Intervención social desde el quehacer profesional

 

Por: Ana Martha Becerra Guerrero, estudiante de Ingeniería Ambiental, voluntaria en el Programa de Ecología Política 

Entre la sequía, la contaminación y una deficiente gestión del agua, surge la Red de Cajititlán “Por un lago limpio”, que agrupa a personas de diversas comunidades ribereñas y de diferentes sectores sociales. En ella se propicia el espacio para un diálogo de saberes que permite identificar los problemas específicos que se presentan para los pescadores, agricultores y cada uno de los miembros de la comunidad por la contaminación de la laguna, así como su capacidad de organización y participación en la gestión social.

En la Red participan campesinos, cooperativas, instituciones académicas y gubernamentales, estudiantes, artesanos, amas de casa, entre otros,  que frente a los problemas ambientales defienden y preservan los valores patrimoniales de la región en que viven y proponen modelos alternativos de desarrollo. Modelos que no solo procuren un menor impacto ambiental, sino que incentiven el cambio social necesario para atacar las causas de los problemas.

En otras palabras, se pretende alcanzar un desarrollo rural sustentable, esto es, la mejora del bienestar social de la población y de las actividades económicas en el territorio, a través de la conservación y restauración de las condiciones naturales que así lo permitan, recursos naturales en cantidad y calidad, biodiversidad, servicios ambientales, ciclos, etc. 

Participar en el programa de Ecología Política del Centro de Investigación de Formación Social [CIFS-ITESO], y en particular en este proceso de la Red, me ha permitido acercarme a la realidad social incrementando mi capacidad de comprensión de los procesos dinámicos, así como valorizar el conocimiento popular, la memoria histórica, la identidad territorial, la acción colectiva, la organización, las formas de intervención, los problemas actuales y su significado e interpretación, las alternativas que se gestan a partir de estos problemas y de sus alcances y limitaciones, en el desarrollo de proyectos de divulgación y el encuentro de áreas específicas aplicando mi formación en Ingeniería Ambiental, dotándola de sentido e interés.

La intervención me da conciencia del impacto que mi desempeño como profesionista puede tener, orientándome entonces a un ético ejercer de mi profesión, es decir, me humaniza como futura ingeniera ambiental y me facilita nuevos acercamientos a otras realidades con las que me interesa trabajar.

 

 

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