Las resistencias sociales de la Comisión Popular Pro-defensa del Agua, frente a proyectos autoritarios de explotación hidrológica

Por  Ma. Angélica Ramos Gómez, miembro del Comité Agua y Vida, Santa Cruz de las Flores, Tlajomulco, A.C.

Somos memoria que ilumina nuestros pasos.
Pasos acompasados
por los sonidos,
del agua,
del viento,
los árboles,
los pájaros,
los peces,
las mariposas.

Los rostros de los nuestros,
certeza fecunda en imaginar mañanas
Nuestra tierra firme… que sepultara algún día nuestros huesos.

Ma. Angélica Ramos Gómez

Nuestra historia de resistencia

Nos llena de indignación, cuando vemos a nuestro paso, un territorio hecho pedazos, en esa ambición enloquecida de los dueños del dinero en robarnos nuestros suelos que fueron lugares de vida y que alimentaban nuestros acuíferos.

A cada paso, nos encontramos con vida despedazada en nuestros entornos naturales.

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Nuestros arroyos y ojos de agua han enfermado y casi todos han muerto.

Selvas y bosques con quemas intencionadas, por la prisa delirante de los corporativos inmobiliarios en “ganar dinero”.

Ahora miramos nuestros sembradíos, cerros y manantiales; carcomidos y enterrados por los bloques de cemento y por grandes plastas de lámina que entristecen nuestros campos impidiendo que el agua siga su ciclo de vida.

Hace veinte años, en 1992, resistimos a la iniciativa gubernamental al momento de nacer y organizamos como Comisión Popular Pro-Defensa del Agua [CPPA]. Quienes la forjamos fuimos mujeres y hombres jóvenes estudiantes, madres de familia, campesinos, obreros, artesanos, trabajadores de oficios.

En dos momentos, en 1991 y en el 2002, nos opusimos a la extracción de agua de nuestro acuífero regional, que pretendió llevar a cabo la autoridad, bajo el argumento en abastecer de agua a la población de la Zona Metropolitana de Guadalajara.

Nuestra resistencia logró detener la ejecución de estos proyectos en los tiempos de los gobiernos de Guillermo Cosío Vidaurri y Francisco Ramírez Acuña.

eco2Planeaban entonces, perforar diez pozos profundos, aunque se decían que eran más a una profundidad de 400 y 500 metros. Proyectos denominados por la autoridad como Domo Sur de la Primavera sub-cuenca San Marcos [1990] y Proyecto Acuífero San Isidro [2002].

Las personas de estos pueblos [1] que seríamos afectados, nos defendimos de este despojo recurriendo a la argumentación técnico-científica [nosotros encargamos estudios que pagamos] ante el menosprecio y autoritarismo de los representantes del Gobierno del Estado de esos tiempos, para que los funcionarios cumplieran conforme a la ley que nos rige a los mexicanos y mexicanas.

Le pedimos a la autoridad, durante más de dos años, que nos presentaran estudios como el de impacto ambiental, balance hidrológico, entre otros, a fin de conocer las consecuencias en el sometimiento a esta extracción de agua. Los estudios que encargamos habían encontrado que se trataba de un solo acuífero y que en poco tiempo no tendríamos más agua.

Comprobamos el engaño de la autoridad, respecto tomarían agua profunda y nosotros podíamos seguir abasteciéndonos de los acuíferos superficiales.

Además, los estudios señalaban, dada la gran cantidad de extracción que se llevaría a cabo, dificultaría la dilución de metales pesados, por lo tanto se consumiría agua contaminada. Por formar parte del ecosistema del Bosque de la Primavera, por lo que nosotros y la gente de Guadalajara, estaríamos tomando agua envenenada.

Pese en haber llevado nuestra inconformidad y solicitud de información ante la Cámara de Diputados de nivel federal.

Jamás presentaron el estudio de impacto ambiental, y pese a esta omisión, dictaminaron como favorable la explotación del acuífero. Y no nos quedó otra, sino defender nuestra agua, desde nuestros campos y a través de nuestros cuerpos.

En lo legal presentamos una denuncia popular firmada por los pueblos, para que la autoridad nos respondiera a nuestra petición de información y tampoco presentaron información. Recorrimos todas las dependencias estatales y luego fuimos a las federales.

En la Cámara de Diputados presentamos nuestra denuncia acompañada de seis mil firmas. Llegamos hasta los Pinos, cuando Salinas de Gortari fue presidente. Presentamos nuestra queja a la Comisión Nacional de Derechos Humanos [CNDH], a la Comisión Nacional del Agua [CONAGUA].

La CNDH, la entonces Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología [SEDUE], el Instituto Nacional de Ecología [INE], la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente [PROFEPA], la entonces, Comisión Estatal de Ecología [CEE] hoy SEMADES, Sistema Intermunicipal de Agua Potable y Alcantarillado [SIAPA] como organismo ejecutor de la extracción.

Todas ellas nos dieron una gran lección: son enormes piedras que impiden la gestión social de las personas, bajo el discurso mentiroso de que vivimos en un gobierno democrático.

A modo de conclusión, puedo decir que:

  1. Nuestro liderazgo fundamentalmente femenino en este movimiento se diferenció de los movimientos clásicos, debido a una amplia participación femenina pero con liderazgos masculinos.
  2. El develamiento de la ilegalidad institucional de los procedimientos puestos en marcha por la autoridad, deslegitimó la decisión gubernamental, lo que condujo a la retractación sobre la ejecución del proyecto.
  3. El triunfo de este movimiento resulta categórico cuando se ha editado en dos etapas, llevando a la autoridad a la revocación de dicha iniciativa en torno a la ejecución de este proyecto.
  4. La importancia de su triunfo ha residido en haber sido un movimiento local fue capaz de poner en movimiento el andamiaje político administrativo de las diferentes dependencias gubernamentales, de los niveles estatal y federal, poniendo de manifiesto la ilegalidad institucional que prevalece en el sistema de gobierno de tipo autoritario.

 

Santa Cruz de las Flores, Tlajomulco de Zúñiga, Jalisco.
13 de abril de 2013

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[1] Municipios de esta región: Tala, Acatlán de Juárez, Villa Corona, y Tlajomulco de Zúñiga.

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