Rescatar El Santuario


Por: Juan Palomar

Es conocido ya desde hace años el hecho de que uno de los barrios más característicos de Guadalajara, el de El Santuario, atraviesa por una complicada problemática. La práctica de vender medicinas de origen irregular en sus inmediaciones se ha extendido de manera acentuada. Esto, junto con otros factores, conlleva el general deterioro de las condiciones de la demarcación y la erosión del tejido social.

Varios elementos concurren para propiciar esta situación. La evidente centralidad del barrio y su cercanía a los centros hospitalarios; la disponibilidad de espacios de almacenaje e intercambio gracias a la subocupación de muchas de sus construcciones; el marcado despoblamiento del contexto debido a la emigración de habitantes que con frecuencia pertenecían a familias cuya identificación con El Santuario databa de varias generaciones.

Los vacíos de actividad producidos en la ciudad pueden generar la emergencia de fenómenos y procesos indeseables, como es el caso. La regeneración de El Santuario y su reintegración a una sana vida urbana debe ir a contracorriente del fenómeno general del abandono de los contextos centrales a favor de ubicaciones habitacionales periféricas. Así, las fincas tradicionales, de espacios generosos, se convierten en cargas económicas difíciles de sobrellevar. Por otra parte, el deterioro de las condiciones de habitabilidad derivadas del tránsito inmoderado, la contaminación, la inseguridad, la crónica falta de espacios para estacionamiento vehicular y la deficiencia de los servicios públicos contribuyen a la expulsión de población estable.

Es necesario conectar la impostergable regeneración de barrios centrales, como el de El Santuario, con los grandes esfuerzos de la ciudad por asegurarse un mejor futuro. Es el caso de la proyectada implantación de la Ciudad Creativa Digital cuyo núcleo principal se ubicará alrededor del Parque Morelos, a unas cuantas cuadras del propio Santuario. Esperablemente, dentro de esta gran promoción urbana, se podrán contemplar medidas que revitalicen y refuncionalicen esta área. Mediante los mecanismos adecuados puede encararse la reconversión de una gran cantidad de inmuebles para propiciar —dentro de muchas grandes construcciones de origen doméstico— una adecuada subdivisión, respetuosa del patrimonio, para albergar viviendas accesibles. De la misma manera es factible incrementar radicalmente la habitabilidad del barrio resolviendo metódicamente cada uno de los aspectos mencionados antes: tráfico, contaminación, seguridad, espacios de estacionamiento, servicios públicos, etcétera.

El Santuario fue durante muchos decenios un lugar ejemplar y característico de la saludable vida urbana tapatía. Las condiciones han variado y enfrentamos distintas circunstancias: la demarcación que fuera fundada por el obispo Alcalde merece, de inmediato, ser objeto de un rescate que la reintegre como una pieza actuante y funcional dentro de la nueva ciudad que las presentes generaciones necesitan.