Falleció Ricardo Porro, gran arquitecto cubano


Ricardo Porro

Es una pérdida irreparable para la cultura cubana que pierde así, a uno de los protagonistas más auténticos de la renovación arquitectónica ocurrida en el país en la década del 50 del siglo pasado.

Profesional prolífico y maestro de generaciones, murió a los 89 años en París, ciudad en la que se había exiliado en 1966.

School of Ballet by Vittorio Garatti . Image © Adrián Guerra Rey via places.designobserver.com

Autor de las escuelas de Artes Plásticas y Danza del conjunto de las Escuelas Nacionales de Arte, sin lugar a dudas la pieza emblemática y más conocida de la arquitectura realizada después del triunfo de la Revolución en 1959. La obra de Porro realizada en Francia en las últimas décadas, guardó la misma frescura y fue tan provocadora como su arquitectura de los años de juventud; depositaria del misterio de lo cubano que como genuino artista él imprimió a su obra.

Nacido en la ciudad de Camagüey en 1925, se gradúa de arquitecto en la Escuela de Arquitectura de La Habana en los años 40. Su primer viaje a Europa lo realiza en 1948, cuando estudia en la Sorbona y en el Instituto de Urbanismo de París. Entonces viaja a Escandinavia y a Italia, donde participa en los cursos de la Escuela del CIAM con los más importantes arquitectos y teóricos del movimiento moderno como Rogers, Gardella, Franco Albini y Bruno Zevi.

De regreso a Cuba, a partir de 1950, concibe y realiza en La Habana sus primeras obras de arquitectura como Villa Armenteros (1950), Villa Ennis (1953), Villa San Miguel (1953), Villa Villegas (1953), la casa García (1954), la casa Abad-Villegas (1954) Timothy Ennis (1957). Estas residencias forman parte de las más importantes obras del movimiento de arquitectura moderna cubana, junto a otros jóvenes arquitectos de su generación como Frank Martínez, Nicolás Quintana, Manuel Gutiérrez, Emilio del Junco y otros.

En la segunda mitad de la década de los 50 se traslada a Venezuela, donde es aceptado como profesor de urbanismo y arquitectura en la recién inaugurada (1954) Escuela Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Caracas. Allí comparte, entre otros, con el importante arquitecto y teórico venezolano Carlos Raúl Villanueva, así como con Wifredo Lam, quien realizo en 1957 uno de los murales de la Ciudad Universitaria.

De regreso a Cuba, en 1959, es solicitado por la arquitecta Selma Díaz para que actúe como coordinador general del proyecto de la Escuelas Nacionales de Arte, a realizarse en terrenos del barrio de Cubanacán en las afueras de La Habana. Porro invita a participar a los arquitectos italianos Vittorio Garatti y Roberto Gottardi, a quienes había conocido en Caracas.

Desde 1961 hasta 1965, Ricardo Porro, concibe los proyectos y dirige las obras de la Escuela de Artes Plásticas y de Danza Moderna, ayudado por un grupo de jóvenes estudiantes de arquitectura de la época. Las Escuelas de Arte representarán una de las más importantes obras de arquitectura realizadas en América Latina y, sin duda, la más conocida y publicada obra de arquitectura cubana en el mundo.

Las fuertes luchas ideológicas y políticas dentro de la revolución cubana y, específicamente, en el medio de arquitectos y constructores cubanos, fuerzan a Porro a emigrar definitivamente a Europa, instalándose a partir de 1966 en París.

Desde su llegada a Francia hasta 1992, Porro trabaja como profesor titular universitario en diferentes Escuelas de Arquitectura francesas, como Estrasburgo, La Villette, Lille y posteriormente como profesor invitado en Berlín, Rabat, Gratz, Nueva York, La Habana y Tel Aviv.

Porro comienza a participar desde 1966 en importantes concursos de arquitectura como el Paláis de l’Air et de l’Espace (París), y el plan urbano de la Universidad de Villetaneuse, en colaboración con el arquitecto polaco André Mrowiec. Su primera obra de arquitectura construida en Europa fue en 1969, cuando, a solicitud de Roberto Altman, importante mecenas y coleccionista de arte, diseña el centro L’Or du Rhin en Vaduz, capital del Principado de Liechtenstein.

Sin descanso, y en paralelo a su obra de escultor y pintor, Porro realiza a partir de este momento germinales proyectos de arquitectura y urbanismo; como la Maison des Jeunes, también a Vaduz, un Village de vacaciones en la Isla de Vela Luka, en Yugoslavia, y la villa Ispahán Jardín du Paradis, Irán, 1975.

Entre 1975 y 1985, Porro, en asociación con los arquitectos Philippe Louguet, Jean Robien y Jean-François Dechoux, realiza varios proyectos de concurso como la Escuela Gonzalo en Marne-la-Vallée, 1976; casas La Forêt, en Cergy-Pontoise, 1978; Biblioteca La Source, en Villeneuve d’Ascq, 1979-1980; la Escuela de Danza de la Ópera de París, 1983; la ampliación de la alcaldía Hôtel de Ville, de Saint-Denis, 1985.

Revalida su título de arquitectura en Francia en la Escuela Nacional Superior de Arquitectura de Versalles y a partir de 1986 se asocia con el joven francés Renaud de La Noue, para fundar una agencia de arquitectura en París. Desde este momento, su labor como arquitecto y urbanista se multiplica y desarrolla sin descanso, construyendo en Francia unos 20 importantes proyectos entre ellos escuelas, hospitales, parques, edificios administrativos, hoteles y viviendas.

Sus obras en maquetas, realizadas entre 1961 y 1980, se pueden visitar en el Museo Les Turbulences FRAC Centre (Fonds Régionaux d’Art Contemporain) de la ciudad de Orleans, Francia.

Ricardo Porro fue miembro de la Orden de Arquitectos Franceses y la República de Francia le otorgó por el conjunto de su obra los títulos de Chevalier des Arts et des Lettres, Chevalier de la Légion d’honneur y Commandeur des Arts et des Lettres.

En 1991, el Instituto Francés de Arquitectura realizó en París la importante exposición Gros Plan 1: Ricardo Porro. De sus obras y proyectos de arquitectura. En 2008, la Fundación Cintas, radicada en la ciudad de Miami, le otorgó el Premio Cintas de Arquitectura como reconocimiento a su larga trayectoria como intelectual y arquitecto.

En 2009, el importante director norteamericano Robert Wilson realizó una ópera basada en la historia de Ricardo Porro durante la construcción de las Escuelas de Arte en La Habana. En el año 2012, el presidente de la República Italiana le otorgó personalmente el Premio Vittorio De Sica for Architecture, por el proyecto de las Escuelas de Arte de La Habana, junto a Garatti y Gottardi.

Para Cuba, Ricardo formaba ya parte del panteón de los grandes intelectuales cubanos. Su obra y pensamiento, tan prolíficos como polémicos, forman parte indiscutible del patrimonio arquitectónico contemporáneo universal.

Sin duda Ricardo Porro quedará en nuestras memorias como el gran maestro formador de numerosas generaciones de estudiantes de arquitectura y arte en el mundo entero, así como uno de los más grandes intelectuales y arquitectos que vivieron en Europa y América Latina entre el siglo XX y XXI.