Dialogar para educar mejor

Los alumnos de Diseño del ITESO aprendieron sobre la historia y la identidad del pueblo wixárika para ilustrar el relato tradicional “Wixárika Watakame y Nakawé”, escrito por uno de los profesores del Bachillerato Intercultural Takutsi Niukieya. Este libro y otros más son compartidos en la Red de Centros Educativos Interculturales, en la que se reconoce al diferente y se aprecia la diversidad de los pueblos originarios.

“Apostamos a una educación reflexiva, que genere conciencia en nuestros estudiantes para emprender diálogos solidarios con otros pueblos originarios y la sociedad”, explica el profesor Crescencio Lince, director y docente.

Esta red se creó en 2013, para unir esfuerzos y trabajar de forma vinculada; está conformada por dos secundarias y seis bachilleratos. Todos estos planteles tienen en común el hecho de que imparten educación intercultural y bilingüe, y lo hacen en Jalisco, Nayarit y Durango. De estas escuelas han egresado 400 estudiantes, cuya formación ha podido darse sin que hayan tenido que negar su identidad, como ocurre en las aulas urbanas.

Red de Centros Educativos Interculturales

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Un programa para disminuir la desigualdad económica

Foto: Comunicación Institucional ITESO
Foto: Comunicación Institucional ITESO

En 56 colonias del sur de Guadalajara puede encontrarse una representación de la desigualdad que existe en la ciudad, y ése es el campo de acción del Programa Integral Polanco del ITESO.

“Tenemos colonias de muy alta marginación y de marginación media, zonas obreras y residenciales, barrios populares y zonas industriales; en este territorio hay un retrato fiel de lo que es la Zona Metropolitana de Guadalajara y un desafío suficiente para que la universidad completa se implique”, explica Héctor Morales Gil, facilitador del Programa.

A grandes rasgos, el polígono abarca de Periférico Sur a la avenida 18 de Marzo-Cruz del Sur y de la avenida Miguel López de Legaspi a la avenida Gobernador Luis G. Curiel.

“Ahí hay cantidad de problemáticas: la cuestión de la escolaridad es un asunto que se debe atender; la condición del empleo, una estructura económica fragmentada, tejidos sociales muy desvinculados, la conflictividad y la violencia de los barrios”.

El Programa Integral Polanco se planteó a raíz de una propuesta de ampliación del Centro Polanco —que nació hace más de 40 años por iniciativa de alumnos de Psicología—. El objetivo del Programa es, detalla Morales Gil, mejorar las condiciones y calidad de vida de la población mediante cuatro líneas de trabajo: acceso a educación, cultura y salud; desarrollo económico y social; construcción de ciudadanía y mejoramiento espacial de los entornos de vida.

En total hay 11 centros y departamentos y 31 académicos de la universidad que son parte del Programa Integral Polanco; la intervención en dicho polígono es a través de los Proyectos de Aplicación Profesional, voluntariados, prácticas profesionales.

Además de articular los esfuerzos que ya se hacían en la zona, la instrumentación del Programa Integral Polanco implicó también vincularse con la estructura eclesial, los gobiernos municipales, con organizaciones no gubernamentales, así como con empresas del Parque Tecnológico ITESO.

El profesor del Centro Interdisciplinario para la Formación y Vinculación Social señala que la intervención contempla a las colonias más jóvenes, las que se plantearon como zonas residenciales o residenciales medias.

“No hay que concentrar esfuerzos exclusivamente en las zonas más marginadas, sino intentar disminuir las brechas de desigualdad económica social, cultural, educativa: ése es el asunto central”, afirma Morales Gil.

Programa Integral Polanco

:: Contacto: moralesgil@iteso.mx

:: “En el Centro Polanco marcan vidas”.

 

Acompañamiento en la educación y en el trabajo

Foto: Roberto Ornelas
Foto: Roberto Ornelas

En el bachillerato Pedro Arrupe, SJ, los alumnos no son olvidados después de la fiesta de graduación. Los estudiantes se despiden de los profesores y sus compañeros, concluyen sus estudios, pero en la preparatoria mantienen comunicación con ellos para animarlos a que continúen con estudios universitarios.

Para aumentar las posibilidades de que un joven tenga un crecimiento profesional y, por tanto, mejore su calidad de vida, en este bachillerato los estudiantes reciben capacitación y formación para el trabajo por medio del programa de la Federación Internacional de Fe y Alegría, creado en 1960 por José María Vélaz, SJ, quien impartió clases en los barrios más pobres de Venezuela porque estaba confiado en que la educación era el camino hacia la igualdad.

Venezuela, Colombia y México comparten algunas problemáticas, pero también una solución. En estos países, así como en otros 18, la Federación Internacional de Fe y Alegría forma jóvenes de bachillerato en un programa de inserción laboral. En 2016 egresó la primera generación de este proyecto. Los profesores y directivos buscan ampliar la propuesta a otras instituciones educativas en México y estrechar lazos con las diferentes obras de la Compañía de Jesús en América Latina y España.

Federación Internacional de Fe y Alegría

:: Bachillerato Pedro Arrupe, SJ.

:: Federación Internacional de Fe y Alegría.

:: “Jóvenes: educación digna para un trabajo digno”.

Educación intercultural para un mundo más justo

Martina Victoriano, de 22 años, estudia la licenciatura en Comunicación Social en el Centro de Estudios Ayuuk. Foto: Giorgio Viera.
Martina Victoriano, de 22 años, estudia la licenciatura en Comunicación Social en el Centro de Estudios Ayuuk. Foto: Giorgio Viera.

Garantizar el acceso a la educación superior de calidad para los jóvenes indígenas de la región de la Sierra Mixe de Oaxaca y del resto del país fue el objetivo con el que nació el Instituto Superior Intercultural Ayuuk (ISIA), que forma parte del Sistema Universitario Jesuita (SUJ).

El isia es el resultado de una alianza entre la organización civil Ser Mixe, el pueblo Ayuuk y el suj, y abrió sus puertas el 10 de noviembre de 2006 en la comunidad de Jaltepec de Candayoc, municipio de San Juan Cotzocón.

Es una institución de educación superior de inspiración ignaciana, intercultural, abierta y en constante búsqueda de alternativas que propongan la construcción de otro mundo, uno más incluyente, justo y equitativo.

Los estudiantes hablan 13 lenguas: ayuuk (en su mayoría), zapoteco, ikoots, ñuu suavi, chinanteco, popoluca, zoque, chontal, tseltal, náhuatl, wixaritari, rarámuri y español; además de estas lenguas, se estimula el aprendizaje del inglés.

En su planta docente hay profesores de los pueblos originarios de Oaxaca, de instituciones como el ITESO, las distintas universidades Iberoamericanas y otras universidades, a quienes el instituto les ofrece transporte y hospedaje en las casas que tiene la escuela.

La oferta educativa de Ayuuk consiste en tres licenciaturas: Educación Intercultural, Administración y Desarrollo Sustentable y Comunicación para el Desarrollo Social, así como la maestría en Educación y Gestión del Conocimiento.

Instituto Superior Intercultural Ayuuk

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Universidades responsables en red

Algunas de las universidades de la Ausjal.
Algunas de las universidades de la Ausjal.

“Queremos ser universidades responsables que aportemos en sociedades divididas, golpeadas y no pocas veces deprimidas. No sólo ciencia, sino conciencia; no sólo un conocimiento más hondo de nuestras realidades, sino que seamos capaces de aportar propuestas de solución a las problemáticas en que vivimos”.

Con esta frase, inserta en el documento “Desafíos de América Latina y propuesta educativa”, es como la Asociación de Universidades Confiadas a la Compañía de Jesús en América Latina (Ausjal) se sitúa en su misión educadora.

La asociación fue constituida el 10 de noviembre de 1985 como una red interuniversitaria que hoy reúne a 31 universidades e instituciones de educación superior confiadas a la Compañía de Jesús en 14 países de América Latina. El ITESO es una de las universidades en México unidas a la red.

Su misión es clara: impulsar la formación integral de los estudiantes, académicos y colaboradores de sus universidades en la inspiración cristiana, la identidad ignaciana o la investigación que incida en políticas públicas, todo al servicio de la fe, la promoción de la justicia y el cuidado del medio ambiente.

La aportación tangible de la asociación se traduce en redes de homólogos que, trabajando en grupos, abordan temas relevantes para las universidades y sus entornos sociales; Ausjal también promueve el intercambio académico y la movilidad de estudiantes.

De todos los intercambios que se realizan cada año a las cerca de 160 universidades con las que el ITESO tiene convenio, la Universidad Jesuita de Guadalajara envía un promedio de 20 alumnos a universidades de Ausjal. Además, la Ausjal se inserta en la red mundial de más de 200 universidades jesuitas con presencia en los cinco continentes.

La labor de las 12 redes de homólogos y grupos de trabajo de Ausjal mira más allá de las fronteras universitarias, tratando de solucionar los problemas específicos de las sociedades de las que forman parte.

Los asuntos van de la mano con las preocupaciones de la Compañía de Jesús: educación, desigualdad y pobreza, medio ambiente y sustentabilidad, derecho a la comunicación, democracia o derechos humanos. En 11 de ellas participan académicos del iteso.

Carlos Luna, director de Información Académica del ITESO coordina el Repositorio Ausjal en el Grupo de Trabajo de Bibliotecas, que ya está disponible para que la comunidad universitaria tenga acceso a la producción académica de varias universidades de América Latina.

Ausjal

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:: “30 años creando redes de conocimiento”.

La universidad sin universidad

Taller de construcción de estufas ecológicas en la Unitierra, en Oaxaca.
Taller de construcción de estufas ecológicas en la Unitierra, en Oaxaca. Foto: Unitierra.

El aprendizaje es un aspecto de la vida cotidiana que puede cultivarse; el estudio, un ejercicio autónomo y gozoso, de gente libre. Esas premisas fueron las semillas de la Universidad de la Tierra en Oaxaca (Unitierra).

No es una universidad como las otras; de hecho, la llaman así para reírse del sistema oficial y para reivindicar una vieja tradición de las primeras universidades: la de que un grupo de amigos aprendan y estudien juntos, alrededor de una mesa, no para obtener un diploma o avanzar en la pirámide educativa, sino por el mero placer de hacerlo, por la pasión que un tema les inspira.

“Por eso creamos nuestra universidad. Están con nosotros jóvenes sin diplomas; algunos nunca asistieron a la escuela. Podrán aprender las habilidades de un oficio o un campo de estudio como aprendices de alguien que las está ejerciendo —una partera, un abogado agrario, un geógrafo, una agricultora urbana, un constructor con adobe…”, se lee en su página web.

Sin títulos ni jerarquías, la Unitierra ha compartido su experiencia con otras personas y organizaciones para la creación autónoma de empeños semejantes, como la Universidad de la Tierra en Chiapas, la Universidad de la Tierra en Puebla, la Universidad de la Tierra en California y la Universidad de la Tierra en San Pablo Huitzo, Oaxaca.

Unitierra

:: unitierraoax.org

:: Unitierra en Facebook.

:: “Reaprendiendo la esperanza: la historia de Unitierra”.

:: “Es importante recuperar la esperanza como una fuerza social”. Entrevista con Gustavo Esteva.