de gobierno mediante este esquema de colaboración.

 

Áreas de vinculación social

Los Proyectos de Aplicación Profesional (PAP) se desarrollan en las siguientes líneas estratégicas:

:: Sustentabilidad del hábitat.

:: Desarrollo con inclusión.

:: Desarrollo empresarial, economía social y emprendimiento.

:: Desarrollo tecnológico y generación de riqueza sustentable.

:: Gestión de las políticas públicas y del derecho.

:: Modelos y políticas de comunicación y de cultura.

 

25 años de vinculación con comunidades indígenas

Desde hace 25 años, el ITESO mantiene una relación colaborativa con pueblos indígenas. Por medio de convenios impulsa iniciativas que involucran a organizaciones y representantes de las comunidades wixaritari en Jalisco, Nayarit y Durango; na’ayeri en Nayarit, tarahumara en Chihuahua, tseltales en Chiapas y ayuuk en Oaxaca.

“Desde un esfuerzo interdepartamental y con participación de alumnos, se ha colaborado en diversos proyectos educativos alternativos que las comunidades impulsan atendiendo a su contexto y su proyecto futuro hacia un buen vivir en los estados de Jalisco, Nayarit, Durango, Chihuahua y Oaxaca. En este sentido, el ITESO colabora desde hace diez años en el Instituto Superior Intercultural Ayuuk (ISIA); se han coproducido diversos materiales educativos y de contenido cultural que abonan a la protección y la difusión de la cultura, reforzando con ello el proceso de enseñanza-aprendizaje en las escuelas que conforman la Red de Centros Educativos Interculturales Wixárika y Na’ayeri (Red CEIWYNA)”, explica Heliodoro Ochoa, coordinador del Programa de Educación Indígena Intercultural.

La Universidad ha apoyado con asesorías técnicas y peritajes en la defensa de territorios indígenas y lugares sagrados que son amenazados por la tala ilegal de árboles; proyectos externos de infraestructura, como la minería, el turismo y proyectos carreteros, así como en el posicionamiento de asuntos estratégicos y de coyuntura respecto de diferentes iniciativas.

En enero de 2017 se inició un programa especial de becas ITESO para estudiantes wixaritari con el propósito de formar liderazgos a través de proyectos universitarios para que ellos encabecen la futura relación con sus comunidades de origen.

Entre los proyectos educativos en los que colabora el ITESO están el Centro Educativo Intercultural Tatuutsi Maxakwaxí, el Bachillerato Intercultural Bilingüe Tatei Yurienaka ‘Iyarieya, el Bachillerato Comunitario Tamaatsi Parítsika, el Bachillerato Comunitario ‘Takutsi Niukieya y el Bachillerato Intercultural Muxatena.

Solidaridad con los migrantes y sus familias

Foto: FM4
Foto: FM4

Con el Programa de Asuntos Migratorios (Prami), el ITESO colabora en la atención de las necesidades de los migrantes y sus familias.

Entre las labores que realiza están el trabajo con familiares de migrantes en cuestiones de salud emocional; la elaboración de diagnósticos e investigaciones; la colaboración con redes a través de investigación conjunta, divulgación, campañas y políticas públicas, así como la prestación de apoyo a casas de migrantes por medio de la participación de estudiantes.

El programa de migración del ITESO trabaja actualmente en investigaciones acerca de la migración en tránsito por la ruta de Occidente y la población que está en las vías del tren en la Zona Metropolitana de Guadalajara.

En cuanto a proyectos, en Zapotlanejo colabora con mujeres familiares de migrantes en un proceso de formación como gestoras de migración y familia. También trabaja con una red de investigadores en el ámbito local en el asunto de migración de retorno. Es parte del trabajo con migrantes que lleva adelante la Compañía de Jesús en todos los continentes.

“Hacemos investigación y vinculación social para atender los problemas y necesidades de la población jalisciense en procesos de migración internacional, a través de la prestación de diversos servicios, asesorías y procesos formativos en comunidades trasnacionales en Jalisco, que busquen potenciar sus efectos positivos y favorecer una dinámica activa de desarrollo comunitario trasnacional”, explica Sofía de la Peña, coordinadora del programa.