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La privada de Pedro Castellanos: ¿de veras teníamos que perderla tontamente?
Por Juan Palomar La carrera de Pedro Castellanos fue muy particular. Después de haber sido el arquitecto más exitoso de Guadalajara —y ciertamente uno de los más talentosos— tomó la decisión, en 1938, de ingresar como monje franciscano a la vida religiosa. Durante los años precedentes, entre su egreso de la Escuela Libre de Ingenieros…