Dialogar para educar mejor

Los alumnos de Diseño del ITESO aprendieron sobre la historia y la identidad del pueblo wixárika para ilustrar el relato tradicional “Wixárika Watakame y Nakawé”, escrito por uno de los profesores del Bachillerato Intercultural Takutsi Niukieya. Este libro y otros más son compartidos en la Red de Centros Educativos Interculturales, en la que se reconoce al diferente y se aprecia la diversidad de los pueblos originarios.

“Apostamos a una educación reflexiva, que genere conciencia en nuestros estudiantes para emprender diálogos solidarios con otros pueblos originarios y la sociedad”, explica el profesor Crescencio Lince, director y docente.

Esta red se creó en 2013, para unir esfuerzos y trabajar de forma vinculada; está conformada por dos secundarias y seis bachilleratos. Todos estos planteles tienen en común el hecho de que imparten educación intercultural y bilingüe, y lo hacen en Jalisco, Nayarit y Durango. De estas escuelas han egresado 400 estudiantes, cuya formación ha podido darse sin que hayan tenido que negar su identidad, como ocurre en las aulas urbanas.

Red de Centros Educativos Interculturales

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Lucha por la casa común

Megaperegrinación de Modevite en San Cristóbal de las Casas en 2016. Foto: modevite.wordpress.com
Megaperegrinación de Modevite en San Cristóbal de las Casas en 2016. Foto: modevite.wordpress.com

Defender la casa común de las amenazas a bosques y lugares sagrados; subsanar las fracturas que han sufrido las comunidades y decidir sobre la manera en que quieren organizarse, es en lo que trabaja el Movimiento en Defensa de la Vida y el Territorio (Modevite), que agrupa a 11 municipios de Chiapas.

Modevite se formó, en primera instancia, para encontrar una solución al problema de alcoholismo en las comunidades indígenas de la región ante la inacción de las autoridades en lo tocante a la venta clandestina de alcohol. A este problema se sumó el narcomenudeo que se apropió de las escuelas.

Octavio Gómez, integrante de este movimiento, relata que han ido creciendo, no sólo en la cantidad de municipios que se sumaron al proyecto que inició hace cuatro años, sino también en sus acciones, mediante las cuales piden respeto y cuidado de su entorno.

“Los grandes megaproyectos que hay (como la autopista San Cristóbal-Palenque) acaban con lo que tenemos para vivir, con los bosques, los manantiales, los lugares sagrados que son vitales para la vida de la comunidad; ahí hacen sus oraciones para pedir lluvia y que se dé una buena cosecha en el año”, explica Santiago Pérez, también miembro de Modevite.

El Movimiento en Defensa de la Vida y del Territorio, que es acompañado por la Misión Jesuita de Bachajón, organiza talleres acerca de temas como derecho a la consulta y a la autodeterminación, a los que asisten los representantes de las regiones que conforman los municipios que se unieron al movimiento. Ellos comparten en sus comunidades lo que se vio en el taller para platicarlo y analizarlo en comunidad.

Movimiento en Defensa de la Vida y del Territorio

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Cuando el verde no es como lo pintan

En el Istmo de Tehuantepec se han colocado aerogeneradores en campos de cultivo y cerca de viviendas. Foto: Prometeo Lucero
En el Istmo de Tehuantepec se han colocado aerogeneradores en campos de cultivo y cerca de viviendas. Foto: Prometeo Lucero

La Asamblea de los Pueblos Indígenas del Istmo de Tehuantepec en Defensa de la Tierra y el Territorio (APITDTT) la integran campesinos, campesinas, pescadores y amas de casa indígenas binnizá e ikoots de ese lugar. Una de sus caras más visibles es Bettina Cruz, quien desde 2005 ha conformado un grupo de apoyo y solidaridad “para dar información sobre los proyectos de las empresas que buscan generar energías renovables. En realidad, no todo es tan verde como lo pintan sus políticas ambientales”.

Desde el año 2007, cuando la Asamblea se constituyó, la fuerza de este movimiento de resistencia reside en la información y el involucramiento de las comunidades en la toma de decisiones.

“Damos información sobre cuáles son los proyectos, hacemos un análisis sobre los contratos, checamos los impactos en la vida de los pueblos y en la vida de la naturaleza. En realidad, lo que nos preocupa es la vida, y cómo la afectan las actividades económicas. Y a partir de ahí se platica todo y se empieza a organizar todo”.

Bettina Cruz, quien enfrentó un proceso legal en 2012 por su presunta responsabilidad en la comisión de delitos “contra el consumo y la riqueza nacional”, asegura que, a partir de que se dan cuenta de la llegada del capital y las inversiones a una región, “se realiza la organización de la gente, en la que lo más importante es la visibilización de los problemas; luego verificamos si tenemos alguna de las rutas jurídicas. Todo se hace para poder detener estos proyectos”.

Las principales dificultades que enfrentan se relacionan con tener que luchar contra una maquinaria en la que el Estado y sus gobernantes se ofrecen como facilitadores de inversionistas que manejan un doble discurso.

“Somos muy criticados porque dicen que estamos luchando contra la energía renovable. No estamos luchando contra eso: las empresas que están calentando el planeta son las mismas que están metidas en las energías renovables, y eso es como un doble discurso. Al final, todo es parte de la mercantilización de la vida”.

Asamblea de los Pueblos Indígenas del Istmo de Tehuantepec en Defensa de la Tierra y el Territorio

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Juntos trabajamos, juntos soñamos, juntos caminamos

Foto: capeltic.org
Foto: capeltic.org

Valorar un buen café puede estar no sólo en su disfrute, sino también en comprender cómo ese café se vuelve factor de la economía en una región y contribuye al bienestar social. Capeltic es una cooperativa que busca retribuir de forma justa y digna a pequeños productores indígenas tseltales en la selva norte de Chiapas por su trabajo.

Capeltic (“nuestro café”, en tseltal) produce café orgánico de alta calidad y lo vende a través de tres cafeterías ubicadas en la Ibero Ciudad de México (2010), la Ibero Puebla (2012) y en el ITESO (desde 2014); así se articula el trabajo de estas instituciones con los proyectos sociales apoyados por la Compañía de Jesús. Actualmente tiene su propia planta para tostar café. En 2016 esta empresa vendió 75 toneladas y factura 50 millones de pesos al año; cuenta, además, con una escuela de café en donde preparan a baristas, así como una escuela de sustentabilidad.

Para cambiar la lógica de explotación, en la región se creó Yomol A’Tel, que integra a otras cuatro cooperativas: Ts’umbal Xitalha’ (produce miel orgánica), Bats’il Maya (planta torrefactora de café orgánico), Xapontic (mujeres que elaboran jabones artesanales) y Chabtic (comercializadora de miel orgánica). Este proyecto, integrado por 65 comunidades y 330 productores de nueve regiones, beneficia a más de 2 mil indígenas.

Capeltic

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El poder de la mujer indígena

Taller de Herbolaria con mujeres de la comunidad Barrio San José, en el sur de Chiapas. Foto: fondeadora.mx
Taller de Herbolaria con mujeres de la comunidad Barrio San José, en el sur de Chiapas. Foto: fondeadora.mx

El centro comunitario Sa’sa ijtkuy (“buen vivir”) de mujeres zoque es un caso de éxito desde dos perspectivas: en primer lugar, como un espacio de empoderamiento para que la mujer indígena aporte sus conocimientos ancestrales a la comunidad y la ayude, en especial en el uso de la herbolaria, para mejorar la salud de las personas.

La segunda perspectiva sobre este centro, ubicado en el sur de Chiapas, es que las iniciativas sociales de este tipo pueden alcanzar el éxito con el apoyo de la gente. A través de la plataforma de crowdfunding (o financiamiento colectivo) Fondeadora, el centro pudo hacerse realidad gracias a que lograron reunir la meta de 70 mil pesos para su construcción, donados por 128 fondeadores.

Mariana Calixto, integrante de Sa’sa ijtkuy, explica que su objetivo es “revitalizar el protagonismo de las mujeres en las iniciativas de autonomía desde los propios pueblos. El hecho de que prevalezcan tantas problemáticas en las comunidades es algo que se debe mucho a cómo se margina a la mujer y se desensibiliza con respecto a su trabajo en su construcción”.

En este espacio, las mujeres zoque pueden almacenar y seguir preparando medicinas, pero además de eso, también enseñan agroecología y cómo prevenir enfermedades mediante una alimentación sana y autosustentable, así como la forma de recuperar la tierra mediante cultivos pequeños.

Es tiempo del Congreso Nacional Indígena

 

En 2016 el CNI decidió impulsar la propuesta del EZLN y participar en las elecciones de 2018.
En 2016 el CNI decidió impulsar la propuesta del EZLN y participar en las elecciones de 2018.

“Esto es lo que somos, nuestra palabra, nuestro caminar y nuestra lucha irrenunciable, somos, pues, el Congreso Nacional Indígena y nuestro es el futuro de nuestros pueblos”.

Con esta frase, el Congreso Nacional Indígena (CNI) da la bienvenida a quien busca información sobre ellos. Lo conforman los mismos que en 1994, pero ahora están más preparados y son un Congreso desde 1996. Son los mismos oprimidos que resisten la devastación desde tiempos de la Colonia, pero ahora con una gran aspiración: buscan arruinarles la fiesta a los poderosos.

El CNI está integrado por pueblos, naciones y tribus originarios de México. Lo mismo está el pueblo chichimeca que la región chontal de Oaxaca. Aquí valen lo mismo los cocas de la costa que los mazahuas del centro de México. Un mixteco, un nahua y un rarámuri conviven con un objetivo común: su territorio y la naturaleza son su fortaleza. Buscan dar la cara en un proceso electoral.

El pasado 27 de mayo se dio a conocer que el CNI eligió a María de Jesús Patricio Martínez, Marichuy, como la vocera del Concejo Indígena de Gobierno y su potencial candidata independiente a la presidencia de la República. Una mujer de 53 años originaria de Tuxpan, Jalisco, nahua, que practica la medicina tradicional, es defensora de los derechos humanos y está comprometida con la vida.

Desde entonces, Marichuy se prepara, pero ha adoptado el hermetismo. Son pocas las entrevistas que ha dado y por medio del CNI ha informado que no habrá contacto con los medios de comunicación hasta que la Asamblea determine la ruta que se seguirá. Decíamos, no tienen una tarea sencilla. Su lucha es por la vida, por resistir contra el capitalismo y contra los gobiernos que funcionan como máquinas de exterminio.

En octubre pasado, en un singular comunicado conjunto con el Ejercito Zapatista de Liberación Nacional, el CNI declaró abiertas las consultas para determinar si los pueblos que conforman la agrupación querían participar en las elecciones de 2018. La decisión se tomó medio año después. Y desde entonces y hasta ahora se mantienen firmes: su lucha no es por el poder.

“Ratificamos que nuestra lucha no es por el poder, no lo buscamos; sino que llamaremos a los pueblos originarios y a la sociedad civil a organizarnos para detener esta destrucción, fortalecernos en nuestras resistencias y rebeldías, es decir, en la defensa de la vida de cada persona, cada familia, colectivo, comunidad o barrio. De construir la paz y la justicia rehilándonos desde abajo, desde donde somos lo que somos”, se lee en el comunicado “Que retiemble en sus centros la Tierra”.

Es el tiempo de la dignidad rebelde. Es tiempo del Congreso Nacional Indígena.

Congreso Nacional Indígena

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:: “Enfrentar la guerra todos juntos”. Entrevista con María de Jesús Patricio.