¿De los Panamericanos a las Olimpiadas?


Por Juan Palomar Verea

¿De los Panamericanos a las Olimpiadas?

Terminados los Juegos Panamericanos de Guadalajara es necesario levantar un balance general de lo que estas celebraciones representaron –y seguirán representando- para la ciudad y el estado. Más allá de comentarios e impresiones, lo que se requiere es un reconocimiento riguroso y objetivo de los resultados en términos sociales, económicos y urbanísticos. Establecer una comparación razonada entre los objetivos planteados, los métodos elegidos y los resultados obtenidos en los diversos campos involucrados. Tareas pendientes que esperemos sean acometidas para recuperar y procesar en toda su extensión un esfuerzo social de gran magnitud.

Porque es imprescindible reconocer, cuantificar y sopesar, la muy alta inversión que la Zona Metropolitana de Guadalajara y algunos otros puntos del estado realizaron para hacer posible el objetivo alcanzado. Inversión en términos económicos directos, pero también en términos de priorización de metas y resultados y aún de ánimo social.

Uno de los aspectos más relevantes respecto a los recientes Juegos es, sin duda, el de sus efectos en el ánimo colectivo de la ciudad. Desde hace años el compromiso de Guadalajara para la celebración de la muy compleja serie de actividades concernidas gravitó permanentemente sobre la agenda comunitaria. Al efecto se enderezaron esfuerzos de gestión y de realización de obras que tuvieron que transitar de muy diversas maneras en el ámbito público. Intentos, controversias, desgastes, alternativas: cada decisión implicó consecuencias que ahora es preciso clarificar objetivamente.

Lo que podría ser innegable es la sensación generalizada de haber logrado cumplir, en paz, con buen ánimo y sin mayores sobresaltos (lo que de ninguna manera es cosa menor), un compromiso mayor para la ciudad. Este es un capital que sin duda habrá que cuidar y acrecentar en el futuro. La recuperación de la confianza ciudadana en que Guadalajara puede salir adelante, reconociendo contradicciones y dificultades, es algo definitivamente central.

Junto con lo anterior, es deseable hacer el balance de todo lo que falta. Más de una veintena de nuevas instalaciones deportivas en la ciudad conforman por sí mismas una red que es necesario articular en el tejido urbano mediante acciones complementarias que les den mayor repercusión y significación social. Las carencias de la ciudad en términos de infraestructura, equipamientos e imagen urbana están a la vista. La revitalización del centro y los barrios tradicionales sigue siendo un gran tema pendiente.

Se ha hablado recientemente, a la luz de los resultados de los Juegos Panamericanos, de la posible tentativa de Guadalajara por ser sede de los Juegos Olímpicos. Desde ahora es obligado decir que tal empeño supondría una formulación nueva y responsable de lo que la ciudad espera del futuro. Está demostrado que algunas ciudades han logrado grandes avances a través de la adecuada planeación y gestión que cristalizan con unos Juegos Olímpicos. Es una posibilidad interesante que habrá que ir evaluando en el futuro. Pero, por lo pronto, es la hora de revisar con serenidad lo que los recientes Juegos Panamericanos trajeron y dejaron.

AP Photo/Jorge Saenz

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